29 jun 2021

Un puñado de polvo - Evelyn Waugh

John Beaver tiene unos 25 años y muy poca proyección en el Londres de principios de los 1930s. Desempleado, vive con su madre, que tiene una tienda de decoración y además se dedica a la gestión inmobiliaria, así que su asignación semanal no le da para relacionarse de igual a igual con sus pares en lo social. Aun así, lo intenta sin descanso y sin que el sutil desprecio con que suelen tratarle le importe demasiado. Un día cualquiera coincide con Tony Last en un club. Éste le invita a pasar un fin de semana en su casa, una mansión familiar enorme en el campo de la que se siente muy orgulloso. En realidad lo hizo por quitárselo de encima y porque no pensaba que fuese a aceptar. Pero John no desaprovecha la oportunidad de medrar, y una vez en Hetton Abbey, es Brenda, la esposa de Tony, quien ejerce como perfecta anfitriona. Tiene poco más de treinta años y lleva ya unos cinco años casada. Retirada durante todo ese tiempo en el campo, echa mucho de menos la vida londinense, por lo que iniciará una relación con John simplemente porque el joven es bastante dócil y conveniente para sus planes en la ciudad.

En Un puñado de polvo asistimos a un retrato despiadado de la sociedad inglesa. Evelyn Waugh sitúa a la clase más acomodada en el punto de mira. Sus miembros no solo muestran una frivolidad y una hipocresía insultante, sino que además se aprovechan los unos de los otros sin ningún miramiento. Condescendencia, arrogancia y falta de escrúpulos son las características de los personajes que pululan por esta obra, caracterizados a la perfección por el autor londinense. El cinismo del que hacen gala solo es comparable a su egoismo y a la indiferencia que les provocan los sentimientos de los demás. Todos los párrafos y todas las frases rezuman la por desgracia habitual prepotencia y superioridad con que los ingleses se tratan entre sí y por extensión, a todo el mundo. Por más repugnante que nos parezca, no queda otra opción que maravillarse ante una instantánea tan certera de una realidad tan nauseabunda. Más aún porque proviene de un escritor de su misma nacionalidad.  

La primera parte es una sátira social en la que Waugh no deja títere con cabeza. El autor se limita a exponer las bajezas de los personajes y sus comportamientos despreciables con la intención de que seamos nosotros mismos quienes extraigamos conclusiones. Abundan aquí los ejemplos de un humor negro que llega a asombrar por su falta de consideración hacia el objeto de las burlas, pero que sin embargo encajan a la perfección en el perfil de los personajes por cuya boca se expresan. A raíz de un acontecimiento trágico que sucede muy cerca del ecuador del texto, las caretas se caen y la novela se transforma en un drama que hacia el final solo cabe calificar de perverso. No voy a negar que me ha sorprendido la crueldad con que Waugh ha sido capaz de tratar a algunos personajes. La guinda del pastel es un soberbio acto de indiferencia cósmica por el cual el dios/autor lleva a concluir la narración de forma terriblemente amarga, ignorando cualquier posibilidad de redención o justicia. La novela es magnífica, una joya de cabo a rabo, con una prosa sin tacha que consigue que la lectura sea un placer. Pero si este título va de cabeza a mi top ten de 2021 es por haber optado por un cierre tan doloroso y enfermizo.

26 jun 2021

La creación de Gabriel Davenport - Beverley Lee

No voy a poder decir gran cosa de La creación de Gabriel Davenport porque he abandonado la lectura en la página 86. Por lo que he visto la historia trata de una pareja londinense de treintaipocos años (Stu y Beth Davenport) que junto con su bebé (el Gabriel del título), se han marchado de la City para ir a vivir a una antigua granja rehabilitada en el campo. Un día compran una cajita en una tienda de antigüedades y para su desgracia resulta ser la prisión de algún tipo de entidad maligna. Una vez liberado de su encierro de siglos, este demonio (o lo que sea), intentará poseer al pequeño. Su primer intento de encarnación en este ser inocente fracasa, pero se producen una serie de acontecimientos sobrenaturales terribles que dejarán a los padres del pequeño fuera de juego. Así pues, el bebé termina siendo acogido por un filántropo local que ya tiene experiencia en tratar con niños que has sufrido experiencias fuera de lo común. Lo poco que he aguantado depués de esta puesta en situación me ha enfrentado a un Gabriel ya adolescente que convive con otro par de jóvenes en casa del adinerado erudito. La revelación final antes de dejarlo es que se trata de un centro donde se trabaja con niños con facultades psiónicas (telequinesis, precognición, etc.) y que Gabe busca sentido a su presencia en esa mansión, ya que es obvio que no tiene ninguna capacidad psíquica paranormal.

