29 jun 2020

Retorno a Brideshead - Evelyn Waugh

En plena II Guerra Mundial el ejército de Su Majestad ocupa parcialmente la mansión de Brideshead para usarla como centro de operaciones de una de sus unidades. Charles Rayder es uno de los oficiales que acaba de llegar a esta residencia señorial, la cual conoce muy bien porque durante casi dos décadas fue íntimo de los Flyte, dueños de la misma y pertenecientes a la reducida aristocrácia católica del Reino Unido. Esta ocasión le servirá para, a modo de relato autobiográfico, darnos conocer su vida, ligada de manera indisoluble a esa familia desde que conoció a Sebastian Flyte durante su primer año en Oxford.

Retorno a Brideshead es uno de esos título míticos de la literatura británica del siglo XX que siempre he tenido curiosidad por leer. Tenía un vaguísimo recuerdo de la adaptación en forma de serie de TV de principios de los 1980s, pero se limitaban al conjunto de clichés habituales en este tipo de obras sobre la clase alta británica: elitismo, relaciones familiares desafectas, homosexualidad, etc. Una vez leída no puedo decir que me haya sorprendido comprobar que efectivamente todos esos temas aparecen, aunque hay mucho más. Para empezar hay que admitir que la novela está muy bien escrita. La prosa de Evelyn Waugh es muy clara y descriptiva. El ritmo que impone a la narración hace que sea muy fácil y agradable de leer. Dividida en tres partes, a las que se suman un prólogo y epílogo bantante cortos, me quedo con la primera de ellas por haberme resultado la más entretenida. Se debe seguramente a que comprende los años locos de los jóvenes protagonitas. Las otras dos no es que sean aburridas, pero al entrar de lleno en la madurez de los personajes, adquieren un tono más serio.

Los temas de fondo son un poco repetitivos y abarcan todos los que recordaba y algunos más. Supongo que el autor se limita a reflejar la realidad de una clase social que entró en decadencia en el período de entreguerras y que empezó a perder su influencia ante la llegada de arribistas que contaban con poder económico más que con apellidos e historia. Podemos ver cómo la modernización de la sociedad dinamitó las convenciones de la nobleza: divorcios, separaciones, aceptación de las parejas no casadas, etc. Por otro lado la homosexualidad se trata de manera muy encubierta dado que en aquellos años resulta motivo de vergüenza (y de cárcel). La intimidad que Charles y Sebastian mantienen de jóvenes es difícil de concebir sin que ambos sean amantes. Y el alcoholismo que desarrolla el segundo podría deberse a la no aceptación de su condición de homosexual o a la pérdida de su gran amor, pero en realidad nunca se llega a mencionar expresamente. Suma que el único personaje que es abiertamente gay resulta humillado y ridiculizado a cada poco y podemos concluir que aunque Waugh no llega a matarlos, el retrato de la homosexualidad que nos muestra no es que sea para tirar cohetes precisamente. También la religión tiene bastante peso en la trama, sobre todo en la tercera parte. El enfrentamiento entre el ateísmo de Charles y la profunda religiosidad de la mayoría de los Flyte llega a ser un poco cansino, pero al menos está muy bien traído y aparece en el momento adecuado. Lo curioso del caso es que a pesar del rechazo visceral que me provoca este tipo de relatos de las upper classes británicas (es solo pensar en El filo de la navaja y se me pone el vello de los brazos como escarpias), he de reconocer que la novela me ha resultado muy amena.

26 jun 2020

Sábado, domingo - Ray Loriga

Una noche de fiesta del verano de 1988 termina mal. Al menos esa es la impresión que tiene el joven protagonista. Él y su amigo Chino (un pijo cínico y abusivo, pero con un magnetismo inexplicable), habían ligado con una camara latina. ¿Venezolana? ¿Colombiana, quizás? En cualquier caso su belleza, exotismo y desparpajo destacaban en el nada multicultural Madrid de aquel entonces. Los tres terminaron en el chalet de Chino, que se la llevó a su habitación debido a su mayor descaro, atractivo y experiencia. Federico, que así se llama el protagonista, aunque es un nombre que detesta, está muy borracho y se queda adormilado en el sofá. Hasta que lo despierta un disparo y ve a su amigo con un pie ensangrentado. Entonces se desvanece en un episodio de narcolepsia, enfermedad que padece desde pequeño. Al despertar no hay rastro de la supuesta debacle. El chalet está en perfecto estado, así que huye de allí sin preguntar y rompiendo todo contacto con Chino. Veinticinco años después, Federico acude con su hija adolescente a la fiesta de Halloween del colegio de ésta. Allí termina charlando con la camarera de aquella noche, quien también asiste a la celebración con sus hijos. Ella le pregunta por su amigo con lo que a su entender es algo de malicia. Él admite haber perdido el contacto por completo desde hace años, pero a partir de ahí y con ayuda de su prima Gini, intentará dar sentido a su vida y en particular, a ese incidente tan oscuro.

