29 abr 2021

El caballero inexistente - Italo Calvino

Agilulfo Emo Bertrandino de los Guildivernos y de los Otros de Corbentraz y Sura, caballero de Selimpia Citerior y de Fez, sirve al emperador Carlomagno en su lucha contra los musulmanes que amenazan su imperio en una guerra que se prolonga ya muchos años. Agilulfo es un modelo de dedicación y entrega en la contienda. Pero no existe. Es decir, dentro de su armadura blanca, no hay nadie. Aun así, debido a su gran fuerza de voluntad y su fe en la santa causa que los mueve, es capaz de prestar sus inestimables servicios.

El caballero inexistente me ha parecido por encima de todo una historia divertidísima en forma de libro de caballería. Detrás de todos los tópicos de aventuras que podamos asociar al género (batallas contra los infieles, secuestros de doncellas, los Caballeros del Santo Grial, etc. etc.), hay un enfoque humorístico inequívoco que provoca la risa por los disparates que se narran sobre los numerosísimos personajes que se embuten en una trama tan breve.

De todas formas no hay que olvidar en ningún caso que Italo Calvino trata además muchos temas de transfondo filosófico para dotar de sustancia al texto. La existencia, la voluntad, la indentidad. La percepción de uno mismo y de los demás. Todo ello orientado a destacar la profunda contradicción que bulle dentro del ser humano. Temas sociales también hay: los abusos del poder, la búsqueda de una sociedad igualitaria. De todas formas cada uno de estos apectos puede ocupar poco más que una página o unos cuantos párrafos aquí y alla. No creo que el autor italiano tuviera en su ánimo hacer un tratado sobre ninguno de ellos. Actúan como contrapuntos a una trama aparentemente frívola de la que destacaría el dominio del lenguaje de Calvino, pues logra transportarnos a la Edad Media (o a la idea que ha tenemos de la misma), con la ayuda de sintaxis arcaizantes y el léxico propio de las historias de caballería. En definitiva una obra divertida y con mensaje que se lee en un par de sentadas. ¡Y a otra cosa, mariposa!

26 abr 2021

Todo esto para qué - Lionel Shriver

Shepherd Knacker frisa los cincuenta cuando por fin decide cumplir el sueño que tiene desde que era un adolescente: macharse a algún lugar del mundo donde sus dólares norteamericanos le permitan vivir desahogadamente el resto de su vida. Ha trabajado duro, y una buena oportunidad en los negocios le ha permitido ahorrar el dinero suficiente para lograrlo. Sin embargo ha sido objeto de burlas de sus compañeros de trabajo durante mucho tiempo. Su propia familia lo ha considerado más bien una excentricidad de su carácter, un sueño algo ingenuo pero irrealizable que toleraban porque le permitía seguir adelante con ilusión. En cualquier caso él siempre lo ha tenido muy claro y ya ha elegido el destino: Pemba, una paradisíaca islita en la costa de Tanzania. Ha comprado tres billetes solo de ida para él, su mujer Glynis y su hijo menor Zach. Tiene muy claro que se marchará con o sin ellos. Cuando por fin se lo cuenta a su esposa se encuentra con una noticia terrible que le hace desistir de inmediato: a Glynis le acaban de diagnosticar un cáncer muy poco frecuente y de muy mal pronóstico. Así que no se lo piensa ni un instante y abandona su sueño para ayudarle en todo lo posible.

La toma de contacto con Lionel Shriver ha supuesto una conmoción. Todo esto para qué es la novela más asombrosa que llevo leída en lo que va de año. Es demoledora, despiadada, brutal. Pero es absolutamente veraz. Como bien indicaba el convincente gon en Mis lecturas de 2020 ordenadas en 10 niveles distintos de disfrute personal, del entusiasmo al aburrimiento, que fue quien me lo dio a conocer y a quien no podré estar nunca lo suficientemente agradecido (¡gracias, gracias de verdad! ¡Gracias!), estamos ante un título que trata del dinero, la enfermedad y la familia. Es decir: LOS TEMAS. Pero por aquello de ocupar algo más mi tiempo y no terminar la reseña aquí, veo esas tres cuestiones y por afinarlas un poco más los pareo respectivamente con el capitalismo, la muerte y la incomunicación.