Las abundantes escenas cliché no motivan, todo el rato imágenes ya muy machacadas en la literatura de horror sobrenatural. La velocidad a la que suceden los acontecimientos, que es más propia de una novela de aventuras que de terror, sigue en esa linea pro-abandono. En definitiva la sensación es que la novela de Beberley Lee está dirigida al público juvenil. Y luego la traducción, que sin ser mala, tiene algunas expresiones no demasiado afortunadas en mi opinión. Traducciones muy directas del inglés que requieren un trabajo extra para que suenen naturales en castellano: 'Es por eso que me he puesto en contacto...', 'Cuando hayáis terminado vuestro té, por supuesto', '...que Stu les llamara de vuelta' (p. 54); 'El teléfono de ella no está funcionando' (p. 55). Construcciones y expresiones propias de ese idioma que se trasladan palabra por palabra al castellano, tiempos verbales erróneos, los posesivos usados forzadamente, etc. Yo desde luego no escucho a nadie hablar así, aunque por desgracia cada día resulta más demoledoramente habitual ver artículos en medios on-line así de mal escritos. Pero eso no implica que haya que aceptarlos como normativos, aunque de seguir así el panorama con el tiempo todo se andará. Lo más gracioso del caso es que de pronto en la página 58 me encuentro con 'lingotazo de güisqui', que con esa grafía 100% RAE es como un mazazo capaz de descolocar a cualquiera.

Resumiendo, creo que ha sido uno de los libros que he abandonado con más facilidad por la sencilla razón de que no le he visto nada de interés. Nada. Seguro que tiene su público, pero desde luego yo no me incluyo en ese grupo. Ahora bien, que nadie se piense tampoco que es la obra maestra que sugiere el desbordante número de reseñas positivas que tiene en Goodreads.

23 jun 2021

Crónicas del encierro - Izaskun Gracia Quintana

Más relatos cortos, esta vez a cargo de Izaskun Gracia Quintana. Los siete cuentos que se incluyen en Crónicas del encierro giran en torno al aislamiento, la reclusión o la soledad forzados por las más variopintas situaciones: una enfermedad, crisis económicas, la muerte de un familiar, un secuestro, etc. El concepto global y las ideas de partida son interesantes, sin embargo historias, lo que se dice historias, no hay. En su lugar tenemos bien una mera relación de acontecimientos sin objetivo ninguno detrás, bien reflexiones pedantes a cargo de los protagonistas, en cuyas pieles me ha sido imposible ponerme. Cuando no son redichos y sabiondos, son peculiares hasta decir basta. Conste que yo estoy encantado con los personajes que no encajan en la normalidad, pero las rarezas que la autora proyecta en ellos, que en según que casos podrían ser trastornos mentales, tienen que tener sentido en la narración. Cosa que desde luego yo no he visto. Como incoveniente final, casi todos se cierran con un final inesperado y sin sentido según el desarrollo del texto. Porque los giros también hay que justificarlos o resultarán forzados e incoherentes. Y como guinda, el cierre también pretende ser efectista pero en realidad es desagradable, así sin más. Os dejo a continuación los títulos y una breve descripción de la trama:

  • 'Tap'. A raíz de una gotera en casa, un joven entra en un proceso de abandono y locura que comienza con su decisión de no volver a salir de casa.
  • 'Vacaciones'. Relato del estrés que acarrean los preparativos del primer día de vacaciones de una familia urbanita estándar.
  • 'El vestido azul'. Una joven había dedicado su vida a cuidar de su madre enferma. Su vida se tambalea al terner que replantearse qué hacer con ella tras la muerte de su progenitora.
  • 'El pozo': En una zona minera en crisis, un niño y una niña encuentran y exploran un pozo abandonado que se convierte en su refugio secreto.
  • 'El triángulo de cerámica'. Una joven es secuestrada y mantenida aislada en la oscuridad sin que llegue a saber los motivos.
  • 'Barcos hundidos'. Escritos terapéuticos de un hombre joven que expone sus pocas filias y sus muchas fobias.
  • 'Diario nocturno'. Un hombre debe alterar su vida tras padecer una enfermedad que le deja como secuela la imposibilidad de exponerse a la luz del sol.
La prosa de la autora vasca es directa y nítida, de hecho el libro sería muy fácil de leer si se eliminaran todos los paréntesis que incluye y que impiden la asimilación del texto con naturalidad. Seguiría sin tener gran cosa que decir, de eso no hay duda, pero al menos se leería del tirón. En los seis primeros relatos no hay muchos y se sobrellevan sin demasiados problemas. Pero en 'Diario nocturno', que además es el más extenso, hay más paréntesis que aes. Encapsulando desde frases simples y cortas hasta párrafos enteros. Y el acabose: frases en paréntesis anidados, un recurso totalmente innecesario para mi gusto. Cada vez que se cerraba un paréntesis me he visto obligado a volver atrás para recuperar el texto al que modificaba y a continuación, excluir el paréntesis de la relectura subsiguiente. La situación es tan escandalosa y me ha creado tantas dudas sobre mi capacidad de comprensión lectora (que no digo que sea perfecta), que ha habido momentos en que me he parado para recomponer el texto mentalmente sin usar paréntesis, esto es, en comprobar si existían formas de decir exactamente lo mismo pero eliminando estos signos ortográficos. Y evidentemente las hay, por supuesto que hay maneras mucho más coherentes y naturales para expresar lo que Gracia Quintana quiere decir sin tener que interrumpir el discurso.

En definitiva, no he conectado mucho con este libro, ni en el fondo ni en la forma. De hecho hay un par de relatos que exploran formatos narrativos menos convencionales ('Tap', 'Barcos hundidos'), pero esa originalidad en la forma poco puede hacer para redimir un texto vacío. En realidad, excepto 'El vestido azul', sin duda el menos artificioso y efectista, nada puedo salvar de la experiencia.

20 jun 2021

Pájaros en la boca - Samanta Schweblin

Hay un total de dieciocho relatos cortos en Pájaros en la boca. Samanta Schweblin nos vuelve a llevar a zonas donde lo insólito se mezcla con lo cotidiano, donde lo extraño y lo inusual hacen acto de presencia en situaciones de lo más convencional. Unas vacaciones en la playa. Un alto en un bar de carretera para descansar del viaje. Un embarazo que llega en mal momento. Un tren de cercanías que te lleva a la ciudad. La escritora argentina es capaz de proyectar malestar desde sus cuentos con una habilidad pasmosa, provocandonos inquietud y desasosiego desde tramas salpimentadas de componentes irreales, ya sean oníricos, absurdos o surrealistas. Con estas características, resulta inevitable que los textos entren de lleno en terreno de lo fantástico. Algunos se inclinan hacia el terror pero la mayoría de ellos nos presentan angustiosas situaciones kafkianas. Los protagonistas se ven atrapados en una red de acontecimientos aparentemente nimios que sin embargo rompen la rutina de sus ordenadas vidas.

Los relatos son breves, concisos y certeros. No hay adornos innecesarios en unas tramas que están ajustadas a la extensión mínima imprescindible para transmitir intranquilidad y desazón. He disfrutado mucho todos los cuentos, aunque tengo que reconocer que en algunos hay una especie de explicación en forma de aclaración final que arruina la conexión mágica que había logrado establecer con el lector, ya que en definitiva lo está tratanto como si fuera un poco bobo. Esta frase, porque es una única frase, solo una, sobra. Y no por capricho mío, sino porque Schweblin ha sabido conducir la narración hacia una conclusión incuestionable, y lo ha hecho con la destreza necesaria y suficiente como para que el cierre sea más que evidente. De todas formas no pasa en todos los relatos y tampoco tira por tierra una buena historia. Lo que de verdad es un problema es que el libro se termina en un pispás y te quedas con ganas de más. Os dejo a continuación los títulos de los cuentos.

