30 dic 2020

Die Bücher des Jahres 2020

¡Ah, las listas de las lecturas preferidas del año! Cita obligada a finales de diciembre en casi todos los blogs. Yo no soy un habitual, de hecho acabo de comprobar que no subía una desde hace un lustro. He dedicido dividirlos en categorías por aquello de rellenar un poco más. Además tampoco me voy a limitar a un número fijo, si me han gustado siete novelas, pues siete que incluyo. Si han sido dos colecciones de relatos, pues dos.  Así que no os entrentego más y os dejo a continuación los libros que más me han gustado en este 2020 a punto de terminar.

Novela. Creo que este año he tenido bastante suerte con las novelas. Guardo muy buen recuerdo de muchas por diferentes motivos. Os las dejo, como en el resto de apartados, en orden de aparición:

Novela corta.

Libro de relatos.

Ensayo.

Un análisis superficial no señalaría ninguna novedad. En general los autores y géneros son los que cabría esperar si se me conoce, que por otro lado no son recién llegados al blog: Heinrich Böll, J. G. Ballard, Isaac Bashevis Singer, o Alice Munro en cuanto a escritores; ciencia-ficción, terror, fantástico, crítica social y novela europea del S.XX en cuanto a géneros. Sin embargo si miramos con más detalle todo lo que he leído en 2020 (ya lo hago yo por vosotros, no os preocupéis), tengo que destacar la presencia de un buen número de escritoras entre mis lecturas preferidas. Es verdad que en novelas sigue habiendo mucha testosterona y sólo encontramos a Johanna Sinisalo, pero en su favor comentaré que si tuviera que seleccionar solo tres novelas leídas en 2020, Ángel y el troll estaría entre ellas. Novelas al margen, en novelas cortas y relatos cortos hombres y mujeres están a la par. Esto se debe a que llevo un par de años haciendo un esfuerzo consciente por incluir cada vez más autoras entre lo que leo. Este año han sido 33 sobre un total de 92 libros, más del 35%. También es verdad que de los tres abandonos del año, dos han sido novelas escritas por mujeres. En realidad en cuanto a abandonos lo verdaderamente importante es que por fin me estoy soltando a la hora de dejar de leer libros que no me gustan, lo de menos es quién los haya escrito. En lo que no hay vuelta atrás es en seguir descubriendo autoras que encajen en mis gustos.

27 dic 2020

Los sauces - Algernon Blackwood

Estamos en pleno mes de julio y un par de jóvenes están recorriendo en Danubio en canoa. Muy de turismo aventura, montando la tienda y haciendo noche allí donde los encuentre el atardecer. Poco después de dejar atrás Pressburg (la actual Bratislava), hay una gran zona desolada y apenas habitada en que las aguas del río se dispersan creando una zona pantanosa. La pareja de intrépidos viajeros pone fin a la jornada en una de las muchas e inestables isletas de terreno arenoso de ese tramo: con las crecidas de verano, apenas se mantienen unos días antes de que la corriente las deshaga. Toda esa área está además cubierta de sauces; se quedan en la categoría de arbustos debido a las duras condiciones en las que han de crecer. Nada más instalarse, el narrador-protagonista, cuyo nombre no llegamos a conocer, empieza a experimentar una sensación de angustia y miedo irracional cuyo origen no logra determinar. A pesar de sus intentos por racionalizar la experiencia (la soledad del terreno, el aislamiento de su campamento, su propia insignificancia ante la naturaleza que los rodea), al caer la noche una serie de manifestaciones sobrenaturales empiezan a tomar forma alrededor suyo. Extraños sonidos, luces inexplicables, enigmáticas formas en la arena, golpes sobre la tienda de campaña. Como no quiere provocar el pánico, prefiere guardarse sus temores para sí mismo. No obstante, cuando despiertan, su compañero de viaje, a quien se refiere como el sueco, expresa exactamente sus mismos temores ante una presencia ominosa que es incapaz de describir pero que percibe de manera inequívoca.

Los sauces es una novela corta de terror sobrenatural en la que elementos cotidianos y sacados de la naturaleza cobran un significado extraño capaz de generar espanto. El mismísimo H. P. Lovecraft consideraba este título como uno de sus preferidos en lengua inglesa. Y es que Algernon Blackwood consigue sin duda transmistir miedo, indefensión y horror sin que lleguemos a saber qué o quiénes lo están provocando.

Para empezar toda la obra es de una riqueza descriptiva impresionante. Al principio se centra en los paisajes que rodean al Danubio, los pueblos y ciudades y las características del propio río (caudal, sonidos, vegetación que lo circunda, etc.), aportando una atmósfera siniestra y amenazadora antes incluso de que sepamos qué nos depara la historia. Sin embargo el escritor británico no tardará mucho en centrarse en todas las sensaciones que experimentan los protagonistas una vez acampan. Los sucesos inexplicables no serán sino materializaciones de un horror que ya llevaban sintiendo desde que entraron a los marjales y que de alguna forma creen vinculado con esos sauces cuyo crecimiento se diría frustrado por efecto de la energía siniestra que oprime la zona.

Blackwood consigue un golpe de efecto al poner en boca del sueco todos los temores que el narrador-protagonista no quería verbalizar para evitar dejarse llevar por el pánico. Presentado inicialmente como un personaje de apenas sensibilidad, tras la primera noche pasada entre los sauces el sueco se revela como un individuo tremendamente perceptivo, capaz de poner nombre a todo lo que les está ocurriendo y que él también está sufriendo. Nunca sabremos si sus intuiciones son certeras o propias de un demente, sin embargo logran dotar de significado a la experiencia tan perturbadora por que están pasando. En definitiva la capacidad de transmitir miedo y malas vibraciones que tiene la prosa es imbatible. En realidad no importa demasiado la explicación ni la causa del pavor que atenaza a los protagonistas. Tanto podrían ser entidades de otras dimensiones, como primitivas fuerzas sobrenaturales. Lo que está claro es que estamos ante una historia que juega con elementos del terror cósmico y de lo extraño que resultan muy, muy modernos y que han sido una clara influencia en el género. Sin duda uno de los mejores ejemplos que he leído de terror basado en lo inexplicable.

24 dic 2020

Las crónicas del sin nombre - Víctor Mora y Luis García

En lo que va de años solo había reseñado dos cómics. El tercero va a ser Las crónicas del sin nombre, con el que me he tropezado por casualidad buscando otro libro por entre las estanterías. Debe de ser el último (o casi), de los que me quedan por leer de todos los que compré sin control ni criterio cuando estaba subscrito al boletín de ofertas de Bibliostock. Y bien que hice en darme de baja, porque aunque los precios eran de risa, era comprar por comprar. Consumir como vía de escape a algo que no iba del todo bien en mí. Por suerte en esta ocasión me he topado con un tomo muy ligerito e interesante que ha sido un gusto leer.

Estamos ante un libro que recopila los siete relatos cortos independientes y autoconclusivos que Luis García publicó bajo ese título genérico en la revista francesa Pilote entre 1973 y 1979. Los guiones corren a cargo de Víctor Mora, quien con una base de género fantástico más o menos pronunciada, incorpora en cada una de ellas elementos propios de otras temáticas. El vínculo entre todos los relatos es un ser desconocido e innominado que vaga por el universo y que a cada poco se introduce en algún ser humano para compartir de manera pasiva su cuerpo y sus experiencias. En realidad esto es más que una excusa narrativa bastante simple para hacer un conjunto de todas las historias, ya que este ente no influye en la acción en absoluto. Los títulos y géneros son:

  • El Edelweis bajo el hielo (bélico)
  • El invierno del último combate (bélico, histórico)
  • Love Strip (denuncia, político)
  • La rosa de Mohave (western)
  • El parking del fin del mundo (ciencia-ficción)
  • El naufragio infinito (ciencia-ficción)
  • Stormy Weather (intriga)
García dibuja en tinta negra exclusivamente. Tiene tal grado de perfección y detalle que sólo se puede calificar de hiperrealista. En algunas viñetas incluye efectos en negativo o fundidos en negro para resaltar algún elemento o personaje, algo que se agradece al aportar algo de contraste visual y dinamismo a tanta minuciosidad. En definitiva un tomo muy chulo y entretenido que se lee en un pispás, y que como no podía ser de otra forma, está considerado un clásico del cómic español de vanguardia.

21 dic 2020

Nosotros - Evgueni Zamiatin

Tras la Guerra de los 200 años, ocurrida siglos atrás, la organización del mundo se transformó para poner punto final a todos los despropósitos que lo caracterizaban: desigualdades, consumo desmedido, crimen y violencia, etc. Trabajo y ocio pasaron a ser regulados por el Estado Único, que se encargaría de controlar el tiempo dedicado a cada uno. De esta forma quedaba garantizado que todas las actividades estuvieran al alcance de todos los integrantes de esa sociedad colectivizada, en que el nosotros sustituyó al yo. D-503 es el jefe de proyecto del INTEGRAL, una nave espacial cuyo objetivo es difundir las excelencias de esta sociedad a otras especies inteligentes del universo. Al margen de esta gran resposabilidad, su vida no difiere de los demás números: también tiene su pequeño apartamento en un edificio de cristal, se levanta cuando le corresponde, hace las pausas cuando está estipulado, tiene momentos de intimidad O-90 cuando lo marcan las tablas y dispone una hora antes de acostarse para dedicar a sus aficiones personales. Exactamente igual que todo el mundo. Durante el rato de ocio individual está redactando un texto que explica cómo se está desarrollando la construcción del vehículo espacial que ha creado. Sin embargo en uno de los paseos que corresponde hacer cada jornada, se cruza con I-330, una mujer misteriosa que despierta en él sensaciones desconocidas e incontrolables. Esta mujer empezará a tomar cada vez más importancia en su vida y su relato, que a modo de diario volcará todos los cambios que está sufirendo su vida.