Dividida en dos partes, Sábado, domingo es una novela corta que reflexiona sobre la madurez y sobre la imagen que construimos de nosotros mismos, confrontando nuestra idea del yo con la visión que tienen los demás de nuestra persona. Es también un texto que trabaja muy bien la percepción de la realidad y cómo nuestra interpretación de la misma se ve condicionada por nuestra manera de ser, y a la vez, condiciona lo que somos. Dicho así parecería que más bien se trata de una obra de Philip K. Dick y no de Ray Loriga. No es el caso, para nada. El relato salido de la pluma del escritor madrileño es totalmente realista y refleja a la perfección tanto las inseguridades adolescentes como las dudas de la madurez.

La primera parte me ha resultado totalmente absorbente. La caracterización de los personajes y sus preocupaciones no puede ser más acertada y próxima a una época y un lugar que yo tuve la oportunidad de conocer de primera mano. Y además con la misma edad del elenco protagonista. Federico, su prima Gini y Chino encajan a la perfección en el ideario de los jóvenes de aquellos años. Las preocupaciones son las habituales de ese momento extraño de transición de adolescente a joven maduro: incertidumbre ante el futuro, amor y sexo, la definición de la personalidad y las relaciones. Y Loriga logra manejarlas a su antojo para guiar esa trama que al principio no sabemos si es de intriga y misterio o más bien de crecimiento personal. Tanto por el lado más humilde que representa Federico (en lo humano y en lo socioeconómico), como por el más acomodado y arrogante de Chino, el autor ha conseguido capturar al milímetro el Zeitgeist de la juventud madrileña de aquel momento. El relato va acompañando de algunos detalles y referencias contextuales muy veraces, que como inconveniente, podrían resultar ajenos a quién no los conoce. De todas formas aparecen en su justa medida y se usan solo como puntos de apoyo a la narración, no como ejes centrales.

Al aire de thriller juvenil de la primera mitad de contrapone la segunda parte, que se centra en la relación entre los personajes de Federico y su prima. Esta parte es un poco más cruda y no tan atractiva como la primera. A pesar de que el estilo sigue siendo muy ágil, enfrentarse a la inmadurez de un hombre de cuarentaitantos años resulta más cargante. Claro que pensándolo bien ése es mérito del escritor. Sin duda la triunfadora de esta sección es Gini, la prima del protagonista. Cuando este último le expone sus inseguridades, la coherencia y simplicidad de sus argumentaciones vapulean el débil y ridículo sistema de creencias de su primo, cuya infelicidad y padecimientos se basan tan solo en su falta de carácter. Por resumir, un libro que me ha sorprendido muy positivamente y que viene a reforzar mi interés en Loriga. Se lee en una sentada y la primera parte, por sí sola, constituye una pequeña obra de arte de angustia existencial juvenil a finales del siglo XX.

22 jun 2020

El ejecutivo. Una historia de terror - Thomas M. Disch

Robert Glandier es un ejecutivo de alto rango en Techno-Controls. Es eficaz y despiadado en el mundo de los negocios, así que no le importa demasiado ser la comidilla de la empresa. Con 41 años y muchos kilos de más, a nadie le extraña que su esposa Giselle, una joven todavía en la veintena, le abandonara sin previo aviso. La historia terminó de manera dramática para ella: apareció estrangulada en Las Vegas y la policía nunca encontró al cupable. El libro comienza haciéndonos partícipes de la angustia de Giselle por estar muerta y enterrada. Su alma no ha encontrado la paz y está esperando el momento adecuado para volver a la superficie y atormentar a su asesino: su propio marido.

