30 abr 2020

Donde solían cantar los dulces pájaros - Kate Wilhelm

Los desastres medioambientales junto con una epidemia de esterilidad en el ser humano son el punto de partida para que Kate Wilhelm imagine un futuro en que la supervivencia de nuestra especie se fundamentará en su clonación. Donde solían cantar los dulces pájaros se divide en tres partes, en cada una de las cuales se nos describe el estado de dicho proceso en sucesivos instantes de tiempo. En el primero una familia muy poderosa y con una perspectiva muy clara del cataclismo que se avecina decide iniciar el clonado del homo sapiens en un recóndito valle, en donde construirán un centro de investigación con dicha noble intención. En la segunda parte la clonación ya es un hecho; ocurre que todos los clones procedentes de la misma fuente se comportan como una mente colmena. Se descubre que si uno de ellos se separa del grupo, su familia-clon se ve afectada negativamente, pero mucho peor parado resulta el clon que se ha tenido que distanciar. En la tercera y última, un niño nacido de un par de clones que han experimentado previamente esa separación del grupo, se significará como el germen de quien renacerá la humanidad según el modelo social que conocemos ahora.

Me temo que me ha tocado tragarme otra de esas obras pretenciosas de los 1970s de la que apenas he disfrutado. Si es que no hay más que ver el título, sacado de un verso de Shakespeare por lo visto. Reconozco que el principal problema que le veo es el enfoque antropocentrista de la trama. Y es que Wilhelm guía la acción sobre la idea de que la individualidad es la esencia del ser humano. Así pues, esos clones-hermanos que forman un todo, y a quienes la autora les niega la incapacidad de crear, explorar, crecer como individuos o ser mejores personas, se presentan como los enemigos a batir. Los malos de la película. Una evolución del homo sapiens que no supone una mejora, sino degradación de la especie. Y es verdad que tienen un lado perverso, pero me gustaría recordarle a nuestra querida escritora que es ella quien ha decidido que el homo sapiens cause la extinción de su propia especie, ¿solo para que pocas páginas después nos venda que el ser humano es preferible a sus herederos-clones? No sé, a mí me parece contradictorio y ridículo. Y resulta terriblemente complaciente con el pensamiento mayoritario. Como ya he indicado más de una vez, a nivel narrativo resulta mucho más interesante trabajar ideas que vayan contra corriente. Solo con que hubiera optado por que los clones se conviertieran en una segunda oportunidad para la Tierra, eliminando de un plumazo al homo sapiens y le queda una novela memorable. Bueno, tanto no creo, pero más rompedora, seguro.

Al margen del tema de fondo, que constituye uno de los enemigos a combatir en este blog, la obra resulta terriblemente simplona en todas las propuestas que guían la acción. Las dificultades de los pioneros en la clonacion, las mentes colectivas de las familias de clones-hermanos, sus crisis cuando se ven separados, el elogio a la creatividad e individualidad, bla, bla. Todo como contado a niños de parvulario. No voy a negar que aparecen algunas ideas típicamente New Wave que son dignas de destacar (normalización de la homo/bisexualidad y del sexo como actividad recreativa no orientada a la procreación, un canto a la naturaleza como parte indisoluble de la vida, etc.), pero de todas formas insisto en que se trata de un libro prescindible. Probablemente a mediados de los 1970s resultaba novedoso y transgresor especular con la clonación humana dentro de la corriente catastrofista imperante en la literatura prospectiva. Sin embargo cuarentaitantos años después, este libro no tiene apenas tirón ni empaque. Por lo poco que curioseado en Internet y a pesar haber sido premiado con el Hugo de 1976, la mayoría de las reseñas de la blogosfera coinciden conmigo en que el libro es bastante flojo.

