27 feb 2018

Martin Bauman - David Leavitt

Martin Bauman es un escritor joven a quien conoceremos a principios de los 1980s mientras asiste a un curso semestral de escritura dirigido por el famoso editor Stanley Flint. Inteligente y con mucho talento por un lado, pero ambicioso y inseguro por otro, tras finalizar los estudios universitarios se traslada a vivir a Nueva York. Gracias a un par de relatos cortos que ha publicado en prestigiosas revistas, empieza a trabajar en una editorial desempeñando las tareas más básicas. Serán no obstante sus antiguos compañeros de clase, la mayoría de ellos procedenes de la clase alta neoyorquina y/o el mundo editorial, quienes le facilitarán la entrada en la gran camarilla del negocio de los libros en esa ciudad.

No sé muy bien qué se proponía David Leavitt cuando escribió Martin Bauman. Quiero pensar que se trata de una crítica al esnobista y elitista mundo editorial y literario que seguramente le tocó vivir, ya que su edad coincide más o menos con la del protagonista. Y si quiero pensar que es una crítica es porque el retrato de esos ambientes y personajes es tan nauseabundo que me cuesta pensar que debajo de tanta inmundicia no haya en realidad una capa que censura lo que está exponiendo. Para empezar, el personaje central es pedante, clasista, egoista e inconstante. Sus juicios sobre el mundo que le rodean pecan de la ingenuidad y el desinterés que solo pueden provocar las ridículas reflexiones de un veinteañero engreído de clase acomodada, patéticas cavilaciones que la vida se encargará de demoler: mi amor será único y especial, yo soy mejor escritor que todos esos mediocres, yo no soy como esos maricones que solo quieren follar y dan mala fama a los gays honestos. Yo, yo, yo, mi mundo, mi vida, mi carrera en las letras, ¡laureles y pífanos para recibr a Martin Bauman, famoso literato!, yo, yo, yo. Precisamente el único elemento de su personalidad que despierta cierto interés en él son los conflictos que le generan su homosexualidad, pero es tan egocéntrico que ni siquiera por ahí provoca simpatías en el lector. De entre el resto de personajes secundarios hay alguno que otro que consigue emocionar algo (quizás el que más Eli, su pareja durante algunos años; también Seamus, un escritor gay maduro muy activista), pero en general todos son tan superficiales, ricos y frívolos, y su sociedad es tan acomodada, exclusiva y endogámica que lo único que provocan es apatía y rechazo. Y son casi 450 páginas de apatía y rechazo, que ya le vale a Leavitt, tantas páginas para decir tan poco.

La novela tiene muy pocas cosas aprovechables. Todo lo más los hechos históricos que la acompañan: la llegada de Reagan a la presidencia de los EEUU, la crisis del SIDA y para de contar. Sin esa capa de crítica que me gustaría creer que existe, resulta bastante difícil de soportar. Bueno, dejémonos de medias tintas, el libro cansa y aburre incluso aunque existiera la intención de criticar en un subnivel profundo, algo que yo me empeño en intuir con la simple intención de aportar algún sentido a esta lectura. Una narración a la que no merece la pena dedicar ni cinco minutos. No ha sido fácil encontrar otras reseñas en esta ocasión, pero entre decenas de links de descargas he encontrado a Página/12 y La puta historia. El primero no cree que sea la mejor obra del autor norteamericano. El segundo sin embargo la tiene en mucha mejor consideración debido a que compartir ciertos vínculos personales y emocionales con el protagonista.

