EL CIELO SOBRE EL PUERTO tenía el color de una pantalla de televisor sintonizado en un canal muerto.Inmejorable. Las connotaciones de marginalidad, delincuencia y trapicheos propias de los puertos. El cielo grisáceo y luminoso que sugiere un paisaje irreal y hostil. Y por supuesto, la comparación del mismo con la imagen de un aparato de TV emitiendo ruido blanco gaussiano, que será la primera píldora tecnológica que encontraremos. Una frase simple, la primera que leemos y la conclusión no deja lugar a dudas: esto promete. William Gibson crea una terminología y unos escenarios totalmente innovadores que vinieron a definir el cyberpunk: interfases hombre-máquina, una avanzadísima medicina con terapias genéticas y cirujía reparadora, de transplantes e implantes de bioingeniería, redes de comunicaciones y matrices de sistemas de información que soportan realidades virtuales y entidades informáticas de Inteligencia Artificial, drogas recreacionales reales que conviven con estimulantes de síntesis ideados por el autor, estaciones orbitales vacacionales y un largo etcétera. A esto hay que añadir una trama con extraño y futurista leitmotiv: una entidad incorpórea de Inteligencia Artificial pretende liberarse de su existencia actual, para lo cual contrata a un variopinto equipo. Un jinete del ciberespacio caído en desgracia por haber tratado de timar a sus jefes. Una mercenaria con implantes biotecnológicos que mejoran su rendimiento. Un individuo de rasgos psicopáticos capaz de generar imágenes holográficas. Todos ellos capitaneados por un antiguo militar implicado en una turbia operación que acabó en desastre y de la cual se ha recuperado física y mentalmente con ayuda de cirujía y fármacos. Capítulo tras capítulo vamos siendo testigos de una acción trepidante que transcurre en diferentes ciudades terrestres y localizaciones orbitales, donde complejas megacorporaciones que rigen el mundo actúan como grandes clanes mafiosos, y con contínuas incursiones en un ciberespacio donde como lector es fácil perderse, ya que nos faltan referencias del mundo real a que agarrarnos. La novela tiene un desarrollo bastante intrincado y exige mucha atención, pero que nadie se alarme, si nos aplicamos bien seremos recompensados con creces. En mi opinión Gibson merece todas las alabanzas que ha recibido por esta obra, pues casi treinta años después de su publicación el futuro que describe sigue mostrando una visión plenamente vigente en la actualidad, y completamente alejada de los planteamientos de obras especulativas de los 1960s y 1970s que hoy día ya consideramos retrofuturistas. Otras reseñas positivas y entusiastas en los links que aparecen al principio del post. Para que no todo sean laureles, en Startdust piensan que Neuromante es una "novela torpe y confusa; novela artificialmente enrevesada, farragosa y equivocada; novela incomprensible y pretenciosa, vana, vacua y ¡encima! letalmente aburrida". ¡Ahí es nada!
Luis Carlos Barragán Castro: Parásitos perfectos
Hace 7 horas
4 comentarios:
¡Cyberpunk not dead!
Tengo todos los libros de Gibson y firmados por él. Con eso lo digo todo.
Novelón.
@Palimp: No conocía esta faceta tuya de superfan, ¡jojojojoo! Di que sí, hay que ser absolutamente fan. Al fan, fan y al vino, vino. Yo que voy a remolque de todo lo escrito y por escribir, me alegro de que el cyberpunk no haya muerto y añado:
¡El cyberpunk es baaaaaaaárrrrrrrbaro!
No me prodigo mucho como fan, pero de vez en cuando hay que soltarse la melena...
Lo malo va a ser con el libro electrónico, que como no nos den una firma digital, no sé que va a pasar :)
He leído varias reseñas, de hecho así llego hasta aquí. Me pasa un poco eso, tanta reseña positiva da un poco de miedo a abrir el libro, pero bueno.. me haré a la idea de que si no me gusta seré la nota discordante.
a por el, sin duda.
Un saludo
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