  • Irman
  • Mujeres desesperadas
  • En la estepa
  • Pájaros en la boca
  • Perdiendo velocidad
  • Cabezas contra el asfalto
  • Hacia la alegre civilización
  • El cavador
  • La furia de las pestes
  • Sueño de revolución
  • Matar a un perro
  • La medida de las cosas
  • La verdad acerca del futuro
  • La pesada valija de Benavides
  • Conservas
  • Mi hermano Walter
  • Papá Noel duerme en casa
  • Bajo tierra

17 jun 2021

Dejen todo en mis manos - Mario Levrero

Un escritor sin demasiado éxito presenta su nueva novela a un editor. Éste promete que la publicará a condición de que le ayude a encontrar a Juan Pérez, quien hace unos meses les remitió una novela manuscrita de factura impecable. Sin embargo no tienen sus datos de contacto, ya que el texto llegó en un sobre desde Penurias, un pueblo del interior de Uruguay, sin contener la información necesaria para localizar al autor. Así que con un pequeño adelanto económico, nuestro hombre parte rumbo a esta localidad dispuesto a completar una investigación en la que no prevé ninguna dificultad.

Dejen todo en mis manos es una novela corta de Mario Levrero sin demasiada sustancia. Narrada en primera persona por el protagonista, es fácil de leer y se da cuenta de ella en una sentada. Tiene un claro trasfondo humorístico, componentes procaces de índole sexual y además, unas leves pinceladas de elementos absurdos y kafkianos. Pero muy, muy leves, nada que ver con La ciudad. El único punto que considero digno de mención es la sencillez y precisión con que el autor uruguayo introduce el mundo de los sueños en la trama. En lugar de los habituales desmadres oníricos repletos de elementos fantásticos, se limita a decir un par de simplezas muy acordes con mi propia experiencia de los sueños, como por ejemplo "recuerdo tres caballos que sonreían, haciendo propaganda de un dentífrico", o bien "me fui durmiendo mientras le seguía dando vueltas al asunto, que en pocos instantes se volvió una fatigosa lucha contra un gorila que provocaba desórdenes en un supermercado". Al menos en este aspecto se merece un ¡olé!, por su originalidad. Ahora que por lo demás, no es más que una historia simpática pero intrascendente.

14 jun 2021

Cómo acabar con la escritura de las mujeres - Joanna Russ

Es innegable que en 2021 los ejemplos de literatura escrita por mujeres son numerosos y fácilmente accesibles. Lo podemos ver en las novedades editoriales, en los medios culturales tradicionales y on-line, en los blogs. A pesar de lo cual, yo tengo la percepción de que la escrita por hombres es todavía más numerosa y más accesible. Ejemplo: cada vez que voy a alguna librería Re-Read salgo con un buen puñado de libros y la proporción autores/autoras es abrumadora: puede que un libro escrito por una mujer frente a tres o cuatro por hombres. Una explicación posible que en las librerías de segunda mano los títulos son antiguos y que desde una década atrás, tal vez dos, es más fácil encontrar obras escritas por mujeres en los nuevos lanzamientos. En definitiva, esta posible paridad, si es que llega a tal, es reciente. Yo no estoy del todo seguro de que esa situación ideal sea real: incluso a día de hoy, mi impresión es que la literatura escrita por hombres sigue recibiendo más difusión y atención. Ojo que puede que se trate de un sesgo cognitivo, pero lo que está claro clarinete es que en los años 1970s la literatura escrita por mujeres estaba en franca desventaja. Y de eso es de lo que trata Cómo acabar con la escritura de las mujeres, el ensayo que me ocupa hoy.