23 feb 2018

Hierático - Fco. Javier Pérez

Recurro hoy también, como suelo hacer de vez en cuando, al resumen editorial que se puede leer en la contraportada de Hierático para dar unas pistas de la trama:
Barcelona, principios del siglo XXI. La ciudad, tras la subida del nivel del mar provocada por la fusión de los polos terráqueos, es ahora un inmenso cenagal anárquico poblado por pervertidos, traficantes, gurús alternativos y toda la escoria que dejó atrás el éxodo posterior a su anegamiento. El hogar ideal para Aitor Estebowsky, un detective homosexual, decrépito, adicto las drogas, el alcohol y el sexo. Expulsado con deshonor de La Compañía, la mayor organización de contraespionaje mundial, el detective consume sus días entre la desesperante falta de clientes y sus devaneos por RealKosens, un simulador social on-line en forma de realidad alternativa no mucho más agradable que la realidad formal. Pero todo cambiará cuando Aitor reciba la visita del coronel Pascual "El Lagarto" Larraz, quien trae consigo un encargo imposible de rechazar: La Compañía ha perdido en Barcelona la pista a algo llamado "El Demótico", un artefacto neurolingüístico extraterrestre que puede ser la última esperanza de la humanidad de salir de este planeta Tierra condenado a muerte. Y el ex-operativo de campo Estebowsky, por sus contactos y sus peculiares inclinaciones, es el único cualificado par encontrarlo. Poco se imagina el malogrado héroe accidental, sin embargo, que en sus pesquisas se verá obligado a enfrentarse a ejércitos ninja, fantasmas del pasado, muertos vivientes lotófagos, villanos de serie B y conspiradores dentro de conspiraciones dentro de conspiraciones capaces de volver del revés la cordura de cualquiera.
Se podría decir sin temor a errar demasiado que estamos ante una novela pulp de detectives, ambientada eso sí en un futuro distópico de características tipicamente cyberpunk: hipertecnológico; sumido en desastres medioambientales; con poderosas organizaciones transnacionales muy opacas; donde una gran brecha social invita a vivir realidades virtuales como medio de escape, huída favorecida además por una nutrida lista de drogas sintéticas. Aceptar ese factor pulp desde el primer momento nos ahorra problemas porque sabremos a qué atenernos: entretenimiento insusancial a base de acción sin descanso, personajes disparatados y un cierto afán provocador proporcionado por la componente romántico-sexual gay. En esa torrentera en la que nos arrastra la novela de Fco. Javier Pérez hay peleas, arte de vanguardia, asesinatos, fiestas de música electrónica, colocones, meta-realidades virtuales, gadgets de última tecnología, la torre Agbar en ruinas y mil elementos más que no dan demasiada cohesión a la historia porque en realidad, la constituyen en sí mismos.

A nivel estilístico he tenido que resignarme a aceptar algunos tics que me han resultado molestos. Para empezar el autor parece querer escribir exclusivamente para un grupo de aficionados muy específico procedente del fandom de la ciencia ficción (lo que popularmente se denomina frikis). Así que para congraciarse con él abundan las referencias al género y una simple mención a este personaje de tal película o aquel elemento de cual libro le resuelven de un plumazo muchas situaciones. Que no es que cueste pillarlas, porque no son alusiones muy oscuras, pero a mí no me parece la mejor forma de hacerse entender y menos aún de llegar a un público más amplio. Por otro lado, la redacción de Fco. J. Pérez es muy densa y se caracteriza por frases largas repletas de relativos que pueden llegar a extenderse hasta componer un párrafo completo. Esta peculiaridad se hace especialmente acusada en las descripciones de mundos virtuales o en los momentos en que el protagonista está bajo los efectos de las drogas, pues la incorporación de elementos lisérgicos y psicodélicos dificulta todavía más oraciones ya de por sí enrevesadas. El propio autor llega incluso a burlarse de su estilo dentro de la trama. Lo cual no deja de tener gracia por más que no facilite la lectura. Con todo y siendo conscientes de lo que pretende, la novela no está mal. Vale que abusa de clichés del género negro (el malditismo de los detectives, alcoholismo y drogas, bajos fondos, sexo, etc.), sin embargo tiene también ideas muy originales y es entretenida. Y de vez en cuando también gusta leer algo que no requiera análisis muy profundos y resulte simpático. Más reseñas en el Sitio de Ciencia-ficción, Literatura prospectiva y Cuchitril literario, donde cada uno de los cuales nos cuenta sus pros y sus contras.