El ejecutivo. Una historia de terror es un libro que mezcla terror (quién lo diría con ese subtítulo, ¿verdad?), acción, suspense y humor negro, en la cual se puede detectar además un leve sustrato de críticas moderadas a aspectos varios de la sociedad. ¿Y qué dice el refranero español sobre quien mucho abarca? Pues que poco aprieta. Se trata de una novela coral con un número muy alto de personajes, cada uno de los cuales la conduce por unos derroteros: historias de fantasmas, detectivescas, sobrenaturales, con sexo, violencia, activismo gay, etc. etc. No voy a decir que Thomas M. Disch no consiguió escribir un libro entretenido, desde luego que lo es. Sin embargo es demasiado acelerado, de hecho sigue el formato habitual de los best-sellers: capítulos cortos que se cierran en un cliffhanger, predominio de los diálogos y la acción, trama plagada de multitud de personajes e hilos argumentales... Esta parece ser una característica de la obra de Disch a partir de los 1980s, cuando dejó de lado la ciencia-ficción y la New Wave y empezó a publicar novelas de terror: es innegable que El cura, de 1991, tiene una estructrua muy similar.

No hay mucho más que rascar. Hay que reconocer que ciertos golpes de humor negro tienen bastante gracia, pero para desequilibrar la balanza en contra, algunas escenas violentas resultan muy desagradables de leer y lo que es peor, no vienen a cuento y su único objetivo parece ser epatar. También asistimos a una recreación muy original de conceptos propios del más allá católico (limbo/purgatorio/paraíso), ligándolos con elementos de la cultura popular. Por desgracia a fecha de hoy están ya un poco agotados porque se han empleado enfoques análogos en películas y series de TV. En definitiva un entretenimiento ligero en el que se puede detectar algunas críticas al capitalismo, al consumismo, y algunas puyas bastante directas a la iglesia católica, a la que acusa de homofobia sin ningún tapujo. No creo yo que vaya a quedar como un clásico.

18 jun 2020

La quinta cabeza de Cerbero - Gene Wolfe

Cuando empecé con Das Bücherregal hace diez años me dio muy fuerte por la colección Acervo ciencia/ficción. En aquel entonces el mercado de libros usados era la única manera de hacerme con muchos títulos descatalogados, que por desgracia siguen sin reeditarse. A aquel entonces pertencen Todos sobre Zanzíbar de John Brunner, Incordie a Jack Barron de Norman Spinrad, Noche de luz y Los amantes de Philip J. Farmer o Candy man de Vincent King, que en su gran mayoría leí y reseñé en 2010. Con La quinta cabeza de Cerbero de Gene Wolfe termino con todos los tomos de esa editorial que compré hace ya una década. Alguien podrá preguntarse por qué no di cuenta de esta novela en su momento. Pues bien, puedo señalar a la serie El libro del sol nuevo de este mismo autor como responsable del ostracismo a que he sometido a este libro durante tanto tiempo. Los cuatro libros que leí de esa pentalogía(1), más próxima al género fantástico de espadas y mazmorras que a la ciencia-ficción, me provocó un rechazo total a su obra. Sin embargo la novela que comento hoy no tiene absolutamente nada que ver: estamos ante un texto asombroso que, desde un enfoque que recoge lo mejor de la New Wave, pone en evidencia algunas de las inmundicias que caracterizan al ser humano.

La acción transcurre en los planetas gemelos Sainte Anne y Sainte Croix, a 20 años luz de la Tierra. Ocupados originalmene por colonos francófonos, perdieron su control en una guerra posterior ante otra potencia terrestre que no se especifica. Se cree que en Sainte Anne había una especie humanoide nativa capaz de transmutarse físicamente en otros seres. Apenas un par de generaciones después de la colonización, la posible existencia de estos aborígenes se ha transformado en una leyenda de tintes mitológicos. De hecho, la Hipótesis de Veil especula con la posibilidad de que los abos aniquilaran y reemplazaran a todos los humanos, de tal forma que los colonos y sus descendientes son en realidad, la raza original que habitaba el planeta.

La obra se compone de tres novelas cortas: La quinta cabeza de Cerbero, "Una historia", por John V. Marsch y V.R.T. La primera tiene un lenguaje y estilo bastante convencional. Supone la toma de contacto con este universo creado por Wolfe. La segunda se redacta en forma de leyenda original de los nativos de Sainte Anne; es quizás la más complicada de enteder debido a todas las imágenes oníricas y primitivas que se expresan con la dificultad propia de un pueblo que tecnológicamente se encuentra en el paleolítico. La tercera es la más innovadora a nivel narrativo. Se trata de una serie de textos en formato variado (las notas de cuadernos de campo de un antropólogo, transcripción de entrevistas, entradas de un diario, etc.), que leídos por un tercero nos dan una composición de lugar sobre un estudio de los anneses originales.

