Jonathan Noel es un invididuo anónimo de algo más de ciencuenta años que vive una vida anodina y simple en París. Después de unos treinta años trabajando como guardia de seguridad en una sucursal bancaria, no posee más que una chambre de bonne en regimen de alquiler con opción a compra, que habrá completado para su jubilación en 1998. Los días transcurren sin altibajos para nuestro hombre, sin amigos ni otra ambición que seguir existiendo de manera tranquila pasando desapercibido. Pero una mañana cuando se dispone al ir al retrete compartido con el resto de miniapartamentos, encuentra a una paloma en el pasillo. Este suceso aparentemente intrascendente rompe todos sus esquemas y le provoca un ataque de pánico. Después de tranquilizarse un poco, logra salir de su habitación con una maleta llena de ropa. Está decidido a instalarse en un hotel económico hasta que se asegure de que esa depreciable ave haya desaparecido junto con sus excrementos, que ya ensucian el corredor. Durante las veinticuatro horas que acompañaremos a Monsier Noel, veremos cómo ese acontecimiento trivial le obligará a reflexionar sobre la vida que ha llevado hasta ese día.
La paloma es una novela corta que expone con muy pocos preámbulos el vacio existencial a que nos enfrentamos en la sociedad actual. Patrick Süskind usa esta parábola para manifestar la indefensión del ser humano ante la realidad que hemos creado. Por más que pensemos que tenemos el control de lo que nos ocurre, el acto más nimio puede minar los cimientos sobre los que nos levantamos y desmoronar nuestra estabilidad. Se podría pensar que el desencadenante elegido es demasiado intrascendente, pero es precisamente por su insignificancia por lo que me ha parecido perfecto: es la perspectiva personal sobre cualquier incidente la que en definitiva determina su relevancia y su capacidad para demolernos o pasar inadvertido. El protagonista, forzado a tomar conciencia de su situación en el mundo, no deja títere con cabeza y aprovecha para criticar las convenciones sociales que no hacen más en encorsetarnos y restringir nuestra libertad de acción.
El libro se lee en una sentada y está escrito con una prosa simple y directa. Süskind logra transmitir con una nitidez asombrosa tanto el absurdo de la existencia como los horrores cotidianos a que nos vemos sometidos: soledad, rutina, miedo, hipocresía, etc. En definitiva una excelente alegoría de la vida contemporánea que deja al descubierto las miserias de un mundo del cual nosotros mismos somos responsables. Estoy seguro de que no a todas las personas les gusta enfrentarse a esta realidad, pero a mí me parece muy necesario exponerla. Tenéis un par de reseñas muy entusiastas en Letralia y No tan resumido, y una bastante menos en Un libro al día.
Trilogia de la Terra Fragmentada - N.K. Jemisin
Hace 7 horas
2 comentarios:
Aunque a mí también me gustó mucho esta novela, entiendo y comparto hasta cierto punto lo dicho en la reseña de Un libro al día.
¡Buena crítica!
@Oriol: ¡Bravo por ese espíritu conciliador!
;)
Como siempre, muchas gracias por tus comentarios
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