Si me hubiesen dado a leer esta novela sin cubiertas y sin información alguna del autor, habría dicho sin duda que se trataba de un título perdido de mi admirado
Philip K. Dick. Una visita a la entrada de
Alfred E. van Vogt en el
Sitio de Ciencia-Ficción confirma lo que para mí era totalmente evidente:
Dick citó este libro en concreto como una de sus mayores influencias.
El Mundo de los No-A es una aventura de ciencia ficción terriblemente
dickiana. Ya en las primeras páginas de la narración se revela que la vida que el protagonista cree estar llevando no es más que un cúmulo de falsos recuerdos implantados en su memoria. Tras este shock,
Gilbert Gosseyn, que así se llama, se ve envuelto en una oscura trama que amenaza el orden mundial cuasi-utópico que se ha logrado gracias a una inteligencia artificial llamada
"La Máquina".
Gosseyn descubre que su cerebro muestra características que van más allá del cerebro humano normal.
Gosseyn es asesinado por los conspiradores.
Gosseyn despierta en Venus, colonizado desde hace décadas por millones de humanos cultivados en la lógica no-Aristoteliana y que, gracias a sus especiales aptitudes y cualidades, han sido seleccionados por
"La Máquina" para llevar una nueva vida en este planeta.
Gosseyn acepta que no es más que un peón en una compleja partida de ajedrez en que ninguna de las piezas tiene la visión global del juego...
La falta de información nos obliga a seguir leyendo capítulo tras capítulo para saber más y descubrir la intriga, y el lector se enfrenta a una acción trepidante, aunque relatada al ritmo justo para no resultar agotadora. Curiosamente sería capaz de citar al menos una novela de
Philip K. Dick que encaja en cada una de las breves características del argumento que acabo de dar y de la última en particular, podría citar al menos una donde
se le fue la mano. La intrincada trama termina aclarandose sólo
más o menos. Habrá a quien algo así le parezca intolerable y quien lo encuentre muy atractivo y totalmente consecuente si nos atenemos al estilo misterioso y enigmático de la narración, como es mi caso. Me ha resultado imposible no identificarme con el protagonista y experimentar su misma inquietud ante lo desconocido, su impotencia por la falta de control sobre los acontecimientos y al terminar el libro, me he quedado satisfecho de saber lo mismo que el protagonista. Por aportar también algún pero, tengo que admitir que cuesta un poco ponerse en contexto y entender los principios de la
Semántica General de donde surge la
filosofía no-A sobre la cual
van Vogt construye el libro. Aún así, creo que no había disfrutado tanto de la ciencia-ficción desde que tomé contacto con
Dick a través de
Ubik.
Tenéis otra reseña de
El Mundo de los No-A en
Cuchitril Literario.
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