A mí el contexto me ha resultado tremendamente original, no solo por la ambientación en esos dos mundos gemelos sino también por las particularidades del pueblo aborigen. De igual forma resulta sorprendente la habilidad de Wolfe para componer las narraciones en formatos muy dispares para que se adapten al objetivo de las mismas. Por cierto que el escritor apenas ofrece información concreta, obligando al lector a atar cabos en base a un texto repleto de datos parciales y que carece de respuestas claras. Y para finalizar las críticas a las miserias del colonialismo no pueden ser más obvias: el exterminio y olvido a que se ha sometido a los nativos de Sainte Anne no es en absoluto diferente al que históricamente han padecido muchos pueblos de la Tierra. Por resumir y al contrario que la serie que he mencionado antes, este libro queda recomendado a más no poder.





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(1) Ver La sombra del torturador, La garra del conciliador, La espada del Líctor y La ciudadela del Autarca

14 jun 2020

El Jarama - Rafael Sánchez Ferlosio

La acción de El Jarama transcurre en un caluroso domingo de verano, en algún punto de ese río cerca de San Fernando de Henares, a rebosar de gente debido a las altas temperaturas. La trama nos acerca por un lado a un grupo de jóvenes madrileños que ha ido allí a pasar la jornada y a darse unos baños un sus aguas, y por otro a los habituales de una fonda en las proximidades del mismo, punto de encuentro de la pandilla desde unos años atrás. A medida que conocemos a unos y otros iremos comprobando las condiciones en que se vivía en España a mediados de los 1950s. Y sean de procedencia urbana o rural, cada grupo irá desgranando las dificultades de sus modestas vidas, monopolizadas por trabajos humildes y mal pagados y encorsetadas por una moral católica reaccionaria que apenas deja margen de maniobra para la expresión de sus intereses e individualidades.

Esta novela me ha conquistado por agotamiento. A decir verdad me he pasado unos dos tercios de la misma reputeando de su marcado trasfondo de realismo social (más bien diríamos neorrealismo por las fechas en que fue escrita), del drama de la clase trabajadora, de la miseria y la marginación de la vida en la España de los 1950s. Sin embargo, como está muy bien escrita, con unos diálogos ágiles y unas reflexiones muy acertadas que proceden de la sabiduría del pueblo llano, no me ha supuesto ningún esfuerzo continuar la lectura. En mi rechazo inicial también ha influído que Rafael Sánchez Ferlosio opta un un registro lleno de vulgarismos en un intento de reflejar la extracción socioeconómica de los personajes. El uso del infinitivo como imperativo (incluso en la forma negativa, algo que yo he visto muy pocas veces), el típico laísmo madrileño, el mucho menos frecuente loísmo... No digo que sea un mal método para lograr transmitir los orígenes humildes de los personajes, pero aun así me resulta condescendiente y me cuesta asimilarlo.

En todo caso llegado cierto instante las barreras de negación y obstinación que había levantado inconscientemente fallaron y algo en mi hizo click. Simplemente acepté que esa resistencia inicial se debía a lo cercana que me estaba resultado la narración. Las frustraciones y las penalidades que se narran podrían perfectamente haber sido las de mis padres, las de mis tíos, las de toda la generación de jóvenes de los años cincuenta que tuvo que sufrir la dictadura franquista y las penurias de un país emprobrecido como resultado de la Guerra Civil. Incluso visualizaba todos los escenarios y personajes en base a los recuerdos que tengo de las viejas fotos de mis padres, que en aquellos años tenían la misma edad del grupo de jóvenes.

Una vez aceptada la realidad de las cosas, casi me derrumbé producto de las emociones contenidas, con la pena a la cabeza. Aunque bueno también hay que decir que el tercio final de la novela es el más dramático, cuando se aproxima el final de la diversión del día de ocio y la vuelta a la rutina es inevitable. La desesperación hace entonces mella en todos, una sensación que salvando la distancia, los años y la intensidad, se sigue repitiendo todavía y sin duda será conocida por quienes leéis estas líneas. En fin, ha sido una lástima no haber podido disfrutar de la historia desde el principio, pero bien está lo que bien acaba.