19 feb 2018

El kit Jonás - Ian Watson

Paul Hammond es un astrofísico que investiga las señales de radio del espacio profundo. Los análisis que él y sus colaboradores han realizado con ayuda de un radiotelescopio en México resultan determinantes para corroborar su teoría de la expansión del universo, que como efecto colateral, demuestra la existencia de Dios en unos términos que no agradarán a nadie. Mientras tanto, un adulto y un criajo ruso son encontrados en una barca a la deriva al norte de Hokkaido, Japón. Procedentes de unas instalaciones científicas situadas al sur de la isla de Sajalín, URSS, el niño, de apenas seis años y con las dificultades verbales y cognitivas propias de la edad, dice ser Gueorgui Knipóvich Nilin, un cosmonauta dado por muerto en el lanzamiento de una misión espacial soviética. El gobierno ruso reclama la devolución de los dos fugitivos y exige la entrega de los mismos al centro de investigación de donde procedían. La inteligencia militar norteamericana, que se está encargando del caso, se pregunta qué hace un potente ordenador IBM 370-185 en dichas instalaciones, que supuestamente se dedican a mejorar la pesca industrial. A todo esto, Richard Kimble es un ayudante de Hammond experto en análisis de espectros y aficionado a las ballenas. Kimble ha publicado un estudio desglosando los diferentes niveles de señales acústicas presentes en los chasquidos y clicks que usan los cachalotes para comunicarse. Sin saber muy bien el porqué, es convocado por el gobierno estadounidense para viajar a Sajalín y colaborar con los científicos rusos.

La editorial Gigamesh se ha propuesto recuperar la obra temprana de Ian Watson en nuevas traducciones. Como primera entrega de dicho ambicioso proyecto ha publicado Incrustados y otros delirios racionalistas, un volumen triple que además 'Incrustados', incluye 'El kit Jonás' y 'Orgasmatón'. Si me he decidido a empezar leyendo 'El kit Jonás' y no 'Incrustados' es porque hace algunos años leí este último en una edición super añeja de Martínez Roja bajo el título de Empotrados. No voy a ocultar que no me convenció, a mi reseña me remito. El problema no estaba en la originalidad de las ideas que recogía, sino más bien en una trama enrevesada difícil de seguir y algo hinchada. Y una tradución deplorable que no ayudaba para nada, la cosas como son. Por cierto que años después leería La historia de tu vida, el cuento de Ted Chiang que sin llegar al grado de profundidad psicolingüística de Watson, especula sobre las mismas ideas del lenguaje como herramienta determinante a la hora de modelar la percepción de la realidad (magníficamente adaptado por Denis Villeneuve en la película de 2016 La llegada/The arrival).

A estas alturas del post es posible que estéis preguntándoos por qué me decidí a comprar este tomo si Empotrados me pareció pesada y enrevesada. Muy fácil: creo que Gigamesh tiene muy buen tino en todo lo que publica. El libro cuesta algo más de 30€, pero seamos justos, incluye tres novelas con lo cual cada una sale a 10 euros de nada. Y conseguir una novedad editorial (o una traducción actualizada, lo mismo me da), a 10€ es casi imposible en el mercado español. Si a eso le sumas esa portada tan chula el desembolso queda más que justificado, y más todavía si consideramos que 'El kit Jonás' ha resultado ser una novela con una trama muy bien elaborada que exige bastante del lector (hay una edición anterior bajo el nombre de El modelo Jonás).

