Roger Zelazny es otro de los escritores de ciencia-ficción que se incluyen habitualmente en la New Wave. Tú, el Inmortal es una de sus novelas más conocidas que de hecho, compartió ex-aequo el Premio Hugo a la mejor novela en 1996 con Dune de Frank Herbert. Algo que sinceramente se escapa totalmente a mis entendederas y ahora explicaré el porqué.
'Tú, el Inmortal' es una historia de aventuras tremendamente superficial e intrascendente que coquetea con la historia antigua y la mitología griega. La acción transcurre en la Tierra en un futuro post-apocalíptico sin determinar. Nuestro pobre planeta experimentó una hecatombe nuclear durante lo que se vino a denominar los Tres Días, de manera que es sólo parcialmente habitable en las zonas costeras e islas, mientras que el interior de los continentes sigue sufriendo altos niveles de radiactividad. Debido a ello, las mutaciones son comunes, dando lugar a un paisaje irreal y una fauna quimérica y peligrosa. Tras el cataclismo, una avanzada sociedad extraterrestre de humanoides azules se puso en contacto con los supervivientes para ayudar en esos malos momentos: los veganos (procedentes de la estrella Vega en la constelación de La Lira, nada que ver con los activistas anti especistas pro derechos de los animales). A pesar de su más que demostrado buen fondo, la evidente superioridad de su especie hace que con el tiempo los veganos se vuelvan colonialistas, haciendo de las zonas habitables de la Tierra meros centros vacacionales. Esto provocó gran agitación política, el surgimiento de movimientos terroristas opositores, etc. El protagonista del libro es Conrad Nomikós, un grotesco pero atrayente humano que padece una mutación genética favorable, gracias a lo cual permanece siempre joven y tiene una fuerza extraordinaria. En su larga y misteriosa vida parece haber encarnado muchos papeles de importancia en la Historia de la Tierra bajo diferentes personalidades: fundador del partido opositor al colonianismo, jefe de la resistencia terrestre, etc. Actualmente es Comisario de Artes, Monumentos y Archivos y recibe la orden de guiar y proteger la vida de un supuesto escritor vegano, Cort Mysthigo, que va a visitar antiguas zonas y ciudades de gran raigambre histórica y cultural: Egipto y El Cairo, Grecia, Roma, etc. El objetivo del importante viajero es, aparentemente, documentarse para elaborar una guía turística destinada a su pueblo. Sin embargo, por el revuelo que está causando a nivel del gobierno terrestre y en la resistencia, es evidente que el invitado trae una agenda oculta.
Bueno pues ya está todo contado. Los personajes se embarcan en un periplo por el Mediterráneo donde se enfrentan a múltiples peligros procedentes tanto del exterior (el voraz y mortal boadilo, terremotos, tribus de mutantes dementes, etc.), como del interior (sabotajes, intentos de asesinato y demás). La mayor parte de la narración se ocupa en el relato de peleas, luchas, huídas, capturas, duelos y todo lo que a uno se le pueda ocurrir en relación con lo que se viene denominando habitualmente como novela de aventuras. La trama de intriga política tiene poquísimo peso y es además tremendamente naïf y falta de interés. Por si esto no fuese suficiente, hay un par de situaciones delicadas que se resuelven mediante deux ex machina. No comprendo qué es lo que no estoy entendiendo, porque en mi opinión no hay comparación posible entre este ridículo ejemplo de historieta juvenil de acción y el denso universo creado en torno al planeta desértico Dune. En Fantasymundo dan una interpretación del argumento que se centra en la crítica al colonialismo y estableciendo paralelismos con la ocupación de territorios palestinos por parte de Israel. A lo que yo respondo con un WTF y que eso, en mi pueblo, se llama hilar demasiado fino. En el Sitio de Ciencia-ficción reconocen que la novela a pesar de ser entrenida, es un bastante plana. En Rescepto hacen un análisis bastante exhaustivo que concluye con una opinión muy similar a la mía, lo cual me deja mucho más tranquilo.
Pedro Juan Gutiérrez: Anclado en tierra de nadie
Hace 13 minutos
2 comentarios:
De Zelazny solo me leí hace tiempo 'El señor de la luz' y creo recordar que catalogué al autor en el grupo de "No quiero más, gracias".
el convincente gon: Si este libro es una de sus obras más logradas yo diría que Zelazny es bastante prescindible
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