30 jul 2020

El vestido azul - Doris Dörrie

Como parte de la superación de la trágica muerte de su marido, atropellado el primer día de unas vacaciones de la pareja en Bali, Babette decide comprarse un vestido azul de una pequeña tienda de moda que llevan una pareja de diseñadores gays. Ella no sabe que el vendedor, Alfred, tiene cáncer y morirá pasadas unas pocas semanas. Su pareja Florian contactará con ella para pedirle que le preste el vestido de cara a un desfile que va a organizar para homenajear al difunto. El dolor por la pérdida de sus parejas les unirá en el proceso de duelo con la intención de seguir adelante con sus vidas.

El vestido azul es una novela corta muy sencilla pero que describe con mucho acierto el terremoto emocional que la muerte de un ser querido provoca en nuestras vidas. Doris Dörrie no establece diferencias entre el acto fortuito o el que nos conduce poco a poco hasta ese final. Aunque el adiós definitivo a un ser querido se imponga con tempos diferentes, en ambos casos la desolación hace mella en los personajes, dejándolos devastados, deorientados, incapacitados para seguir adelante hasta que se enfrenten a ese dolor cara a cara. Dicho así parecería que estamos ante una narración deprimente y demoledora, pero no es el caso en absoluto. La autora alemana ha escrito una historia muy humana y cotidiana que huye del morbo y se centra en la lucha de los personajes por poder romper con la inercia de la pena y continuar viviendo. Muy bonita y emotiva, a lo que ayuda sin duda el que esté escrita con un lenguaje muy directo y simple. Luego tiene algunos ticks muy snobs, porque ya me dirás qué necesidad hay de marcharse a celebrar el Día de Muertos a Oaxaca como parte del proceso del duelo por la muerte de tu pareja. Ya sé que es solo una licencia de ficción, pero probablemente los salarios alemanes lo permitan.

26 jul 2020

Shosha - Isaac Bashevis Singer

Varsovia a finales de los años 1930s. Los nazis todavía no han invadido Polonia pero el cariz que han tomado los acontecimientos en Alemania indica que solo es cuestión de tiempo que lo hagan. Esa es desde luego la opinión del joven aspirante a escritor Aaron Greidinger. Se trata de un judío inconstante, de temperamento irrefrenable, algo tímido pero tremendamente vitalista y mujeriego. Mantiene relaciones sexuales y afectivas con varias mujeres pero tras veinte años de haberle perdido el rastro, se reencuentra con Shosha, una vecina suya de cuando ambos eran críos. Se da cuenta entonces de que es la única mujer a la que siempre ha amado. Debido a una enfermedad que no llegamos a conocer, la joven apenas se ha desarrollado y su cuerpo sigue siendo casi de niña, a lo cual se unen claras limitaciones intelectuales. Nada de ello le importa a Arele, que está dedicido a casarse con ella a pesar de que todos sus amigos le consideran loco por ello.

Todas las novelas de Isaac Bashevis Singer giran en torno al judaísmo. En las que llevo leídas hay varias que transcurren en Polonia en diferentes épocas, pero hasta el momento el Nobel de Literatura de 1978 no había abordado la situación de los judíos antes del acontecimiento que detonó la II Guerra Mundial: la invasión de su país por parte de las fuerzas armadas del III. Reich. En Shosha hay más coincidencias con el resto de su producción. El protagonista vuelve a ser un judío de carácter inestable que se ve desbordado por su propia incapacidad de limitar sus ganas de vivir y de amar. Y a pesar de haber recibido una educación muy religiosa, su aproximación al judaismo se aleja de la ortodoxia y la cuestiona, intentando alinearse con una sociedad moderna que avanza sin parar. ¿Qué es entonces este libro? ¿Un refrito de los temas que trata siempre? ¿O hay algo especial que le haga destacar por encima de otras de sus obras? Por suerte para mí, me alegra poder decir que ésta es, sin duda, la novela más divertida, crítica y sobre todo apasionada que he leído de Singer desde Enemigos. Una historia de amor.

