30 ene 2015

Soy Leyenda - Richard Matheson

Todo hace pensar que Robert Neville es el único superviviente de una pandemia de origen desconocido que ha diezmado a la humanidad, convirtiéndola en vampiros sedientos de sangre. Parece pues, que las leyendas de terror sobre estos seres sobrenaturales tenían un origen infeccioso, un bacilo capaz de reducirse a una espora bajo situaciones muy adversas y así garantizar su supervivencia hasta dar con un entorno favorable. Aparte del protagonista, el mundo se divide en humanos infectados, que tarde o temprano morirán y regresarán de entre los muertos transformados en monstruos chupasangre, y obviamente los vampiros, que comparten (casi) todas las características conocidas de la literatura clásica de terror: son nocturnos, se alimentan de sangre humana, no soportan los ajos, los espejos o los crucifijos, mueren al exponerse al sol o al clavarle una estaca en el corazón, etc. Neville resulta inmune al contagio, pero ha visto como la enfermedad ha acabado con su mujer y su hija. Dedica las horas de luz a acabar con enfermos y vampiros; la noche, por el contrario, la tiene que pasar atrincherado en su casa, resistiendo los ataques de los engendros nocturnos.

Primer gran exitazo del año en mi universo literario particular. Y con un clásico de ciencia-ficción que data de 1954. Cualquiera diría que los hados de la ficción especulativa se han conjurado para dejarme en el más espantoso de los ridículos por haber echado pestes del género hace un mes en el post resumen de lo mejor y lo peor del año pasado. Desde aquí pido mis más humildes disculpas y hago propósito de enmienda. Prometo pensarmelo al menos 20 veces antes de volver a dar opiniones tan lamentables y faltas de fundamento. Soy Leyenda es una una novela maravillosa, cruel, emotiva, terrible, angustiosa, deprimente. No recuerdo ninguna otra novela scifi post-apocalíptica con una carga de fatalidad tan ajustada a mis gustos. Y eso a pesar de la más que cuestionable traducción de la edición de Minotauro que he leído, espero que se hayan molestado en mejorar para la reciente edición conmemorativa del 60 aniversario. Narrada en primera persona por el protagonista, Richard Matheson consigue desde la primera página transmitir la espantosa soledad a que se enfrenta Neville día tras día. Su obsesión por descubrir el origen de la enfermedad y encontrar una cura le lleva a estudiar diferentes disciplinas (biología, medicina, etc.). Pero esto no es más que una estrategia para enfrentarse a la desesperación y la locura provocadas por su total aislamiento y la monotonía de su existencia. Con la intención de protegerse psicológicamente en un entorno tan hostil, el protagonista reprime voluntariamente cualquier esperanza de encontrar a alguien más en su misma situación, de volver a experimentar el contacto humano. En un episodio se topa con un perro muy maltrecho pero aparentemente sano, pues estos animales también son víctimas de la enfermedad. El proceso de ganarse su confianza es tan emotivo, brutal y desgarrador, que ya solo por esto, la narración entera queda justificada. Pero no nos engañemos, habrá toneladas más de dolor. El menor resquicio de ilusión a que Neville pueda ceder será transformado en sufrimiento sin contemplación alguna, y todo ello gracias a la despidadada pero certera pluma del autor, que disecciona los sentimentos humanos con una habilidad pasmosa.

Otro punto a destacar es la manera simple y efectiva en que Matheson pone de manifiesto que normalidad y anormalidad son conceptos relativos, definidos por factores e intereses impuestos por los grupos mayoritarios. Precisamente el título del libro resume esta idea, en un momento sublime de toma de conciencia de la singularidad del protagonista en un planeta en el que él, probablemente el único no-infectado que sigue en pie, es el raro, el monstruo que amenaza al resto de habitantes. No puedo pensar más que en una palabra para definir esta novela: impresionante. Tengo que reconocer que algunos de los flashbacks en los cuales Neville nos relata su historia personal (la pérdida de su familia, el reencuentro con su mujer tras la vuelta de la tumba, la historia de quien fue su vecino y ahora es su enemigo vampiro personal), son algo confusos. Visto el nivel del contenido, prefiero pensar que es un problema de esta edición en particular, que como ya he adelantado deja mucho que desear. A pesar de este pequeño matiz, se trata de una extraordinaria píldora envenenada en forma de relato que precisamente por el horror tan veraz que cosigue transmitir, deja un excelente regusto. Tenéis más reseñas en Fabulantes y Gigamesh.

