A lo largo de varios meses unas misteriosas bolas de fuego llegan del espacio en oleadas y excepto unas pocas que son interceptadas por las fuerzas aéreas de diferentes países, todas terminan sumergiéndose en las zonas de aguas profundas de los océanos. Meses después, trasatlánticos de lujo, cargueros o petroleros que navegan por dichas zonas empiezan a sufrir misteriosos accidentes que provocan su hundimiento en los fondos abisales en apenas unos minutos. Siguen pasando los meses y unos extraños seres procedentes del mar provocan el pánico en pequeñas ciudades costeras del Caribe, diezmando a sus habitantes y destrozando todo lo que encuentran, sin embargo a medida que pasa el tiempo los ataques se van extendiendo por todo el mundo. El eminente geógrafo Alastair Bocker, tiene la teoría de que el origen de todos estos problemas está en aquellas bolas de fuego de unos años atrás. Su polémica hipótesis indica que esas esferas contenía seres inteligentes de otros planetas adaptados a vivir en presiones muy elevadas y medios marinos. Cree que debería haberse intentado un contacto pacífico, pero con el caríz que han tomado los acontencimientos piensa que se ha perdido la oportunidad. Mike y Phyllis Watson, una pareja de periodistas que estaba pasando su luna de miel en un crucero y que avistaron una de las primeras lluvias de meteoritos reportada oficialmente, nos relatarán en restrospectiva toda la secuencia de acontecimientos que han llevado a lo que es de facto, una guerra entre especies por el control del planeta Tierra.
Hoy toca ciencia-ficción británica clásica a cargo de uno de los grandes del género, John Wyndham, responsable entre otras maravillas de El día de los Trífidos o Los cuclillos de Midwich, cuya adaptación al cine como El pueblo de los malditos (Wolf Rilla, 1960) ha trascendido a los aficionados al género y tiene imágenes que forman parte del incosciente colectivo. En El Kraken despierta este autor retoma el tema de las invasiones extraterrestres, pero tratándose de un libro que data de 1953 resulta inevitable que toda la narración tenga un cierto tufillo añejo. Las tecnologías que se utilizan o las constantes referencias a la Guerra Fría y la división mundial en bloques capitalista/comunista inclinan mucho la balanza en ese sentido, sin embargo me ha sorprendido encontrar críticas muy contundentes a temas tan vigentes hoy como hace más de 60 años.
Wyndham no se corta a la hora de cuestionar los verdaderos intereses de los gobiernos mundiales, con políticos incapaces de gestionar con éxito una catástrofe del calibre que se nos presenta, mucho más interesados en perpetuarse en el poder que en velar por los intereses y el bienestar de los ciudadanos. Por boca de Phyllis, se pone de manifiesto que la mala gerencia y dirección de los países conduce a problemas económicos y de suministro de bienes y alimentos, con una fuerte inflación que resulta insoportable para el pueblo. También asombra comprobar que a través de Bocker se planteen esquemas de pensamiento y de relación con los aliens totalmente anti-antropocentristas y pacifistas, si bien, el escritor británco, consciente del rechazo que estas ideas provocarían en el ciudadano medio, se encarga de que el científico sea ignorado y despreciado por el establishment, cuando no simplemente tomado por un bufón, un loco. También se llevan lo suyo los medios de comunicación, que son mostrados como lo que realmente tenemos opción a comprobar todos los días: empresas que solo buscan un balance positivo en su cuenta de resultados y se adaptan sin reparo a los intereses de sus propietarios y los gobiernos de turno, aunque para ello tengan que ocultar, tergiversar o sesgar la información.
Resumiendo, estamos ante una novela que narra el apocalipsis de la vida en la Tierra a raíz de la invasión de una raza extraterrestre que no se llega a conocer y que se establece en nuestros océanos. El final sin embargo es esperanzador y sugiere que después de años de contienda sigilosa y con la población mundial diezmada, es posible llegar a un precario equilibrio con los alienígenas y reestablecer la convivencia entre los humanos supervivientes, que se han tribalizado para hacer frente a las grandes penurias consecuencia de la contienda. No es que me haya dejado sin palabras, pero es curiosa y de lectura fácil. Tenéis más reseñas en Papel en blanco, que desborda entusiasmo más allá de lo creíble; Un libro para esta noche, bastante más moderada y coherente; o el Sitio de Ciencia-ficción, con una reseña que ocupa menos de la mitad del artículo, centrado más bien en señalar problemas con las reediciones editoriales, las traducciones y los cambios de título, pero que cuando comienza a tratar esta novela lo hace con una pasión encendida y convenientemente justificada.
Pedro Juan Gutiérrez: Anclado en tierra de nadie
Hace 7 horas
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