El escritor polaco describe un cuadro de desesperación y peligro insalvable en la situación que viven los protagonistas. Pero consigue que nos olvidemos de ello por la vehemencia, casi frenesí, con que todos conducen sus actos. Sin importarles el horror que está al caer y la amenaza de muerte que se aproxima. Hay hambre, hay pobreza, hay dolor y discriminación, sí, pero tambien unas ganar incontenibles de vivir y disfrutar que no las va a poder detener ni el mayor dictador que tuvo Europa en el S. XX. La historia es una maravilla, Singer vapulea al lector convirtiendo la narración casi en un cuento de hadas actualizado, donde al pobre pero bondadoso escritor se le aparece un adinerado hombre de negocios norteamericano que le contrata para que escriba una obra de teatro que ha de protagonizar su amante. En realidad todos los personajes oscilan entre la pesadumbre más atroz y la felicidad más arrolladora, con lo cual pasas del nudo en la garganta a la sonrisa o la carcajada cada pocos párrafos. 

Hay también un fuerte trasfondo filosófico en toda la narración. La actitud intimidatoria de Hitler, la discriminación que el pueblo judío sufría por parte de los gentiles polacos, y la frustración de comprobar que la utopía comunista de la Unión Soviética era una trampa tan terrible como el fascismo hizo que la existencia para los judíos de Polonia se volviera insoportable en aquellos años. Sin embargo, quizás como medida de compensación, los personajes se aferran a la vida y agradecen cada día, cada hora y casi cada minuto que pueden disfrutar de estar vivos. Se niegan a guardar ni una brizna de goce para el día de mañana, en el cual es muy probable que todo se vaya al traste. De todos es sabido además el gran compromiso animalista de Singer, que se refleja sin ambages en todas sus obras. Pues bien, creo que en ésta he detectado hasta cinco alusiones directas al trato ignominioso que el hombre da al resto de los animales que habitan en un planeta que nos es común. Que yo recuerde, hasta cinco veces compara lo que los nazis hicieron a los judíos con lo que el ser humano hace con los animales. Este paralelismo sigue levantando ampollas en 2020 entre los sectores más conservadores y antropocentristas porque según ellos trivializa el Holocausto. La verdad es que tengo curiosidad por saber qué argumentos podrían darle a Singer, judío el mismo que tuvo que huír de Varsovia ante la amenaza nazi, para convencerle de que ese símil es inapropiado. Por resumir, una auténtica maravilla que justifica la gran admiración que tengo por este autor. Totalmente recomendada si queréis experimentar una montaña rusa de sentimientos que a pesar de lo dramático de la historia, es capaz de dejarte lleno de esperanza y de un excelente buen humor.

22 jul 2020

El gusano de fuego - Ian Watson

John Cunningham es un psiquiatra que ejerce en Tynemouth, una ciudad costera del noreste de Inglaterra muy cercana ya a Escocia. Está especializado en «terapia de vida pasada», también conocida como «terapia de reencarnación». A través de la hipnosis lleva a sus pacientes a supuestas vidas pasadas donde se encontraría el origen de sus traumas y problemas. En realidad él no cree en la reencarnación, pero prefiere considerar su tratamiento como una mentira piadosa que ha ayudado a muchos pacientes para los cuales los terapeutas freudianos, jungianos o lacanianos han sido inútiles. Pero John tiene un alter ego, se trata del escritor de novelas de terror Jack Cannon. Y ocurre que Jack usa los historiales clínicos de los pacientes de John para inspirar sus best-sellers. Hasta el momento el psiquiatra ha conseguido mantener a raya al escritor para evitar problemas, pero uno de sus pacientes actuales, Tony Smith, presenta un caso que es un reto profesional para el psiquiatra y un filón que el escritor puede ficcionar. Las sesiones de hipnosis apuntan a que Tony ha sido traumatizado por una misteriosa entidad sobrenatural primigenia, una especie de gusano que se integra en las profundidades de la cueva de la costa de Tynemouth en que habita, y con la cual se lleva encontrando en varias vidas anteriores. Jack se transformará en la personalidad dominante del dúo con la intención de resolver la historia, sin que importen las consecuencias.

