
Construida en dos partes, admito que la primera me hizo pensar que la historia no iba a estar mal. El protagonista es John Carmody, un asesino psicópata puesto a las órdenes de una Iglesia Católica evolucionada, cuyo objetivo es aniquilar a un dios-hombre cabeza visible y viva del Boontismo, la religión mayoritaria en el planeta Alegría de Dante. El planteamiento global de lucha de intereses entre religiones tiene bastante gracia, hay que reconocerlo, al fin y al cabo es lo que ha intentado hacer el Catolicismo siempre que ha tenido opción: desacreditar, o mejor, aniquilar a la competencia. Sin embargo, la segunda parte no hay por dónde cogerla. Carmody no solo se ha reformado y se ha vuelto bueno después de pasar por el rito boontista de la Noche de Luz, sino que nos cuenta una y otra vez que tras su estancia en la Johns Hopkins, una institución de reeducación/reprogramación de criminales, se ha ordenado sacerdote católico debido a una experiencia mística que atravesó en dicho instituto. El problema es que se hace referencia a esa revelación para justificar mil cosas, pero no se llega a explicar nunca. A eso hay que añadir la aparición de una sus víctimas de su época de pirado en busca de venganza, que está metida con calzador. La verdad es que a nivel técnica narrativa me parecen dos recursos muy flojos para construir una historia.
En fin, ya llevo dos novelas de Farmer y me podría haber ahorrado ambas. Espero al menos que Los Amantes esté a la altura de todas las críticas y comentarios que he leído/escuchado por ahí.
He buscado otras reseñas de este relato en Internet y vuelvo a recurrir a los mismos blogs que usé cuando comenté Dare. Por un lado, en Velero25 tienen una opinión muy diferente de la mía. Por otro, J.C.Planells está más en mi línea: la primera parte bien, la segunda nada de nada.