Shriver emplea el texto para realizar una crítica feroz y totalmente justificada al modelo de salud privada de los EE.UU. Sabido es el problema que supone a los estadounidenses garantizar su salud, aunque en realidad todos aquellos que vivimos en países con sistemas de salud pública y universal no somos conscientes de su verdadera magnitud. Incluso contando con un seguro médico como un beneficio de la nómina (algo muy habitual en el llamado país de las oportunidades, ¡ja, ja, ja! ¡Perdonad que me ría!), los copagos, las coberturas, las franquicias, los coaseguros y demás zarandajas con que las aseguradoras garantizan su margen beneficio consiguen que el mesotelioma de Glynis se funda en pocos meses los $700.000 que Shep tenía destinados a su jubilación anticipada. La escritora norteamericana emplea al mejor amigo del protagonista para censurar la gestión de los impuestos de USA. Sus invectivas filoanarquistas y antisistema resultan divertidas por el entusiamos con que se expresan, y desde luego incuestionables en el fondo, pero por desgracia son patéticas en su desesperación e inutilidad.

¿Y qué decir del análisis de la familia y la incomunicación al que nos vemos obligados a asistir? Porque Shriver nos fuerza a contemplar las miserias que existen en todas las familias. No nos ahorra un disgusto. Lo bueno es que lo hace con un tino y una perspicacia que te deja asombrado, estupefacto. Esa universalidad de mezquindad humana hace que una autora que por nacimiento está alejada de mi experiencia personal miles de kilómetros y más de una década, sea capaz de recrear en sus personajes actitudes que me han congelado la sangre por las incuestionables similitudes que existen entre una familia de ficción y la mía. Resultaría lamentable y rastrero entrar en detalles, pero casi con total seguridad también lo habréis visto en las vuestras: avaricia, egoismo, indiferencia, mentira, manipulación, desapego, desinterés,... En fin para qué seguir. Y ojo que tampoco quiero que penséis que yo estoy en el lado bueno. En una familia cualquiera hay cizaña para todos. Eso es lo que se cuece dentro de uno de los pilares de la sociedad. Y no nos olvidemos de la enfermedad y la muerte. Dos de los mayores tabúes actuales que existen actualmente en occidente. El primero nos vuelve indeseables ante los demás y el segundo nos desarma al exponernos sin reparos al gran misterio de la existencia humana. ¿No querías caldo? ¡Pues toma dos tazas!

Supongo que a estas alturas es más que evidente que éste es uno de los libros más reveladores del 2021, el cual dudo que pueda ser desbancado de mi top 3 personal en lo que queda de año (y quedan unos cuantos meses todavía). A pesar de su calidad incuestionable, no estoy seguro de que se pueda recomendar a tontas y a locas. No solo porque los temas no son del agrado de todo el mundo sino porque Shriver escribe como si diera cuchilladas. Cada una de sus frases contiene tantas verdades que se tienden a bloquear inconscientemente para evitar el dolor que nos producen, que enfrentarse a ellas se siente como una flagelación. Imposible deprimirse ante personajes que mantienen un optimismo insensato en circunstancias terriblemente adversas, al igual que asombran aquellos otros que no se avergüenzan de alinearse con el pesimismo filosófico y que dudan mucho de que la vida sea un regalo. Porque ese mensaje gusta en este blog, mucho más si viene acompañado de una obra tan redonda.

22 abr 2021

Señor del espacio y el tiempo - Rudy Rucker

Viernes por la tarde. Joe Fletcher se dirige al aparcamiento tras acabar su jornada laboral en Softech. Cuando entra en el coche para volver a casa se encuentra con su viejo colega Harry Gerber sentado en el volante. Un Harry de tan solo cinco centímetros. Y una versión aún más pequeña de su amigo está en la caja de cambios. Y unas motitas que corretean por el salpicadero también parecen versiones cada vez más reducidas de Harry. El mayor de ellos le cuenta que viene del futuro. Pero para que eso sea posible, va a necesitar que mañana sábado le lleve $2.000 a la tienda de reparación de electrodomésticos donde trabaja tras el cierre de Fletcher y Cía. Así podrá construir el blúnzer, un artefacto que va más allá de una simple máquina del tiempo, pues le permitirá llegar a convertirse en el Señor del Espacio y el Tiempo.

Señor del espacio y el tiempo es una novela que juega con conceptos habituales en la ciencia ficción pero con un enfoque claramente humorístico y disparatado. Se trata de una actualización de los cuentos tradicionales con genios que conceden tres deseos, pero desarrollada con elementos de ciencia-ficción de cierto peso científico, como la física de partículas o los espacios multidimensionales. Pero que nadie se asuste, por más que estos puntos de apoyo puedan tener cierta conexión con teorías científicas reales, no son más que simples estrategias para buscar la complicidad con el lector friki salido del fandom. No en vano el propio Rudy Rucker además de tener una sólida formación universitaria en ciencias exactas, se interesa por la filosofía y las sustancias enteógenas.

