Estocolmo, finales del S.XIX. Arvid Stjärnblom es joven y está enamorado de Lydia Stille, pero no quiere casarse porque aún no tiene la vida resuelta y no va a poder mantener una familia. Bueno por eso y porque piensa que tiene que hacer muchas más cosas antes de establecerse. Ver mundo, vivir la vida, signifique eso lo que signifique. Y naturalmente cree que el matrimonio se lo impediría. Arvid deja su preparación para ser maestro y empieza a trabajar en la redacción de un periódico. Nuestros protagonistas mantienen un contacto discreto y ocasional para evitar habladurías que les obliguen a forzar el compromiso. Como resultado de esta dejadez y tras la muerte de su padre, Lydia se casa con un hombre adinerado casi 30 años mayor que ella y se marcha a vivir a una estupenda villa en otra ciudad. La ajetreada vida social de Arvid le lleva de fiesta en fiesta. En una de tantas conoce a Dagmar Randel, con quien por aburrimiento prolonga una relación/aventura durante años, lo cual termina siendo conocido por los padres de ella y por tanto, tienen que pasar por el altar aunque no se aman. Las hojas del calendario siguen cayendo una tras otra; Arvid se encuentra casualmente con Lydia en la ópera mietras ellas pasa unos días en Estocolmo sin su marido. Retoman su idilio en secreto. Ella se divorcia de mutuo acuerdo y se va a vivir humildemente a la capital sueca con su escasa asignación. El affair continúa. Las separaciones provocadas por las obligaciones familiares de Arvid invitan a Lydia a mantener aventuras con otros hombres. Los años siguen transcurriendo irremediablemente. La relación entre ambos pasa por altibajos constantemente. Los amantes de Lydia se acumulan. Dagmar descubre el pastel y su tranquilidad familiar desaparece. El doble juego que Arvid ha llevado durante tantos años llega a su fin. Lydia rompe definitivamente con él, que se ve incapaz de vivir sin su amada. A Arvid se le ha escapado la mitad de la vida y no ha hecho nada de lo que en realidad quería. Se ha dejado llevar por las circunstancias. Por fin toma el control de la situación, dice adiós a todo lo que conocía y se marcha solo a viajar por Europa.
El Juego serio es una dolorosa historia de amor basada en una experiencia similar sufrida en primera persona por Hjalmar Söderberg. Ya sea por la moral de la época, las convenciones sociales, por urgencias biológicas o por sus propias limitaciones, Arvid es un pelele de la fortuna, una marioneta incapaz de decidir qué camino tomar. Narrada con un tempo pausado pero implacable, la impresión de una vida que se escapa sin control semana tras semana, mes tras mes y año tras año, resulta demoledora. Quizás lo más asfixiante sea precisamente la amarga contención de todos los implicados en la trama, su falta de determinación y compromiso. Y como mecanismo de defensa, la cobardía innata al ser humano le lleva a autoengañarse en todo momento, haciendo creer a los tres personajes principales que las cosas no están tan mal, que en realidad tienen todo lo que podrían desear: estabilidad en familia y amigos por un lado, excitantes aventuras con amantes por otro. Las vidas vividas en la mentira se tornan existencias grises, desesperadas, deprimentes. A la larga se demuestra sin embargo que resulta imposible ser (medianamente) feliz sin arriesgar y hacerse responsable de elecciones que tomamos. Muy recomendable, la sensación de indefensión ante el destino resulta como un mazazo. Verse reflejado en la historia en mayor o menor medida no resulta nada agradable al lector, lo cual demuestra la gran habilidad de Söderberg como novelista. Tenéis más reseñas en Koratai y Un Libro al Día.
Trilogia de la Terra Fragmentada - N.K. Jemisin
Hace 8 horas
3 comentarios:
Tienen muy buena pinta. Si además esta basada en una experiencia del autor, debe ser una historia verdaderamente dramática.
@Only Bea: Super fan de los dramones con finales infelices, por lo menos en cuanto a literatura y cine se refiere ;)
Yo también, mucho mejor que lo típico, aunque termine mal...qué se le va a hacer xD.
Publicar un comentario