3 ene 2021

Deus irae - Philip K. Dick y Roger Zelazny

Los Siervos de la Ira (SDI) de Charlottesville, Utah, han encargado a Tibor McMasters que pinte un mural del creador del culto, Carleton Lufteufel. Se trata nada más y nada menos que del alto cargo de la administración responsable de la Catástrofe: la Tercera Guerra Mundial. Pero como no pueden darle más que una mala foto 3-D del Deus Irae, McMasters iniciará una peregrinación para encontrarlo y una vez documentado con fotos y videos, contar con material suficientemente bueno como para que su obra le haga justicia. El problema es que nuestro artista es un incompleto, una de las víctimas de la radiación de la guerra atómica. Padece focomelia y no tiene piernas ni brazos, cuya función suple parcialmente con extensiones mecánicas. Así que la Pere en un carrito tirado por una vaca a través de un mundo post-apocalíptico, devastado y lleno de mutantes va estar llena de dificultades. Más aún si tenemos en cuenta los enfrentamientos de los SDI con los pocos cristianos que todavía resisten en el planeta.

Deus Irae es una novela de ciencia-ficción escrita a cuatro manos por Philip K. Dick y Roger Zelazny, aunque una vez leída, uno no puede evitar preguntarse cuál fue exactamente la aportación del segundo:  tanto el estilo, como los elementos narrativos y los temas tratados son 100% dickianos. La Tierra arrasada por una guerra mundial atómica; malformaciones genéticas como resultado de la radiación; nuevas especies mutantes humanas y animales; inteligencias artificiales semidestruidas; y sobre todas ellas, la obsesión de Dick con las religiones, especialmente enfrentando al cristianismo actual con el primitivo, muy próximo al gnosticismo en muchos aspectos.

En efecto en el texto hay una carga religioso-filosófica muy importante, cuestiones que preocuparon a Dick durante casi toda su vida y que están recogidas en muchas de sus obras. Si bien hay partes en que parece que estamos ante una novela de aventuras poco habitual, repleta de elementos asombrosos, e incluso con toques de humor, tanto en el comienzo como el final del libro cobran mucho peso las reflexiones sobre las dos formas de entender la divinidad que tienen los cristianos supervivientes y el nuevo culto post-apocalíptico: la bondad y humildad que representa Jesucristo frente a la ira y el miedo propuesto por los SDI en la encaración de su Deus Irae, Lufteufel.

En definitiva, que el libro es puramente dickiano lo notará cualquier lector familiarizado con él. En el primer párrafo del capítulo uno ya aparecen algunos de sus ticks habituales: los modismos (Inco por incompleto; Pere por peregrinación; Autofac, por factoría automática; etc.), el uso puntual del idioma alemán, ya sea en expresiones, nombres (Lufteufel, Jack Schuld) o referencias completas a la literatura alemana, etc. ¿Dónde queda Zelazny, entonces? Sinceramente, no tengo ni idea. Los capitulos 5 y 6 no encajan demasiado en el estilo habitual de Dick. Son mucho más densos y rebuscados, con una carga simbólica y onírica muy alejada de lo habitual en su obra, así que quizás sean de Zelazny. Pero se trata solo de una impresión mía. El artículo sobre este libro en la versión en inglés de la Wikipedia no aclara gran cosa. Apenas que Dick no tenía suficientes conocimientos del Cristianismo y que pidió ayuda Ted White, quien no mostró mucho interés, así que fue Zelazny quien se ofreció a colaborar. En cualquier caso, el libro podría pasar por uno más de Dick si se eliminara a su colega. En mi opinión no es de los más interesantes, pero el ritmo y la coherencia del contenido hace que sea bastante entretenido y fácil de seguir. Recomendado a los fans de PKD que quieran seguir explorando los títulos que tiene publicados en castellano.

2 comentarios:

Unknown dijo...

La vi hace poco y la dejé pasar, ahora que estuve releyendo algunas cosas de Dick y volvió mí fascinación por su obra,me arrepiento de no haberla adquirido!!

Debe ser que no me inspiran mucha confianza los libros escritos a cuatro manos.

Buenísimo el blog, por cierto!

Cities: Moving dijo...

@Unknown: Yo cuando veo en una tienda de libros usados un libro de alguno de mis autores preferidos solo lo dejo pasar si está en muy mal estado. Ten en cuenta además que hay muchos títulos de PKD que no se han reeditado en castellano desde los 1980s, así que por un par de euros no es cuestión de perder la oportunidad. Gracias por pasarte por aquí y por tus elogios. Vuelve siempre que quieras :)

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