26 ene 2015

Luz en la Arena - Roger Wolfe

Roger Wolfe y toda su familia (padres y cuatro hermanos) se trasladaron a la soleada España en 1967, debido a que su hermano mayor tenía una grave enfermedad respiratoria. El clima benigno de San Juan, pequeña localidad a pocos kilómetros de Alicante, eran justo lo que los médicos recomendaron para solucionar los problemas de salud del pequeño, como así se demostró rápidamente. Al poco aterrizaron también en la costa alicantina los abuelos maternos. Luz en la Arena es el primer volumen de unas memorias noveladas que nos muestran las aventuras de un grupo de ingleses expatriados en la España tardofranquista, todo ello visto con los ojos del pequeño Roger, que se adaptó perfectamente a la dinámica del país que le adoptó pero siguió siendo 100% británico debido a sus orígenes y entorno familiar. El libro comprende la infancia del autor y se extiende hasta que finalizó la EGB, con 14 años aproximadamente. Se estructura en un número muy elevado de capítulos cortos (entre 2 y 6-8 páginas máximo), sin conexión entre ellos. Wolfe narra sus correrías en una costa apenas edificada. Sus vivencias serán comunes a todos lo que fuimos críos en los 1960s y 1970s y crecimos en pueblos pequeños: muchas horas pasadas el aire libre, bien con las bicis o bien explorando el campo o el monte, gamberradas varias de mayor o menor calado, días de colegio y novillos, etc. Su procedencia y el hecho de que fuesen una de las primeras familias de ingleses en asentarse en la costa alicantina proporciona evidentemente una serie de anécdotas y experiencias de lo más divertido, favorecidas por la excéntrica fauna británica con quienes tenían contacto.

Me ha sorprendido agradablemente toparme con lo que a mí me ha parecido un excelente ejercicio de nostalgia bien entendida. Wolfe se cuida muy mucho de evitar la autocomplacencia y solo se muestra indulgente con el pasado cuando la ocasión lo merece, como en su crítica feroz a la destrucción urbanística del litoral o cuando rememora una naturaleza todavía casi salvaje, solo levemente modificada por la agricultura más básica. En general las imágenes que emplea para recordar aquellos días de la infancia son certeras, hermosas y hasta poéticas, no en vano como escritor puede que sea más conocido por su poemario que por su obra narrativa. Yo diría que en ningún caso ha caído el la insufrible melancolía y sentimentalismo barato que uno esperaría de alguien que evoca sus primeros años en el mundo, algo por lo que yo le estaré eternamente agradecido, porque si hay algo que me molesta es la glorificación (siempre injustificada) de la nostalgia. Por el lado negativo, señalaría que el formato de cada capítulo se repite pero con resultados desiguales. Tras desarrollar el tema de interés, en el cierre se intenta siempre conectar al adulto que escribe y su situación actual con los recuerdos que se acaban de exponer. Aunque a veces lo logra a la perfección, otras veces (muchas en mi opinión) resulta algo forzado. No diré que el libro sea imprescindible porque no lo creo, pero al verme reflejado en muchas de sus andanzas ha conseguido que me pareza muy emotivo por estar muy próximo a quien yo soy. Tenéis más reseñas en Paisajes eléctricos y Culturamas.

21 ene 2015

El gran Gatsby - F. Scott Fitzgerald

Esta promete ser una reseña breve y concisa, porque El gran Gatsby es una fantástica novela de (des)amor con un maravilloso final infeliz, poco más hay que añadir. Me imagino que la trama será conocida por todo el mundo debido a las varias adaptaciones cinematográficas, principalmente la de 2013 protagonizada por Leonardo DiCaprio y la de 1974 por Robert Redford. Década de los 1920s, Jay Gatsby es un nuevo rico cuya fortuna tiene orígenes desconocidos pero sospechosos (¿contrabando de alcohol durante la Ley Seca?) de cara a las élites socioeconómicas tradicionales de Nueva York. Durante el verano en que transcurre la acción celebra unas multitudinarias fiestas en su mansión situada en una bahía próxima a la Gran Manzana con la única y patética intención de que la que fue su gran amor hace 5 años, Daisy Fay, ahora Buchanan tras su matrimonio con Tom Buchanan, se deje caer por allí y pueda recuperarla una vez ella se convenza de la acomodada posición que ha conseguido. El nexo entre ambos resulta ser Nick Carraway, vecino de Gatsby y primo lejano de Daisy, que además de narrador, favorecerá en reencuentro entre los dos antiguos amantes.