El título resulta un poco críptico pero su elección cobrará sentido cuando descubramos que kit -modelo para ensablar- es homófono con la parabra rusa para ballena: кит. Hay tres hilos simultáneos perfectamente entralazados, el tercero de los cuales he ocultado deliberadamente en mi resumen habitual porque creo que anularía el placer de descubrilo por uno mismo. De nuevo el escritor británico trabaja un montón de ideas muy originales y con mucho poso científico: astrofísica, teoría de la computación, matemáticas,... Evidentemente no tengo el conocimiento suficiente para poder validarlas, pero lo importante es que resultan verosímiles. Otro factor que me ha hecho disfrutar muchísimo de la lectura es tono desesperanzador que impregna la acción. La novela rezuma el profundo pesimismo que se vivía a finales de los 1970s, no en vano data de 1977. Crisis económicas, desastres medioambientales, hambrunas y pobreza, las intrigas habituales de la Guerra Fría, tensiones políticas resultado de la II Guerra Mundial. Watson nos entrega un texto cruel y despiadado en el que el fin justifica los medios. Así comprobamos por ejemplo que los actores del mismo manipulan y utilizan a los demás en su propio beneficio con una indiferencia implacable, y los métodos que emplean carecen de los principios éticos más elementales. El resultado es devastador, la promesa del desastre se cumple al finalizar la acción, dejandote completamente satisfecho pero con un regusto amargo y desagradable. Y ya sabemos cuánto disfruto yo de los finales funestos, sobre todo cuando dejan al ser humano a la altura del betún.

Resumiendo, una verdadera joya; una obra tremendamente inteligente y bien desarrollada. No lo pone fácil al lector, pero la atención que le obliga a prestar se ve recompensada con creces. Además se incluyen comentarios del propio autor para cada novela a modo de epílogo. Una vez terminada me han entrado unas ganas terribles de leer 'Incrustados' en esta nueva traducción, aunque lo más probable es que antes caiga antes 'Orgasmatón'. Os dejo un estupendo artículo de C, el hijo de Cyberdark que comenta el volumen al completo. Aviso que da más pistas del argumento de las que yo he creído conveniene comentar, y su resumen del mismo difiere ligeramente del mía. En cualquier caso es muy recomendable y están tan entusiasmados con la obra de Ian Watson como yo mismo.

15 feb 2018

Toda una vida - Robert Seethaler

En la vida de Andreas Egger no ocurrió nada que aparentemente sea digno de ser recogido en un libro. Su madre, de vida licenciosa y muerta por tuberculosis a principios del S. XX, lo dejó al cuidado de uno de sus cuñados. Así pues en 1902 y siendo tan solo un chiquillo se instaló en la granja de su tío en un precioso valle de los Alpes. Allí empezó a trabajar sin descanso desde que llegó. Sufrió la brutalidad y las constantes palizas de su pariente, una de las cuales le dejó cojo de por vida. La vida se empeñó en no ponerle las cosas fáciles a Andreas, pero él no se acobardó. Discreto, callado y reservado, su lesión se vió compensada por su gran fortaleza física y su dedicacion al trabajo. Seremos testigos de todo lo que le ocurre en su vida desde que se instala en las montañas y hasta su fallecimiento a los 79 años. No tuvo grandes aspiraciones, ni consiguió grandes logros. Un alud le arrebató a Marie, su único amor, mientras dormía en su modesta cabaña. Sin haber abandonado su pueblo más que para servir en el frente del Cáucaso durante la II Guerra Mundial, tuvo ciertos momentos en que entrevió la posibilidad de estar perdiéndose muchas cosas. Pero aun así estaba satisfecho de lo que había logrado, pues se bastó a sí mismo para llevar una vida honrada y humilde a pesar de contar con todos los elementos en oposición.

