27 nov 2020

¿Acaso no matan a los caballos? - Horace McCoy

Hollywood en los años de la Gran Depresión. Gloria Beatty y Robert Syverten son dos jóvenes que intentan triunfar en la meca del cine. Ella como actriz y él como director. Pero no les va muy bien. Ni siquiera consiguen papeles de extras para ir tirando porque no han podido inscribirse en la Oficina Central de Repartos. Así que deciden participar en un Maratón de Baile, que tiene un premio de mil dólares para la pareja ganadora. El concurso es muy duro a nivel físico y psicológico, pero saben que atrae a muchos espectadores, entre ellos estrellas del cine. Lo cual podría suponer una oportunidad extra más allá del dinero que reciban los ganadores.

He llegado a esta novela corta de Horace McCoy a través de La conspiración contra la especie humana, de Thomas Ligotti. En este ensayo en que se desarrolla el pesimismo filosófico, se cita ¿Acaso no matan a los caballos? como una obra que encajaba a la perfección en dicho pensamiento. Y es que a la dureza de las condiciones económicas por que atravesaba Estados Unidos en el momento en que se desarrolla la acción, se suman las terribles experiencias personales por que ha pasado Gloria. Así que la mujer ha perdido las ganas de vivir, pero se encuentra en la paradoja de no tener las fuerzas necesarias para poner fin a su existencia.

A través de Robert nos acercaremos a la pareja durante el desalmado concurso en el que toman parte. Un ejemplo más del grado de abyección a que puede llegar el ser humano, pero al que recurren porque al menos podrán llenar el estómago mientras tomen parte en él. El objetivo es bailar de manera casi ininterrumpida, de forma que la última pareja que quede en la pista resulte ganadora. Aquellos que no renuncien por puro agotamiento podrían ser también eliminados en deleznables carreras con que los organizadores pretenden animar el espectáculo. El joven tratará de insuflar ánimos a Gloria, pero la desesperación de ésta viene de muy atrás. Y el agotamiento físico al que se está sometiendo no va ayudar nada de nada. Además estos maratones atraen a los bajos fondos: hampones, criminales, delincuentes. Un cóctel de desesperación y marginación que a pesar de las promesas, no augura nada bueno.

La narración es terrible, pero de resulta hermosísisma de una manera retorcida. Algo que nos será más fácil admitir cuanto más próximos estemos al pesimismo existencial. McCoy pone en boca de Gloria algunas reflexiones sobre el sinsentido de la vida que pueden resultar demoledoras y deprimentes, pero también muy difíciles de rebatir. Los protagonistas están caracterizados a la perfección. Resultan veraces en su desesperación, algo que no resulta fácil lograr con el poco margen de maniobra que da la extensión de este título. Sorprende también que la novela resulte tan llevadera a pesar del tema que trata. El maratón de baile es abominable, sí, pero el autor norteamericano saca muy buen partido de la situaciones que un acontecimiento de ese tipo genera, haciendo que la trama sea tremendamente adictiva y entretenida. Me ha parecido un libro asombroso, pero claro, para mí siempre ha sido garantía de éxito que una historia acabe mal si con ello logra poner en evidencia las mentiras que la sociedad nos quiere hacer creer.

2 comentarios:

Lucas Despadas dijo...

A mí me gustó mucho cuando lo leí hace unos meses.

Cities: Moving dijo...

@Lucas Despadas: Sí, una obra de poca extensión pero muy profunda y acertada en sus reflexiones. Justo lo que me gusta.

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