La historia es preciosa y el desarrollo impecable. La elección de Nick como narrador es todo un acierto pues aporta la perspectiva y alejamiento necesario para dar autenticidad a los hechos relatados, revelando poco a poco los detalles más secretos del protagonista, ya que terminan haciéndose amigos íntimos. Lo que más me ha gustado es que se destroza el falso mito de que el amor lo puede todo: por lo menos las diferencias de clase resultan insalvables. Hay mucho de autobiográfico en estas páginas, pues al igual que el protagonista,  Francis Scott Fitzgerald también era de extracción humilde y siempre estuvo fascinado con los más pudientes, con quienes se codeó debido a su éxito como escritor. Pero desde su experiencia la clase alta no sale nada bien parada: superficiales, hipócritas, engreídos, intolerantes y endogámicos, tratan con condescendencia y desprecian a Gatsby por arribista pero no tienen escrúpulos en aprovecharse de él. A todo esto sumamos un matrimonio infeliz (Tom Buchanan tiene una amante, hecho que es conocido por todos), el carácter inestable e indeciso de Daisy y un accidente de coche perfectamente orquestado para lograr un desenlace dramático precioso. No creo que exista un final más adecuado a un relato donde se mezclan a la perfección amargura y glamour. Sin duda hay que ser un escritor de primera para lograr que el fracaso más absoluto deje tan buen sabor de boca. Hay muchísimas reseñas de este clásico en la blogosfera, os dejo aquí las de Solo de Libros y Revista de Letras.

17 ene 2015

Natura morta - Josef Winkler

Natura morta es 'naturaleza muerta' en italiano. No es casual por tanto que esta novela corta de Josef Winkler lleve por subtítulo 'Una Novela romana'. Naturaleza muerta es otra manera de referirse a los bodegones, y podríamos decir que efectivamente estamos ante la versión literaria de un gran bodegón, animal y humano, cuyo lienzo nos muestra un poco del tiempo y espacio recorrido por un atractivo adolescente romano de apenas 18 años. El joven protagonista, apodado Piccoletto por sus compañeros de trabajo, es el vendedor más bisoño de una pescadería en el popular mercado de la Piazza Vittorio Emanuele, e hijo a la vez de una vendedora de higos que ofrece estas frutas a los turistas en la entrada a la Ciudad del Vaticano. De la pescadería al Vaticano y vuelta al puesto de pescado, la narración detalla pormenorizadamente personajes de las clases más marginales que pululan por los alrededores de ambas localizaciones: gitanos, inmigrantes, drogadictos, chaperos, pordioseros y mendigos exudando miseria y pobreza (¿muerte?) por los cuatro costados se contraponen al atractivo juvenil y la picardía sexual de Piccoletto (¿vida?), que en sus andanzas por la ciudad no para de atraer las miradas y coquetear con jovenes y mayores de ambos sexos.

Además de este cuadro humano, Winkler narra también con una brutalidad descarnada la actividad del mercado, desapasionada y fríamente sí, pero sin ahorrarnos el espanto y la crueldad que rodean al comercio de animales como alimento. Craneos de terneras luciendo el agujero del tiro recibido en el matadero, testas de cordero partidas en dos para vaciarles los sesos, montones de cabezas de gallinas decapitadas tan solo unos segundos atrás con sus cuerpos aún convulsionándose, salmones abiertos en canal cuyas tripas son pasto de brillantes moscas tornasoladas, pulpos que en un último intento de huir lo manchan todo de tinta. No contento con ello nos muestra la misera exclusiva del ser humano: carniceros y pescaderos ofrecen género en mal estado, el lumpen sin recursos recoge de la basura restos putrefactos para sobrevivir, las vendedoras gitanas descuidan sus bebés, ya en estado calamitoso. Ni unos ni otros parecen tener problemas de conciencia. El hiperrealismo de estas escenas consigue que la lectura vaya acompañada de un gesto de asco, pero aun así creo que el autor austriaco es muy honesto al no ocultar la repugnancia física y la corrupción moral inherente al uso de animales como alimento. Que no se nos olvide que los filetes de pollo que tan asépticamente se apilan en bandejas de polipropileno en el expositor refrigerado del supermercado son trozos de un ave que ha sido sacrificada violentamente.