26 abr 2020

Un ojo en el cielo - Philip K. Dick

Un grupo de turistas que visita el recién inaugurado Bevatrón de Berkeley (un acelerador de partículas), sufre un accidente cuando la plataforma de observación sobre la que se situaban se desploma. Ellos siete junto con el guía caen al suelo desde bastante altura y sufren heridas de distinta consideración. Después de pasar apenas un día en el hospital, el protagonista y su esposa, Jack y Marsha Hamilton, vuelven a casa y empezarán a advertir cambios muy significativos e inquietantes en el mundo.

En Un ojo en el cielo hay un elemento habitual en la obra de Philip K. Dick que sobresale por encima del resto. En efecto, al haber estado expuestos a un haz de protones con alta energía, los personajes de esta novela irán experimentando las realidades personales que existen en la mente de algunos de sus compañeros. Como podréis suponer, habitar el universo íntimo de un desconocido no resultará satisfactorio para nadie. Ni siquiera lo es para el propio individuo que lo ha generado, no quiero ya pensar lo que significaría para un extraño. El extremismo religioso, el puritanismo más mojigato o la paranoia más enfermiza serán las características dominantes de algunos de esos mundos interiores en los que el grupo accidentado se verá obligado a vivir temporalmente.

La novela tiene un ritmo tremendamente ágil y es muy adictiva. A pesar de la velocidad a la que transcurre la acción, el desarrollo de la trama es uno de los más coherentes y ordenados que recuerdo de su obra. Tanto por esto como por la prevalencia de las realidades alternativas en el argumento, me ha recordado mucho a Ubik y Laberinto de muerte, si bien en cada una de ellas el canal de acceso a otros planos de la existencia es diferente. Escrita en 1955, la novela destaca por cuestionar radicalmente el macarthismo y además brilla por su claro posicionamiento antirracista, detalles estos dos que la hacen aun más atractiva. Pero aquí no acaba la cosa, porque hay que sumar al lote un final tremendamente esperanzador y positivo, tanto que no parece que estemos leyendo a Dick. En cualquier caso es un gustazo porque resulta inevitalble cerrar el libro de un innegable buen humor.

23 abr 2020

La revolución feminista geek - Kameron Hurley

Por lo que Kameron Hurley comenta en los distintos artículos que comprenden La revolución feminista geek, resulta admirable el esfuerzo y la motivación que esta autora ha puesto en el oficio de escribir. Se ve que siempre ha creído en sí misma y que no se ha dejado vencer por la frustración y las constantes negativas editoriales al principio de su carrera. Ella insiste en que el esfuerzo constante es la única manera de lograr lo que quieres, a pesar de reconocer que ciertos sectores de la población lo tienen más fácil. La clase socioeconómica a la que perteneces, la raza y el sexo son factores de peso para triunfar. Y ahí le doy la razón completamente. Tanto en la parte motivacional como en la adversativa.

El libro se divide en cuatro partes (Subir de nivel; Geek; En lo personal; Revolución), pero ahora mismo no sabría deciros las diferencias entre ellas porque todas tocan más o menos los mismo palos. Algunos de los textos me han resultado interesantes en tanto en cuanto tratan temas como el proceso de creación y la escritura; o bien ponen de manifiesto las desigualdades que hay en este sector tan especializado de la narrativa. Hurley insiste con un ahínco admirable en la responsabilidad de los escritores para promover el cambio y las mejoras sociales. Algo tan sencillo como por ejemplo de dar visibilidad desde su obra a sectores de la población cuya presencia en las mismas se ha ninguneado sistemáticamente, pues la ciencia-ficción ha sido manejada desde sus orígenes principalmente por hombres blancos heterosexuales. Asi que ella se ha preocupado activamente en incluir mujeres, personas de otras otras etnias y/o pertenecientes al colectivo LGTB+ bien como protagonistas, bien como personajes. Yo en realidad todavía no he leído ninguna obra suya de ficción, pero solo este esfuerzo en visivilizar sectores de la población ampliamente ninguneados en el género haré lo posible por remediarlo en el medio plazo.