10 jun 2020

Enderby por dentro - Anthony Burgess

A pesar de tener muchos libros publicados, Francis Enderby es la personificación del poeta maldito. Se debe en parte a que sus volúmenes apenas se venden y menos aún se leen. Pero también influye que tiene 40 y tantos años, es soltero, malvive en una habitación alquilada en algún pueblo de la costa británica y subsiste gracias a la exigua renta anual que le proporcionan unas pocas inversiones heredadas de su madrasta. Y además tiene dispesia y problemas digestivos. Para su sopresa y disgusto, porque detesta los actos en sociedad, sus 'Sonetos revolucionarios' son galardonados con el premio anual de poesía que concede una importante cadena de librerías, así que se ve obligado a viajar a Londres a recoger el galardón. Allí conocerá a Vesta Bainbridge, una gran admiradora de su obra y editora de la revista femenina Fémina. Vesta le propondrá escribir para la sección de poesía de su publicación, lo cual provocará que nuestro hombre retome contacto con el mundo real, del cual se había autoexiliado para dedicarse en exclusiva a las musas.

Enderby por dentro es, sin ningún lugar a dudas, la novela más ingeniosa, ocurrente y divertida que llevo leída en los últimos años. Anthony Burgess creó un personaje lleno de contradiciones y pequeñas miserias, pero que a la vez planta cara a todos los convencionalismos sociales y está dispuesto a rechazar todo aquello que suponga una amenaza para su poesía. Enderby es patético y se mueve en un ambiente sórdido y deprimente, pero también es entrañable y adorable. Visto desde fuera puede que no tenga una vida envidiable, con todas esas estrecheces económicas y ese ostracismo que él mismo ha elegido, pero que le satisface plenamente porque es la única forma que tiene de dedicarse en cuerpo y alma a su arte. ¡Y qué versos! Por suerte para los lectores, el protagonista nos regala algunos fragmentos de sus poemas de cuando en cuando a lo largo del texto. Se trata en la mayoría de los casos de estrofas aparentemente demenciales que sin embargo esconden críticas mordaces a los aspectos que han marcado su vida: su familia, la religión, el sexo. Siempre con una aproximación muy actual, muy cruda, capaz de expresar sin ambages la dureza de la existencia del ser humano en la sociedad contemporánea. Y desternillantes, claro.

No esperaba encontrarme con una novela tan divertida, tan absorbente y tan bien escrita. Descontando algunos elementos puntuales de humor zafio (los problemas gastrointestinales de Enderby causan constantes interrupciones en forma de pedos y eructos), en general Burgess recurre a situaciones absurdas y choques entre personajes disparatados y de caracteres totalmente opuestos para provocar la risa. Por otro lado resulta imposible no encariñarse con el protagonista y sentir en nuestras propias carnes todos los golpes que le da la vida. Hacer nuestros tanto sus problemas como sus logros insignificantes, pero que son fruto de la total devoción y entrega a la pasión de su vida. El personaje tiene un aire de rebeldía que resultará atractivo a todo aquel que haya tenido que renunciar a alguno de sus sueños. Que yo diría que es el 99,999% de la población mundial. Por último, en la novela hay una discreta presencia de los aspectos lingüísticos que tanto apasionaban al autor. Desde una trascripción pseudofonética para reflejar las variedades dialectales de algunos personajes, hasta el interés manifiesto del Enderby por descubrir el origen de otros personajes a través de sus acentos regionales. El primer punto se resuelve con bastante elegancia, algo que debemos agradecer al traductor, y el segundo la verdad es que resulta más bien opaco al lector de la versión en castellano debido a que refleja características propias del inglés de UK. En cualquier caso y al contrario de lo que me ocurrió hace dos años con La hora de la cerveza, no supone ninguna traba para disfrutar de esta maravillosa historia. Lo mejor del caso es que Burgess escribió tres novelas más de este personaje. Estaré atento la próxima vez que vaya de tiendas de libros usados, porque el que me ocupa hoy se suele encontrar por dos duros en colecciones de clásicos contemporáneos. No os lo penséis ni un segundo si se os da el caso.