Nosotros es una distopía en el sentido más clásico y ortodoxo de la palabra. El único sentido que debería tener, en mi opinión, y que por desgracia los medios han pervertido en los últimos años para considerar como tal cualquier novelucha post-apocalíptica que salga al mercado. Evgueni Zamiatin describe un modelo de sociedad jerarquizado y fuertemente regulado, separado de la naturaleza indómita, en donde el bien de la colectividad se antepone al del individuo. Bajo un barniz de felicidad global se ocultan en realidad métodos dictatoriales de control que al haber sido interiorizados por la población, se perciben como necesidades incuestionables. Pero no siempre, porque el Estado Único ha tenido disidentes durante toda su existencia, a los cuales ha sabido manejar adecuadamente por supuesto. Sin embargo tras conocer a I-330, nuestro protagonista empezará a abrir los ojos y a ser consciente de que la realidad que le rodea dista mucho de la perfección tan cacareada por el sistema.

Resulta asombroso que una novela escrita en 1921 pueda resultar tan moderna y atemporal a la vez. Muchas de las imágenes e ideas trabajadas por Zamiatin son sencillamente asombrosas. La ausencia de intimidad que suponen las viviendas y edificios transparentes (casi cien años antes de que Ray Loriga los incluyera en Rendición), la garantía universal de acceso a las relaciones sexuales, el procedimiento quirúrjico de extirpación de la fantasía, las ceremonias gubernamentales que perpetúan el sistema, la exclusión y alejamiento de la naturaleza en tanto que resulta contraproducente por la incapacidad para controlarla. Y evidentemente el contrapunto que ofrecen los instintos humanos más primarios para introducir el conflicto y crear una trama totalmente absorbente: deseo, egoismo, celos, venganza, etc.

Por si todo esto no fuera suficiente, la prosa del escritor ruso se adapta a la perfección al pensamiento que podríamos esperar de un protagonista sacado de ese contexto distópico. La voz de D-503 es insuficiente, parcial, incompleta; carece de la fluidez y claridad necesaria para explicar lo que está experimentando porque lo desconoce y su vocabulario no tiene términos capaces de describirlo. Se siente perdido y vapuleado entre tantas sensaciones cuya existencia nunca le ha sido revelada. El miedo y la aprensión por las reprimendas que las irregularidades de su comportamiento del puedan ocasionar le hacen titubear, ocultar detalles, dejar sus pensamientos en suspenso. Y las mentiras, las medias verdades y la manipulación que empieza a percibir son todavía peores, lo dejan más desubicado si cabe.

No voy a negar que el texto resulta difícil de seguir y que exige la atención total del lector, porque en realidad apenas hay explicaciones. Nos vemos obligados a dotar de sentido a la acción en base a las reacciones y comportamientos de cada uno de los personajes. Por supuesto la miseria humana campa a sus anchas por los párrafos, con lo cual a mí ya me tiene prácticamente conquistado. Y hay además marvillosas demostraciones de bondad dentro del horror y el espanto, que me provocan un sentimiento de culpabilidad delicioso por mostrarme siempre tan descreído. Pero lo mejor, sin duda, es tono desmoralizador y pesimista que sobrevuela la narración. Porque no nos engañemos, no estaríamos ante una distopía si cerraramos el libro con un final feliz. Y ya sabemos cuánto disfruto yo de una novela que acaba mal.

18 dic 2020

Memorias de un hijueputa - Fernando Vallejo

Todo lo que huela a humano apesta. No lo digo yo, lo dice Fernando Vallejo en Memorias de un hijueputa. Y a divino, que lo añado yo de mi cosecha después de terminar el libro y leer cientos de críticas vitriólicas a las religiones, con el catolicismo a la cabeza. Aunque no cabe duda de que estamos ante una narración que mezcla biografía, crítica, y literatura del yo, en esta ocasión viene disfrazada de autobiografía de un dictador (álter ego suyo, evidentemente), a quien los militares han puesto en el poder para que solucione los problemas de Colombia. En realidad, no hay muchas novedades en este texto respecto a otras referencias suyas ya en mi haber. Una colección de dislates, en algunos de los cuales admito que tiene parte de razón, pero que al exponerlos con esa jactancia suya tan chulesca y arrabalera, quedan por desgracia a la altura de una pataleta que como mucho provoca alguna sonrisa cómplice si compartimos sus opiniones.

En orden aproximado según el número de apariciones, el escritor colombiano vierte su bilis sobre:

  1. Colombia. Su clase política, su pueblo, su historia.
  2. Religiones. Desde un enfoque político e histórico. A la cabeza, el catolicismo y los papas. En menor medida, islam y judaísmo.
  3. España. Su nefasta influencia en Colombia y América Latina. El rey Juan Carlos I.
  4. La familia, la natalidad; sobrepoblación y antinatalismo.
  5. Por último también hay cizaña para una serie de temas variados que cruzan las páginas aquí y allá: los derechos de los animales, el uso del idioma español, la ciencia, algunos músicos y escritores, etc.
A destacar sin duda su faceta anticientífica y negacionista, algo con que no me había topado hasta ahora. Desde el rechazo de la existencia del VIH al cuestionamiento de la teoría de la relatividad, el autor colombiano apunta alto a la hora de poner en entredicho realidades científicas que damos por válidas y que en su opinión, son dogmas interesados y con unos fundamentos más que cuestionables. Ahí queda la cosa. Según nos aclara, títulos suyos como Manualito de imposturología física, La tautología darwinista o Las bolas de Cavendish desarrollan sus ideas en este campo. Aunque creo ya he cubierto el cupo de fobias y filias de Vallejo sobre sociedad, política y humanidades, he de reconocer que esta faceta suya que desconocía me llama la atención por estar tan fuera de la norma. Cuando vuelva a apetecerme leerlo, iré a por uno de ellos.

15 dic 2020

A través de la tormenta - Daphne du Maurier

Con la fama de intrigante y misteriosa que tiene Daphne du Maurier, por un lado, y ese título y portada por otro, cuando vi este tomo en una librería de segunda mano no me lo pensé ni un momento. La lectura, sin ninguna referencia adicional, se prometía angustiosa, inquietante; mucho terror psicológico y coqueteos con lo inexplicable. No sé, algo así como una joven pareja de recién casados que encuentra en unos anticuarios de Blackfriars una copa tallada que resulta estar maldita porque algún noble perverso, sádico y cruel bebió en ella la sangre de una joven doncella a la que robó su dignidad y su virtud tras haberla vejado, ultrajado y asesinado siguiendo rituales que no se pueden poner por escrito para evitar que algún incauto vuelva a invocar fuerzas oscuras e inmanejables. Y después de darle a la copa un lugar de honor entre su colección de antigüedades, la pareja que empieza a tener deseos cada vez más incontrolables de incorporar prácticas BDSM en sus juegos de alcoba. Látigos, máscaras de cuero y cruces de San Andrés instaladas en el sótano convertido en una mazmorra. Bueno no estoy seguro de que esta fantasía mía sea muy del estilo de esta autora británica, pero dan ganas de leerlo, ¿a que sí? Pues nada que ver.

'A través de la tormenta', título engañoso donde los haya, que nada, pero nada tiene que ver con el argumento ni con el original 'The glass-blowers', es la saga familiar de unos sopladores de vidrio franceses desde mediados del S. XVIII hasta principios del S. XIX. Aunque en realidad la trama se podría resumir simplemente a la Revolución Francesa vista desde provincias. Porque por lo menos en eso es original, ya que la acción no transcurre en París sino en diferentes ciudades y pueblos del Valle del Loira, en los departamentos de Sarthe y Loir-et-Cher.

Será Sophie Duval, la hija mayor de Mathurin Busson y Magdelaine Labbél, quien de forma retrospectiva escribirá esta narración. Lo hace para dar a conocer a uno de sus sobrinos la verdadera historia de su hermano Robert, el primogénito. En este folletín de tintes históricos conoceremos a Robert, fantasmón, oportunista y chaquetero; Pierre, idealista y firme defensor de la filosofía de Jean-Jacques Rousseau; Michel, la oveja negra de la familia; y Edmé, la más joven de las hermanas, con los intereses y habilidades que en aquellos años solo se esperaban de los hombres. A ellos se suman sus padres y tíos, fundadores de la dinastía de artesanos del vidrio, los cónyuges, suegros, hijos, sobrinos, etc. etc.

La historia en sí no está mal. Tampoco es que me haya sentido decepcionado por haberme encontrado con este pastel cuando me apetecía una novela de miedo. La realidad es que el texto no destaca por nada en particular, aunque entretiene y se lee con facilidad. Pero no es más que una serie personajes de distinto pelaje, perfil e inclinaciones que se suben al carro de la Revolución Francesa y van experimentando cambios según se desarrolla la misma. Todo muy lineal. Y muy didáctico. Un entretenimiento que según se deduce de los agradecimientos que du Maurier incluye antes de empezar el libro, podría venir inspirado por la historia de sus antepasados, los Busson. Recomendado para los amantes de la novela histórica. Yo no soy muy aficionado a ese género pero con todo y eso, me lo he terminado medianamente satisfecho.

12 dic 2020

Confía en mí - John Updike

John Updike demuestra en Confía en mí que se maneja a la perfección en el formato breve. Este tomo incuye un total de 22 relatos cortos entendidos en el mejor sentido de la palabra: su extensión es en todos los casos inferior a las veinte páginas, pero en ellas se condensan tramas absorbentes y contemporáneas, cuidadas hasta el mínimo detalle. Sólo le puedo encontrar un fallo, y es que empieza con un par cuentos que me han parecido increíbles ('Confía en mí', 'Matar'), para a continuación seguir con textos que aun siendo también estupendos, quedan por debajo de ese rutilante par.