Aquí tenemos una vez más a Ian Watson, casi un recién llegado a Das Bücherregal pero que está escalando puestos en los autores más leídos de este blog a pasos agigantados. El gusano de fuego es una novela de terror tremendamente original que está desarrollada a la perfección. La acción principal ocurre a finales de los 1980s, con la crisis del SIDA sobrevolando la trama y condicionando a la población a un aislamiento físico y psicológico por miedo a la enfermedad. La batalla interna entre John y Jack se va desplegando sutilmente a medida que vamos recorriendo las vidas pasadas de Tony. Relatadas en forma de flashbacks, el escritor británcio no deja fleco suelto en ninguna de las tres que llegamos a conocer, número éste que se repite casi de manera constante en sus novelas cuando se trata de hilos argumentales a incluir o como en este caso, relatos embebidos en la novela. Ya sea a principio de los 1950s, en la Inglaterra victoriana o durante las guerras entre Escocia e Inglaterra en la Edad Media, cada una de estas reversiones a vidas pasadas se expone con una verosimilitud y unas dosis de intriga que van in crescendo, aumentando la tensión un poco más en cada capítulo.

Pero no penséis que Watson tira de recursos facilones para lograrlo. En absoluto. Tanto los aspectos históricos que se contemplan como los puramente literarios están cuidados al máximo y se nota a la legua el gran trabajo que hay detrás de ellos. Ha resultado inevitable compararla con El Inca de MarteEl viaje de Chéjov o El kit Jonás por lo asombrosamente bien cuidado que está el argumento. Y tras el tono fatalista de toda la narración, llegamos a un desenlace siniestro, oscuro y tenebroso. Es perfecto para la atmósfera desapacible del norte de Inglaterra y deja una sensación amarga y desesperanzadora que resulta deliciosa para el aficionado al género.

19 jul 2020

Nick y el Glimmung - Philip K. Dick

Según nos informa la contraportada, Nick y el Glimmung es la única novela juvenil de Philip K. Dick, escrita en 1966 pero publicada por primera vez póstumamente, en 1988. Se trata en efecto de un texto de extensión corta pensado para lectores jóvenes. Así pues hay aventuras con una base de ciencia-ficción (viajes espaciales, planetas colonizados, etc.) pero que tienen mucho de fantasía en tanto en cuanto el escenario en que transcurre casi toda la acción está lleno de seres asombrosos que aproximan mucho el relato a este otro género.

La trama empieza de manera muy dickiana: Nick y sus padres deciden  emigrar a otro planeta porque la policía ha descubierto a su gato Horace. Y por desgracia las mascotas son ilegales en la Tierra debido a la superpoblación humana y a la carencia de recursos. Es una vez llegados al mundo exterior al que emigran, el Planeta del Labrador, cuando la trama entronca con lo fantástico. Allí se topan con varias especies autóctonas inteligentes (los wubs, los trobes, los zancajos, los werjes y un largo etc.), algunos de los cuales son peligros y los otros amistosos. En todo caso unos y otros están alineados en los dos bandos que se han establecido en la lucha ancestral que el maligno y cuasi omnipotente Glimmung tiene contra los impresores. Y como no podía ser de otra forma, nuestro pequeño protagonista será crucial en el desenlace de la misma.

En fin, no esperéis mucha complejidad, estamos ante un cuento infantil/juvenil. Hay un pocos elementos más bien adultos que resultan un pelín fuera de lugar. De hecho la simple idea de emigrar a otro planeta por no perder a Horace está muy en la línea de Dick de entender a las mascotas como compañeros inseparables de los humanos, algo que aparece también en muchas de sus novelas más importantes (véase por ejemplo ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?). También aparece un sorprendente cuestionamiento sobre el trabajo y su significado en la sociedad, ya que en la Tierra ha pasado a ser un lujo a pesar de consistir en realizar tareas repetitivas y absurdas. Y hay que reconocer que los zancajos son unos personajes basante bien conseguidos, muy divertidos y ocurrentes. Para finalizar, según la Wikipedia (porque evidentemente yo no recordaba este detalle), el universo en que transcurre la acción es el mismo que en Gestarescala, donde también aparece un no tan perverso Glimmung y el mismo Planeta Labrador. En fin, se trata solo de algunas curiosidades para rellenar espacio. Recomendado a fans acérrimos de PKD y si tenéis niños pequeños, también para ellos.

