Toma de contacto con la premio Nobel de literatura de 2013. En esta ocasión
Alice Munro me lo ha puesto muy fácil para empezar con una colección de relatos cortos, como a mí me gusta, pues prácticamente toda su producción es de obra breve.
Secretos a Voces recoge un total de ocho cuentos situados temporalmente desde mediados del S. XIX hasta mediados de la década de los 1960s. La trama se localiza principalmente en la Canadá rural, en un pueblo ficticio llamado
Carstairs, no lejos de Londres, Ontario (no he podido evitar curiosear Google maps y existe un pueblo llamado Carstairs en Canadá, pero en el estado de Alberta, a tres mil y pico kilómetros de la cuidad de referencia). También hay un nexo común a casi todos ellos, se trata de la familia
Doud, dueños de una fábrica de pianos que da trabajo a la mayoría de habitantes de la zona, benefactores de la ciudad, y cuya presencia de una manera u otra sobrevuela los relatos dándoles una cierta sensación de globalidad. A veces una simple mención a alguno de los
Doud establece el vínculo, otras son coprotagonistas en toda regla. Los títulos recopilados son:
- Entusiasmo
- Una vida de verdad
- La virgen albanesa
- Secretos a voces
- El Jack Randa Hotel
- Estación del Vía Crucis
- Han llegado naves espaciales
- Vándalos
Los cuentos están protagonizados mayoritariamente por mujeres y coinciden en una serie de técnicas comunes: por un lado recurren con mucha frecuencia al formato de intercambio epistolar, y por otra los narradores son dobles (incluso diría que en alguna ocasión, múltiples). Esto le permite componer y complementar la historia desde los puntos de vista de dos (o más) personajes diferentes. Este recurso narrativo me ha resultado muy original y consigue que la lectura sea muy entretenida, al hacernos alternar entre una perspectiva y otra. Desde luego
Ms. Munro la usa con mucha habilidad y a pesar de repetirla, no aburre lo más mínimo, más bien al contrario. Las temáticas se van desde la crónica de sucesos que cabría esperar en una zona poco poblada y muy boscosa (desapariciones de chicas jóvenes, posibles abducciones extraterrestres), a las relaciones personales (amistad entre mujeres, amor y matrimonio), con alguna alguna incursión puntual en la metaliteratura. El desarrollo de más de uno de estos relatos abarca varias décadas, lo cual viene a ser un punto más en común con la obra de una escritora reconocida por la canadiense como una clara influencia:
Eudora Welty. Sí, sí, la misma
Eudora Welty que hace unos unos meses casi consigue que me tire por una ventana en la desesperación de sus
Cuentos completos.
Resumiendo, un libro adictivo que es un gusto leer. No puedo decir que algún texto me haya gustado especialmente, pero sí que ninguno me ha parecido flojo o desagradado lo más mínimo. Para mi gusto no hay relatos espectaculares, pero la calidad media es muy, muy alta. Sin duda ha merecido la pena comprarme no uno, sino cuatro libros de esta autora aprovechando la oferta de RBA (y que conste que, pese a mi insistencia en este detalle, no tengo ninguna relación profesional ni de ningún tipo con esta editorial). Tenéis más reseñas en
Trotalibros,
Papel en blanco y una dividida en dos partes (
I y
II) en
El Lamento de Portnoy.
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