La prosa del autor norteamericano es intachable. Frases certeras y afiladas que destacan por la ausencia de adornos, florituras y afectación. Pero no nos equivoquemos, están cargadas de intención y han sido perfectamente construidas. Contienen los elementos precisos para transmitir la mayor cantidad de información posible. De todas formas tengo que admitir que en algunos casos, especialmente cuando elabora réplicas en diálogos, se le podría acusar de poco natural. Por lo menos a mí me resulta muy difícil de creer que en medio de una discusión acalorada sobre temas de gran carga emocional se puedan rebatir quejas y acusaciones con frases tan oportunas e ingeniosas. En todo caso el registro resulta muy coherente y natural con el contexto sociocultural en que transcurre la acción.

En general todos los cuentos se desarrolla en torno a personajes que acaban de entrar a la edad madura y se enfrentan a los problemas habituales de dicho periodo: parejas en crisis tras muchos años de convivencia, la muerte de los padres, infidelidades, divorcios, relaciones con las ex parejas, frustración porque los sueños de juventud se demuestran irrealizables, etc. En este sentido se podría acusar de Updike de preocuparse únicamente por las clases medias blancas y anglosajonas. Y ojo, que no es que lo que nos cuenta no resulte creíble ni interesante. Al contrario, lo es y mucho. Pero termina siendo un poco irritante que se centre todo el tiempo en ese estrato social, con sus viajes a esquiar a Vermont, las tardes de golf con los amigos, etc. De todas formas el enfoque que da a las historias en muy crítico, mostrándonos que también hay miserias en los grupos más acomodados en lo social y lo económico.

Por resumir, no os quedéis con solo con los dos inconvenientes menores que he señalado, tan dentro de mis fobias habituales. Los relatos son fas-ci-nan-tes. A pesar de esa portada tan infame, no dudéis en comprarlo ni un segundo si lo encontráis en algún baratillo.

9 dic 2020

Seis formas de morir en Texas - Marina Perezagua

Dos historias se entrelazan en Seis formas de morir en Texas. La primera está protagonizada por Xinzàng, el nieto de un preso chino. El corazón de su abuelo fue empleado en el oscuro negocio de tráfico de órganos que se atribuye al gobierno de aquel país asiático. El budismo que practica la familia prescribe que el cuerpo al completo debe reposar si queremos proporcionar paz al alma del difunto, así que el joven se embarca en la búsqueda del órgano, algo que su propio padre no pudo completar. En la otra conocemos a Robyn, una joven estadounidense de poco más de treinta años que con tan solo dieciseis años fue acusada del asesinato de su madre y condenada a la pena capital. Desde el corredor de la muerte de una cárcel de Texas establece una relación epistolar con su padre y con Zhao, un joven cuya papel en la trama no he podido averiguar porque como podéis comprobar por las etiquetas de la entrada, no he terminado el libro. De hecho lo he dejado apenas pasadas las cincuenta páginas, una muestra de precocidad que es sin duda lo único bueno que puedo asociar a esta lectura. Quiero pensar que en algún momento las dos tramas convergen de alguna forma, pero, ¿quién sabe? Yo desde luego no, y me importa cero absoluto.

La prosa de Marina Perezagua es densa, rebuscada, artificiosa. Se compone de frases interminables en las que se combinan yuxtaposiciones, conjunciones y subordinadas de relativo. Y no solo la forma es cargante, más aún lo es el fondo. Son pomposas y afectadas, tanto que me provocaban un gesto de rechazo físico en la cara, retirándola incoscientemente para alejarme de ese texto repulsivo. La autora sevillana peca de sabionda y sabelotodo. Es sentenciosa y se expresa con una gravedad impostada y forzada. Con un registro presuntuoso que no encaja ni con los personajes (especialmente con Robyn), ni con la  historia. Su rimbombancia resulta cargante y poco creíble. Los símiles con que decora la narración son más numerosos de lo necesario,y lo peor del caso es que en muchos casos son inexactos, imprecisos o directamente erróneos. En concreto y sin entrar en muchos ejemplos, actividad que me resulta mezquina e inútil, Robyn demoniza los alimentos basados en soja y enaltece el consumo de carne hasta cuatro veces en las cincuenta páginas que he resistido. Por un lado resulta difícil entender que una joven que se ha pasado más de la mitad de la vida en la cárcel tenga esas preocupaciones. Y por otro tampoco se entiende cómo es que reproduce todos los prejuicios y bulos que se oyen de cuando en cuando en torno a la soja. Y todo ello simplemente para rellenar espacio y epatar, porque no aporta nada de nada de nada a la trama.  

Y luego está la cuestion del sexo. Por lo que parece la nueva narrativa femenina otorga al sexo una relevancia incuestionable que yo encuentro difícil de justificar desde un punto de vista literario y narrativo. Quizás se deba a una necesidad de expresar su sexualidad de primera mano y no vista como objeto de deseo del hombre, que queranos que no, ha venido siendo lo habitual durante siglos. Si hace tan solo unos días me quejaba de la zafiedad de muchas descripciones de diferentes prácticas sexuales en Su cuerpo y otras fiestas, de Carmen Maria Machado, en la única carta que Robyn escribe a Zhao antes de abandonar la lectura me he encontrado con poco más o menos lo mismo. En esta ocasión, una mezcla insufrible de lirismo y vulgaridad permiten a Perezagua expresar el deseo de la condenada por entregarse carnalmente a Zhao. Imágenes de mástiles enhiestos y puentes sólidos y resistentes se mezclan con semen, flujos vaginales y exhibiciones de lujuria fetichista de sadomaso soft y fantasías de dominación/sumisión. Ni que decir tiene, tan pronto como me percaté del panorama recorrí muy, muy por encima el resto del capítulo en forma de misiva. Pocas páginas después decidí renunciar a terminar este truño. He curioseado por Internet y en general los medios son bastante ambiguos al reseñar este libro, algo que como poco debería activar las alarmas del posible lector. De todas formas en ABC y la Revista Contrapunto se expresan con claridad y no tienen reparos en señalar los numerosos defectos que han encontrado.

6 dic 2020

Vida y época de Michael K - J. M. Coetzee

En Sudáfrica se está librando una guerra civil. Michael K. todavía mantiene su puesto de jardinero del ayuntamiento de Ciudad del Cabo, pero ya se escuchan rumores de que va a haber despidos. Es un hombre de treintaipocos años con discapacidad intelectual que pasó su infancia en instituciones del estado. Además tiene un labio leporino, así que se ha vuelto muy reservado con la gente debido a su aspecto tan peculiar. Su madre, Anna K., ya es bastante mayor y tiene serios problemas circulatorios, así que no puede continuar trabajando como asistenta doméstica. Empieza entonces a recordar la granja en la que nació, cerca de una pequeña ciudad del interior llamada Prince Albert. Según dice, los únicos días felices de su vida los pasó allí. Michael cree que sería buena idea que los dos se marcharan para allá, donde podrán escapar de la inseguridad y el peligro constante de Ciudad del Cabo, Así que parten rumbo a Prince Albert sin ser muy conscientes de las dificultades que les esperan en el camino.

Vida y época de Michael K narra la odisea de un hombre por huir del horror de la guerra e intentar volver a una vida más sencilla y honesta. La utopía de extraer los frutos de la tierra con el propio esfuerzo se revelará como una gesta titánica, cuyas probabilidades de éxito se verán mermadas precisamente por el caos que engendra un conflicto armado.

Divida en tres partes, en la primera y última un narrador en tercera persona relata las vicisitudes por que pasa el protagonista. En la segunda, el médico de un centro de readaptación en el cual Michael ha sido internado, nos cuenta en primera persona lo complicado que resulta ayudarle. La prosa de John Maxwell Coetzee es tan pura, sencilla y acertada como siempre. Sorprende el desapego y distanciamiento del narrador de las secciones uno y tres, en contraste con el tono desesperado y impotente de la segunda. En mi opinión, en la parte central donde asistimos a los mejores momentos de esta obra. En ella tenemos acceso a los habituales despliegues de genialidad del Nobel sudafricano, que a base de enfrentar dialécticamente al doctor y Michael, desmonta todas nuestras ideas preconcebidas acerca de cómo se debe vivir la vida. Todas la prioridades y metas que sin duda hemos interiorizado por crecer en sociedad se derrumban de un plumazo en ese toma y daca que se establece entre ambos.

Frente a la segunda parte, las otras dos pierden algo de fuerza. Consisten en un relato lineal de acontecimientos, con una fuerte componente descriptiva. A pesar de que asistimos a momentos muy duros, esa separación emocional que el narrador establece con el protagonista, que prodíamos incluso calificar de frialdad, logra que no nos afecten sus desgracias. Ese lenguaje tan preciso, tan cuidado pero a la vez impersonal, de alguna forma nos protege de los graves problemas por que pasa el Michael. Lo cual no es óbice para que su caracterización sea magnífica. Su registro es directo, sus reacciones transparentes y humildes, sus réplicas imbatibles. Justo lo que podríamos esperar de alguien con discapacidad intelectual. También el médico es totalmente veraz. Tanto su idealismo como sus esfuerzos por ayudar, resultan creíbles por inútiles y patéticos. En definitiva a pesar de que fue galardonada el premio Booker de 1983, no está entre mis novelas favoritas de Coetzee. Y aun así, sobresale muy por encima de la media de lo que he leído este año.

3 dic 2020

Lo peor de todo - Ray Loriga

Elder Bastidas tendrá poco más de veinte años, calculo yo. Aunque en realidad, ése no es su verdadero nombre. Se lo vió a un mormón en esas chapas identificativas que suelen llevar cuando hacen proselitismo para su iglesia y le gustó. Así que lo adoptó como propio. Es de familia bien, pero por lo demás no le ha ido muy bien. Dejó los estudios bastante pronto, así que se tiene que contentar con trabajos poco cualificados y mal remunerados. Ha estado un tiempo viviendo en Londres y ahora ha vuelto a Madrid. Lo mejor que le ha pasado es su novia T., pero ella le dejó hace ya algún tiempo. Ahora mismo ni siquiera cree que vuelva a tener pareja.