Todo eso está muy bien desde luego, pero la cuestión es que Hurley se pasa todo el rato dando la monserga con Internet, los chats, los importancia del fandom, los foros, que si los haters de twitter se amenazan a las mujeres sin que sean castigados, que si las mujeres gamers son ya el 50% del total de aficionados a los videojuegos pero siguen sin ser tenidas apenas en cuenta, etc. etc. Todos los artículos tienen algo de esto en mayor o menor detalle. Uno, otro, el siguiente, el que viene después del siguiente. Y otro, y otro y otro. Así hasta que se acaba el libro. Y claro, yo, que no tengo más presencia en Internet que este blog y no tengo ningún interés en el mundo de los videojuegos, he terminado cansándome muy pronto. Mucho. Porque se repite con lo mismo todo el rato. Que no es que no tenga razón, si yo no se la quito. A mí me encanta la ciencia-ficción, sobre todo las obras publicadas en el periodo 1950s-1980s, donde no es extraño encontrar unas perlas machistas de aúpa. Pero de ahí a preocuparme por los intríngulis del sector, la profesionalización, la SFWA o el fandom, hay un gran trecho. En definitiva, que no he acertado con este libro y que poco o nada voy a aprovechar de él.

19 abr 2020

La puerta al país de las mujeres - Sheri S. Tepper

Novela post apocalíptica en la cual los supervivientes se han organizado en torno a pequeñas ciudades fortificadas. Estas poblaciones de inspiración medieval son regidas por Concejos de mujeres. Son ellas quienes atesoran los conocimientos técnicos y científicos que se salvaron de la hecatombe atómica, ocurrida tres siglos atrás y que se ha dado en llamar la Convulsión. Intramuros viven mujeres, niños, ancianos y un reducido grupo de hombres adultos denominados servidores. Extramuros acampan los guerreros que protegen las ciudades que conforman el denominado país de las mujeres. Sus filas se nutren de sus propios hijos, quienes son entregados con cinco años de edad para su formación. A los quince deben decidir si quieren ser guerreros, repudiando a sus madres, o volver a las ciudades como servidores.

Ese es poco más o menos la base de partida de La puerta al país de las mujeres. Sheri S. Tepper nos muestra una sociedad en construcción en que las mujeres tienen el control y los hombres se subyugan a su poder, que se basa en el conocimiento. En esta sociedad los Concejos hacen y desahacen con la muy noble intención de gobernar por el bien común. Sin embargo sus políticas chocan frontalmente con el espíritu belicoso de los hombres y sus ansias de dominación. Quieren saber los secretos que guardan las mujeres, y no precisamente sobre medicina, farmacia o tecnología, que también. En realidad lo que codician son armas anteriores a la Convulsión, de las cuales hay rumores de existencia. No hay duda de que con ellas recuperarían fácilmente la posición de supremacía que les corresponde por naturaleza. Y es cierto que las mujeres tienen una agenda secreta, pero los capitostes militares serían incapaces de sospechar su contenido ni en sus delirios más paranoides: algo tan sencillo como conseguir una sociedad utópica donde hombres y mujeres vivan en paz e igualdad.

Si hay algo por lo que elogiar a la autora norteamericana, es por la estrategia que ha ideado para alcanzar esa sociedad ideal. Por un lado tiene en cuenta el historial de abuso del patriarcado, y por otro, minimiza el daño que ejerce sobre los hombres que piensan que su posición debería ser de superioridad sobre la mujer. Los mecanismos empleados son sutiles y compasivos, pero implacables. Que es mucho más de lo que se puede decir de lo que ocurría antes de la Convulsión, que fue la culminación de siglos de guerras cruentas y devastadoras empezadas siempre por hombres. Para que tengamos esto último muy presente en todo momento, a lo largo de todo el texto se intercalan secciones de un supuesto drama clásico llamado Ifigenia en Ilión(1), que incluye: matanzas de troyanos, secuestros, violación y asesinato de mujeres, sacrificios de vírgenes y bebés, etc. El ritmo de la narración está muy conseguido y a pesar de que nos van dejando caer pistas poco a poco, no podremos estar seguros de cuál es esa estrategia hasta que no se revele casi al final.