Joanna Russ hace un recorrido histórico por la marginación que han sufrido las mujeres que se han dedicado a la literatura. Para ello nos expone todas las técnicas que el establishment literario (tradicionalmente compuesto por una abrumadora mayoría de hombres), ha empleado para minusvalorar, ningunear y en el peor de los casos ignorar, las obras que salían plumas manejadas por mujeres. El punto de partida del análisis se sitúa a finales del S. XVIII y se centra la literatura escrita en inglés por cuestiones obvias relacionadas con el origen, formación y áreas de conocimiento de la ensayista. El planteamiento es bastante sencillo: se exponen las técnicas empleadas para restar valor a una obra y se dan ejemplos de ello documentados con material existente (críticas en revistas literarias o periódicos, estudios sobre literatura, opiniones de otros autores/as sacadas de correspondencia privada, diarios, etc.). El panorama es devastador, pero Russ transforma su indignación en un sarcasmo que, al margen de por supuesto realizar una crítica demoledora a esta injusticia, provoca la risa y asombra por su ingenio y mala baba. La simple secuencia de capítulos ya es divertida de por sí, pues se articulan en torno a las formas coloquiales de expresar las técnicas que se emplean para arrinconar los textos escritos por mujeres(1): "No lo escribió ella" (negar la autoría); "no debería haberlo escrito" (contaminación de la autoría), "sí, pero fíjate sobre qué cosas escribió" (doble rasero del contenido), etc. etc.

El ensayo me ha parecido muy necesario y esclarecedor. Además Russ establece un paralelismo entre la marginación sufrida por la literatura escrita por mujeres y la que han padecido otros tipos de literatura escritos desde los márgenes de la literatura masculina, de raza blanca y clase socioeconómica acomodada: autores/as de minorías étnicas, literatura de clase obrera, autores homosexuales, etc. De todas formas en mi opinión el texto cojea en algunos puntos. El primero y más cargante: el estudio es anglocéntrico en un 99,99%. Ya he comentado más arriba que entiendo los motivos de que sea así, pero en cualquier caso este hecho le resta interés y tal vez (solo tal vez), universalidad en su enfoque y conclusiones. Además centrarse en el canon en lengua inglesa lo aleja del marco cultural de los lectores en otros idiomas: no tengo problema en admitir que habré reconocido apenas el 5% de las autoras que Russ menciona en su texto. El segundo fallo que veo es que la traducción al castellano de este tomo llega casi 40 años tarde. Publicado originalmente en 1983, el marco de referencia que maneja la autora es finales de los 1970s-principios de los 1980s, lo que implica un distanciamiento en tiempo muy difícil de salvar por el lector actual. A lo que se ha de sumar que casi todas las personas y obras mencionadas son estadounidenses, con lo cual hay al desfase temporal se une una separación física que dificulta las cosas más todavía. En definitiva, por más que este libro haya sido necesario, pienso que para disfrutarlo hay que entenderlo preferiblemente desde una perspectiva de historia reciente. Sin duda necesitaría una revisión para comprobar si la discriminacion que denuncia sigue teniendo plena vigencia o se ha refinado, porque sin ir más lejos en 2018 Lionel Shriver cuestionaba muy duramente la política de inclusión de Penguin, ideada para fomentar la diversidad de autores en cuanto a procedencia, étnia, género, etc.




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(1) En la entrada de la Wikipedia de este libro los recogen todos y los explican de manera muy acertada y concisa.

11 jun 2021

La Biblia de neón - John Kennedy Toole

David es un chico de apenas dieciocho años que ha vivido siempre en un pueblo de algún estado sureño de los EEUU. Sin embargo cuando lo conocemos está haciendo su primer viaje en tren alejándose del valle, el único lugar que había conocido hasta entonces. Desde el incómodo asiento del vagón, el joven nos relatará su vida a modo de memorias. Empezando con sus primeros recuerdos, con unos cuatro años, hasta llegar a las circunstancias que le han obligado a dejar atrás el que hasta entonces era su hogar.

