Los diez relatos incluidos en
Catástrofes tienen en general un aire muy a guión de serie de televisión de misterio de los 1960s-1970s, tanto que me ha resultado inevitable pensar en
Dimensión desconocida,
La hora de Alfred Hitchcock y similares en muchos momentos. Por norma, los protagonistas pasan por situaciones muy complicadas y difíciles, viendose obligados a enfrentarse a fuerzas ocultas muy por encima de la capacidad de maniobra del individuo (ya sean organismos gubernamentales secretos, poderosos grupos de presión o plagas bíblicas de insectos). El proceso es angustioso, a veces kafkiano, y el resultado final no suele ser bueno para casi ningún implicado: desapariciones, abandonos, asesinatos, enfermedades mortales, suicidios. Los temas que tocan son interesantes aunque han quedado algo desfasados por estar muy anclados al momento histórico en que fueron portadas de periódicos y telediarios: corrupción tras la independencia de las antiguas colonias africanas, la gestión de residuos nucleares, el impacto social de la Teología de la liberación, la Guerra Fría y la amenaza de holocausto atómico, etc. También es verdad que hay otros que siguen perfectamente vigentes (ecología y maltrato animal, límites éticos de la experimentación científica, brecha social, etc.), pero en los contextos en que se desarrollan sigue notándose cierto tufo a añejo. Los títulos de los cuentos son:
- El cementerio misterioso
- Operación Bálsamo; o «no me toques»
- Nabuti: Calurosa bienvenida a un comité de la ONU
- !Dulce libertad¡ Y una merienda en el jardín de la Casa Blanca
- Complicaciones en las Torres de Jade
- Úteros de alquiler contra la derecha poderosa
- Moby Dick II; o la ballena misil
- Nadie ve el final
- Sixto VI, Papa de la zapatilla roja
- El presidente Buck Jones defiende la patria
Creo que
Patricia Highsmith está entre los más grandes autores del género negro. Lamentablemente cuando se trata de narrativa corta las cosas no le salen tan rendondas como en la novela, según mi opinión personal claro. Yo esperaba encontrar en estos cuentos el habitual giro perverso y despiadado que caracteriza sus libros y sin embargo no ha llegado en ningún caso. Son historias que no están mal y entretienen, pero a las que les falta gancho, pegada, así que ninguno me ha dejado KO. Y los cierres suelen ser más sosos que una dieta para controlar la hipertensión. El de
'El presidente Buck Jones defiende la patria' por poner un ejemplo: durante un arrebato alcohólico, una primera Dama aficionada al whiskey ejecuta la orden de lanzamiento del primer misil atómico estadounidense contra la extinta URSS, lo cual provoca un holocausto nuclear y todos mueren. Vaya historia, ¿verdad? Se trata sin duda de algo que nadie hubiera esperado, por mucho que hasta llegar ahí ocurran cosas de cierto interés. En fin, que mira que lo he pasado yo bien con los ladrones y asesinos pirados de
Highsmith, pero sus relatos cortos me cuestan. Ya lo entreví con el primero que leí,
Sirenas en el campo de golf, aunque con
Pequeños cuentos misóginos me despistó un poco. De todas formas debo de ser de las pocas personas que no se entusiasman con ellos, mirad si no, las opiniones que en tienen de este libro en
Cuchitril literario y
A la bim bom bao.
0 comentarios:
Publicar un comentario