Aunque el objetivo de la novela es divertir, con lo cual uno no esperaría demasiada profundidad, hay que reconocer que logra momentos gloriosos retorciendo paradojas temporales y describiendo escenas demenciales y absurdas con un marcado transfondo matemático. De todas formas el formato es bastante simple: acción agotadora y desmadrada con diálogos ligeros todo el rato. No obstante la novela tiene también algo de sátira. Rucker se ceba especialmente con las religiones y los gobiernos. Y desde luego sabe encontrarle un punto perverso a los deseos que se conceden mediante el uso del blúnzer, empleando para ello en el giro habitual que hace que terminen volviéndose en contra de quien los ha solicitado. En el lado negativo, le he encontrado un ligero tufo machista que históricamente siempre se asocia a los frikis. No sé si el hecho de que se escribió en 1984 puede llegar a justificarlo, pero me ha rechinado un poco tanto insistir en tías buenorras con tetas como pomelos, a lo que se suman unas pinceladas de homofobia, ocasionales pero irritantes. Es fin, es una novela simpática y ocurrente a ratos, pero bastante intrascendente, las cosas como son.

19 abr 2021

La única criatura enorme e inofensiva - Brooke Bolander

Regan es una joven trabajadora que ha sufrido un envenenamiento por pintura radiactiva. Muchas de sus compañeras ya han muerto, y a ella no le falta mucho. Mientras llega ese día, se está encargando de enseñar a unas elefantas a hacer el que antes era su trabajo. Paquidermos desahuciados de circos y zoos, comprados por dos duros por la empresa que la ha condenado a muerte, y que son especialmente útiles en esta tarea porque resisten mucho mejor la radiación. Además los humanos se pueden comunicar con ellos mediante un lenguaje de signos cuyos rudimentos se conocen desde hace algún tiempo. Una de las elefantas se llama Topsy y es muy peligrosa. Ya ha matado a varias personas, domadores del circo o simples curiosos que la torturaban y maltrataban porque solo es un animal. Regan quiere dejar todo de dinero que pueda a su familia antes de morir, pero se siente traicionada por el mundo. Así que dar a Topsy el mismo tratamiento que ella ha recibido le parece una infamia injustificable.

Esta es la línea argumental de La única criatura enorme e inofensiva que se ha dado a conocer en casi todos los medios culturales y blogs de reseñas. Brooke Bolander parte de dos sucesos reales ocurridos a principios del S. XX para ficcionar una historia que denuncia unos hechos tan indignantes como tristes. Por un lado, el envenenamiento por radio de las trabajadoras de la U.S. Radium Corporation. Por otro la ejecución pública por electrocución de la elefanta Topsy, un animal que torturado en un zoo, se vengó matando un total de tres personas. Esta trama me ha resultado devastadora, no solo porque se haya inspirado en unos acontecimientos tan abyectos, sino porque tras pasar por la pluma de la escritora norteamericana, consiguen emocionar e indignar aún más. Pero esto no es todo lo que podemos leer en esta novela de poco más de cien páginas, hay más.

Tambien conoceremos a Kat, la empleada de una gran corporación con una tarea muy amarga: convencer a la gran matriarca de las elefantas para que se sacrifiquen en nombre de la humanidad. En esta subtrama, situada en un futuro indeterminado tras la historia de Regan y Topsy, los humanos proponen a las paquidermas pintar su piel con una pintura radiactiva para que quienes las vean sean conscientes del peligro que acecha en la montaña en que los animales viven. Por último y como tercera subtrama, conoceremos los orígenes de la leyenda de las elefantas como portadoras de la tradición oral de su especie. Estos dos hilos argumentales no me han resultado tan apasionantes como el expuesto en primer lugar. La historia de Kat no es nada compacta, hay demasiada indefinición para mi gusto. Como idea global solo me transmite que el ser humano es egoista sin remedio. Condenado por sus genes a repetir todas sus malas acciones una y otra vez, sin que le quede otra alternativa. Y respecto a la última, el mito de las elefantas está narrado en una prosa poética que a mi personalmente me ha resultado difícil de seguir. Desde luego no le quito el mérito de evocar una narrativa oral transmitida por otra especie, pero eso no la hace especialmente inteligible. En definitiva, no tengo claro si la historia de Regan y Topsy me sirve para salvar la impresión general del libro, o bien las otras dos consiguen tumbar el resultado. Como yo también soy de la opinión de que el ser humano no tiene remedio, le doy un aprobado raspado.