15 jul 2020

Los hijos de Nobodaddy - Arno Schmidt

La tres novelas cortas que reúne Los hijos de Nobodaddy hacen un recorrido por una Alemania marcada por la II Guerra Mundial. 'Momentos de la vida de un fauno' (1953), transcurre entre 1939-1944, cuando para el protagonista, que había combatido en la I Guerra Mundial, era más que evidente que la única salida posible a la tensión que se vivía en Europa en aquellos momentos era una contienda armada que sufriría posteriormente. 'El brezal de Brand' (1951), se centra en la posguerra, justo después de la derrota del III. Reich en el periodo 1945-1946. Por último 'Espejos negros' (1951) es un texto prospectivo post-apocalíptico que nos lleva a principios de los años 1960s, depués de que una guerra atómica haya dejado con vida en el planeta a apenas a un puñado de personas.

Los tres títulos comparten unos elementos comunes tanto a nivel conceptual como formal, de ahí que Arno Schmidt decidiera publicarlas en un solo tomo en 1963. Lo que sin duda fue un acierto porque la sensación de globalidad que transmiten es innegable. Para empezar estamos ante un ejemplo claro de autoficción. En ellas el autor da su voz al protagonista y narrador en primera persona, que ficciona sus experiencias personales y realiza una crítica contundente al pueblo alemán por haber permitido que se alcance esa situación. La prosa es fragmentaria, muy cercana al hilo de conciencia y con muchas referencias literarias (incluso a su propia obra). El escritor alemán es muy irónico y sarcástico, de ahí el tono humorístico presente en todas las obras. De hecho en ciertos momentos lanza algunos exabruptos muy mordaces pero certeros y divertidísimos, evocando al Céline más desatado. También comprobamos que los tres textos incluyen frases sueltas en otros idiomas (inglés principalmente, lengua de la que fue traductor), ya sea como parte del relato o simplemente como broma. Sea cual sea la intención, consigue que su prosa se aproxime mucho al lenguaje hablado. Por último las tres historias se sitúan en torno a la que era su residencia durante los años en que las escribió, en la cual -siempre según Schmidt- hay cierto historial de sucesos inexplicables. Se trata de un pueblín situado en el Lüneburger Heide, el Brezal de Luneburgo, una zona ubicada al noroeste de Baja Sajonia, entre las ciudades de Hamburgo, Bremen y Hanóver.

Hay que reconocer que no resulta fácil entrar en la narración. El factor que más complicado nos lo pone es esa fragmentariedad que comentaba antes. Las tres partes se articulan en torno a párrafos cortos en los que hay una continuidad muy solipsista. El narrador no se molesta en ligar unos con otros porque para él la conexión está muy clara, dado que la está experimentando personalmente. Esto implica que para dotar de sentido a la historia, el lector se ve obligado a hacer un esfuerzo consciente para rellenar esas elipsis brutales, ya sean temporales, argumentales, o espaciales. Tampoco es que sea demasiado complicado la verdad. Tan solo hay que prestar atención, ponernos en su lugar y seguir el ritmo que nos va marcando. De esta manera la lectura fluye sin problemas. A mí me ha parecido muy reconfortante y estimulante poder entrar en la historia a pesar de esa aparente desconexión y saltos en la trama. Por otro lado comparto con Schmidt algunos elementos de su visión del mundo, como el antinatalismo o el rechazo a las religiones, que él centra en el cristianismo. Algo que sin duda ha inclinado la balanza a su favor todavía más.