El protagonista de Lo peor de todo nos cuenta su vida en primera persona y de manera fragmentada. Va y viene sin ningún orden ni motivo aparente de sus días de colegio al momento actual. Salta más atras para remontarse a su abuelo y de nuevo hacia delante para revivir los pocos momentos de felicidad que ha experimentado con quien fue su chica. En su primera novela, Ray Loriga consiguió caracterizar a la perfección a un personaje entrañable. Elder es inseguro, inestable, contradictorio, arrogante. La tontería más intrascendente puede provocarle un arranque de mal genio. Y los ataques de celos repentinos que sufre le vuelven intratable. Pero también quiere con locura a su familia, a sus padres y a sus dos hermanos, uno de los cuales padece una enfermedad mental grave. Es un adulto joven que está bastante perdido y que intenta hacer las cosas lo mejor que puede. A pesar de que la gente le parece detestable. A pesar de que las cosas no le han salido demasiado bien. En realidad no le queda otra opción que admitir que es un pobre diablo y que sus intentos de salir de su patética vida no van a tener éxito. Su chulería es pura fachada. Muchas de sus fanfarronadas resultan irritantes, sí, pero resulta inevitable quererlo porque se ha sincerado completamente ante nosotros.

Esta obra breve tan temprana (1992), contiene ya los elementos característicos de la obra de Loriga. Una prosa muy cercana al hilo de conciencia. Construida a base de frases cortas, certeras, con ideas muy poderosas. Salpimenta el texto con párrafos que solo podría clasificarse de conocimientos enciclopédicos. Aparentemente no tienen conexión ninguna con la trama, pero permiten perfilar la personalidad del protagonista. Entiendo que puedan generar rechazo en muchos lectores. ¿A qué viene meter con calzador anécdotas sobre la guerra de Vietnam, la liga de fútbol española o asesinos en serie caníbales? En mi opinión, estos detalles aparentemente intrascendentes le hacen vulnerable. El típico pringado lleno de rarezas que nunca se ha sabido relacionarse con la gente y que no sabe cómo reaccionar ante lo que le ocurre. En definitiva, alguien que está muy desorientado, como a todos nos ha pasado en mayor o menor medida cuando teníamos esa edad. El autor madrileño consigue capturar a la perfección esa transición al mundo adulto, plagada incertidumbres, de miedos, de inestabilidad. Y lo hizo con tal solo 25 años. Imposible no rendirse ante algo así.

30 nov 2020

Su cuerpo y otras fiestas - Carmen Maria Machado

Hay un total de ocho relatos cortos de terror en Su cuerpo y otras fiestas. Bueno alguno podría casi encajar en la categoría de novela corta por su extensión. Pero como no me dedico a clasificar objetos narrativos para ganarme el pan, dejémoslo simplemente en relatos cortos. Incluyo los títulos a continuación:

  • El punto de más
  • Inventario
  • Madres
  • Especialmente perversos
  • Las mujeres de verdad tienen cuerpo
  • Ocho bocados
  • La residente
  • Problemática en las fiestas
Yo diría que hay dos elementos que caracterizan a estos cuentos. El primero es que Carmen Maria Machado introduce el terror en escenarios cotidianos y actuales, muy contemporáneos. Para ello recurre a elementos inexplicables, inquietantes, espeluznantes. En ese sentido resulta una escritora tremendamente versátil, capaz regalarnos historias que partiendo del terror, se desarrollan sin ningún complejo sobre marcos de referencia de lo más variopinto (misterio, ciencia-ficción, fantástico).

El segundo elemento a destacar es la gran presencia del sexo en los cuentos. En todos ellos hay una componente sexual explícita. En algunos, con un grado de detalle tal que yo situaría a medio camino entre la pornografía y un libro de fisiología humana para estudiantes de medicina. A mi personalmente estas referencias tan pormenorizadas y frecuentes a coitos, felaciones, cunnilingus y otras actividades recreacionales entre adultos me han parecido bastante innecesarias. Y no por mojigatería o envidia, a pesar de que en algunos cuentos de pocas páginas sus protagonistas han follado más que yo en toda mi vida. Cosas como una novia que nota cómo el semen de su prometido le chorrea por la pierna cuando va camino del altar ('El punto de más'), no es algo que me llame la atención a nivel literario. Al contrario, según lo veo yo le resta empaque a las posibles excelencias de la historia, que tenerlas las tiene.

En todo caso me ha sorprendido gratamente que el enfoque sea siempre femenino, porque si mal no recuerdo, las protagonistas son mujeres en todos los casos (algún relato tiene co-protagonista masculino). Con un gran procentaje de lesbianas y bisexuales, además. Algo que es de agradecer porque proporciona diversidad y visibildad al colectivo LGTB dentro de un género que ha sido tradicionalmente masculino y heterosexual. De todas formas, aunque las tramas tienen gancho y son originales, la sensación final está manchada por tanta zafiedad sexual. Lo que viene a significar que no creo que vuelva a preocuparme por leer nada que publique Machado. Para reseñas elogiosas y llenas de admiración incondicional tenéis el resto de la blogosfera y medios digitales.

27 nov 2020

¿Acaso no matan a los caballos? - Horace McCoy

Hollywood en los años de la Gran Depresión. Gloria Beatty y Robert Syverten son dos jóvenes que intentan triunfar en la meca del cine. Ella como actriz y él como director. Pero no les va muy bien. Ni siquiera consiguen papeles de extras para ir tirando porque no han podido inscribirse en la Oficina Central de Repartos. Así que deciden participar en un Maratón de Baile, que tiene un premio de mil dólares para la pareja ganadora. El concurso es muy duro a nivel físico y psicológico, pero saben que atrae a muchos espectadores, entre ellos estrellas del cine. Lo cual podría suponer una oportunidad extra más allá del dinero que reciban los ganadores.

He llegado a esta novela corta de Horace McCoy a través de La conspiración contra la especie humana, de Thomas Ligotti. En este ensayo en que se desarrolla el pesimismo filosófico, se cita ¿Acaso no matan a los caballos? como una obra que encajaba a la perfección en dicho pensamiento. Y es que a la dureza de las condiciones económicas por que atravesaba Estados Unidos en el momento en que se desarrolla la acción, se suman las terribles experiencias personales por que ha pasado Gloria. Así que la mujer ha perdido las ganas de vivir, pero se encuentra en la paradoja de no tener las fuerzas necesarias para poner fin a su existencia.

A través de Robert nos acercaremos a la pareja durante el desalmado concurso en el que toman parte. Un ejemplo más del grado de abyección a que puede llegar el ser humano, pero al que recurren porque al menos podrán llenar el estómago mientras tomen parte en él. El objetivo es bailar de manera casi ininterrumpida, de forma que la última pareja que quede en la pista resulte ganadora. Aquellos que no renuncien por puro agotamiento podrían ser también eliminados en deleznables carreras con que los organizadores pretenden animar el espectáculo. El joven tratará de insuflar ánimos a Gloria, pero la desesperación de ésta viene de muy atrás. Y el agotamiento físico al que se está sometiendo no va ayudar nada de nada. Además estos maratones atraen a los bajos fondos: hampones, criminales, delincuentes. Un cóctel de desesperación y marginación que a pesar de las promesas, no augura nada bueno.

La narración es terrible, pero de resulta hermosísisma de una manera retorcida. Algo que nos será más fácil admitir cuanto más próximos estemos al pesimismo existencial. McCoy pone en boca de Gloria algunas reflexiones sobre el sinsentido de la vida que pueden resultar demoledoras y deprimentes, pero también muy difíciles de rebatir. Los protagonistas están caracterizados a la perfección. Resultan veraces en su desesperación, algo que no resulta fácil lograr con el poco margen de maniobra que da la extensión de este título. Sorprende también que la novela resulte tan llevadera a pesar del tema que trata. El maratón de baile es abominable, sí, pero el autor norteamericano saca muy buen partido de la situaciones que un acontecimiento de ese tipo genera, haciendo que la trama sea tremendamente adictiva y entretenida. Me ha parecido un libro asombroso, pero claro, para mí siempre ha sido garantía de éxito que una historia acabe mal si con ello logra poner en evidencia las mentiras que la sociedad nos quiere hacer creer.

24 nov 2020

Proletkult - Wu Ming

Estamos a tan solo unos días del décimo aniversario de la Revolución rusa de 1917. Alexandr Bodgánov es director de un instituto médico de Moscú que emplea las transfusiones de sangre como una terapia novedosa para curar del agotamiento -y de paso rejuvenecer-, a los líderes de la cúpula comunista. Denni, una joven de unos veinte años, se presenta de improviso en su despacho afirmando ser la hija de Leonid Voloch, un antiguo camarada revolucionario suyo con quien perdió el contacto hace dos décadas. Voloch inspiró a Bodgánov una novela de ciencia-ficción en que Marte es un planeta socialista: 'Estrella roja'. Su supuesta hija ha construído un delirio basado en la historia narrada en dicha libro, lo cual remueve muchos recuerdos en Bodgánov, quien no podrá negarse a la petición de ayuda de la joven para encontrar a su antiguo compañero.

Proletkult es una novela que mezcla ficción y hechos históricos con la habilidad que todos los fans de Wu Ming ya conocemos del resto de sus obras. Aunque en mi opinión en ésta han rizado el rizo. El protagonista, Alexandr Bodgánov, fue efectivamente médico especializado en tratamientos con transfusiones de sangre, fundador del movimiento artístico-proletario Proletkult, pionero de la teoría de sistemas y autor de ciencia-ficción, entre otras muchas cosas. Partiendo de esto, que ya resulta asombro por sí mismo, el colectivo de autores italianos sin nombre logra hilar un prodigioso relato en el que además de ciencia-ficción y elementos propios de novela histórica, aparecen muchas reflexiones filosóficas que encajan a la perfección con el sentir actual de la sociedad. Para mi gusto destacan sin duda los alegatos ecologistas y animalistas de Denni, a quien todos consideran loca y que paradójicamente es la única que tiene un discurso coherente.

