Divertida novela en la cual Saramago analiza con mucho humor, inteligencia y descaro la imagen de Dios que nos da el Antiguo Testamento. Tras una breve introducción que finaliza con el destierro de Adán y Eva del Jardín del Edén, en la que el autor hace gala de un ingenio y desparpajo irrefrenable, el Nobel portugués da voz a un Caín totalmente racionalista y contemporáneo que cuestiona los abusos del Creador a sus siervos con una ironía implacable. Como no podía ser de otra forma, lo primero que hará será discutir los motivos que le llevaron a asesinar a su hermano Abel, para emprender a continuación un viaje a través del espacio/tiempo que le permitirá tomar parte en varios episodios bíblicos de sobra conocidos. Desde ese experiencia se verá en la necesidad de objetar las maneras de Yahveh con Abraham, poner en entredicho la destrucción de Sodoma y Gomorra, o indignarse por el calvario que Jehová hace pasar a Job.
Bajo mi punto de vista, cuesta creer que alguien se pueda tomar en serio ese libro de cuentos que es el Antiguo Testamento. Si nos paramos a examinar objetivamente esa colección de relatos, terminaremos llegando a las mismas conclusiones que el protagonista. No obstante, existirá quien considere innecesario o fuera de lugar efectuar esta aproximación en pleno siglo XXI. Para esos casos, recomiendo echar un vistazo al Judaísmo y también al Cristianismo para recordar que no todo el mundo tiene esa capacidad crítica.
Como curiosidad técnica, hay una particularidad sobre la composición del texto que me ha llamado mucho la atención: las conversaciones se saltan a la torera las convenciones ortográficas habituales (guiones iniciales al principio de una nueva línea para marcar las frases de cada personaje, punto y aparte cuando toma la palabra otro participante, etc.), de forma que cada intervención se separa de la del siguiente implicado mediante una coma y empezando su comentario con mayúsculas. Dicho así parece que va a ser difícil de seguir, pero no es cierto, resulta sorprendentemente fácil coger el ritmo y leer párrafos enteros sabiendo qué personaje tiene la palabra en cada momento.
Otros calificativos que se me ocurren para este libro: refrescante, reivindicativo, ligero, recomendable.
Más reseñas sobre esta obra en Casa das Letra y La República. Éstas dos están un poco en mi línea, para ver opiniones al contrario, recomiendo el post de leergratis.
Los aerostatos, de Amélie Nothomb
Hace 42 minutos