11 jul 2020

El marido de mi hermano (1 y 2) - Gengoroh Tagame

Mike va de visita a Tokyo a conocer a la familia de su difunto marido, Yaichi Origuchi. Su cuñado Ryoji, hermano gemelo de su esposo, tiene ciertos prejuicios sobre esa relación y sobre la homosexualidad en general. Sin embargo su hija Kana acepta con total naturalidad a su tío canadiense y está deseando presentarlo a todos sus amiguitos.

Gengoroh Tagame es conocido sobre todo por sus cómics de subgénero bara: manga homoerótico con una fuerte carga de violencia, fetichismo y BDSM. Sin embargo El marido de mi hermano es apto para todos lo públicos. De hecho se trata claramente de un artefacto de activismo gay, pues la trama intenta combatir los prejuicios y el rechazo a la homosexualidad desde un enfoque muy adaptado a las particularidades de la sociedad japonesa. Según nos cuentan los personajes, la discriminación al colectivo LGBTQ+ en el país del sol naciente es muy sutil y de índole social. No se caracteriza por agresiones ni violencia, sino que más bien los lleva al ostracismo y al aislamiento de su entorno.

El proceso de asimilación y aceptación que experimenta Ryoji está sacado de manual pero tiene algunos momentos muy elocuentes. El esfuerzo que realiza en cambiar su forma de pensar se ve marcado por la proyección que hace en la pequeña Kana de los problemas que experimentó con su hermano, ya que hubo un distanciamiento entre ambos cuando Yaichi salió del armario ante él. Y eso es algo que no estaría dispuesto a repetir si se diera el caso con Kana. Porque al fin y al cabo podrían gustarle las chicas al hacerse mayor. La historia es muy sencilla y emotiva, y trata de normalizar no solo la homosexualidad, sino otra serie aspectos en los que Japón se muestra bastante tradicional y reaccionario: familias monoparentales (Ryoji está divorciado y es quien cuida de su hija porque su ex-mujer prefirió dedicarse a su carrera profesional), tatuajes (que se relacionan con el crimen organizado y los delincuentes), etc. No deja de ser una pena que el catalizador de ese cambio tenga que ser la muerte de su hermano (sí, otro personaje gay más que cumple con el estereotipo), pero también hay que reconocer que el fallecimiento de alguien cercano nos remueve por dentro y hace que nos replanteemos muchas cosas de nuestra vida.

En cuanto a apartado gráfico, los dibujos son en tinta negra, excepto unas pocas páginas introductorias en color en alguno de los cuatro tomos originales. Cuando los personajes están en primer plano están perfectamente delineados, pero si forman parte de un escenario o paisaje, las caras se simplifican para mostrar los típicos ojos y bocas niponas habituales en el manga. Por cierto que a modo de curiosidad es la primera vez que leo un manga en su formato original, esto es de derecha a izquierda y empezando por la esquina superior derecha de lo que en occidente sería la última página del volumen. Tampoco es que haya leído mucho manga, pero en esas escasas ocasiones anteriores se habían adaptado al formato occidental. Lo cierto es que no supone ningún problema y enseguida te acostumbras.

7 jul 2020

La Reina del Sur - Arturo Pérez-Reverte

Teresa Mendoza es una joven de poco más de veinte años que tiene que salir huyendo de México porque los narcos han matado a su pareja. El Güero Dávila, que así se llamaba, pilotaba una avioneta para pasar a EEUU la droga de un cártel de Sinaola, pero descubrieron que aprovechaba los viajes para pasar su propia mercancía. Así que por esas extrañas fidelidades que aplican en el mundo de la mafia, Teresa está también condenada. Sin embargo con ayuda de un antiguo patrón del difunto consigue llegar a España. Empezando en Melilla y después afincándose en la Costa del Sol, logrará crear un imperio basado en el tráfico de droga de terceros por todo el Mediterráneo.