16 abr 2021

Babel-17 - Samuel R. Delany

La Alianza ha sufrido una serie de sabotajes por parte de los Invasores en los últimos meses. Cuando se han producido siempre se han recibido emisiones un idioma desconocido al que se asigna el nombre en clave de Babel-17. Después de un estudio exhaustivo, los especialistas del ejército no han sacado nada en claro, así que recurren a Rydra Wong, una joven poeta de 26 años conocida por sus antologías en casi toda las galaxias exploradas. Wong trabajó unos años con los lingüistas militares y demostró unas habilidades extraordinarias en el análsis de lenguajes alienígenas, así que ella es la última oportunidad de la Alizanza para hacer frente a los ataques.

Babel-17 es una de las novelas de ciencia-ficción que suelen aparecer en todas las listas del género cuando se habla de su relación con la lingüística. En concreto y vía Wikipedia, me entero de que Samuel R. Delany desarrolla en esta obra la idea del determinismo lingüístico, esto es, que las lenguas, con su gramática, su sintaxis y su léxico en particular, dan forma y condicionan el pensamiento y la realidad que perciben sus hablantes. Como es un tema que siempre me ha interesado, tenía este libro pendiente desde hace años. Vistas las intenciones, la lectura pintaba estupendamente, pero para mi desgracia ha sido un fiasco total. Os paso a explicar los porqués.

Pera empezar, la novela es una space-opera cuyo desarrollo apenas se apoya en los conceptos psicolingüísticos que supuestamente dieron lugar a su escritura. A efectos prácticos esto supone que apenas un 10% del texto trabaja sobre la hipótesis de Sapir-Whorf. El resto es lo habitual en este subgénero que tantas y tantas malas experiencias me ha proporcionado: descripción de elementos fantásticos, giros de trama sin ninguna coherencia con lo narrado, acción a raudales cuya única intención es asombrar al lector. Nada de lo cual aporta nada de interés a la historia, pues en realidad se trata simplemente de una aventura insustancial. Eso no quita que algunas ideas me hayan parecido muy buenas, por ejemplo, los personajes procedentes del plano espiritual, algo que hasta el momento yo solo había visto en Ygdrasil. Pero está claro que una buena idea tiene que tener sentido dentro de la obra en que aparece para que podamos apreciarla. Si no, no deja de ser más que una ocurrencia original metida con calzador.

Al margen de mi rechazo visceral a las space-operas, hay que añadir que en este caso el universo en que transcurre no está demasiado bien definido. En primer lugar no sabemos muy bien en qué momento transcurre la acción, aunque por alguna referencia parece ser que podríamos estar en el siglo XXIII(1). Por otro lado, a la explicación del contexto del Universo conocido, la Alizanza y los Invasores, el autor norteamericano le dedica solo cuatro frases en todo el libro(2). Y luego tenemos las típicas pamplinas de las space-operas para buscar la conexión con el lector contemporáneo, con referencias culturales anacrónicas y absurdas propias de nuestro tiempo: James Bond, canicas, los fuegos artificiales de la fiesta del 4 de julio, etc. (al menos el piloto de la nave no lleva un sombrero de cowboy, algo es algo). ¿Y qué decir de las chorradas pseudocientíficas? Corrientes de hiperestasis, transmisores hiperestáticos a base de electroplastiplasmas, la memoria de tensión de los materiales polarizados, zonas espaciales radio-densas,... En fin lo que viene siendo un despropósito. Como ya me pasó con Nova, a todo esto se suma que la traducción es terrible a todos los niveles. Esto hace que los pocos momentos en que podría haberme interesado por la novela, es decir, cuando se habla de la relación entre lenguaje y pensamiento, me hayan parecido un sinsentido por una sintaxis incomprensible y la lamentable elección del vocabulario.

Pero por no poner más inconvenientes, además de las almas incorpóreas que actúan como sentidos aumentados en las naves espaciales, destacaría dos puntos que entroncan directamente con la ciencia-ficción soft. El escritor estadounidense defiende en las páginas de este libro la validez de las relaciones sentimentales que involucren a más de una persona. Este alegato poliamoroso se manifiesta en una triada de tripulantes de la nave espacial capitaneada por la protagonista que deben estar enamorados para compenetrarse adecuadamente en sus funciones. En la novela son dos hombres y una mujer, pero también se mencionan triángulos afectivos dos mujeres y un hombre. Por otro lado, en la sociedad terrestre son habituales las operaciones de cirugía estética orientadas a transformar el cuerpo humano e incorporar todo tipo de modificaciones increíbles: colmillos, garras, pieles animales, etc. etc. Estos dos alegatos a la normalización de otros modelos afectivos y al poder del individuo a la hora de definir su identidad (aunque sea a base de bisturí e implantes), podrían tener que ver con que Delany siempre ha sido abiertamente gay. Lo cierto es que ni lo uno ni lo otro condicionan la trama en lo más mínimo, así que este apunte es solo una apreciación personal por buscarle algo de sentido a su inclusión, que desde luego a mí me parece muy positiva y valiente, máxime teniendo en cuenta que la novela data de 1966. En cualquier caso, en mi opinion a la historia no hay por dónde cogerla y no merece la pena dedicarle ni un minuto. Sin embargo, para mi sorpresa es uno de los títulos seleccionados por el ínclito Miquel Barceló en su guía de lectura. Como la noche y el día, vaya.



