La trama, muy resumida porque no merece la pena perder el tiempo con ella, va de la búsqueda de un elemento valiosísimo pero escasísismo que se ha vuelto imprescindible en la sociedad humana del siglo XXXII: el Ilirión. Se trata de una especie coltan que incluso en bajas concentraciones proporciona energía como para calentar planetas. Lamentablemente dicho elemento químico (de número atómico mayor que 300, atentos a la pincelada hard) se encuentra en pequeñas cantidades solo en planetas pertenecientes a sistemas solares muy jóvenes, lo que lo encarece mucho su extracción y le convierte en pieza clave de la economía. El protagonista, Lorq Von Ray, se embarca en una aventura ridícula para obtener Ilirión en el único lugar donde lo hay a toneladas: los momentos iniciales de la explosión en nova de una estrella.
A nivel técnico nos encontramos frente a una tontuna escrita con un lenguaje elevado super pretencioso y fuera de lugar. Veamos algunos ejemplos de las sugerentes descripciones que caracterizan a Samuel R. Delany:
"Las nieblas que velaban la meseta se desangraban en escamas bruñidas al amanecer"Nivelazo. A esto hay que añadir innovaciones narrativas que antes que sorprender, por lo menos a mí me sacan de quicio. Los colonos de los sistemas plantearios más nuevos hablan un dialecto cuya principal característica gramatical consiste en cambiar absurdamente el orden de los elementos del discurso. Sí, sí, exactamente igual que el deplorable Jar Jar Binks de la saga Star Wars. Por no hablar de un par de personajes que son gemelos y que hablan como si fueran una unidad, repartiendose la frase entre los dos. Irritante a más no poder. De todas formas en descargo del autor, no estoy 100% seguro de que la culpa de que este libro sea semejante fulaña sea exclusivamente suya. Tengo la impresión de que gran parte de la repulsión que me ha provocado su lectura se debe a la malísima calidad de la traducción. No se trata de que se empleen palabras poco habituales en el español europeo, que a esto te puedes acostumbrar sin problemas una vez estás metido en la narración (cosas como 'cucheta' en lugar de 'litera', 'transponer' en lugar de 'cruzar', 'hurguetear' en lugar de 'hurgar'), sino que en global, hay unas carencias serias de conocimiento del lenguaje a que se traduce. Qué mejor que verlo con algunos ejemplos extraídos directamente del texto.
"Una astringente bruma arsenical..."
"Las escamas micáceas relucían en el ramaje arácnido de la tila desnuda"
"rebotó muellemente"En fin, en mi opinión es difícil hacerlo peor, aunque no sé si es culpa de traductor, del editor o de ambos. Recomendación final, obvia a estas alturas: no perder el tiempo con ella. Yo lo he hecho solo por el morbo que me daba pensar en que iba a dar caña en el post. Por cierto, Samuel R. Delany tiene dos premios Nebula en su haber, el de 1966 por Babel 17 y el de 1967 por La intersección de Einstein. Si tenemos en cuenta que Nova quedó finalista en de 1969, ¿qué garantías de calidad tiene dicho galardón a mis ojos?
"una computadora programaba las movidas"
"movimientos bien aceitados"
"una creciente hinchó la red"
Para contrastar con otros aficionados a la ciencia-ficción os recomiendo echar un vistazo a los posts que le dedican en Rescepto indablog, con una percepción diametralmente opuesta a la mía, o en Búsqueda de hogar tras el bostezo, más moderado en su opinión sobre la novela, pero que termina considerando fallida.
2 comentarios:
De Delany sólo me he leído un relato de la antología "Visiones peligrosas" y creo recordar que me gustó. No llegué a probar con las novelas porque desconfío de los autores que los críticos recomiendan exclusivamente por su estilo. Y por lo que dices en la reseña hice bien, me ahorré un buen truño.
@el convincente gon: Pues mira que yo lo cogí con ganas. Conseguí en Internet un lote buenísmo de libros de Minotauro ya descatalogados por dos duros. Creo recordar que éste en particular venía incluso con el retractilado original. Y total, para luego encontrarme con semejante patochada. GRRRR!!!
Publicar un comentario