La Reina del Sur es la primera novela que leo de Arturo Pérez-Reverte. Vaya por delante que en general no me gustan nada las historias de gánsters y cárteles de la droga, pero también es verdad que alguna película de mafiosos me ha sorprendido muy positivamente. Me cuesta recordar alguna que no sea de Guy Ritchie, pero con las suyas me vale como ejemplo. Así pues este título ya empezaba con bastante mal pie, y por desgracia para mí el autor cartagenero no ha conseguido dar con lo que hace falta para entusiasmarme cuando se trata de novela negra y crimen organizado.

El gran problema que tiene este libro es su total y absoluta linealidad. Son casi quinientas páginas de narración donde todo se da mascadísimo al lector. Con la complejidad narrativa de un cuento para niños, pero contenido para adultos. Primero A, que nos lleva hasta B. De B nos trasladamos a C. De C a E pasando por D. Así unos doce años de trama. Construida a modo de falso reportaje biográfico, un famoso reportero está llevando al papel la historia de Teresa Mendoza, y para ello, en las entrevistas con que se abren los capítulos se nos dará un adelanto sobre diferentes sucesos que han marcado la vida de la sinaolensea a modo de introducción. A continuación, dichos acontencimientos se desarrollarán por los diferentes personajes que la acompañaron desde su precipitada salida de su país. Este formato se repite capítulo tras capítulo y llega a ser bastante cansino. Como aburrida y cansina es la obsesión por la veracidad que impregna las páginas. La afición al detalle y la exactitud que demuestra Pérez-Reverte podría ser útil en un informe geológico, pero es totalmente innecesaria para una novela. Ese exceso de celo documental y wikipédico lastra el contenido hasta límites de lo absurdo. Porque por mucho que la protagonista se dedique al transporte de droga por medios marítimos, ya me diréis a mí qué utilidad tiene para la historia saber que:
"Las hélices de acero que acababa de instalar -una levógira y otra dextrógira, para compensar el desvío producido por la rotación- tenían menos diámetro y más paso helicoidal que las originales de aluminio;"
Pero ese afán por la versolimilitud también tiene su lado bueno. Por ejemplo la voz de todos los personajes mexicanos está muy lograda y por lo menos desde mi punto de vista, suenan mexicanos de verdad. Lo cual supone terminar saturado de pinches, güeys, güeros, cabrones, órales, diminutivos, la madre esto y el padre aquello, etc. etc. Y también hay que reconocer que el escritor ha trasladado al papel con un verismo que espanta todo el cutrerío del submundo de la droga en España durante los años en que transcurre la acción (la década de los 1990s y principios de los 2000s más o menos). En lugar de sordidez y marginación lo que tenemos son nuevos ricos haciendo ostentación de su poderío económico: cochazos de lujo, relojes caros, solomillos en los mejores restaurantes de Madrid, carabineros y mariscadas las playas de la Costa del Sol, jamoncito y fino en Jerez. Un horror. Lo cual tiene mérito porque transmite a la perfección la imagen de falso glamour y éxito en aquellos años de pelotazos de dudosa legalidad (urbanísticos, políticos, etc.).

Tampoco es que los personajes tengan mucha profundidad. Y mira que casi 500 páginas dan para desarrollarlos. Pues no hay manera, super planos. Ya sean narcos mexicanos, la clase alta andaluza, la capos gallegos, los militares marroquíes o los mafiosos rusos también afincados en las costa malagueña, ninguno tiene ningún rasgo con el cual podamos identificarnos mínimamente. En que podamos reconocer algo nuestro para conectar, por poco que sea. Por cierto que curiosamente hay un personaje homosexual de cierto peso: Patricia O'Farrell, socia de la protagonista. Y como no podía ser de otra forma, muere, cumpliendo así con el estereotipo sobre gays y lesbianas en la literatura. De hecho se suidicida porque estaba enamorada de Teresa desde que se conocieron en la cárcel y nunca pudo superar su desinterés sentimental.