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(1) "Pero los griegos fueron poetas hace tres mil años, y tú eres poeta ahora".
(2) "Había nueve especies en las siete galaxias al día (sic) exploradas por los viajes interestelares. Tres se habían agrupado definitivamente en la Alianza. Cuatro estaban del lado de los Invasores. Dos eran neutrales".

13 abr 2021

Parentesco - Octavia E. Butler

Dana y Kevin acaban de mudarse a su nueva casa en Los Angeles, California. Son un joven matrimonio interracial de escritores, ella una mujer negra, él un hombre caucásico, algo que a mediados de los 1970s y en según que estados del los EE.UU. no era demasiado problemático. Todavía están desembalando cajas cuando Dana sufre un mareo y se desvanece en el aire. Cuando vuelve en sí, está en un bosque, junto a un río en se está ahogando un crío de 3-4 años. Sin pensarlo se lanza a por él, lo saca del agua y lo salva haciéndole el boca a boca. Para descubrir a continuación que la madre del pequeño empieza a gritarle acusándola de haberlo matado y verse apuntada por el rifle que sostiene el padre. En ese instante se desmaterializa de nuevo y al recuperar la consciencia está de vuelta en su vivienda. A lo largo de los siguientes días, experimentará más veces estos extraños episodios que la vinculan con la vida de aquel niño que salvó de morir ahogado. Pronto descubrirá que se llama Rufus y que vive en un estado sureño de los EE.UU. a principios del S. XIX, cuando la esclavitud era legal. Y siendo ella afroamericana, esos viajes en el tiempo/espacio pueden acarrearle grandes problemas.

La premisa de Parentesco entronca más bien con el género fantástico en general que con la ciencia-ficción, ya que no hay absolutamente ninguna justificación de los viajes espaciotemporales que experimenta la protagonista. Sin embargo, ahí queda toda su relación con el género. En realidad estamos ante una novela que solo se puede enteneder como una denuncia al racismo desde un enfoque feminista. En ese sentido es demoledora, pues nos expone sin cortapisas a la brutalidad de una sociedad esclavista. Opresión, humillación, sometimiento, maltrato, abusos, violaciones, torturas. Todo ello consentido por la ley, que siempre ha demostrado ser un instrumento al servicio del poder más que de la justicia. Ése era el mundo en el que nacían, crecían y morían los esclavos negros en EE.UU. Por supuesto tanto en el momento de escritura de este título como en los 2020s, el racismo sigue siendo un problema. Pero no olvidemos que estamos hablando de exponer a la esclavitud a una mujer afroamericana de una sociedad contemporánea. Evidentemente, en este conexto Dana establece una relación de sumisión/dominación con Rufus y su familia, relación que irá complicándose cada vez en cada viaje al pasado. Y no solo con los amos blancos, sino también con el resto de esclavos de la granja. En ese sentido me ha parecido que el proceso de interiorización y asimilación de la propia condición de esclavo está perfectamente descrito. De esta manera, puede llegar a sentirse como un orden natural que no se ha de cuestionar, o cuyo posible enjuiciamiento se bloquea como parte de una estrategia de supervivincia.

La novela resulta interesante desde un punto de vista sociológico e histórico. El estilo de Octavia E. Butler es bastante sencillo, pero crudo. No nos oculta ningún horror, no solos los propios de la esclavitud, sino también los de una sociedad terriblemente atrasada: enfermedades, analfabetismo, insalubridad, fanatismo, muertes durante el embarazo y el parto, etc. Como ya he comentado un poco más arriba, los aspectos fantásticos no tienen apenas peso y son un mero instrumento sin justificación para poder desarrollar el conflicto racial y feminista. En realidad a nivel narrativo la historia no me ha parecido gran cosa. No destaca por su originalidad ni tampoco causa asombro. Eso sí, como artefacto de denuncia es totalmente imprescindible. Cien libros más como éste tendrían que publicarse todos los años para que no se nos olviden las infamias que forman parte del ADN de los hombres blancos.

