28 jul 2016

Padres e hijos - Iván S. Turguénev

Yevgueni Vasílich Bazárov, o Bazárov a secas por lo que a nosotros respecta, es un estudiante de medicina extremadamente inteligente y procaz que, siguiendo la ola del positivismo que se extendió por toda Europa en la la segunda mitad del S. XIX, mantiene una actitud extremadamente crítica e irreverente ante la realidad y las normas establecidas. Según su propia ideología, sólo el método científico permite conocer nuestro entorno y la sociedad en que vivimos, así que debido a su constante cuestionamiento de la misma se llama a sí mismo nihilista.
"El nihilista es un hombre que no acata ninguna autoridad, que no tiene fe en ningún principio ni les guarda respeto de ninguna clase, ni se deja influir por ellos."
El protagonista y uno de sus discípulos, Arkadi Kirsánov, comienzan el que se revelará a posteriori como un viaje iniciático por una Rusia que ya ha comenzado tímidamente a implantar reformas liberales, en concreto mediante la eliminación por parte de algunos nobles y terratenientes del régimen de semiesclavitud en que vivían los campesinos. El padre de Arkadi, Nikolái Petrovich Kirsánov, a quien primero visitan los dos nihilistas, es uno de ellos. Tras pasar varias semanas en la hacienda familiar y después de múltiples encontronazos con el tío de Arkadi, Pável Petrovich Kirsánov, los jóvenes se marchan a la ciudad aprovechando que un pariente influyente de los Kirsánov estará por allí una temporada. Una vez en la gran urbe, son invitados a una fiesta en honor a esta relevante figura del gobierno, en donde conocen a la bella y carismática Anna Serguéievna Odintsova, algo mayor que ambos pero de quien los dos se enamorarán. La joven viuda les invitará a su casa en el campo y será en la residencia de la Odintsova donde Bazárov tendrá que enfrentarse a la realidad más física e incontrolable del ser humano, cayendo perdídamente en el romanticismo que más detesta, como se espera del gran iconoclasta que pretende ser.

Padres e hijos es mi toma de contacto con la obra de Iván S. Turguénev. Desde el punto de vista temático, he de reconocer que todo el supuesto conflicto generacional y el choque provocado por las diferentes visiones del mundo entre unos y otros me ha parecido bastante inocente en tanto en cuanto las cuestiones sobre las que se plantea están más que asumidas siglo y medio después. Por tanto la primera parte, basada en constantes enfrentamientos dialécticos en casa de los Kirsánov, me ha resultado algo floja. Sin embargo, cuando la acción se traslada a casa de la rica y joven viuda Odintsova la trama da un giro de 180º y se centra en el conflicto personal de Bazárov ante el amor, cuya existencia no niega ni ignora, aunque sí lo considera un sentimiento carente de relevancia en el nuevo mundo al que necesariamente se ha de evolucionar. A partir de entonces el texto me ha parecido una verdadera maravilla, plagado de dolor, de felicidad, de intensidad, de rechazo, con extraordinarias descripciones de la turbación y el desconcierto de un personaje arrogante que se pensaba en control de la situación y se encuentra de repente con el barro de la realidad más simple llegándole hasta el cuello. Una situación deliciosa por la amargura que transmite desde la sencillez de ideas más absoluta.

Independientemente de mi falta de interés sobre los problemas sociales y éticos planteados al principio de la trama, hay que admitir que como documento histórico sobre al rusia zarista el libro es imbatible. Por otro lado la prosa del autor ruso es pulcra, limpia, impecable. Todas las ideas se exponen con un lenguaje sencillo y directo, con una claridad aplastante. Los diálogos son auténticas joyas que me han sorprendido por lo fácilmente que me han emocionado. Como resultado, los capítulos caen a una velocidad de vértigo, haciendo que la lectura sea una auténtica gozada. Volveré a leer a Turguénev, no tengo ni la más mínima duda. Más reseñas de este libro en Solo de libros y Club de catadores, este último con un extensísimo post que revela información de la trama más allá de la estrictamente necesaria, diría yo.

22 jul 2016

Catástrofes - Patricia Highsmith

Los diez relatos incluidos en Catástrofes tienen en general un aire muy a guión de serie de televisión de misterio de los 1960s-1970s, tanto que me ha resultado inevitable pensar en Dimensión desconocida, La hora de Alfred Hitchcock y similares en muchos momentos. Por norma, los protagonistas pasan por situaciones muy complicadas y difíciles, viendose obligados a enfrentarse a fuerzas ocultas muy por encima de la capacidad de maniobra del individuo (ya sean organismos gubernamentales secretos, poderosos grupos de presión o plagas bíblicas de insectos). El proceso es angustioso, a veces kafkiano, y el resultado final no suele ser bueno para casi ningún implicado: desapariciones, abandonos, asesinatos, enfermedades mortales, suicidios. Los temas que tocan son interesantes aunque han quedado algo desfasados por estar muy anclados al momento histórico en que fueron portadas de periódicos y telediarios: corrupción tras la independencia de las antiguas colonias africanas, la gestión de residuos nucleares, el impacto social de la Teología de la liberación, la Guerra Fría y la amenaza de holocausto atómico, etc. También es verdad que hay otros que siguen perfectamente vigentes (ecología y maltrato animal, límites éticos de la experimentación científica, brecha social, etc.), pero en los contextos en que se desarrollan sigue notándose cierto tufo a añejo. Los títulos de los cuentos son:

  • El cementerio misterioso
  • Operación Bálsamo; o «no me toques»
  • Nabuti: Calurosa bienvenida a un comité de la ONU
  • !Dulce libertad¡ Y una merienda en el jardín de la Casa Blanca
  • Complicaciones en las Torres de Jade
  • Úteros de alquiler contra la derecha poderosa
  • Moby Dick II; o la ballena misil
  • Nadie ve el final
  • Sixto VI, Papa de la zapatilla roja
  • El presidente Buck Jones defiende la patria
Creo que Patricia Highsmith está entre los más grandes autores del género negro. Lamentablemente cuando se trata de narrativa corta las cosas no le salen tan rendondas como en la novela, según mi opinión personal claro. Yo esperaba encontrar en estos cuentos el habitual giro perverso y despiadado que caracteriza sus libros y sin embargo no ha llegado en ningún caso. Son historias que no están mal y entretienen, pero a las que les falta gancho, pegada, así que ninguno me ha dejado KO. Y los cierres suelen ser más sosos que una dieta para controlar la hipertensión. El de 'El presidente Buck Jones defiende la patria' por poner un ejemplo: durante un arrebato alcohólico, una primera Dama aficionada al whiskey ejecuta la orden de lanzamiento del primer misil atómico estadounidense contra la extinta URSS, lo cual provoca un holocausto nuclear y todos mueren. Vaya historia, ¿verdad? Se trata sin duda de algo que nadie hubiera esperado, por mucho que hasta llegar ahí ocurran cosas de cierto interés. En fin, que mira que lo he pasado yo bien con los ladrones y asesinos pirados de Highsmith, pero sus relatos cortos me cuestan. Ya lo entreví con el primero que leí, Sirenas en el campo de golf, aunque con Pequeños cuentos misóginos me despistó un poco. De todas formas debo de ser de las pocas personas que no se entusiasman con ellos, mirad si no, las opiniones que en tienen de este libro en Cuchitril literario y A la bim bom bao.

4 jul 2016

Héroes y villanos - Angela Carter

La acción de Héroes y villanos transcurre en un escenario post-apocalíptico en un futuro no demasiado lejano pero sin determinar. Una guerra nuclear ha acabado con la sociedad tal y como la conocemos. Los supervivientes se han organizado de formas diferentes, por un lado hay pequeñas poblaciones fortificadas donde se cultiva el terreno y se cría ganado. Estas colonias están dirigidas por los Profesores, que son los encargados de mantener la cultura en la medida de sus posibilidades. Luego están los Bárbaros: nómadas y guerreros, sobreviven a base de saquear las poblaciones ya comentadas. Y luego están los Parias, mutantes enfermos aunque terriblemente belicosos, son el lamentable resultado de las armas empleadas en la contienda. Malviven en cualquier agujero y usan flechas infectadas en sus propias pústulas para atacar a todo el que se cruce en su camino. Marianne es una mujer joven de 16 años que se ha criado en una de las aldeas fortificadas. Perdió a su hermano mayor en una trifulca con los bárbaros cuando ella tenía tan solo 5 años. Su madre se murió de pena un par de años después de morir su hijo. Y su padre acaba de ser asesinado por la antigua niñera de Marianne en un arrebato de locura. Así que como no tiene a nadie y la vida en este entorno rural agrario no le atrae en absoluto, decide escaparse con uno de los bárbaros que ha quedado atrapado en la aldea tras una incursión. Le ayudará a huir y ambos iniciarán una vida en común con los salvajes, donde Marianne tendrá ocasión de comprobar que ni los Profesores eran tan sabios, ni los Bárbaros tan simples e incultos.

Hace un par de años por estas mismas fechas reseñaba en el blog La cámara sangrienta, una estupenda compilación de relatos cortos donde Angela Carter reinterpretaba un puñado de cuentos clásicos desde una perspectiva adulta, femenina, feminista y turbia. Me quedé con ganas de leer más obras de esta autora y en una reciente visita a una biblioteca pública he pillado entre otras la que me ocupa hoy. Pues bien, poco que ver con aquel volumen. Estamos ante una novela de ciencia-ficción soft que se centra en imaginar los aspectos socioculturales, antropológicos o etnográficos de ese mundo tras la gran hecatombe nuclear. No he encontrado nada digno de mención; para empezar los personajes no tienen demasiada profundidad, por más que Carter también aquí imprima un toque claramente feminista a la chica protagonista: fuerte, autosuficiente, no necesita al hombre a su lado pero le acompaña voluntariamente cuando se siente a gusto con él. Para continuar, el argumento va dando tumbos sin querer ir a ningún sitio para terminar abruptamente y sin chispa alguna. Todo lo más y por querer extraer alguna idea interesante de un texto bastante inane, la autora imagina que el ser humano va a reproducir siempre los mismos esquemas y relaciones de poder. Si en las aldeas es un hecho que existe una jerarquía trasladada del mundo anterior a la guerra (ejército/policía, clase culta, clase trabajadora, administración, etc.), los vándalos tienden a lo mismo pero evolucionando desde más atrás en la historia: clanes dominantes, dinastías, etc. Resumiendo y desde mi perspectiva personal, un libro cuya lectura podía haberme ahorrado. De forma totalmene diferente piensan en Crítica de libros y El jardín del sueño infitito, blogs donde podréis obtener otras opiniones de esta novela.
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