24 dic 2018

Las puertas del cielo - Robert Silverberg

Bien entrada la segunda mitad del S.XXI el número de habitantes de la Tierra supera los diez mil millones. La superpoblación, las tensiones con las colonias establecidas en Marte y Venus y la brecha social ha disparado los mecanismos de huída artificiales disponibles para la población: las Cámaras de la Nada para retrotraerte a la paz del útero materno, los esnifarios públicos para experimentar las drogas de diseño más avanzadas, modificaciones quirúrgicas para incorporar elementos tecnológicos en el cuerpo humano. En este contexto de falta de esperanza ha cobrado fuerza una nueva religión: el Vorsterismo. Tomando como base factores de los credos tradicionales, incorpora la ciencia como mecanismo de salvación. En el sentido literal del concepto, además: el objetivo de los vorsters es lograr la inmortalidad y la conquista del espacio, y para ello invierten todas las donaciones de sus fieles en programas de investigación. Pero pronto surge una rama herética, los harmonistas, que logra establecerse en Venus y conseguir unos sustanciosos avances en ramas en que los vorsters apenas obtienen progresos.

Las puertas del cielo es una novela que gira en torno a la búsqueda de la utopía. Resulta curioso que por un lado use elementos de ciencia-ficción clásica (colonización de otros planetas del Sistema Solar, individuos con capacidades extrasensoriales, etc.), con otros que son habituales de la New Wave (superpoblación, desastres medioambientales, religión, drogas recreacionales, etc.). Unos y otros consiguen un batiburrillo que descoloca en muchos momentos, ya que aunque el contexto en que trascurre es contemporáneo -en el sentido en que son problemas que nos siguen preocupando actualmente-, los aspectos clásicos son terriblente obsoletos. Robert Silverberg no se molesta lo más mínimo en justificar las componentes científicas que usa a lo largo de todo el texto. Ni los que son difícilmente justificables (los espers, nombre que reciben los mutantes con poderes psi; la cirujía necesaria para adaptar al ser humano a la atmósfera de Venus), ni los que tienen una fuerte base real (los reactores atómicos portátiles que forman parte de la liturgia vorster). En ese sentido la narración recuerda a ratos a Philip K. Dick, en tanto en cuanto este último tampoco daba explicaciones de la tecnología tan fantástica que aparece en sus obras. Tanto me ha recordado a Dick por ciertas características puntuales que de hecho es una de las pocas veces que he visto a otro autor usar términos tan dickianos como "precog" y "simulacro". Que no digo que sean exclusivos suyos, ahora que yo desde luego apenas lo he visto fuera de su obra. Aunque también es verdad que su aparición podría deberse al traductor.

El libro está dividido en cinco partes que abarcan desde el año 2077 al 2164 (en Pasión por la ciencia-ficción nos informa de que se trata de un fix-up de cinco publicaciones independientes). Como si de una trama de intriga política se tratara, veremos cómo vorsteristas y harmonistas se van implantando en la Tierra y Venus respectivamente. La prosa de Silverberg es muy sencilla y los diálogos abundan en todos los capítulos. Tanto en el fondo como en la forma, la trama es bastante simple, las cosas como son. El único elemento digno de mención desde mi punto de vista, es la falta de escrúpulos que las dos religiones muestran en pos de la consecución de la utopía. No les tiembla el pulso a la hora de sacrificar creyentes si es para mayor gloria de unos objetivos elevados. Este pequeño matiz le proporciona veracidad, porque queramos que no, así es como las suelen gastar las religiones. En resumidas cuentas, la novela no es nada del otro mundo pero se puede leer sin que te sientas engañado. No está ni mucho menos a la altura de Muero por dentro, que sería mucho pedir, pero por suerte para mí, tampoco a la de El hombre en el laberinto o A través de un billón de años. Tenéis más reseñas en Memorias de un friki y el Sitio de Ciencia-ficción.

2 comentarios:

Scabbers dijo...

Para verano parece que puede caer. Tengo 3 libros que se leen rápido así que no estaría de mas tener "de reserva" XD. Gracias por la info y que pases un feliz fin de año :)

Cities: Moving dijo...

@Scabbers: ¡Pues a disfrutar del verano con lecturas ligeras! Espero que te guste y que pases muy buena nochevieja tú también.

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