Alan Moore recrea en From hell los asesinatos de Jack el Destripador bajo un escrupuloso análisis de los hechos. Todos los personajes que nos trae a este fabuloso cómic son reales y sus acciones encajan en los acontecimientos, por más que no haya pruebas que lo confirmen. Naturalmente Moore tiene que poner algo de su cosecha para dotar de sentido y globalidad a lo que cuenta. Para que las piezas encajen. Pero ni siquiera los aspectos de ficción se alejan demasiado de las biografías de sus protagonistas y mucho menos del escenario que representa el Londres victoriano. Ya sea la realeza (la Reina Victoria, el príncipe Alberto, nieto de la anterior), personajes históricos (Joseph Merrick -el Hombre Elefante-, Oscar Wilde, Aleister Crowley), la arquitectura ocultista de las iglesias de Londres, las sociedades secretas de masones,... La suma de estos elementos componen una historia ideada a la perfección y adictiva como pocas.
La parte gráfica corre a cargo de Eddie Campbell, que usa solo tinta negra para recrear el espanto de la época en que ocurrieron los crímenes. Los personajes se dibujan muchas veces de manera muy tosca, casi como si se hubiera hecho deprisa y sin demasiado interés. Esto evidentemente no es así, para demostrar lo contrario hay viñetas de sobra que están perfectamente planificadas y dibujadas, detalladas minuciosamente. Sin embargo al emplear esos rasgos feos y casi sin terminar en los personajes se consigue trasmistir la dureza de la vida en las calles y el horror de la sociedad victoriana. Las páginas se articulan en tres viñetas de ancho por tres de alto. Esto es así en prácticamente el 90% del libro. Sin embargo cuando una escena necesita más espacio se fusionan varias viñetas respetando siempre los tamaños originales de 3x3.
El libro es espectacular, no sólo en contenido, sino también en el continente. La edición de Planteta deAgostini Cómics es un poco cara, casi 30€, pero sin duda están bien pagados. Incluye un extensísimo apéndice en el cual Moore nos da un registro pormenorizado, capítulo a capítulo y página a página, de las fuentes bibliográficas que empleó para guionizar los hechos. La única pega que le puedo poner es que el tamaño de las letras en los bocadillos es muchas veces extremadamente pequeño y los textos resultan difíciles de leer. Con todo y eso, está más que recomendado. Pero bueno, que este libro es una maravilla ya se lleva repitiendo desde la fecha original de su publicación como serie entre 1989 y finales de los 1990s, así que poca novedad traigo hoy al blog.
Para terminar no puedo dejar de comentar algo sobre la adaptación homónima a la gran pantalla de 2001. Yo la ví en su momento y no me pareció mala película. Ahora que comparada con el cómic son como la noche y el día. La trama del film es que no tiene prácticamente nada que ver con la obra de que me ocupa hoy.
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