Si mal no recuerdo, esta particular atracción de Winkler por los animales muertos, ya sean palomas aplastadas en plena calle, gatos torturados por algún desalmado o ganado usado como alimento, ya parecía en Cementerio de las Naranjas amargas, parte del cual también transcurría en Italia, donde residió en los 1970s y 1980s. Sin embargo a diferencia de áquel, éste se caracteriza porque el escritor consigue imprimir al texto cierto ritmo apoyándose en la repetición de algunas ideas a modo de mantra. Sin llegar a los anidamientos de frases de Bernhard, hay algo del estilo de su compatriota en esta novela. Por ejemplo, casi todas las menciones a Piccoletto van acompañadas, a modo de epíteto, de una referencia a sus largas pestañas, que casi le tocan las mejillas, hay además constantes descripciones del motivo impreso en la camiseta que lleva cualquier persona, incluso la entrepierna del protagonista aparece repetidamente, quizás como reclamo del deseo. Tengo que reconocer que a pesar de lo desagradable que es el contenido de la narración, esa extraña cadencia consigue curiosamente imprimirle un toque poético que lo hace mucho más llevadero, de hecho me ha resultado hasta hermoso por momentos. Tenéis más reseñas en La Ficción Gramatical, donde están encantados, y en El Cultural, donde no pueden estár más decepcionados.

14 ene 2015

Órbita inestable - John Brunner

Hace 15 días me quejaba de toda la morralla de ciencia-ficción que me había leído en 2014. Que así normal perder interés en el género, que la mayoría de los libros que habían pasado por mis manos eran una tomadura de pelo, que de todas formas aún tenía muchas cosas por leer de todo lo que había ido acumulando... Y para callarme un poco esta bocachancla (¿dedoschancla?) que tengo, nada más empezar el año me las vuelvo a ver con John Brunner y me veo forzado a replantearme mi opinión, porque Órbita inestable es una estupenda novela de ciencia-ficción distópica con un fondo de intriga que junto con Todos sobre Zanzíbar y El Rebaño ciego, compone la 'Trilogía del Desastre', considerada por muchos criticos y aficionados como lo mejor de su producción.

Brunner se caracteriza por situar la acción de sus novelas en futuros próximos en que la situación mundial ha empeorado por una razón u otra. Si el agente del cambio en 'Todos sobre Zanzíbar' es la superpoblación y en 'El Rebaño ciego' la contaminación medioambiental y el agotamiento de recursos, en 'Órbita Inestable' es la violencia racial sustentada por la proliferación de armas el elemento que rediseña el orden existente. La trama se desarrolla en los EEUU en 2014 (¡el año pasado!), los enfrentamientos y la tensión entre blancs y nigs llevan activos desde 1968. Muchas ciudades norteamericanas se han convertido en enclaves autónomos controlados por nigs: Detroit, Chicago, Washington, Newark, etc., viviéndose una situación parecida en UK (Birmingham, Manchester/Blackmachester o Cardiff). La segregación y discriminación de individuos según el color de su piel se realiza de facto, si bien la mayoría de las leyes antidiscriminatorias siguen existiendo en USA, aunque nadie se atreve a exigir su cumplimiento. Las agresiones, asesinatos y linchamientos están a la orden del día y han provocado un aumento inmenso de los trastornos psiquiátricos. Como nos indica el autor, los pilares en que se sustenta esa sociedad distópica son la huida de la racionalidad, la socialización de la paranoia y la confianza en los ordenadores ante la pérdida de prestigio de gobiernos y religiones.