Creo que La conjura de los necios es el libro que más veces he leído. Tres o cuatro, tampoco puedo afinar más. Y nunca me ha defraudado. Es más, con cada lectura he ido añadiendo detalles y matices a esa maravillosa novela de John Kennedy Toole. Por lo tanto era cuestión de tiempo que me hiciera con La Biblia de neón, la otra novela que nos dejó este malogrado autor. Se trata de una novela de crecimiento en la que el protagonista se va enfrentando a toneladas de prejuicios desde su más tierna infancia. La trama abarca el periodo desde finales de los 1930s a principios de los 1950s. Por tanto se enfrenta a los últimos coletazos de la Gran Depresión y a la economía de guerra provocada por la II Guerra Mundial. Y a las penurias económicas se unen la intolerancia y el fanatismo religioso que domina la pequeña ciudad en que vive. A decir verdad la novela es un dramón con las seis letras y son pocas las oportunidades que se le presentan a David para ser feliz.

Estamos ante un texto primerizo que Toole escribió cuando tan solo tenía dieciséis años. Evidentemente eso se nota en el estilo, que desprende cierta ingenuidad y candor literario (frases y estructuras muy sencillas; repetición de ideas, palabras y expresiones, etc.). Sin embargo, las reflexiones que transmite son de una madurez tal que quitan importancia a esa simpleza. El por aquel entonces jovencísimo autor norteamericano no deja títere con cabeza y expone sin tapujos la bajeza moral de todos aquellos que en nombre de Dios y la decencia marginan y excluyen al diferente. Así, desde pequeño David se posiciona contra una sociedad que abusa de los débiles (él mismo), las mujeres que no encajan en el modelo de madre y esposa (su propia tía, actriz y cantante retirada), los homosexuales (uno de sus profesores del colegio), los enfermos mentales (su propia madre), etc. En ese sentido destaca la sensación de incredulidad y estupefacción que transmite el texto, los que uno esperaría de alguien que se tiene que enfrentar por primera vez a las miserias del ser humano. Desde mi punto de vista resulta imposible no admirar a un escritor adolescente capaz de enfrentarse a un tema tan complejo como éste y hacerlo con esa sensibilidad. Lo cual no es óbice para reconocer que esta novela ha visto la luz por ser de quien es y por las circunstancias que lo rodearon (el propio Toole admitió en una carta a un editor que el libro era malo).

8 jun 2021

Un disgusto pasajero - Françoise Sagan

A primera hora de una mañana de principos de otoño, Matthieu Cazavel recibe una noticia devastadora de su médico: padece un cáncer de pulmón inoperable y le quedan unos seis meses de vida. No puede asimilar el diagnóstico a pesar de ser un fumador empedernido desde siempre: él se encuentra perfectamente, es fuerte como un roble y siempre ha tenido una salud de hierro. En todo caso, saber que va a morir con cuarenta años de edad aniquila sus ilusiones y sus esperanzas. Le acompañaremos a lo largo de ese día fatídico, donde irá dando la noticia a algunos de sus seres  queridos buscando consuelo, aunque no todos tendrán las reacciones que él esperaba.

Cuatro décadas separan Buenos días, tristeza (1954), de Un disgusto pasajero (1994). Si aquélla se caracterizaba por emplear unos recuros literarios que reflejaban la insultante juventud de la autora, que la escribió cuando tenía 18 años, en la que me ocupa hoy Françoise Sagan demuestra que ha sabido aprovechar los años transcurridos. Se trata de una historia perfectamente construida y con una carga contundente de reflexiones muy acertadas y bien expuestas, aunque terriblemente amargas. Que no es algo que a mí me moleste lo más mínimo, antes al contrario. Para ello nada mejor que enfrentar a un hombre recién entrado en la madurez, el que tradicionalmente se considera el mejor momento de una trayectoria vital masculina, a uno de esos golpes del destino que resultan incuestionables, implacables. Nuestro arquitecto disfruta una existencia terriblemente aburguesada, con esposa oficial, una amante de veintipocos años y una prometedora proyección profesional basada en su trayectoria. Sin embargo el diagnóstico le forzará a enfrentarse su vida y a comprobar los cimientos tan débiles y ridículos sobre los que se construía. En ese sentido, la prosa de Sagan se desarrolla con la agilidad y densidad propia de un flujo de conciencia, aunque el narrador sea en tercera persona. Y naturalmente el cuadro humano que contemplamos es de lo más patético, con todos los personajes alrededor de Matthieu mostrando las actitudes más abyectas que ofrece el espectro de sentimientos humanos: del egoísmo a la indiferencia pasando por la evasión y el rechazo frontal de una noticia que no se puede procesar ni tan siquiera.