La historia resulta muy cruda y puede provocar rechazo con bastante facilidad. Incluso yo, que estoy totalmente a favor de la lucha feminista y que soy lo menos competitivo que te puedes echar a la cara, he sentido una indignación injustificada cuando se iban desvelando los secretos del país de las mujeres, sintiéndome amenazado al identificarme con los hombres. Tengo muy claro que en mi caso la disonancia cognitiva ha hecho aparición, pero por otro lado no se puede negar que hay un claro regusto totalitarista en esta uto/distopía que también ayuda a que esa indignación aflore. No obstante, pensemos por un momento en la típica novela negra con psicópata que secuestra, tortura y asesina mujeres para fabricarse un abrigo con sus pieles, ¿por qué esa trama no nos hace sentir tan incómodos? Obviamente porque sitúa a la mujer en el papel de víctima que tiene asignado tradicional y culturalmente. Sin embargo en esta asombrosa novela, las mujeres son quienes ostentan el poder, y lo usan para invalidar el statu quo del hombre. Lo hacen de una manera parternalista y condescendiente, y eso supone limitar la libertades, no lo niego. Pero al menos no hay violencia. Todo lo más engaños. Así que me pregunto: ¿por qué hostias he leído tan pocas historias así? ¿Por qué no hay más libros de esta clase, que te pongan contra las cuerdas y te hagan reflexionar? Lógicamente la novela se engloba dentro de la ciencia-ficción feminista y probablemente habrá quien la use para desprestigiar este movimiento, pero bueno es lo de menos porque ése es el pan nuestro de cada día en la lucha feminista. A mí me parece una lectura que merece mucho la pena porque ayuda a demoler muchas falsas ideas que tenemos asimiladas. También tiene algunos fallos en mi opinión, ojo. El más evidente para mi gusto es que Tepper se fundamenta en el determinismo genético para guiar la acción, algo que le resta credibilidad. Y no muy por detrás, hace un uso terriblemente interesado de la ciencia y la tecnología. Toma y descarta elementos según le interesa, sin llegar a dotar de verosimilitud al marco de referencia sobre los conocimientos que han persistido tras el desastre nuclear y los que se han perdido. De todas formas, aun no siendo perfecta, creo que a originalidad le ganan pocas.





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(1) La entrada de esta novela en la Wikipedia indica que se trata de una reescritura de Las troyanas, de Eurípides.

14 abr 2020

Nuestra parte de noche - Mariana Enriquez

Después de conquistar a los aficionados al género con sus relatos cortos, Mariana Enriquez ha dado el salto a la novela con una historia de suspense enmarcada en la temática que la ha hecho famosa: el terror. Nuestra parte de noche parte de una premisas bastante sencillas: una sociedad secreta y elitista que adora una deidad primigenia necesita de médiums para contactar con ella y obtener sus inapreciables conocimientos, a cambio de los cuales exige incontables sacrificios. A partir de ahí y sabiendo que los hechiceros dotados con este elusivo don de comunicación son obligados a realizar su labor, la autora argentina despliega una entretenidísima trama de intriga que se expande a lo largo de casi cuatro décadas (1960-1997).

La narración se divide en seis partes. En cada una de ellas un narrador diferente se encargará de hacernos partícipes de ciertos aspectos concretos de la lucha que le se establece entre el médium protagonista y el grupo ocultista. Enriquez entremezcla la ficción con hechos historícos ocurridos en el periodo en que transcurre la acción. La represión durante dictadura militar le da mucho juego, de hecho ya la ha usado en alguno de sus cuentos. Pero también hay elementos más interesantes y festivos, como los muy bien documentados detalles sobre el Swinging London, u otros que no lo son tanto (festivos, quiero decir), pero no por ello menos atractivos: el impacto en Argentina de la crisis del SIDA en los 1980s.