Por lo demás, estamos ante un texto que muy ligero y fácil de leer. Las páginas y capítulos caen a un ritmo vertiginoso. La acción alterna la trama principal en 1927 con flashbacks al pasado, en los que nos cuentan interesantísimos hechos pre-revolucionarios que sirven de aclaración al hilo argumental. Hay bastantes diálogos, acción y misterio. Todas las piezas, ya sean relaes o ficcionadas, encajan a la perfección en un puzzle que me ha parecido entretenidísimo. Ojalá mis profesores hubieran sabido hacer así de apasionante la asignatura de historia en mis años mozos. Porque mira que se me atragantó años y años.

20 nov 2020

Quedan los huesos - Jesmyn Ward

Esch es una adolescente que vive con su padre y sus tres hermanos en una casa destartalada en Bois Sauvage, un pueblo ficticio en la costa del estado de Mississippi. Malviven y malcomen con el poco dinero que su padre, alcohólico, consigue haciendo algunas chapuzas. Estamos en plena temporada de tormentas tropicales, que azotan el golfo de México. Pero los chavales no se las toman demasiado en serio. Tienen sus propias preocupaciones. El primer gran amor en el caso de Esch y un posible embarazo. Y si hablamos de sus dos hermanos mayores, sacar adelante una camada de pitbulls y conseguir una beca para un campamento de verano de baloncesto, respectivamente. Sin embargo su padre empieza a prepararse de manera obsesiva para hacer frente al próximo huracán, al que servicios de meteorología han bautizado con el nombre de Katrina.

Quedan los huesos es una novela con un lenguaje muy simple y accesible, muy directo. Usa casi exclusivamente el presente de indicativo. Solo recurre al tiempos verbales en pasado para explicar, a modo de flashback, el origen de aquellos temas que afectan al discurso de la joven narradora protagonista. El texto se elabora en casi su totalidad a base de frases simples, muy cortas además. Una  estructura muy sencilla de sujeto, verbo y algúnos complementos. Hay yuxtaposiciones, aunque con poco elementos. También frases coordinadas copulativas. Los verbos en presente y las frases cortas consiguen imprimir a la narración un ritmo de avance que reproduce una manera asombrosa el tiempo real. Casi podemos notar cómo transcurren los segundos a medida que se desarrolla la acción. Jesmyn Ward ha conseguido dotar al texto de un tempo muy cercano a la velocidad e intensidad con que un adolescente ve pasar la vida. Todo es nuevo, todo está por hacer y descubrir. Aunque también es verdad que al menos yo he terminado un poco cansado de ese constante ir y venir. Es como si estuvieramos acompañando a los personajes en sus correrías por los bosques de Bois Sauvage. Y al menos en mi opinión la trama se estira más de lo necesario y nos cuenta decenas de cosas que no aportan mucho al tema de fondo.

Los protagonistas son afroamericanos y pobres de solemnidad. A pesar de la terribles condiciones en las que viven, tanto ellos como la mayoría de personas en su entorno se caracterizan por un gran corazón. Se preocupan los unos por los otros con un interés verdadero que nace del cariño auténtico. Actúan con una dignidad, una humildad y una honradez tan devastadora, que uno no puede evitar preguntarse por qué aceptan con mansedumbre las adversidades que padecen. Por qué los golpes que reciben (y reciben muchos), ni siquiera parecen afectarles. Sin embargo saben que sus vecinos más acomodados, casi todos blancos, evidentemente, tienen acceso a un montón de recursos y posibilidades que les están vedados. Han interiorizado esa diferencia social/de clase desde su nacimiento y se resignan. Aceptan un destino tan terrible como si fuesen monjes budistas que han alcanzado el nirvana. Al fin y al cabo de la pobreza y la marginalidad es muy difícil salir. Es verdad que Ward procede de un entorno rural y de una familia muy humilde, lo cual hace pensar que hay mucho de autobiográfico en esta historia. Esta autora sería por tanto un ejemplo de que es posible romper ese círculo vicioso de nacido pobre-muerto pobre. Pero no nos engañemos, los telediarios están llenos de casos que nos muestran que lo habitual, con diferencia, es contrario. En este sentido la obra resulta conmovedora y brutal, pues expone las miserias de la sociedad humana sin miramientos. Quema la sangre pensar que es así. Pero peor aún es ser consciente de que nada va a cambiar.

17 nov 2020

La ciudad - Mario Levrero

Un hombre recién llegado a una ciudad entra en una casa que no es suya para instalarse. La vivienda ha estado cerrada durante mucho tiempo y nada más dejar las maletas, se da cuenta de que le faltan algunas cosas imprescindibles para poder hacerla mínimamente habitable. Como ya es última hora de la tarde decide no entretenerse más y salir a comprarlas en un almacen que recuerda de algunas visitas anteriores a dicha urbe. No quiere encontrarlo cerrado, pero no está muy seguro de hacia donde cae. Además llueve a cántaros, lo que le complica la búsqueda. Tras deambular un buen rato por zonas semiabandonadas decide pedir ayuda a un camionero. Al principio el conductor duda, pero termina por dejarle subir a la cabina, donde le sorprende encontrar también a una mujer. El extraño comportamiento de sus dos compañeros de viaje será la antesala de una serie de situaciones totalmente fuera de lo habitual a las que tendrá que hacer frente sin apenas medios ni información.

La ciudad es una novela kafkiana a la que el lector se enfrentará en primera persona. Como si fuera el protagonista, cuyo nombre no llegamos a conocer. Ya sean las situaciones que experimenta, los personajes a quienes se enfrenta, o los escenarios por los que se mueve, todos nos resultarán extraños, imprevistos, inquietantes. A pesar de la más que evidente indefensión ante los acontecimientos, la sensación que destaca es la de irrealidad, no la de peligro. Una clara falta de control sobre todo lo que ocurre a su alrededor disparará los mecanismos de alarma en nuestro hombre. Sin embargo en muchas ocasiones no tendrá opción a enfrentarse a los hechos que se desarrollan a su alrededor. Ni a huir de ellos, ya que hablamos de mecanismos de defensa. Se dejará arrastrar y vapulear. Por pereza, por indefensión, por cansancio. Por no saber a qué se enfrenta. Porque una respuesta biológica se impone desde nuestro lado más primitivo.

Hay dos personajes secundarios que sin quererlo dirigen la acción. Ana, la voluble mujer del camión. Ambos serán expulsados del mismo tras un súbito arrebato del camionero. Abandonados en la carretera en medio de ningún sitio, tomarán rumbo hacia un pueblo próximo al lugar de residencia de la mujer. El pueblo resulta estar dominado por una enorme gasolinera, una construcción totalmente fuera de lugar en un villorio al que solo se llega por caminos de tierra. De allí surgirá Giménez, un empleado de la estación de servicio que al verlo tan desubicado hará por ayudarle. Aunque a su propia y peculiar manera.

Ni que decir tiene, la novela me ha encantado. Desde la primera página. Según lo veo yo, gran parte del atractivo reside los escenarios en que transcurre. Cercanos y parecidos a los que conocemos pero inasibles, irreales. Como si sólo pudieras verlos forzando la visión periférica. La arquitectura, el urbanismo y los paisajes son hostiles y llamativos a la vez, pero de manera sutil, misteriosa. Ocultan un secreto que sabemos bien que no llegaremos a conocer. Como si de un sueño se tratara, pasamos de la ciudad a la periferia. De la periferia al campo. Y terminar en un lugar que nos resulta familiar en la forma pero sin lógica en su expresión. Difícil de encuadrar en el mundo real (por cierto que la elección de ese imponente y desalmado edificio brutalista para la portada de este volumen triple no podria ser más adecuada).

Una pátina onírica sobrevuela toda la acción, no solo los decorados. Las interpretaciones que se pueden dar al texto son muchas, pero Mario Levrero ya deja entrever algunas de su propia pluma. La falacia del control que creemos tener sobre sobre nuestras vidas se expone sin tapujos. También las mentiras y los engaños a que nos sometemos como mecanismo de defensa para resistir día a día todas las dificultades que conlleva estar vivo. El sinsentido de la existencia y la sociedad humana. Leer este libro me ha proporcionado sensaciones que solo puedo comparar con experimentar un sueño lúcido. Caótico e inofensivo, pero que revela nuestras angustias más ocultas. Una joya, no voy a engañaros. A estas alturas no me voy a andar con tonterías a la hora de decir lo que pienso de un libro.

14 nov 2020

Como la vida misma - Gwyneth Jones

Cuando conocemos a Anna Sedoz es una estudiante de Biología de primer curso. Desde que se incoporó a la universidad ha destacado entre los primeros de clase por su inteligencia, esfuerzo y dedicación, que van más allá incluso de las lecturas recomendadas para ampliar conocimientos. Pasan los años y se gradúa. Entra como becaria en una empresa dedicada a problemas de fertilidad y esterilidad en humanos, donde con el beneplácito de su jefe, aprovecha para también realizar investigaciones al margen de dicha actividad. Es entonces cuando logra hacer un descubrimiento que resulta inquietante, algo que denomina el «cromosoma Y transferido» y que a mí, a pesar de la más que evidente transcedencia que tiene en la trama, se me ha escapado en qué consiste. No sé si ha debido a mi falta de atención, a la poca claridad de las explicaciones, a fallos en la traducción o a la carencia de conocimientos en genética de mi persona. Lo mismo da, porque el resto de la historia, que por lo que he podido aguantar giraba en torno a la incorporación de la protagonista en el mundo adulto y laboral, me ha resultado insoportable a más no poder. Tanto que cuando llevaba más de un tercio del libro pero me faltaba todavía un trecho para llegar a la mitad, he dejado de leer tremendamente frustrado por el tiempo perdido. Para liberarme de un poco de esa frustración he murmurado algunos improperios entre dientes, aunque no sabría decir si el destinatario de los mismos era quien escribe estas líneas, la autora o más probablemente, la industria editorial por considerar que semejante bazofia merecía publicarse.