Robert Seethaler consigue plasmar en poco más de 130 páginas una preciosa defensa de la vida sencilla en armonía con la naturaleza. Yo he sido el primero en sorprenderme al ver que un relato tan simplón sobre un personaje tan anodino me estaba emocionando sin reservas. Porque Toda una vida no es un libro de actos sublimes, aventuras inolvidables o pasiones arrebatadoras. El protagonista no busca emociones fuertes, experiencias imperecederas o incrementar sin fin sus posesiones materiales. El autor austriaco intenta más bien hacernos ver, desde una sabiduría ancestral, que lo verdaderamente importante poco nada tiene que ver con lo que estamos habituados a valorar en la sociedad actual. Que hay que ignorar el modelo falaz de éxito que nos venden desde que nacemos y que tenemos que empezar a apreciar las cosas simples, a ser coherentes con nosotros mismos y respetuosos con el planeta. Se podría alegar que esta evocación de un pasado bucólico en la naturaleza (aunque sean solo unas cuantas décadas atrás en el siglo XX), resulta un recurso facilón y engañoso. Pero el autor no oculta en ningún momento las durísimas condiciones que impone vivir en y del campo, dejando bien claro eso sí que el progreso sin planificar no es la solución. Egger, desde su aparente ingenuidad, es plenamente consciente de las contradicciones y peligros que acarrea la properidad económica a cualquier precio, tan incontrolable y devastadora como una tormenta de nieve en las cumbres. De ahí que se lamente de los efectos que el turismo está teniendo en su comarca: por un lado la zona se está enriqueciendo y la calidad de vida de los lugareños está mejorando; por otro los esquiadores y senderistas de la ciudad, que son quienes generan esa riqueza, vienen cargados de arrogancia, vanidad, ansiedad.

Me ha pareceido una novela maravillosa. Seethaler ha sabido escribir un texto entrañable y cargado de sensibilidad sobre uno de los millones de habitantes de este planeta -entre los que me incluyo- que pocos o ningún motivo tienen para dejar huella en quienes le sobrevivan. Pero precisamente la grandeza del historia reside en destacar la importancia del anonimato, en lo excepcional que puede ser la irrelevancia y sencillez de la existencia de todos ellos (de todos nosotros). Bueno al menos así lo entiendo yo, en Libros y literatura y Entre montones de libros también se han rendido a la narración. Si bien hay quien lo ve de otra manera, echad un vistazo si no a Deborahlibros.

11 feb 2018

El ahorcado. Cuentos de espanto - Orson Scott Card

Toda la narrativa corta de Orson Scott Card hasta 1990 se reunió en un volumen denominado Mapas en el espejo. Este tomo ha sido editado en diferentes formatos, uno de los cuales agrupa los cuentos por temáticas. Con este planteamiento se dividió la antología en cinco libros, el primero de los cuales, que es el que me ocupa hoy, está dedicado al terror. O más bien al "espanto", si nos atenemos a la división personal que el autor hace del género. Según él mismo nos indica en el prólogo, la capacidad de un relato para provocar miedo es mucho más acusada en aquellas tramas en las cuales el objeto que nos causa pavor nos es desconocido. Según deduce, es esa capacidad de inspirar espanto desde la incertidumbre la que caracteriza la obra Stephen King y la razón de que este escritor haya tenido tanto éxito.

Los once relatos cortos de terror incluidos en El ahorcado. Cuentos de espanto consiguen transmitir desasosiego, inquietud e inseguridad (títulos en el link). Visto el resultado quizás haya que darle la razón en su planteamiento, porque no voy a ocultar que me han gustado mucho, a pesar de que uno tras otro repiten el esquema de persona aparentemente ***normal*** que tiene un lado turbio y por tanto hace cosas malas a personas buenas e inocentes y en consecuencia recibe un justo castigo por sus malas acciones. Abundan los elementos de ciencia-ficción y fantásticos, o aspectos relacionados con el oficio de escritor, todos ellos con planteamientos e ideas muy originales.

El principal problema que sobrevuela todas las piezas es el maniqueísmo ridículo y la condescendencia religiosa con que el escritor trata a los protagonistas, y por ende al lector. Como es bien sabido, Card pertenece a la iglesia mormona, de cuya congregación ha sido siempre un feligrés muy activo y comprometido. El ideario conservador de este credo se puede leer entre líneas en los cuentos, que destilan moralina por los cuatro costados. Esto resulta molesto pero tampoco supone mucho inconveniente porque es fácil de detectar. Cualquier lector con un mínimo de capacidad crítica puede abstraerse de él sin apenas esfuerzo. Al fin y al cabo son cuentos fantásticos de terror, cualquier cosa puede ocurrir en ellos por más que en la realidad todos nuestros actos se desplieguen en zonas grises de la ética y la moral, y los delitos y abusos que ocurren a diario no siempre resulten penados.