No voy a negar que la novela me ha resultado muy amena y super adictiva. Son más de 650 páginas que he devorado en apenas cuatro días. Sin embargo hay muy pocas cosas que la hagan destacar en cuanto novela de género. Hay muchos elementos que evocan a otros autores, a pesar de que la escritor los dota de entidad propia y originalidad. Como mucho podemos decir que nos recuerda por ejemplo a H.P. Lovecraft en cuanto al uso de dioses venidos de otras dimensiones, o a Clive Barker cuando le da por zambullirse en la crueldad, por dar un par de ejemplos. Por cierto que hablando de crueldad y sadismos varios, dado que se trata de una novela de horror sobre cultos demoníacos se podría decir que no hay mejor sitio para emplearlos que aquí. Sin embargo en muchas ocasiones he tenido la impresión de que se despliegan solo con el ánimo de provocar repugnancia y generar aún más rechazo contra esa secta tan turbia. Un poco como cuando Irvine Welsh empieza a relatar una escena de sexo oral entre drogadictos que tienen aftas en la boca y chancros sifilíticos supurantes cubriendo todo su cuerpo, y no digamos ya en la zona genital. Algo totalmente innecesario.

Resumiendo he disfrutado mucho de la lectura, a pesar de alguna que otra pequeña irregularidad de poco peso y de la sensación global de que esperaba mucho más del Premio Herralde de 2019. De todas formas yo diría que haberme tenido totalmente enganchado es recompensa más que suficiente. No puedo terminar sin declarar mi total admiración por la quinta parte, que es un relato corto en la mejor línea de esta autora. Una maravilla en donde se mezclan fosas comunes repletas de izquierdistas asesinados por la dictadura, misterios sobrenaturales, y una inquietante sensación de peligro que abruma a la periodista que protagoniza esta sección. Una historia redonda cuyo único inconveniente es que no puede operar de manera independiente, sino que necesita de la novela para entenderse.

10 abr 2020

Cuentos (I). Obras Completas I - Julio Cortázar

Si no me equivoco la primera referencia existente en Das Bücherregal sobre mi interés en leer los Cuentos de Julio Cortázar data de principios de 2014. Han tenido que pasar seis añazos para que por fin me ponga con ellos. Ahí es nada. Y por si eso no fuera bastante he tenido que abordarla en dos partes porque cuando iba por el cuarto libro de relatos, ya estaba bastante saturado. Por eso el (I) que he añadido en el título del post, que no es que la edición de Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores tenga dos tomos, no. Es más bien porque no he querido forzarme a leerlo del tirón visto que había llegado un momento en que el acto de abrirlo y continuar se me estaba haciendo muy cuesta arriba. Como no es la primera vez que me encuentro en una situación similar (ya tuve una muy mala experiencia en ese sentido con los Cuentos completos de Eudora Welty), he tenido la suficiente enterza de parar al detectar las primeras luces de alarma.

Os dejo a continuación los volúmenes de cuentos que he leído hasta el momento, según el orden de aparición en esta compilación:

  • 'La otra orilla' (escrito entre 1937-1945, publicado póstumamente en 1994)
  • 'Bestiario' (1951)
  • 'Las armas secretas' (1959)
  • 'Final del juego' (edición de 1964, que añade nueve cuentos a la edición original de 1956, que comprendía nueve cuentos)
En general y salvo algunas excepciones que se cuentan con los dedos de una mano, los textos incluídos en estos cuatro primeros libros no son demasiado extensos. La gran mayoría de los cuentos de Cortázar pertenecen claramente al género fantástico. Ahora bien, lo fantástico se ha de enteder en un sentido contemporáneo, el cual abarca fenómenos inexplicables e inquietantes que no se fundamentan necesariamente en lo sobrenatural. De hecho ésa es otra característica de los mismos: el autor argentino simplemente expone situaciones que no se comprenden ni justifican desde un análisis riguroso desde la lógica humana (excepto si entramos a considerar los transtornos mentales). Y lo mejor es que en ningún caso trata de esclarecerlas, simplemente las usa para crear inquietud y desasosiego en el lector. Desasosiego que es aún mayor puesto que el marco en que transcurren las historias es el de una cotidianeidad aplastante. En su momento parece ser que sus relatos fueron difíciles de encasillar, así que se calificaron de "fantásticos" a falta de una etiqueta más conveniente. A día de hoy estas temáticas forman parte indisoluble del género y encajan sin problemas en la idea que tenemos del mismo.