Una vez más, el reclamo de un premio con que Como la vida misma fue galardonada en 2005 (el Premio Philip K. Dick nada menos, detalle éste que se refleja discretamente en la portada), ha tenido mucho que ver en que me decidiera a leerla. A intentar leerla más bien. Para empezar y hasta donde he aguantado, yo no he visto ningún elemento de ciencia-ficción. Quiero creer que se trata del «cromosoma Y transferido» mencionado más arriba, pero en serio que no hay nada que lo haga sospechar. Al menos hasta el punto en que he abandonado la lectura. Lo qué sí hay son adultos jóvenes haciendo cosas estúpidas de adultos jóvenes, y otorgándose a ellos y sus acciones una importancia inexistente y patética, tal y como solo los adultos jóvenes pueden hacer. Estoy hablando aquí de primeras relaciones sexuales, consumo de drogas, la incorporación al mercado laboral, relaciones de pareja y un largo etcétera de actos a los cuales la presión social nos empuja. Es posible que a lectores en un rango de edad más próximo al de la protagonista y sus fascinantes amigos esta narración les resulte todo lo contrario que a mí. Esto es: cautivadora, atractiva, reflejo de sus inquietudes. No lo descarto porque yo también he pasado por ahí y las novelas de Frédéric Beigbeder me gustaban precisamente porque se limitaban a poco más que repetir una y otra vez me voy de fiesta, me meto una raya, me follo a una top model. Pero como en Das Bücherregal quien escribe es el yo de ahora, que hace mucho tiempo que dejó la universidad y también de gustarle lo que escribe el fantoche de Beigbeder, solo puedo decir que todo lo que he leído en este libro hasta donde he podido resistir me ha resultado una pamplina. En la forma, en el fondo. Pam-pli-na.

Me da la sensación de que estamos ante un texto en la que Gwyneth Jones ha incoporporado vivencias propias de cuando tenía veintipocos años. Luego las ha aderezado con "cosas técnicas y científicas" de mucho empaque en el momento de su escritura (genética y clonación, todo muy final-de-milenio-post-oveja Dolly), así como con elementos de ciencia-ficción, que a sabér cuáles son, y ahí lo tenemos. Un truño más dispuesto a comerse el mercado editorial y a engañar a incautos como yo. Por cierto que la traducción tiene algunos términos que resultan hirientes. 'Mascota del profesor' en lugar de 'enchufado' por 'teacher's pet'. 'Planta araña' en lugar de 'cinta/malamadre' por 'spider plant'. 'Trenza francesa' en lugar de 'trenza de raíz' por 'French plait/braid'. En fin, para qué seguir. Si es que no hay nada, absolutamente nada que me haya gustado en esta novela.

11 nov 2020

Siempre hemos vivido en el castillo - Shirley Jackson

Casi todos los Blackwood murieron envenenados hace seis años. Se acusó del crimen a la hija mayor, Constance, pero en el jucio no se pudo probar su culpabilidad. Desde entonces los tres supervivientes viven semiencerrados en la casona familiar de su pequeña ciudad. Constance, su hermana menor Mary Katherine y el tío Julian, viejo y enfermo. Merricat es la única que se aventura al exterior para hacer la compra un par de veces por semana. A través de ella conoceremos el odio que los lugareños profesan a esa familia, considerada por todos ellos altiva y arrogante mucho antes incluso de aquella desgracia.

Siempre hemos vivido en el castillo es la versión oscura de un cuento de hadas. Un cuento de brujas, un cuento perverso donde la maldad y la locura campan a sus anchas dentro y fuera de esa mansión donde los protagonistas se han visto abocados a vivir. La mente retorcida de la ínclita Shirley Jackson compone una historia enfermiza pero absorbente en la que el odio, la maldad y el miedo se enfrentan al amor, el cariño y la culpa o el arrepentimiento. Ganan los primeros por goleada, claro.

Merricat es sin duda uno de los mejores psicópatas descritos en la literatura. Una psicópata adolescente, que resulta todavía más espantoso. Desde la primera página asistimos sin descanso a un odio incontenible, unas fantasías tenebrosas y unos rituales retorcidos cuyas ceremonias resultan aún más siniestras por los elementos infantiles con que se revisten. Pero no es solo la protagonista el personaje que Jackson logra perfilar a la perfección. También Constance y el tío Julian resultan admirables en su patetismo, en su dolor, en el amor que se entregan y que los daña a todo por igual. Y por su puesto los habitantes del pueblo. Una masa abominable que proyecta sus miserias hacia los Blackwood en un odio que se realimenta con el desprecio que ellos les devuelven. La historia es fascinante y repulsiva a la vez. Los rasgos más infames del ser humano expuestos a la luz del día para su propia vergüenza, para vergüenza de todos nosotros. Es la génesis perfecta de una leyenda urbana sobre mujeres dementes que habitan casas destrozadas por el fuego. Y bastan un par de sentadas para terminarla. ¿Qué más se puede pedir?

8 nov 2020

Ángel y el troll - Johanna Sinisalo

Una tarde Mikael vuelve a casa con unas cervezas de más y frustrado porque Martti, gerente de cuenta en una agencia de publicidad para la que trabaja como fotógrafo freelance, insiste en dárselas de hetero y no responde a sus insinuaciones, a pesar de una noche de borrachera se estuvieron dando el lote. En el portal se encuentra con unos gamberros maltratando a un animal. Con ayuda de una vecina consiguen ahuyentarlos y una vez se libra de ella, decide subirse a casa a ese pobre cachorro que, pronto descubrirá, es la cría de un troll.

En una fecha tan tardía como 1907, el mítico troll, que tanto floclore había ocupado en todas las regiones de Escadinavia, fue clasificado como mamífero: Felipithecus Trollius. Se trata de una especie de la familia de los primategatos (Felipithecidae), que a pesar de su descubrimiento y catalogación por la ciencia, siguió tan esquivo y lleno de misterio como hasta entonces. Partiendo de estos elementos fantásticos, Johanna Sinisalo compone un asombroso teatro del mundo en donde lo humano y lo animal se entremezclan para exponer las vergüenzas de los hombres por un lado, y la honestidad de la naturaleza salvaje por otro. En Ángel y el troll asistimos a un drama que es reflejo de la vida real. Son los inocentes quienen sufren las consecuencias de su ingenuidad en una sociedad poblada de personas mucho más despiadadas que cualquier animal salvaje. Y paradójicamente la vuelta a la naturaleza es la única vía de escape para encontrar sentido a nuestros actos perversos.

Estamos ante un texto multivocal, compuesto de párrafos bastate cortos en que cada uno de los personajes toman la voz para componer el relato global. Sinisalo resulta particularmente habilidosa al incorporar textos de diferente formato (científico, canciones y poemas tradicionales, leyendas, etc.), de tal forma que crea un mundo alternativo que dota de verosimilitud a la narración. Con esto logra momentos brillantes en que te hace dudar de la realidad que conoces. ¡Cuánto me gusta esa sensación! Por otro lado, el protagonista es conocido en el ambiente homosexual de Tampere con el sobrenombre de Ángel por la perfección de sus rasgos nórdicos. Sin embago detrás de ese aspecto celestial hay un ser humano con todos sus defectos. La autora finlandesa nos demuestra en esta obra que la maldad y la bondad son transversales al género humano y que vamos a encontrarlas en cualquier categoría que queramos establecer para clasificar a las personas: étnia, clase social, orientación sexual, etc. Y no voy a dejar de mencionar que el final es uno de los mejores ideados que he leído últimamente. Es verdad que vernos reflejados en tanta miseria humana duele en nuestras conciencias. No obstante también es capaz de fascinar por lo bien que se han manejado el misterio y los elementos fantásticos para cerrar la historia de manera tan inusual, inesperada y sensacional. Muy fan de Johanna Sinisalo desde ya.

4 nov 2020

En la cima del mundo - James Tiptree Jr.

El planeta Tyree se enfrenta a su aniquilación, causada por El Destructor. Se trata de un ser cuasi omnipontente que vaga solitario por el espacio,  separado del resto de sus compañeros. En su desesperación va dejando tras de sí un rastro de destrucción que afecta a estrellas, sistemas planetarios y los seres que los habitan. La especie inteligente que puebla este mundo, unos seres voladores que viven flotando en vientos eternos, utilizará sus avanzadas técnicas mentales para intentar ponerse a salvo en algún otro planeta mediante una fuga psíquica. Y ocurre que en la Tierra el ejército de los Estados Unidos está realizando un estudio sobre capacidades psi a un equipo de voluntarios civiles y militares cuyo alto número de aciertos en los tests previos podría indicar que son especialmente sensitivos a la percepción extrasensorial.

En la cima del mundo es una novela muy ambiciosa que partiendo de elementos de space-opera y misterio, trasciende estos aspectos de entretenimiento puro y duro para elaborar una teoría de funcionamiento del universo. El objetivo de James Tiptree Jr./Alice Bradley Sheldon no es científico ni filosófico. En absoluto. Lo que busca es la diversión y provocar admiración a través todas las ideas que surgen de su imaginación desbordante. 

Desmadrada, incontrolable, imparable. 

Febril. 

Diarréica. 