En este contexto Brunner nos presenta al numeroso elenco de protagonistas: Matthew Flamen (blanc), un periodista de investigación/comunicador, cuyo programa, líder de audiencia, destapa escándalos de todo tipo. Celia Prior Flamen (blanc), esposa del anterior y Harry Madison (nig/nigblanc, que es como se conocen a los negros que viven en enclaves blancos), ambos pacientes del hospital Ginsberg de salud mental del estado de Nueva York. Lyla Clay (blanc), una joven pitonisa cuyas habilidades se potencian con el uso de drogas específicas. Pedro Diablo, equivalente nig de Matthew Flamen. Morton Lenigo, activista nig que quiere derrocar el gobierno estadounidense. James Reedeth (blanc) y Ariadna Spoelstra (blanc), profesionales de la medicina empleados en el Ginsberg, dirigido por el controvertido Elias Mogshack (blanc). Xavier Conroy (blanc), famoso sociólogo y filósofo norteamericano que caído en desgracia por sus polémicos ensayos ha tenido que marcharse a una universidad de segunda fila en Canadá. Unos, otros y más aún que no he mencionado se verán envueltos en una enrevesada trama donde sus intereses políticos y personales se mezclarán con los intereses económicos de grandes corporaciones armamentísticas (Gottschalk) y de comunicación (Holocosmic), lo que podría conducir a un enfrentamiento de tal envergadura que borre al ser humano de la faz de la Tierra.

No voy a engañar a nadie, enfrentarme a esta avalancha de personajes y de tramas diversas introducidas sin concesión alguna me ha supuesto un esfuerzo de atención que no esperaba. Claro que quizás la culpa de esto sea la insustancialidad de mi anterior lectura. Hasta más o menos la mitad de la historia tenía que pararme a pensar quién era quién con cada aparición de un nombre propio. Este sea quizás el principal problema del libro, la sobreabundancia de información. Aunque en realidad y hasta cierto punto no debería considerarse un inconveniente, porque al lector habrá que exigirle que ponga algo de su parte si quiere enfrentarse a algo más complejo que un bestseller. También en esta ocasión el británico va alternando entre diferentes formatos para contar su historia, estrategia que no llega a ser tan acusada como en 'Todos sobre Zanzíbar': artículos periodísticos que relatan los albores de la conflictividad racial en 1968, protocolos seguidos por los gobiernos con explicación de sus errores/aciertos, opiniones del ciudadano de a pie, artículos de opinión de Conroy, etc. Por lo demás, como he dicho al empezar el post, esta novela me obliga a eliminar los prejuicios que he ido acumulando el año pasado sobre este género. A diferencia de El Jinete de la Onda del Shock, en esta ocasión Brunner no ha acertado prácticamente en ninguno de los planteamientos de esa sociedad futura que imaginó a finales de los 1960s, aunque si cambiamos nigs por musulmanes... Da igual, no importa lo más mínimo. La circunstancias en las que se mueve son plausibles y le permiten construir una historia coherente y altamente absorbente en la que hay un poco de todo lo que gustaba entre los escritores de la 'New Wave' y por supuesto también a mí: tecnología avanzada descrita con unos encantadores neologismos de regusto anticuado (sintetseda, comred, Tri-V, robescritorio, reparobot, rapitrans, etc.), drogas psicoactivas al alcance de cualquier individuo (tranks, felipíldoras, ladromida, narcolato, etc.), sociedades deshumanizadas e individuos alienados, etc. Para otras opiniones os recomiendo Rescepto y en clave pública.

10 ene 2015

Stone Junction - Jim Dodge

A pesar de todas las alabanzas que Thomas Pynchon vierte en el prólogo, a mi Stone Junction (subtitulada 'Una Epopeya alquímica') me ha parecido una tontuna soberana. Me da la impresión de que Jim Dodge ha intentado hacer una Bildungsroman con tintes de aventura, misterio y filosofía New Wave de baratillo, pero se ha quedado en un pastiche juvenil en plan road movie norteamericana que, las cosas como son, es bastante entretenido y fácil de leer a pesar de que en un primer momento las 500 y pico páginas impresionan. Pero claro, como profundidad no es que tenga mucha, no requiere mucho esfuerzo. La trama nos presenta a Daniel Pearse, un crio muy unido a su madre, quien enamorada de un activista antinuclear termina muerta por colaborar en un atentado con bomba. Huérfano pues con 14 años, es acogido y tutelado por la AMO, una misteriosa asociación de magos y malhechores (acrónimo inglés de Association of Magicians and Outlaws) para la cual trabajaba su madre y que se encargará de cuidarle y formarle en mil y un oficios al margen de la legalidad y los planes de estudio convecionales. La idea es que Daniel, en un futuro y una vez desarrollado todo su pontencial, se una a este grupo de forajidos modernos para hacer del mundo un sitio mejor, o mejor en cualquier caso para ellos mismos.