10 abr 2021

H. P. Lovecraft - Michel Houellebecq

Siendo fieles a la verdad, resulta difícil denominar ensayo a este opúsculo de apenas cien páginas de extensión. H. P. Lovecraft es un elogio al autor de Providence escrito por un fan para goce y regocijo personal y del resto de sus fans. Según nos indica el propio Michel Houllebecq en sus páginas, tenía poco más de 32 años cuando empezó a redactarlo. Se trata por tanto de una obra primeriza en la que prima el entusiasmo sobre el rigor. Que no es que no lo tenga, ojo. Como gran seguidor de Lovecraft, todas las opiniones vertidas en el libro están basadas en el conocimiento que el autor francés tiene de su obra, además de fuentes fidedignas convenientemente recopiladas en la bibliografía (biografías, cartas, etc.). Sin embargo no estamos ni ante una biografía ni ante un ensayo, sino más bien una alabanza al gran maestro del terror cósmico que he disfrutado de cabo a rabo. Tanto es así que tuve que dosificarla para no terminarla de una sentada, aunque es tan poquita cosa que lo hice en solo dos.

El subtítulo 'Contra el mundo, contra la vida' ya nos da una pista de por dónde van los tiros. A quienes conozcan su faceta de novelista no les sorprenderá el enfoque de pesimismo filosófico con que Houellebecq aborda este ensayo. Probablemente sea el elemento clave en la simpatía que el francés siente por el norteamericano. El desinterés y desapego de Lovecraft por los goces sensuales de la vida y su estoicismo, quizás como resultado del puritanismo de su familia, terminan provocando la génesis de una línea narrativa de terror tan rompedora como original. No en vano los Mitos de Cthulhu es un caso excepcional y único en la historia de la literatura: no existe otro autor cuyo estilo y temáticas hayan servido para inspirar a decenas de escritores que no se avergüenzan de tratar de copiarlo; al contrario, su intención es  precisamente continuar su mitología como si se tratara de él mismo.

A mi el libro me ha resultado muy, muy interesante, algo que no sorprenderá sabiendo mis filias, no solo por la literatura y el cine de terror, sino también por el enfoque fatalista que no puedo evitar imprimir a la existencia humana. Lo que no me encaja en absoluto es el prólogo a cargo de Stephen King, quien con un optimismo insultante se atreve a cuestionar el punto de partida básico de Houellebecq para explicar a Lovecraft: que la vida resulta dolorosa y decepcionante (cuestiones que también se abordaban en La conspiración contra la especie humana de Thomas Ligotti). Lo peor del caso es tener que leer algo así cuando es sabido que el de Maine ha pasado más de una vez en su vida por un infierno de alcohol y drogas, algo super habitual entre todos aquellos que consideran que la vida es un regalo que debemos agraceder. Me temo que esa cultura estadounidense de la positividad a cualquier precio me parece agotadora y falaz. En fin, volviendo al ensayo, los pocos detalles biográficos aportados resultan imprescindibles para entender a Lovecraft: un racismo contumaz unido a unos modales exquisitos, su fracaso continuado en el país que encumbra a los triunfadores, sus grandes penurias económicas, su franca torpeza en el terreno sentimental, una modestia que linda con el masoquismo. También se señalan algunas características diferenciadoras de su prosa, a la cabeza esa adjetivación sobrecargada  para expresar horror y repugnancia. También la importancia de la arquitectura a la hora de crear los mundos en que transcurren sus relatos y novelas, o que fue pionero en incorporar elementos científicos (genética, geografía, etc.), producto de su vastísima cultura. No se puede negar que el francés ha llegado a conocerlo bien y nos ha aproximado a su vida y su obra de una manera extremadamente concisa, pero muy acertada. Tanto es así que durante la lectura no hacía más que pensar en leer el segundo tomo de la Narrativa Completa de Lovecraft de Valdemar. Espero poder hacerlo a largo de este año.

7 abr 2021

¡Y he aquí que era un sueño! - Rhoda Broughton

Creo que con ¡Y he aquí que era un sueño!, subtitulado 'Historias inquietantes', voy a terminar mi aproximación a la literatura victoriana de terror por este año. En realidad el hecho de haber leído tres autoras británicas decimonónicas encuadrables en este género en apenas tres meses no ha sido premeditado. Simplemente tengo una lista de libros pendientes para tomar prestados de alguna de mis bibliotecas habituales y voy sacándolos según su disponibilidad. No tengo nada personal contra Rhoda Broughton, no me ha parecido ni mejor ni peor que Amelia B. Edwards o Edith Nesbit, a quienes leí en febrero y marzo respectivamente. Lo que ocurre es que los parámetros en que se mueven todos los relatos cortos de este subgénero son muy parecidos, así que como muestra, bien me valen tres botones. Los títulos de los cuentos que aparecen en este tomo son:

