Reino Unido, 1962. Edward Mayhew y Florence Ponting, ambos de poco más de veinte años, se acaban de casar y están pasando la noche de bodas en un hotelito en la costa suroeste de Inglaterra. Florence pertenece a la clase media alta (madre profesora de la Universidad de Oxford, padre empresario de éxito presidente de una compañía de electrónica), mientras que Edward tiene una complicada procedencia familiar (padre profesor de primaria, madre incapacitada por una lesión cerebral en un accidente de lo más estúpido) y cae de lleno en la clase media baja. La verdadera pasión de Florence es la música clásica y el cuarteto de cuerda que lidera; Edward ha terminado sus estudios superiores de historia y no sabe muy bien qué hacer a nivel profesional. Lo que sí tiene claro es que ama con locura a Florece y quiere consumar ese amor físicamente a toda costa. Y es que a principios de los 1960s aún había bastante represión sexual, así que ambos llegan vírgenes al matrimonio. Para complicar las cosas, Florence tiene una aversión insana al contacto sexual, algo patológico y enfermizo. Su concepción del amor y del matrimonio es mucho más espiritual, más de compartir afecto, cariño y una vida en común que unos minutos al día de tocamientos y secreciones corporales (gross!). Aunque ella es consciente de que el matrimonio incluye esa faceta carnal e intenta cumplir con sus obligaciones de esposa, la noche de bodas resulta un verdadero desastre sin solución posible.
Chesil Beach constituye mi toma de contacto con Ian McEwan. Se trata de una novela corta perfectamente construida, con una prosa clara que expresa la acción y describe a los personajes con habilidad y sin artificios innecesarios. Los abundantes flashbacks nos ayudan a saber el camino que la pareja protagonista ha recorrido hasta encerrase en la habitación de hotel en la noche de bodas. Infancia, juventud, formación universitaria y el noviazgo se introducen en la narración en los momentos precisos. La verdad es que técnicamente, el texto me ha parecido impecable. Además se trata de una historia muy triste de personas enfrentadas a unas expectativas sociales que son incapaces de superar, lo cual conduce a un drama en que Edward es quien se lleva la peor parte. Florence consiguió prosperar con su cuarteto de música, sin embargo él, enfrentado a los sinsabores y amarguras del amor desde muy joven, se limitó a llevar una vida bastante inane, sobrevolada por la desdicha de haber perdido a quien siempre considerará su media naranja. Qué lástima, cuánto dolor y cuánto desgraciado hay en nombre de esa estúpida convención social del amor y la pareja. Aunque por otro lado, ¡qué relato tan maravilloso, me encantan los finales tristes! Os dejo un par de reseñas para que podáis acercaros a esta obra desde otras apreciaciones: Literatura en lo talones, donde gusta, y Un libro al día, donde no.
Zarafa - Michael Allin
Hace 2 horas
2 comentarios:
Comparto tus impresiones! Este libro fue también mi primera aproximación a McEwan y la verdad es que también me sorprendió gratamente, me gustó recordarlo :)
@Su Xiaoxiao: Otro autor al que seguir la pista, ¡se me acumula lo bueno!
;)
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