La acción de Héroes y villanos transcurre en un escenario post-apocalíptico en un futuro no demasiado lejano pero sin determinar. Una guerra nuclear ha acabado con la sociedad tal y como la conocemos. Los supervivientes se han organizado de formas diferentes, por un lado hay pequeñas poblaciones fortificadas donde se cultiva el terreno y se cría ganado. Estas colonias están dirigidas por los Profesores, que son los encargados de mantener la cultura en la medida de sus posibilidades. Luego están los Bárbaros: nómadas y guerreros, sobreviven a base de saquear las poblaciones ya comentadas. Y luego están los Parias, mutantes enfermos aunque terriblemente belicosos, son el lamentable resultado de las armas empleadas en la contienda. Malviven en cualquier agujero y usan flechas infectadas en sus propias pústulas para atacar a todo el que se cruce en su camino. Marianne es una mujer joven de 16 años que se ha criado en una de las aldeas fortificadas. Perdió a su hermano mayor en una trifulca con los bárbaros cuando ella tenía tan solo 5 años. Su madre se murió de pena un par de años después de morir su hijo. Y su padre acaba de ser asesinado por la antigua niñera de Marianne en un arrebato de locura. Así que como no tiene a nadie y la vida en este entorno rural agrario no le atrae en absoluto, decide escaparse con uno de los bárbaros que ha quedado atrapado en la aldea tras una incursión. Le ayudará a huir y ambos iniciarán una vida en común con los salvajes, donde Marianne tendrá ocasión de comprobar que ni los Profesores eran tan sabios, ni los Bárbaros tan simples e incultos.
Hace un par de años por estas mismas fechas reseñaba en el blog La cámara sangrienta, una estupenda compilación de relatos cortos donde Angela Carter reinterpretaba un puñado de cuentos clásicos desde una perspectiva adulta, femenina, feminista y turbia. Me quedé con ganas de leer más obras de esta autora y en una reciente visita a una biblioteca pública he pillado entre otras la que me ocupa hoy. Pues bien, poco que ver con aquel volumen. Estamos ante una novela de ciencia-ficción soft que se centra en imaginar los aspectos socioculturales, antropológicos o etnográficos de ese mundo tras la gran hecatombe nuclear. No he encontrado nada digno de mención; para empezar los personajes no tienen demasiada profundidad, por más que Carter también aquí imprima un toque claramente feminista a la chica protagonista: fuerte, autosuficiente, no necesita al hombre a su lado pero le acompaña voluntariamente cuando se siente a gusto con él. Para continuar, el argumento va dando tumbos sin querer ir a ningún sitio para terminar abruptamente y sin chispa alguna. Todo lo más y por querer extraer alguna idea interesante de un texto bastante inane, la autora imagina que el ser humano va a reproducir siempre los mismos esquemas y relaciones de poder. Si en las aldeas es un hecho que existe una jerarquía trasladada del mundo anterior a la guerra (ejército/policía, clase culta, clase trabajadora, administración, etc.), los vándalos tienden a lo mismo pero evolucionando desde más atrás en la historia: clanes dominantes, dinastías, etc. Resumiendo y desde mi perspectiva personal, un libro cuya lectura podía haberme ahorrado. De forma totalmene diferente piensan en Crítica de libros y El jardín del sueño infitito, blogs donde podréis obtener otras opiniones de esta novela.
Trilogia de la Terra Fragmentada - N.K. Jemisin
Hace 7 horas
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