Ahora bien, lo que me ha resultado muchísimo más cargante es el epílogo. En él, el autor norteamericano explica brevemente el contexto y la génesis de cada uno de los relatos. Ahí se deja de sutilezas y llama a las cosas por su nombre, dejándose llevar sin tapujos por su concepción reaccionaria de la vida mamada de las doctrinas de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Que conste que no tengo ningún problema con las religiones en tanto en cuanto son construcciones humanas que permiten obtener consuelo ante lo incognoscible de la existencia. Ahora bien, emplearlas como instrumentos para someter a las personas e imponer un orden revelado por un ser imaginario y todopoderoso es algo completamente diferente. Y por ahí, no paso. Tenéis mas reseñas en La hora falsa y El mundo de Yarhel. El primero no ha acabado convencido del todo, pero el segundo sí. Los dos incluyen una breve sinopsis de cada cuento.

7 feb 2018

Restos de población - Elizabeth Moon

La compañía Sims Bankcorp se dedica a explotar los recursos naturales y agrícolas de los planetas habitables que la humanidad ha ido descubriendo en su expansión por el universo. Debido a los escasa rentabilidad obtenida tras cuarenta años de colonización, decide abandonar el mundo en que la septuagenaria Ofelia ha pasado más de la mitad de su vida trabajando. Considerando lo mal que se lleva con su hijo y su nuera -única familia que le queda-, el alto riesgo de morir durante el viaje debido a los riesgo de la crionización en edades avanzadas, y que para colmo la corporación ya no la considera una empleada útil y que por tanto debe pagar su pasaje, la protagonista decide quedarse en lo que considera su hogar. Por fin podrá tener algo de libertad sin someterse a nadie, ni maridos, ni hijos, ni jefes, ni ridículas normas sociales. Solo ella, su huerta y las pocas vacas y ovejas que quedarán atrás. Tras unos meses en la más completa soledad, una nueva compañía que ha comprado los derechos sobre el planeta decide instalar una nueva colonia en una zona menos agitada por la metereología que el área tropical en que vive Ofelia. Durante el aterrizaje de las lanzaderas llenas de colonos, que ella escucha a través de un enlace satélite que sigue activo, se produce el ataque de una especie inteligente nativa del planeta con la que no se había establecido contacto anteriormente. Los indígenas masacran a los recién llegados, que no venían armados al no existir sospecha de enemigos hostiles. La carismática anciana, totalmente devastada por lo que ha ocurrido, toma concienca en ese momento de que ciertas irregularidades en su colonia, que había explicado por despistes suyos o la mala memoria, pueden haber sido causadas por esta especie inteligente local. Teme por tanto que en breve vengan a explorar su recinto y se produza un enfrentamiento en el que tiene todas las de perder.

Restos de población es una novela de ciencia-ficción que tiene un precioso mensaje optimista a pesar de reflejar lo peor del ser humano. Elizabeth Moon ha sabido componer una trama muy emotiva en la que expone críticas a ciertos aspectos despreciables de una sociedad futura que comparte aterradoras características con la actual. Los trabajadores son poco menos que esclavos de las grandes compañías. Estas organizaciones solo se atienen al beneficio económico, sin que aspectos como el respeto a los ecosistemas formen parte de su cultura corporativa. La discriminación está normalizada y a la orden del día: a la mujer, por edad, por baja cualificación profesional. El antropocentrismo domina todos los estamentos de la realidad. Por más que existen leyes que afirman respetar a otras especies inteligentes, el marco que deben aceptar dichas especies inteligentes no humanas es el que dicta el Homo sapiens. Capitalismo salvaje, discriminación, paternalismo antropocentrista,... Además de proyectar los aspectos más negativos en nuestra sociedad, Moon ha sabido captar a la perfección la manera de pensar del hombre para provocar indignación en el lector y forzar el conflicto en la historia. La evolución del protagonista en su relación con el Pueblo, nombre que recibe la especie inteligente originaria del planeta, me ha parecido super coherente y ajustada a la que podría experimentar cualquier persona al enfrentarse a tal situación. La comisión negociadora del Gobierno terrestre que contactará con el Pueblo es un cuadro ideal de prepotencia, arrogancia y egocentrismo humano. La relación de poder solo se equilibrará tras sutiles amenazas de conflicto armado si no se tienen en cuenta los intereses de la especie indígena. Algo que me ha parecido la esencia de lo que somos como especie.