He disfrutado mucho el libro, muchísimo, pero tengo que reconocer que el final no me parecido a la altura. De hecho me ha decepcionado una barbaridad y me parece una solución de lo más chapucera. De todas formas parte de la culpa por el desengaño es mía. Si hubiera prestado más atención al título lo habría visto venir. Pero estaba tan asombrado del estercolero de desdicha y mezquindad en el que nos zambulle la escritora francesa que no me he fijado. Al llegar al último capítulo y terminar la novela me he sentido timado. No se pueden enfrentar al lector a tantas miserias humanas, demostrar esa sabiduría al exponer nuestro comportamiento más falsario, y cerrar el texto sin dejarnos ver que ha provocado un cambio en el protagonista. Se puede entender que ha sido así, desde luego, pero en todo caso a mí la experiencia en lugar de sobrecogedora, que es a lo que apuntaba desde la primera página, ha terminado resultándome incompleta.

5 jun 2021

Los fabricantes de armas - Alfred E. van Vogt

No seré yo quien le quite importancia a Alfred E. van Vogt dentro de la ciencia-ficción. Vaya por delante mi reconocimiento a la originalidad de las ideas que se incluyen en Los fabricantes de armas. Ideas y conceptos que impresionan más todavía si consideramos que la novela data de 1943. La idea de teletransporte con unos dispositivos denominados transmisores vibratorios; la mejora de las capacidades racionales humanas mediante técnicas de entrenamiento mental; la máquina Pp, un aparato que permite medir cualidades humanas (altruismo, valor, buena voluntad, etc.), la posibilidad de efectuar una distorsión del tiempo, y un largo etcétera. De hecho, como ya comenté hace más de diez años (¡glups!) en El mundo de los No-A, muchos de sus planteamientos influyeron en Philip K. Dick. Sin ir más lejos, la Armería, la organización a que se hace referencia desde el título, es una megacorporación que tiene tanto poder como el gobierno Imperial de la dinastía Isher, y ambos llevan cuatro milenios gobernando en la Tierra. También y como curiosidad, se describe una forma de publicidad flotante que es tan agresiva que persigue a los transeúntes e incluso puede provocar fatiga ocular (para lo cual ya se han diseñado medicamentos que mitigan sus efectos). Esto es Dick antes de Dick, por tanto es de justicia reconocer el mérito a quien ha concebido dichas ideas.

Pero por desgracia no es todo tan bonito, tal y como el lector avezado podrá deducir por el tono concesivo-adversativo del primer párrafo. De hecho he encontrado decenas de inconvenientes.

En la contraportada se indica que la novela se publicó originalmente en forma seriada en la revista Astounding Science Fiction, así que responde a un formato muy de la época, concebido para provocar un asombro cada vez más descomunal y descontrolado a cada capítulo que pasa. Y claro, de ahí no puede salir nada bueno. La acción transcurre a matacaballo, con una velocidad agotadora que se ve reforzada por la constante premura de Robert Hedrock, el protagonista, que repite a cada poco que cada minuto cuenta, que ya han pasado diez minutos desde este hecho o áquel, y que su vida depende de terminar a tiempo tal o cual acción en menos de media hora, antes de mañana a las 11am, o si puede, ganando una hora extra de plazo. Porque ésa es otra, hay unos niveles de acción y de cambios de contexto que aunque no resultan difíciles de seguir, te hacen pensar que el único objetivo es impresionar al lector cueste lo que cueste. Maravillarlo con mil y un inventos y aparatos cuyas propiedades fantásticas (por más que el canadiense pretenda describirlos desde la ciencia), podrían ser instrumentos mágicos por lo absurdo de los planteamientos pseudocientíficos en los que se basan. Con decir que hay naves espaciales que alcanzan velocidades de 6,5 millones de Kms/s creo que basta.  