6 jun 2020

Las crisálidas - John Wyndham

Escenario post-apocalíptico. La acción transcurre en una comunidad basada en la agricultura y la ganadería que ha involucionado hacia una sociedad religiosa fundamentada en un cristianismo muy reaccionario. La realidad de la Tribulación que acabó con el mundo anterior ni siquiera es conocida, pero a tenor de las mutaciones en especies vegetales y animales (incluido el hombre), todo hace pensar en que se trató de una Guerra Mundial con armas nucleares. En ese contexto, cualquier animal o planta que se aleja de la ortodoxia, es decir, de la imagen verdadera según el orden de la biblia, debe ser eliminado. Solo se salvan los seres humanos, que son desterrados a los Márgenes para que no contaminen la pureza de hombre con sus genes. Por desgracia en esa zona la radioactividad es tan alta todavía que el exilio supone una condena a muerte. En esto ocurre que el protagonista, un crío que es hijo de uno de los mayores defensores de la auténtica imagen del hombre según la biblia, resulta ser un telépata que tiene contacto con varios niños telépatas más de los alrededores. Así que desde pequeños se ven obligados a ocultar su don. Pero cuando su hermana menor se revela como una telépata increíblemente dotada se verán obligados a escapar.

Las crisálidas es otra novela más de ciencia-ficción post-apocalíptica con involuciones sociales, mutantes producto de la radiación y nombres rimbombantes para denominar el armagedón. Por cierto que se está agotando ya el campo semántico para designar al suceso que acabó con la sociedad tal y como la conocemos. Tenemos la Convulsión, la Gran Reducción, el Diluvio de Fuego y la Simplificación, los Tres Días, etc. etc. A este paso habrá que empezar a recurrir a acrónimos o inventarse términos evocadores, por ejemplo la Fulcatonia para una hecatombe de origen geovolcánico o la Viterata para un desajuste mental suicida provocado por entidades sobrenaturales hinduístas.

En fin la novela no está mal, John Wyndham escribe muy bien y la trama se desarrolla con un buen ritmo. Pero repite cliché tras cliché de esta temática: discriminación del diferente; guerra entre humanos y mutantes; los individuos rechazados que se articulan como resistencia; las capacidades psiónicas como próximo salto evolutivo del homo sapiens, bla, bla, bla. A estas alturas está todo muy machacado. También tiene cierto tono cargante a novela juvenil, ya que los protagonistas son niños al empezar y cuando termina son adolescentes enamorados que se juntan en parejas de telépatas chico y chica. Y ese proceso de crecimiento van descubriendo la basura que es vivir en sociedad. Sin estar mal, la novela no destaca por nada en particular.

3 jun 2020

Homoconejo - Alfonso García-Villalba

Según el resumen editorial, Homoconejo tenía todas las papeletas de convertirse en favorita de este blog para 2020. Una pareja de treintañeros a punto de entrar en una crisis por las dificultades para concebir un hijo. Beta, una droga que permite tomar el control de los sueños pero cuyo abuso puede derrumbar los límites entre éstos y la vigilia. Arquitectura y desmadres urbanísticos en la costa levantina española. Referencias a Ballard, a David Cronenberg, a David Lynch. Fue toparme con la reseña que le hicieron en C, el hijo de Cyberdark y ponerla en busca y captura. Sin embargo una vez leída, el entusiasmo inicial por sus supuestos vínculos con todos esos grandes nombres se ha desinflado sin remedio. No es que la novela esté mal del todo, apunta maneras y buenas intenciones. Sin embargo Alfonso García-Villalba parece querer contar mucho más de lo que dan de sí algo más de 160 páginas y mi impresión es que la ejecución es demasiado acelerada.

La acción está claramente deshilvanada, sin demasiados nexos entre los acontecimientos que se cuentan en los breves capítulos que la componen. Aunque quizás se trate de un intento de trasladar a la narración los efectos secundarios del exceso de Beta. El problema es que se empieza a las bravas, sin un contexto inicial y tampoco hay transición que nos permita percibirlo sin esfuerzo. Por cierto que algunos de los momentos más sublimes del texto tienen que ver precisamente con la descripción del abuso o la ingesta de esta sustancia adulterada. También los aspectos metaliterarios despistan más que ayudan (¿no será porque no me he metido Beta?). La referencias a Hombre pasea a conejo, una novela de 1975 escrita por el padre del protagonista, y al Sr. Kerényi, el conejo humanoide que la protagoniza, no hacen más que desasirnos del mundo real y dudar del plano en que transcurre la acción. Que como idea no es mala, pero una vez en el papel le falta impulso para convencer. Y luego tenemos los accesos enciclopédicos de García-Villalba: nombres, marcas comerciales y referencias a la cultura popular (reales o imaginarias), se meten un poco de relleno. En mil páginas todavía puede tener justificación ¿pero en 160? En definitiva, unas ideas prometedoras que no terminan de despegar pero que dejan lugar para la esperanza en el futuro de este escritor. Otra cosa bien distinta será que yo lo vuelva a leer.
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