Cortázar se muestra especialmente habilidoso para construir tramas circulares con personajes que se integran en otras realidades (ya sean literarias, oníricas o simplemente imaginarias), de forma que cobran entidad las unas sobre las otras sin que podamos decir cuál de ellas podría ser la historia principal. La prosa del escritor argentino es precisa y clara. A los cuentos no les falta ni les sobra una sola frase. Y eso se nota a la legua cuando los lees, acostumbrados como estamos a toparnos con obras a las que les sobra por lo menos la mitad y en las que nadie ha tenido la decencia de meter la tijera para no hacernos perder el tiempo. Exhiben varias particularidades léxicas y sintácticas propias del español que se habla en Argentina, algo que según parece en algún volumen en concreto se trató de corregir en algunas ediciones para normalizarlo a un castellano más estándar (por suerte el propio de autor se encargó de evitarlo y se preocupó de que se publicaran tal cual los escribió, coma por coma y tilde por tilde). En general el nivel es muy alto, excepto quizás en 'La otra orilla', que probablemente por incluir los primeros que escribió es algo más flojo. En cualquier caso por cuestión de gustos personales siempre hay los que te entusiasman, y en mi caso han sido:

De 'La otra orilla':

  • Bruja.
De 'Bestiario':

  • Casa tomada.
  • Lejana.
  • Ómnibus.
De 'Las armas secretas':

  • Cartas de mamá.
  • Las babas del diablo.
De 'Final del juego':

  • Continuidad de los parques.
  • No se culpe a nadie.
  • La puerta condenada.
  • Las Ménades.
  • El ídolo de las Cícladas.
  • Axolotl.
  • La noche boca arriba.
Para que os hagáis una idea, todos los que he seleccionado podrían haber servido de guión para un episodio de series clásicas de terror/fantástico tipo La dimensión desconocida/ The twilight zone. Tanto es así que una de mis películas preferidas del Swinging London está basada en 'Las babas del diablo': se trata, cómo no, de Blowup (Michelangelo Antonioni, 1966). Termino ya confiando en que 2020 sea el año de Cortázar y pueda terminar el resto de su narrativa breve. Cruzo los dedos.

6 abr 2020

Barbagris - Brian W. Aldiss

Estamos ante una de esas novelas de ciencia-ficción que parte de un planteamiento muy poderoso, pero cuya ejecución no está a la altura del mismo. La idea sobre la que se articula Barbagris es la de una sociedad que envejece y se aboca a la extinción porque el ser humano ya no puede reproducirse. El protagonista es Algernon Timberlane, más conocido con el apodo que titula la obra, y que a finales de los 2020s, con algo más de cincuenta años, es uno de los hombres más jóvenes que quedan en la Tierra. La historia se compone simplemente como un proceso de aceptación de este destino tan traumático. Para reforzar esta sensación, la narración se adereza con alguna que otra reflexión sobre el caríz dramático que ha tomado la historia de la humanidad y la redención que suponen los niños. La asimilación de la suerte de la especie se llevará a cabo durante el viaje que Algy y sus acompañantes emprenderán rumbo a la costa a lo largo de la cuenca del Támesis.