Porque yo creo que se ha pasado de frenada. Ese ansia por fascinar y maravillar con mundos y seres fantásticos provoca reserva en el mejor de los casos y rechazo en los demás. Humanos y Tyrenni yendo telepáticamente de un lado para otro por el cosmos infinito. Mentes cabalgando sobre haces de pensamiento generados por conciencias elevadas, atravesando millones de años luz en un abrir y cerrar de ojos. Entidades de tamaño inconmensurable y eternos que siempre han vagado por el espacio. Interfaces hombre-máquina establecidos sobre energía de pensamiento. Mundos virtuales creados por mentes incorpóreas. A mí tanto estupor me ha agotado. Me ha puesto e la defensiva, pensando qué nueva sorpresa me depararía el siguiente capítulo, la siguiente página. ¿Reivindicaciones feministas de las hembras Tirenni para mostrar el absurdo de la desigualdad entre sexos? ¿Por qué no?

Me cuesta creer que esta novela la ha escrito la misma autora que Cantos estelares de un viejo primate, una colección de cuentos que me dejó impresionado y que es el motivo por que he seguido leyendo a Sheldon. Según he podido comprobar tiene sólo cuatro libros traducidos al castellano. El último que me queda por leer también es una colección de cuentos: A diez mil años luz. Después de esta experiencia, me temo que no me voy a dar prisa en hacerlo.

31 oct 2020

La conspiración contra la especie humana - Thomas Ligotti

La primera sensación que me transmitió la lectura de La conspiración contra la especie humana fue la de alivio. Un tremendo alivio al saber que no soy el único que cree que la vida no es un regalo maravilloso, y que nuestra existencia en este planeta, salvo por momentos muy puntuales, se mueve en un rango de sentimientos perniciosos que abarcan desde el tedio a la desesperación. Naturalmente Thomas Ligotti comparte grosso modo esta forma de ver las cosas. Para desarrollar su ideario toma como punto de partida el trabajo de un oscuro filósofo pesimista y antinatalista noruego llamado Peter Wessel Zapffe. Como su olvido hace sospechar, las obras de Zapffe pasaron sin pena ni gloria por el mundo académico, no digamos ya el público general. Algo que no es de extrañar, pues incluso el pesimista más convencido comprende que un individuo que para eliminar el sufrimiento del ser humano propone la extinción voluntaria de nuestra especie mediante el sencillo acto de dejar de tener hijos, no va a ser tomado demasiado en serio por la corriente mayoritaria de pensamiento. Poco importa que su razonamiento sea imbatible desde un punto de vista filosófico.

Ligotti también incluye en este ensayo a otros pensadores que se han alineado con esta forma de entender la realidad última del ser humano. Entre ellos hay nombres que son fácilmente reconocibles (Arthur Schopenhauer, Miguel de Unamuno, Friedrich Nietzsche) y otros que no tanto (Joshua Foa Dienstag, William R. Brashear). Unos y otros se encuandran sin embargo en lo que el autor norteamericano denomina pesimismo heroico: por más que todos ellos reconocen la futilidad y la inutilidad de la existencia del hombre, no pueden evitar proponer la resistencia a dicho pensamiento como única salida digna.

También se expone en este trabajo la influencia del pensamiento pesimista en cierta literatura fantástica y de terror, uno de cuyos mayores exponentes es H. P. Lovecraft. La idea de "marioneta humana" que sobrevuela todo el tomo, y con la cual se quiere demoler la idea de libre albedrío manejada por los optimistas, encaja a la perfección dentro de la obra del creador de los Mitos de Cthulhu, con esos dioses primigenios procedentes del espacio exterior que viven totalmente al margen de las preocupaciones de los seres humanos. El vacío, el infinito y la tanatofobia que tanto horror provocan en el optimista medio, suponen uno de los mayores atractivos y fuentes de inspiración para todos estos autores de literatura de terror. Pero el pesimismo no es exclusivo del género fantástico y de terror. Ahí tenemos por ejemplo a Horace McCoy, un autor sobre cuya obra, enmarcada en el realismo más crudo, se hace también una aproximación. 

A pesar de que actualmente me alineo al 100% con el pesimismo filosófico (versión Zapffe, esto es, deberíamos desaparecer de la escena vía antinatalismo), he de reconocer que no siempre he sido así. Creo que fue Michel Houllebecq quien dijo en uno de sus libros poco más o menos que llegada cierta edad, la suma de recompensas que obtenemos por estar vivos queda muy por debajo de la suma de incomodidades que nos acarrea. Mi aproximación al pesimismo ha sido un poco ésa. Antes de despertar a este enfoque tampoco es que me considerase optimista, sino que simplemente no tenía las herramientas para ni tan siquiera plantearme que se puede cuestionar el mensaje oficial y ver la realidad desde otra óptica. Así pues, este libro ha supuesto para mí una suerte de epifanía pesimista. Una comunión con un pensamiento minoritario que evidentemente, en aras de mantener el statu quo global, se ha ninguneado e invisibilizado. De todas formas, no por ser pesimista, la lectura resulta fácil y agradable. Un análisis tan exhaustivo, formal y documentado del sinsentido que supone estar vivo no resulta agradable para nadie, ya compartas esa idea o no. A pesar de que hay toques de humor negro muy apropiados al tema que se trata, hay que reconocer que Ligotti resulta un poco cansino repitiendo una y otra vez las mismas ideas a lo largo del libro. De todas formas, como ya indiqué nada más al empezar el post, creo que se trata de una ensayo interesantísimo que a mí me ha servido para liberarme de esa dosis de angustia que siempre me ha provocado tener tan claro que la vida dista mucho, pero mucho, de ser un jardín de rosas.

28 oct 2020

Distancia de rescate - Samanta Schweblin

Amanda está veraneando en el campo con su hija Nina, que tendrá unos 6-7 años. Como su marido vendrá más adelante, entabla una de esas breves amistades tan propias de las vacaciones con Carla, una de sus vecinas originaria del pueblo donde se han ido a descansar y desconectar. Apenas llevan unos días de conocerse cuando Carla le confiesa que pasa algo muy raro con David, su hijo. El pequeño sufrió un envenenamiento que habría  resultado mortal debido al aislamiento y falta de servicios médicos de la zona en la que se encuentran. Pero ella se lo confió a la curandera que vive en la casa verde. Y aunque el niño sobrevivió, la experiencia lo ha cambiado hasta el punto de que ella no puede ya considerarlo su hijo.

Distancia de rescate es una novela corta de terror que inquieta y desasosiega desde la primera página. Con un estilo ágil y rápido, basado principalmente en díalogos, Samanta Schweblin nos narra la inesperada entrada en una dimensión del horror que la protagonista nunca habría pensado posible. Para ello juega a partes iguales con lo cotidiano, lo sobrenatural y la culpa. Estos tres elementos se mezclan de manera impecable, destrozando el paisaje idílido de unas vacaciones mediante un desastre claustrofóbico que no por previsible, resulta menos implacable. La escritora argentina introduce elementos inexplicables para sacar la narración de la normalidad euclidiana a la que estamos acostumbrados, generando imágenes y escenas súper perturbadoras sin más que proporcionar características insólitas a los fundamentos de nuestro día a día. El resultado es espeluznante, pavoroso. Pero también digno de admiración.

Aun así, como si tanto ingenio puesto al servicio del horror y la perversidad no fuera suficiente para rendirse ante el saber hacer de Schweblin, la autora apenas proporciona la información mínimamente imprescindible para que intuyamos qué está ocurriendo, obligando por tanto al lector a forjar su propia interpretación entresacando datos de todo aquello a lo que se ha enfrentado, generando el espanto por sí mismo. Son apenas 120 páginas que se leen en una sentada. Normalmente me quejaría de que saben a poco, pero en esta ocasión se agradece la brevedad de cara a mantener la cordura. No he leído nada tan impactante y que deje tan mal cuerpo en mucho tiempo. Recomendadísimo, pero no para antes de acostarse.

25 oct 2020

La guerra de los dos mil años - Francisco García Pavón

Es difícil definir qué tipo de artefacto narrativo es La guerra de los dos mil años. En una primera opción tendríamos una novela compuesta de capítulos breves que comparten la temática fantástica (en el sentido más amplio), y un par de personajes comunes: el narrador, una voz masculina cuyo nombre no se revela, y su pareja, una mujer a quien solo se menciona con el pronombre 'ella'. La segunda opción consiste en verla como un conjunto de veinte relatos cortos que se pueden leer indepedientemente y que constituyen una crítica al orden político y social de la España de la dictadura de Franco. ¿Por cuál decidirse? Lo cierto es que ambos enfoques son posibles simultáneamente, de hecho algunos capítulos sueltos han sido incluídos en antologías sobre el relato fantástico español del S. XX. Sin embargo yo diría que esa cohesión en torno al tema central y el hilo conductor que supone el viaje que emprenden el narrador y su pareja inclinan la balanza hacia el primero.

En cualquier caso se trata de una narración de lo más sorprendente e innovador. Francisco García Pavón expone las vergüenzas del régimen de Franco y de la sociedad en general a través de unos textos con una innegable componente experimental y rebosantes de alegorías. Se trata de historias en que lo onírico, lo surrealista y lo absurdo surgen a partir de tramas donde lo fantástico proporciona el sustrato perfecto para transmitir ideas sin exponerse al aparato (anti)cultural del régimen. Esto sin duda ayudaría a que esta publicación sorteara la censura en 1967, pero no hace falta ser muy avispado para leer entre líneas y detectar una denuncia implacable al franquismo, al modelo de familia y sociedad que impuso, a los países que miraban a otro lado ante sus tropelías, a la España de pandereta (toros, flamenco), al consumismo, a la imposición del castellano como lengua única, etc. De todas formas no todos los relatos tienen una lectura fácil. Los hay que no dan muchas pistas de su intención, pero bueno ya estoy curtido con los cut-ups de Burroughs o el Ballard más inclasificable. Todo lo cual no es óbice para que resulte extraordinario, tanto por su originalidad como por su capacidad para inquietar y provocar la reflexión.