Una vez acepatadas las premisas del texto, hay que reconocer que el desbarajuste a que asistimos queda bastante bien resuelto conceptualmente. Las revelaciones que nos llegan sobre el personaje principal, que es inmortal, empiezan a componer un cuadro muy ocurrente dentro de la trama de intriga que enfrenta a la emperatriz Innelda Isher y a la Armería. Eso sí, con decenas de giros producto de lo que a todos los efectos podríamos considerar Deus ex machina, por más que se contemplen como distorsiones del espacio-tiempo, teleportaciones, viajes en el tiempo, etc. etc. En definitiva, no voy a ocultar que en esta novela hay ideas brillantes que no se pueden ignorar, pero globalmente es un despropósito. Ni siquiera inclina la balanza a su favor el hecho de que asistamos a alguna que otra consigna propia del pesimismo filosófico, por ejemplo cuando el protagonista expone su desconfianza en la naturaleza humana. La cosas como son: a nivel literario este libro es una pérdida de tiempo total y absoluta..

2 jun 2021

Algunas mujeres - Mary E. Wilkins Freeman

Yo en realidad tenía otro libro de Mary E. Wilkins Freeman en mente, no Algunas mujeres, sino El viento en el rosal y otras historias de lo sobrenatural. Pero mi empacho de literatura de terror decimonónica de los últimos meses y el hecho implacable de que era el primero, y no el segundo, el que tenían en la biblioteca pública que frecuento me pusieron la decisión en bandeja.

Y cuánto me alegro, la verdad.

Porque los siete relatos incluídos en este tomo son maravillosos. Se trata de siete preciosas piezas costumbristas, todas ellos protagonizadas por mujeres. Son mujeres maduras o ancianas, aunque hay alguna algo más joven según los cánones actuales (treintaitantos, que para finales del S. XIX-principios del XX no lo eran tanto). Unas y otras demuestran una entereza, una serenidad y una bondad en sus actos que emociona y resulta digna de admiración. Aunque alguna está casada, la mayoría son solteras o viudas desde hace mucho tiempo. Y las que no se han casado nunca o han enviudado no ven el propósito del matrimonio, pues viven vidas plenas aunque sencillas. Todas demuestran una increíble fuerza de carácter, tanto que a veces le juega malas pasadas a su salud y se ven forzadas a claudicar. Os dejo la lista de cuentos a continuación:

  • Una monja de Nueva Inglaterra
  • La rebelión de mamá
  • Una poetisa
  • Una cantante de pueblo
  • La caridad equivocada
  • Billy y Susy
  • Una victoria de la humildad
Nada más empezar el tomo, el mensaje de la escritora norteamericana me conmovió y me tocó muy profundamente. Sobre Louisa, la protagonista del primer relato, que ha estado catorce años esperando a que su prometido volviera de hacer fortuna en Australia nos dice:
«La madre y el hermano de Louisa habían muerto, y ella se había quedado sola en el mundo. Pero el mayor acontecimiento de todos [...] fue que los pasos de Louisa se habían internado en un camino, suave tal vez, bajo un cielo calmo y sereno, pero tan recto e inquebrantable que solo podría culminar en su tumba, y tan estrecho que no quedaba sitio para nadie más a su lado.»
Ese trasfondo fatalista, con la muerte omnipresente en todos los textos, sumado a esa aceptación de la soledad como estado deseado me representan tan fielmente que la conexión con Wilkins Freeman fue inmediata. Porque todavía hoy día, la presión por tener y vivir en pareja existe tanto para hombres como para mujeres, independientemente de su orientación sexual. La soledad sigue viéndose como una lacra. Sin embargo, la descripción de las mujeres protagonistas es siempre positiva, remarcando sin ambages que no hay nada de mágico ni de necesario en el matrimonio, lo cual es doble o triplemente remarcable considerando que todos los relatos cortos datan de finales del periodo 1887-1891, excepto 'Billy y Susy' que es de 1907. En definitiva, un ejemplo demoledor e incuestionable de literatura feminista que dignifica a la mujer como individuo, no como parte de una pareja y mucho menos subordinada a un hombre. Visto lo visto, ahora me muero de ganas de leer el libro de terror publicado por La Biblioteca de Carfax.
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