Resumiendo, pasará mucho, mucho tiempo antes de que lea otra novela de Pérez-Reverte. Por cierto ya la tengo, otra de esas jugarretas que me hago a mí mismo por pasar tanto tiempo en tiendas de libros de segunda mano. En cualquier caso no creo que mi rechazo a su obra afecte ni a su popularidad ni a su bolsillo. A pesar de todos los inconvenientes que he señalado, podéis comprobar que la he terminado. Lo mismo daría haberla abandonado pero es tan fácil de leer que una vez empezada, no me ha supuesto esfuerzo seguir. Todo lo más me ha creado algunas dudas más sobre leísmo, loísmo y verbos transitivos. Pero como estamos ante un académico de la lengua, será seguramente problema mío.

3 jul 2020

La bóveda del tiempo - Brian W. Aldiss

Hoy volvemos a tener a Brian W. Aldiss en Das Bücherregal. A este paso pronto va a entrar en el top five de los autores más leídos del blog. Todo por lo fácil que es conseguir libros suyos en el mercado de segunda mano y esa incapacidad que tengo de reprimir mis impulsos consumistas en cuanto entro a alguna tienda Re-Read. Y si dijéramos que su obra es la hostia, pues todavía se puede entender, pero como poco se puede calificar de muy irregular. Que sin ir mas lejos es el caso de La bóveda del tiempo. Se trata de una recopilación de once cuentos que trancurren en la Tierra en un periodo que abarca unos cuantos millones en el futuro. Todos ellos están vagamente relacionados (muy vagamente, ojo), y como tema de fondo trabajan las diferentes vías de evolución del ser humano para transformarse en una nueva especie que deje atrás al homo sapiens. Aunque esta percepción de globalidad es más una intención que una  realidad, y solo viene a reflejar el deseo de encontrarle sentido a este conjunto de relatos cortos.

Hay algunas buenas ideas, no me malinterpretéis. Más aún si consideramos que los relatos son de finales de los 1950s (ver detalles en la ficha de la Tercera fundación), y uno esperaría los enfoques habituales en la ciencia-ficción de aquellos años. Tenemos mutantes, invasiones alienígenas y robots; sí, todo muy fifties, pero el tratamiento que les da el autor británico es muy original y se sale de lo convencional. Algunos cuentos muestran contextos distopicos y/o post-apocalípticos a los que hay que reconocerles el mérito y que parecen adelantar lo que en muy pocos años nos vendría con la New Wave: control de natalidad, catástrofes ecológicas, el lenguaje como herramienta que facilita la evolución humana, etc. A estos aspectos a los que me he aferrado para buscar el interés se contraponen por desgracia textos dífíciles de comprender, inconexos y muy antropocéntricos. Tanto es así que en tan solo un par de millones de años, la Tierra, pasa de estar excluida de una suerte de federación de planetas de toda la galaxia por su bajo nivel de desarrollo, a convertirse en la capital de la misma. Aunque las cosas como son, el último relato corrige el error que concibe al hombre como eje sobre el que gira el universo para presentarnos la especie que lo sustituirá en forma de un humanoide que, ¡sorpresa! ¡tiene una alimentación 100% vegetal! Aldiss incluso menciona expresamente a través suyo lo ilógico que resulta depender de la carne de animales para nutrirse.

De todas formas la impresión que me ha dejado el libro es muy mala. Tres tontunas inesperadas que me han parecido simpáticas no compensan este despropósito. Y no estoy muy seguro de que podamos culpar exclusivamente al autor británico por ello. La traducción de la edición de Caralt que he leído es pésima. La estructura de las frases es enrevesada, los términos elegidos suena mal, los intentos de transmitir cierta intención poética fracasan estrepitosamente. Por momentos el texto se vuelve incomprensible y la lectura agónica. Y a eso hay que sumarle las faltas de ortografía y las erratas, que no son pocas. En la ficha del la Tercera fundación señalan este problema y por su mejor traducción, recomiendan la edición de Veron, titulada El dosel del tiempo. Yo siendo más prudente sugeriría dedicar el tiempo a otra cosa, y si hay ganas de leer a este autor en formato corto, sin duda ir a por La estrella imposible.
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