Así pues nos vemos obligados a leer páginas y más páginas en las cuales el protagonista aprende a conocerse a sí mismo y a controlar sus emociones con un maestro de la meditación, a reventar cerraduras y cajas de seguridad con uno de los ladrones más hábiles del mundo, a ser un experto tahúr con ayuda de un avezado jugador de póker, a experimentar y familiarizarse con el tráfico de drogas via un intermediario muy suelto es esas cuestiones, a convertirse en un maestro del disfraz y la impostura de la mano de un exigente y diestro profesor del engaño, etc. etc. Medio libro aproximadamente se pasa entre cursos intensivos y prácticas, lo cual le hace a uno pensar que esos conocimientos serán imprescindibles para la gran misión que nos adelantan desde la solapa, parece lógico, ¿verdad? Pues de eso nada. Acabada la formación en artes y oficios de la delincuencia entra en escena ese extraño objeto ya comentado en el resumen de la editorial, un diamante esférico de origen desconocido que según el mentor del joven protagonista, el mago escapista retirado Volta, entraña un misterio relacionado con el universo, la esencia de hombre, la comprensión de la mente y de todo lo existente o no sé muy bien qué, pero muy trascendente eso sí. Es de crucial importancia que la AMO robe dicha gema custodiada actualmente por el Gobierno de los EEUU, así que el tramo final del libro se centra en esta emocionante empresa que tendrá un final inesperado.

En fin, una novela amena, simpática, perfecta para un adolescente ávido de acción en torno a los 16 años pero que a mi, que estoy en franca retirada no me ha aportado absolutamente nada. Reconozco que el planteamiento de una asociación transnacional underground de delicuentes de buen corazón, científicos anarquistas y magos dotados de habilidades sobrenaturales presta muchísimo juego y es, conceptualmente, algo que a casi todos nos tendría que resultar apasionante. Pero el desarrollo del argumento flaquea, el crecimiento como persona de Daniel tiene toneladas de relleno, hay sobreabundancia de personajes, algunos metidos con calzador y prescindibles por completo, un cierre que hace aguas... Yo me he quedado 100% indiferente e inalterado por la supuesta magnificencia de lo escrito. Me esperaba un novelón de la hostia vistas las reseñas que se leen por ahí, ver si no Revista de Letras o El Ojo crítico, incluso en Lo que leo lo cuento lo consideran un buen libro aun cuando pueden ver algunas de sus flaquezas. Tonto yo por fiarme desde luego, cualquiera diría que me acabo de caer de un guindo.

6 ene 2015

Koba el Temible - Martin Amis

Koba el Temible es un ensayo que a ratos coquetea con experiencias autobiográficas en el cual Martin Amis expone sin apenas preámbulos el régimen de terror en que Stalin mantuvo a la URSS durante su mandanto. Subtitulado 'La Risa y los veinte Millones', esa descomunal cifra hace referencia al número de víctimas fatales estimadas que sufrieron su represión en nombre de una demente utopía comunista de la dictadura del proletariado. El relato es espeluznante: hambrunas provocadas a la población, purgas dentro del propio partido, represión del campesinado, crímenes durante la Colectivización forzosa de los campos de cultivo, eliminación de cualquier tipo de disidencia, torturas y desapariciones, campos de trabajo con presos convertidos en esclavos al servicio del régimen y un largo y horripilante etcétera que hacía que nadie, absolutamente nadie estuviese a salvo. Basándose en un montón de bibliografía existente al respecto (de escritores e historiadores mundialmente reconocidos en el tema, como Robert Conquest, Aleksandr Solzhenitsyn, Orlando Figes, Vassili Grossman, Vladimir Nabokov, etc.), el autor británico comienza a relatar infamias en la primera página y no para ni un instante hasta terminar. Aunque no fueron exclusivas de Stalin, pues también se recogen y documentan durante el mandato de Lenin, si Amis se centra en detallarnos las estrategias de terror del estado de este otro dirigente es para poner de manifiesto una de las grandes vergüenzas del pensamiento progresista de Occidente: la tolerancia complaciente y benevolente hacia el stanilismo pese a contar con información suficiente para condenar los abusos contra la población. Y para desgracia del autor, uno de los intelectuales empeñados en mirar hacia otro lado fue su padre: Kingsley Amis.