21 oct 2020

El hechizo de Elsie - Patricia Highsmith

Elsie Tyler tiene veinte años y se acaba de fugar de su pueblo para instarlarse en New York dispuesta a comérselo. Es muy guapa, atractiva y simpática, así que cae bien a todo el mundo. Ralph Linderman es un cincuentón soltero y bastante latoso que se ha enamorado de ella sin ser verdaderamente consciente de ello. Adopta una actitud protectora y paternalista con la joven, que no sabe como librarse de él y de sus sermones puritanos. Un día Ralph se encuentra una cartera en la calle, que pertenece a Jack Sutherland, un ilustrador de unos 30 años. Jack vive también en el barrio con su mujer Natalia y la hija de ambos, son de clase acomodada y muy liberales en las cuestiones sentimentales. Una tarde el ilustrador entra a tomarse un café en la cafetería donde Elsie trabaja de camarera y como ha pasado con todo el mundo, se quedará prendado de su belleza y simpatía. Entablarán amistad y la introducirá en su círculo de amigos, lo cual va a proporcionar a la chica muchas oportunidades de cumplir sus objetivos de triunfar en la gran manzana.

Siempre he sido muy fan de Patricia Highsmith. En su faceta de cuentista he tenido algunos desencuentros, pero leer una de sus sus novelas era garantía de enfrentarme a una historia turbia poblada de gente perturbada disfrazada de tu vecino de al lado. Ese tan simpático del perro, el que siempre te saluda en el rellano, pero que más tarde se descubrirá como un asesino. Pues bien, en El hechizo de Elsie no hay nada de eso. A ver, sí que hay alguien que muere, un par de personas para ser más exactos y sobre las cuales volveré unos párrafos más abajo. Pero el peso de la acción se aleja diametralmente de los thrillers inquietantes a que me tenía acostumbrado. Esas tramas desasosegantes donde un individuo aparentemente normal, incluso anodino, se transforma en un asesino sin escrúpulos capaz de seguir con su vida normal tras descuartizar al frutero porque se ha hartado de que le colase siempre un par de piezas demasiado maduras que no tiene más remedio que tirar a la basura al llegar a casa.

En realidad se podría decir que estamos ante una novela de aprendizaje con un desenlace amargo para todos los implicados. La narración oscila entre Ralph y Jack para mostrarnos las diferentes formas de ver la situación por la que está pasando Elsie. Dos enfoques diametralmente opuestos: el reaccionario y desconfiado por un lado, procedente de la madurez y la experiencia, y el progresista e ingenuo de quienes por su juventud y extracción social todavía no han recibido suficientes embates de la vida. No sé muy bien cuál es la intención de la novela, pero lo cierto es que desprende un cierto olor a algo que yo situaría entre la moralina sutil y la advertencia bienintencionada. No seré yo quien le quite la razón a Highsmith en lo que cuenta, es más que evidente que algunas lecciones que nos da la vida son irreversibles y se cobran un precio definitivo. Fuera cual fuese el propósito final de la historia, a mí personalmente no me ha dicho gran cosa. Gente joven y guapa que se quiere comer el mundo y se da cuenta a las malas de que el mundo se nos termina comiendo a todos. Das una patada en el suelo cualquier día de la semana y salen cien.

De todas formas hay cosas muy interesantes en esta obra de Highsmith. Para empezar, Jack y Natalia son poliamorosos. No se usa ese término porque la novela data de 1986 y poly-amorous (poliamoroso) se empleó por primera vez en 1990 (Wikipedia mediante). Son una pareja joven casada pero con convivencia intermitente. Por diferentes motivos irrelevantes para esta cuestión, ambos saben que no pueden reproducir un modelo de familia tradicional basado en una vida en común 365 días al año. También es que se lo pueden permitir porque tienen dinero, pero de cara a explicar este enfoque de las relaciones de pareja no es un factor determinante. Así pues, ambos respetan esa necesidad de tener sus espacios privados (incluso con sexo) con personas a las que quieren y cuya presencia no quieren imponer al otro. En realidad es más bien Natalia quien marca el ritmo en este sentido, pero Jack lo entiende, respeta y acepta, actuando en consecuencia sin dejarse llevar por celos irracionales provocados por su inseguridad.

El otro aspecto por que destaca la novela es por contar con una gran presencia LGTB en la trama, por no mencionar la más absoluta normalidad con que se trata. Por desgracia hay dos puntos que ensombran su inclusión. El primero es atribuible a exclusivamente a la autora norteamericana: los dos personajes que mueren son un gay y una lesbiana. Resulta difícil de creer que Highsmith haya caído en el estereotipo de enterrar a los gays, especialmente si tenemos en cuenta que El precio de la sal/Carol, escrita en 1957, se cita como la primera novela protagonizada por lesbianas que no tiene un final trágico sino esperanzador. El otro es probablemente responsabildad del traductor. Y es que ni gays ni lesbianas tienen novios o novias, sino amigos y amigas. Esto es un poco conjetura porque no tengo acceso al texto original en inglés, pero me da la sensación de que dondequiera que aperece el término boyfriend/girlfriend para indicar lo que viene siendo novio/novia, se ha sustituido por el mucho más neutro de amigo/a, que resultaría menos ofensivo en la España de 1986.

Por resumir, una obra de fácil lectura y entretenida pero bastante falta de sustancia. Sin gancho. Algo que no encaja demasiado bien en la producción de Highsmith, pero ahí está, con unas críticas en la contraportada de quitar el hipo. Por cierto que vaya pesadez de New York, todo el rato la calle Cuatro oeste, la Barrow, la Commerce, la calle Grove al cruzar con la Bleecker, la plaza Washington, la calle Christopher, la calle Mercer en dirección al centro, la parte alta de la calle Green... Muy, muy  cansino. Otra novela más anclada a unas coordenadas urbanas que me son desconocidas e indiferentes.

17 oct 2020

El derecho a una respuesta - Anthony Burgess

J. W. Denham es un cuarentón destacado en Tokyo como alto directivo de una empresa británica de importación/exportación. Estamos entre finales de los 1950s y principios de los 1960s. La descolonización del Imperio Británico está en marcha, pero los delirios de grandeza siguen notándose en la prepotencia y la condescendencia que gastan los ciudadanos de Inglaterra con todo aquel que, bajo su punto de vista, no ha tenido la suerte de nacer en aquellas tierras (a decir verdad a fecha de hoy todavía no se han conseguido sacudir ese espejismo, pero en cualquier caso es ésta una cuestión queda fuera de las intenciones de esta reseña). Denham vuelve a UK a pasar los dos meses de vacaciones que le corresponden cada dos años. Así pues se trasladará a casa de su padre en una ciudad de las Midlands durante unas semanas. Allí se verá expuesto a la idiosincrasia de sus compatriotas, que tras muchos años expatriado y en contacto con otras culturas, resultará extremadamente contradictoria y difícil de llevar.

Hace hace tan solo unos meses me llevé la sorpresa del año al toparme con la faceta humorística de Anthony Burgess en Enderby por dentro. Así que no me lo pensé ni un segundo cuando encontré un ejemplar de El derecho a una respuesta de segunda mano, más aún teniendo en cuenta que desde la contraportada prometía una sucesión "sin interrupción de momentos de colosal comicidad". Y los tiene, vaya si los tiene. El absurdo de las situaciones, los personajes y las observaciones del autor británico consiguen conquistar al aficionado al típico humor británico con relumbrantes chispas de ingenio. No es solo que provoque la risa, es que además te obliga a rendirte ante la originalidad y la agudeza del sutil pero acertado análisis del ser humano que destilan sus frases. Sin embargo el resultado global no ha llegado a convencerme del todo por los temas de fondo. El humor no consigue ocultar aspectos de crítica y sátira bastante crudos que guían la acción. Por un lado, las actitudes clasistas y racistas de la sociedad británica. Por otro, un elogio insostenible del matrimonio, que el autor nos presenta como institución fundamental para la realización del ser humano y cuyo cuestionamiento no puede sino traer desgracias.

La crítica al racismo de la sociedad británica está alineada con la situación que se experimentaba durante aquellos años en el Reino Unido, cuando oleadas de inmigrantes de las antiguas colonias y a partir de entonces miembros de la Commonwealth se estaban instalando en el país. El color de sus pieles, siempre oscuro, provocaba un rechazo visceral dondequiera que se instalaran. Aunque en principio Denham parece tener una visión menos reaccionaria de los inmigrantes debido a sus estancias prolongadas en otros países, lo cierto es los aires de superioridad producto del imperialismo siguen estando muy presentes en su comportamiento. Alguien podría preguntarme ahora cuál es el problema en que haya un personaje racista en una novela. El problema aparece porque no resulta difícil trazar un paralelismo entre el protagonista y Burgess, que por aquella época acaba de regresar a su país de origen tras haber estado durante unos seis años en Malasia y Brunei. Esta identificación provoca que proyectemos sobre el propio autor el sutil racismo del protagonista, haciendo que se te tuerza el gesto durante la lectura. Tampoco resulta agradable tener que enfrentarse a la defensa a ultranza del matrimonio que inunda las páginas. Todos aquellos que cuestionan su validez con actos inmorales (adulterio, intercambio de parejas, separación, etc.) acaban sufriendo las mayores desgracias. Pero por si quedaran dudas de la moraleja entre líneas, en el capítulo final el propio Denham nos deja claro que la sacrosanta unión de hombre y mujer es la única manera de dar sentido a nuestra existencia en este planeta.

En fin, no voy a negar que me he reído leyendo este libro. Tiene una colección de personajes que son memorables y muchas de las situaciones descritas son desternillantes a más no poder. Incluso me atrevería a decir que las referencias a William Shakespeare, tanto directas pues está relacionado por parentesco con uno de los personajes secundarios, como por ciertos elementos de comedia y drama que se incluyen en la acción, aporta también mucho interés a la lectura. Pero el tratamiento que se da a los leitmotivs (racismo, matrimonio), y el tufo a moralina, que no abandona las páginas ni un segundo, dejan un regusto tan, tan rancio que me ha agriado por completo la impresión global.
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