La lectura es muy llevadera y ágil, si algún inconveniente puedo encontrar es cierto abuso de recursos para conmover e indignar, algunos de los cuales son poco creíbles. Un ejemplo de ello se produce cuando un militar golpea a Ofelia y la tira al suelo: que una persona de más de setenta años supere dicha agresión con solo un chichón y algunas magulladuras, qué queréis que os diga, no me cuadra. Los abusos del ejército sobre los más indefensos, sí, evidentemente. De todas formas, tengo que admitir que la novela me ha encantado. A pesar del sentimentalismo lacrimógeno que la inunda, hacía tiempo que un final feliz no me resultaba tan bien traído y placentero. Tenéis más reseñas en el Rescepto (con apuntes muy interesantes, como suele ser habitual en él), el Sitio de Ciencia-ficción y La vida sexual de una IA.

3 feb 2018

Voraz - Dawn Brown

Un asesino en serie lleva actuando varios meses en la pequeña y aburrida ciudad de Good Fortune, dejando tras de sí una ristra de cadáveres descuartizados que no para de crecer. El joven agente Mason es uno de los miembros de la policía asignados al caso. Un tipo taciturno y solitario que pasó su infancia leyendo libros de aventuras debido a una larga enfermedad. El capitán de policía, con quien Manson investigaba y que estaba a punto de jubilarse, es la siguiente víctima del psicópata criminal. Inmediatamente después va Catherine, una detective de quien el protagonista está enamorado. Para su desgracia ella apenas había reparado en su existencia. Visto el cariz que toman los acontecimientos en el caso, nuestro hombre tendrá que enfrentarse a la posibilidad de que sus fantasías infantiles sobre un guerrero cruel y monstruoso con quien se divertía manteniendo peleas sin fin hayan tomado control de su vida y que por tanto, él mismo sea el sanguinario asesino.

Acabo de terminar Los elixires del diablo y las inescrutables fuerzas que rigen el azar ponen en mis manos un cómic que trata también sobre el desdoblamiento de la personalidad a través de un Doppelgänger. Por suerte para mí, visto el aburrimiento que me ha provocado aquella novela, esta publicación es muchísimo más ligera, llevadera e interesante que el libro de E.T.A. Hoffmann.

Guión y dibujos corren a cargo de Dawn Brown, quien tiene una reputada trayectoria en la industria del cine como diseñadora de escenarios. Las páginas son impactantes visualmente, con una distribución de textos y viñetas muy libres en las que se nota el gran talento artístico de la autora. Por otro lado, tal y como promociona la editorial, la influencia de Edgar Allan Poe es bien palpable. Se deja notar sutilmente en el lirismo de las narraciones, que evocan misterio y locura. Como referencias mucho más descaradas tenemos a los omnipresentes cuervos que rondan por todo el pueblo y a Muerte Roja, alter ego fantasmagórico de Manson que tanto por el nombre como por el atuendo está claramente inspirado en el cuento La máscara de la muerte roja de Poe. En definitiva, un cómic chulísimo que explota con mucho talento las posibilidades visuales y artísticas del medio. A pesar de que la temática que trata está muy manida en el género del terror, para mi gusto el resultado es 100% satisfactorio. Tenéis más reseñas en ¿Cómo quieres que cuente estrellas? y Zona negativa. Por cierto que ni uno ni otro comparten mi entusiasmo por esta obra, en especial en el apartado gráfico.
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