A pesar de la carencia de un verdadero conflicto y que el trasfondo de la obra se limita a una serie de pruebas psicológicas con alguna que otra aventura intrascendente (en ese sentido me ha recordado a Invernáculo), hay aspectos en la novela que no están mal. En primer lugar Brian W. Aldiss hace una estupenda labor de ambientación post-apocalíptica. Guerras, atomización de la sociedad, vuelta a ciudades-estado regidas por dictaduras, retorno a grupos tribales establecidos en pequeños núcleos rurales. Y la naturaleza que se apodera de todo una vez paralizada la actividad industrial y concluído el dominio del hombre. La exposición de las terribles condiciones de vida a que se ven sometidos cuando se pierden las comodidades de la civilización también ayudan a ponernos en situación: hambre, frío, enfermedades. Sin duda esta es la parte más destacable en mi opinión. El autor británico hace también muy buen trabajo a nivel técnico, alternando el desarrollo principal a finales de los 2020s con flashbacks en que nos va revelando cómo ha sido la vida de Barbagris desde que se produjo aquel terrible acontecimiento. Por cierto que desde un punto de vista hard/científico, el desastre nuclear está bastante bien trabajado y al tratarse de un libro escrito a principios de los 1960s, permite que nos hagamos una idea del nivel de paranoia que conllevó la Guerra Fría. Sin embargo y por no dar una idea equivocada, no esperéis un Children of men (Alfonso Cuarón, 2006), sino algo mucho más aburrido.

2 abr 2020

La velocidad de la oscuridad - Elizabeth Moon

Sin profundizar demasiado y por dar una idea rápida y general de esta novela, se podría decir que La velocidad de la oscuridad es una versión de Flores para Algernon actualizada al siglo XXI. Aunque la acción transcurre en un futuro muy próximo sin concretar, el tono global del texto se alinea con el tratamiento contemporáneo que se da a las personas que sufren algún tipo discapacidad intelectual: una integración en la sociedad adecuada a sus limitaciones. El protagonista es un hombre adulto con autismo que trabaja en una empresa farmacéutica, en un departamento donde solo trabajan personas autistas en algún tema relacionado con la detección de patrones en grandes conjuntos de datos. El conflicto surge porque se ha descubierto un tratamiento que puede ser efectivo para curar este trastorno en los adultos que aún lo sufren, ya que desde hace algún tiempo los niños que nacen con esta enfermedad pueden tratarse precozmente con éxito. Y por razones bastante oscuras e interesadas, un directivo con muy pocos escrúpulos pretende obligar a todo este departamento a someterse a él.

Desde un punto de vista narrativo el libro es muy correcto. Tiene su trama principal, algunas subtramas que permiten crecer emocionalmente al protagonista, guiar sus decisiones, etc. Ahora bien, debido a la simpleza y poca profundidad de lo que se narra, todo tan lineal y explicado hasta el más mínimo detalle, tiene un aire a bestseller que no juega a su favor. Elizabeth Moon tiene un hijo autista, así que resulta fácil entender por qué el personaje principal está tan bien caracterizado. No obstante la autora explota hasta la saciedad las características más conocidas de este trastorno, que de una manera u otra están presentes en todo momento en el texto: una inteligencia lógico-matemática por encima de la media, las grandes dificultades para socializar, sus limitaciones en comunicación verbal, los tics nerviosos, etc.

El libro resulta fácil de leer pero es bastante intrascendente. Se apoya demasiado en la trama corporativa para guiar el desarrollo, y lo cierto es que no tiene demasiados visos de verosimilitud. Desde mi punto de vista quizás lo peor de todo sea el tono benvolente y optimista que rezuma la historia. Resulta muy positivo que como sociedad hayamos avanzado para tratar con todo respeto a cualquier persona y grupo; que como colectividad nos organicemos y pongamos los recursos necesarios para ayudar a la integración de quienes más problemas tienen. Esta aclaración es bastante innecesaria, pero dicha queda. De todas formas desde el punto de la ficción, resulta mucho menos intersante enfrentarse a buenas que a las peores intenciones. Por eso la novela de Daniel Keyes ha trascendido al público general al margen de la ciencia-ficción y ésta dudo mucho que lo haga a pesar de que también ha sido premiada con un Nebula.
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