  • La verdad, toda la verdad y nada más que la verdad
  • El hombre de la nariz
  • ¡Y he aquí que era un sueño!
  • Pobre hermoso Bobby
  • Bajo la capa
  • Lo que significaba
  • Día de renta
Me veo obligado por tanto a repetir poco más o menos lo que mencioné al hablar de esas otras dos autoras. Para empezar para el lector contemporáneo los relatos pecan de cierta ingenuidad y aunque muchos de ellos incluyan espectros, apariciones o espíritus de recién facellidos que se despiden de sus amadas antes de perderse en el más allá, miedo, lo que se dice miedo, los cuentos no dan. Yo más bien calificaría su temática como "misterio", porque al fin y al cabo se limitan a relatar de manera bastante inocente sucesos sobrenaturales. Luego tenemos el gran peso del formato epistolar a la hora de desarrollar el texto. Prácticamente todos incorporan un intercambio de cartas como forma de narrar los acontecimientos.

¿Hay alguna particularidad en el estilo de Broughton? Los cierto es que sí. Ya en el prólogo nos avisan de que su gran cultura literaria hizo que llenara sus cuentos de referencias a obras de otros escritores, bien contemporáneos suyos, bien clásicos. Por suerte están convenientemente explicadas con notas al pie de página, porque si no desde luego a mí se me habrían escapado la mayoría de ellas. También sus descripciones con extremadamente detalladas, mucho más de lo que cabría esperar en relatos cortos. Finalmente varios cuentos compilados en este tomo se cierran con una afirmación que ha de entenderse como un recurso más para impresionar al lector: la autora nos indica que la historia relatada ocurrió en realidad, pero que se ha visto obligada a cambiar los lugares y los nombres de los personajes implicados. En definitiva, un poco lo de siempre. Vistos en perspectiva, por originalidad y variedad de temas tratados, de los tres libros que he leído sin duda me quedo con El carruaje fantasma y otras historias sobrenaturales. Es perfecto para hacerse una idea de cómo se entendían las historias de terror en la Inglaterra victoriana y para mi gusto, el más entretenido.

4 abr 2021

Poemas - Jean Genet

Hay un total de seis poemas de Jean Genet en este tomo denominado simplemente, Poemas. Son seis piezas bastante extensas que enlazan temáticamente con sus novelas Santa María de las Flores y El milagro de la rosa. Así pues, en ellos nos encontramos con delincuentes, marginalidad, camaradería y un erotismo y deseo homosexual descarnado que se exalta y contrapone a la sociedad, pues excluye su mera  expresión y termina cercenándolo mediante la cárcel y la pena capital. Algunos de estos poemas se dedican a personajes que aparecían en los libros mencionados anteriormente: Pilorge y Harcamone, individuos de la peor calaña que robaron el corazón al autor francés. Los títulos son:

  • El condenado a muerte
  • Marcha fúnebre
  • La galera
  • El desfile
  • Un canto de amor
  • El pescador del suquet
El librito no llega ni a las cien páginas, pero no puedo decir mucho más de él. Lo único que me ha resultado inteligible es el breve prólogo a cargo del traductor, Antonio Martínez Sarrión, donde nos da unas pocas pistas para entender la obra poética de Genet. Pero me temo que estar avisado de sus particularidades no es de mucha ayuda de cara a comprenderla, no digo ya disfrutarla. Si su prosa resulta difícil de seguir por ese lirismo que la caracteriza, cuando se pone a escribir versos es prácticamente incomprensible. Se altera la sintaxis de manera inconcebible, no hay signos ortográficos a excepcion de los puntos, la adscripción a una métrica se consigue a base de trocear convenientemente frases que se pueden extender a lo largo de varias estrofas. Y las únicas imágenes que he conseguido entrever tienen que ver con el sexo, ya sea porque incluyan directamente los genitales masculinos o porque tengan un simplismo manifiesto. Reconozco que nunca se me ha dado bien la poesía, pero desde luego Genet se lleva la palma. Nunca me había topado con versos más obtusos. La verdad es que no sé por qué insisto con este género, si es que a siete libros de poemas en once años se le puede llamar insistir.

1 abr 2021

Estado de gracia - Joy Williams

Kate es una joven que estudia Filología francesa en alguna universidad de un estado sureño de los EE.UU. Conoce a Grady en un cine, se enamoran, ella se queda embarazada, se casan. Los dos dejan la universidad por algún tiempo y se van a vivir a una destartalada roulotte en mitad del bosque. A pesar de este paisaje idílico, Kate ha tenido una infancia complicada marcada por su familia. Su padre era el predicador de una pequeña isla de la costa noreste de USA. Cuando ella tenía unos ocho años, su hermana mayor murió en un accidente de tráfico. Tenía tan solo once años y conducía su madre. La relación entre sus padres no era muy buena por aquel entonces. Su madre no parecía estar muy bien de la cabeza, y su padre tampoco, a qué engañarnos. Hablaba poco y siempre en términos religiosos. Aun así intentaron tener un niño después de perder a su hija mayor. Por desgracia la madre murió antes de dar a luz y se llevó el bebé consigo. Con este bagaje, está claro que las cosas no pintan bien para Kate y Grady.