Divida en tres partes, me siento completamente incapaz de distinguir posibles matices entre ellas porque me he visto desbordado por un espectáculo de muerte y horror en un paisaje que encaja a la perfección en el infierno helado de Dante: los más de 40º bajo cero de los campos de reclusión en el Ártico. Amis no pierde ocasión para remarcar la única posible virtud del dictador: su crueldad e implacabilidad. Por lo demás, no parece haber ni una cualidad destacable ni medianamente humana en su personalidad. A pesar del papel crucial de la URSS en la II Guerra Mundial, el ridículo y la falta de conexión con la realidad de Stalin tras la invasión alemana de la Unión Soviética restrasó la puesta en marcha de una defensa más eficaz que a la postre solo sirvió para incrementar el número de víctimas soviéticas. Aunque práctica para quienes no teníamos demasiada información sobre el tema, está claro que no estamos ante una lectura agradable que por otro lado no es más que un breve compendio/resumen de otras obras. Por momentos se vuelve además bastante árida, debido a las constantes referencias a personajes relevantes en este contexto histórico pero que al lector no experto (yo, mismamente) no dicen gran cosa y también al sinnúmero de notas aclaratorias a pie de página con más nombres, fechas y localizaciones a sumar a las ya expuestas. De todas formas mis carencias al respecto no deben quitar valor al libro, si hay algo que debería exigirse a un ensayo es rigurosidad y aunque sea a través de otras obras, las citas, menciones y anotaciones permiten validar todos los datos expuestos.

Tenéis un par de reseñas en Me Libro (con polémica incluída en los comentarios) y La Lengua. También en la prensa, ya sea mayoritaria o independiente, hay artículos al respecto, donde por cierto se da mucha caña tanto al autor como al libro. En fin, googleadlo vosotros mismos si tenéis interés porque prefiero no enlazar a medios de comunicación.

2 ene 2015

Pequeños Cuentos misóginos - Patricia Highsmith

En total son 17 los Pequeños Cuentos misóginos que Patricia Highsmith nos regala en este volumen de rapidísima lectura. Pequeños en cuanto a extensión pero con toneladas de mala baba. Quizás este sea uno de los puntos más destacables de los mismos, la habilidad de esta escritora para ponerse en la piel del típico garrulo machista reaccionario y hacernos ver que las mujeres protagonistas se han buscado todas y cada una de las desgracias que les suceden por el simple hecho de ser mujeres.
¿Cuál es la última botella que abre una mujer en una fiesta? La de Fairy.
Este típico chiste sexista viene a resumir el espíritu de la gran mayoría de los relatos. Pero trantándose de esta autora y de su pasión por lo perverso y la psicopatía, abundan  en ellos hombres y mujeres de mentes retorcidas y actitudes al margen de lo convencional (tanto ellos como ellas). Las historias, plagadas de personajes extremos y situaciones rocambolescas pueden provocarnos la risa en muchas ocasiones, sin embargo prefiero pensar que lo que Highsmith pretende es poner contra las cuerdas al modelo de sociedad  patriarcal que ha implantado culturalmente una serie de ideas falsas que hemos interiorizado como válidas y absolutas.

La escritora juega en concreto con dos principalmente, primero que la posición de la mujer es por naturaleza inferior a la del hombre; segundo que las mujeres pueden ser unas bestias malignas muy capaces de arruinar la vida de un hombre. Evidentemente ambos casos justificarían la violencia contra ella. Y qué mejor técnica para hacernoslo ver que exagerar hasta límites irracionales. Así por ejemplo en 'La Coqueta' nos resulta natural que una mujer sea asesinada por dos pretendientes porque ha malmetido con uno y otro para que se maten entre sí. O bien que un hombre estrangule a su pareja de baile en 'La Bailarina' debido a unos celos patológicos resulte la única salida digna. O que harto de aguantar los abusos de su mujer, que se finje enferma durante 10 años en 'La Enferma o la Encamada', el marido se deshaga de ella ahogándola en la playa. Habitualmente, los protagonistas masculinos reciben comentarios por parte de su entorno que refuerzan el despreciable comportamiento de las féminas, como un incosciente colectivo machista que elimina cualquier duda sobre la necesidad de resolver al precio que sea el problema que está planteando la existencia de esa mujer.

Muy recomendable. Yo ya sabía que P. Highsmith era una gran novelista, pero es que para la narrativa breve me parece que también estaba excepcionalmente dotada. Tenéis más reseñas en LUNeros néstor almendros o Juntando más letras.
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