La dupla "Joy Williams/autora de culto" aparece en casi cualquier referencia que busquemos sobre ella. Yo no tengo muy claro que sea positivo ganarse ese título, pero sus razones debe haber. Si no me equivoco, con el tomo que me ocupa hoy ya he leído todas las obras de esta escritora que se han traducido al castellano. Aunque los Cuentos escogidos me gustaron, sus novelas Los vivos y los muertos y El hijo cambiado me dejaron bastante indiferente. Lo que soy yo, no había visto motivos para considerarla autora de culto hasta haber leído Estado de gracia. Porque esta novela brilla con luz propia. Se trata sin duda del libro que le otorgó ese calificativo tan ambivalente. Porque estamos ante una de las obras más originales, innovadoras y sobresalientes que he leído en mucho tiempo. Solo por esta maravilla escrita en 1973, Joy Williams se merece un puesto en mi Olimpo personal de autores favoritos. Y a continuación voy a tratar de explicar por qué.

Dividida en tres partes, la primera y la última están narradas en primera persona por la protagonista adulta. En la central, con un narrador testigo en tercera persona, se nos relata su infancia, que revela datos de que nos darán pistas sobre su forma de ser. Aunque en realidad no podemos estar seguros. La información que se nos ofrece es parcial, sesgada y cada uno de los personajes expondrá su versión (interesada) de los hechos. Tendremos que asumir bien pronto que no hay una verdad única y que nadie nos va a solucionar la lectura. Que vamos a tener que esforzarnos en atar cabos. Y ni siquiera así se  garantiza nada. Lo que está claro es que Williams consigue infundir la sospecha sobre algún acto ominoso que preside la relación entre Kate y su padre. ¿O son solo imaginaciones nuestras? Porque cuando la joven toma la palabra, la ambigüedad y la indefinición siguen muy presentes en la páginas, solo que de una forma mucho más innovadora.

En segundo libro la narración es más convencional. Hay una cierta linealidad, y aunque haya saltos temporales, no dejan de ser nada a lo que no estemos acostumbrados. No plantean mayor dificultad. Pero los libros primero y tercero, con Kate como narradora, son dos piezas asombrosas en las que, por definirla de alguna forma, la linea temporal zigzaguea sin descanso. Nunca estaremos del todo seguros de si los acontecimientos son presentes, pasados o futuros. Esa incorporeidad del tiempo, junto con la más que cuestionable fiabilidad de la narradora, nos sumergen en una bruma que proporciona un innegable matiz onírico a estas dos secciones. Y la demoledora presencia de su padre consigue que esas imágenes salidas del inconsciente resulten pesadillescas a ratos. La fragmentación del texto permite a Williams escribir lo que podría ser el pensamiento de una joven perturbada. Le resulta casi imposible ser coherente, pero a medida que la narración avanza iremos adquiriendo cierta perspectiva y las cosas empezarán a cobrar sentido. O casi, porque como ya he dicho algo más arriba, la aproximación será incompleta, aunque suficiente para dejarnos la cabeza vibrando con la sensación de haber estado expuestos a una una historia sublime.

Para terminar no quiero dejar de hablar sobre un componente presente en la novela que ya conocía del resto de sus libros. Se trata de un innegable cuestionamiento de la relación del hombre con los animales desde una perspectiva claramente animalista. Esto también se suele mencionar en casi todas sus entrevistas y como ya he dicho en otras reseñas, tiene el mérito añadido de formar parte de su obra desde tiempos tan remotos en el movimiento de los derechos de los animales como principios de los 1970s. De todas formas que nadie se alarme, sus comentarios al respecto, aunque incomodan e incluso te dejan abatido en según que caso, encajan en el discurso de los personajes. No es que abunden pero se hacen notar, junto con otros tantos sobre ecologismo o racismo. En mi opinión estamos ante una obra imprescindible de la literatura estadounidense de la segunda mitad del siglo XX. Por su originalidad y singularidad me ha recordado a La subasta del lote 49 de Thomas Pynchon o Ruido de fondo de Don DeLillo. Si tuviera que definirla con una sola palabra, seguramente elegiría deslumbrante.
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