En lo que oficialmente se declaró un "acceso de locura", David Greenwood mató a tiros a varios altos cargos de algunas de las multinacionales que tienen sede en Eden-Olympia. El suceso terminó con el suicidio del que hasta entonces era el pediatra de la clínica privada adscrita a dicho centro de negocios. Paul Sinclair se trasladará a ese parque empresarial puntero con su esposa, Jane, ya que ella ha conseguido el puesto de David, su antiguo amigo y colega en un hospital de Londres. Jane entra de lleno en la dinámica laboral, con jornadas que se alargan más allá de las doce horas. Sin embargo su marido, que está convaleciente y ocioso tras un accidente mientras pilotaba su avioneta, empieza a interesarse por el caso Greenwood, a quien todo el mundo definía como un gran profesional, muy comprometido además en varias causas altruistas. Será el psiquiatra del la clínica, Wilder Penrose, quien a través de sus innovadores e inusuales programas de manejo del estrés para grandes ejecutivos, ponga a nuestro hombre sobre la pista de lo que está ocurriendo de verdad en Eden-Olympia.
Se me van acabando los Ballards que leer, más que nada porque todas las obras de las cuales aún no he podido dar cuenta están descatalogadas y suelen alcanzar precios exorbitantes en el mercado de segunda mano. Por suerte no es el caso de Super-Cannes, que todavía es posible encontrar por menos de 20€ (gastos de envío incluídos; doy fe de ello). Estamos ante una novela de la última etapa del autor británico, en la cual los elementos de ciencia-ficción que le hicieron tan popular han desaparecido. El interés en su producción más tardía se desplazó hacia el análisis sociológico de diferentes aspectos del mundo en que vivimos, acerca de los cuales realiza unos certeros estudios que por desgracia proponen visiones muy pesimistas de realidad que está por venir a muy corto plazo. Si en Noches de cocaína se ficcionaba sobre la sociedad del ocio, en esta ocasión se pone en la picota el mundo empresarial de las grandes multinacionales, empeñadas en transformar a sus empleados en mártires de unas culturas corporativas que elevan el trabajo a la categoría de nueva divinidad. La conexión entre ambas novelas es bastante clara, pues para empezar el planteamiento de la trama es muy, muy similar. Pero si en aquélla la evolución hacia la violencia y el crimen me parecía muy forzada, en ésta por el contrario creo que encaja a la perfección. Pocas cosas parecen más convenientes para desahogar el estrés laboral en un grupo de ejecutivos asquerosamente ricos y poderosos que el sexo más depravado y apalizar a los más débiles de la sociedad.
La descripción del mundo empresarial y las grandes corporaciones que hace Ballard resulta demoledora. La soledad y el aislamiento que conllevan las interminables jornadas laborales; la desubicacion constante debido a los frecuentes viajes en avión; el vacío existencial de los centros empresariales, que muestran las características de otro no-lugar más; los protocolos de seguirdad y control que se implantan en los mismos; todo ello evoca un paisaje típicamente ballardiano que por su cercanía a la realidad, resulta mucho más estremecedor que los que le dieron fama en sus obras de los 1960s-1970s. Y como no podía ser de otra forma, la prosa del británco es densa, asfixiante, certera. Sus frases cargadas de intención y metáforas desasosegantes delinean un presente no muy distanciado de una distopía tecnológica. Y en este caso en particular, el cierre, a pesar de que se ve venir a la legua, resulta especialmente adecuado y terriblemente hermoso por descorazonador.
Manuel Puig. Pubis angelical.
Hace 2 horas
3 comentarios:
Cities, lejos de mi intención decir nada que pueda interpretarse remotamente como una muestra de insatisfacción por mi parte con tu labor al frente de este tu blog (que también siento ya un poco mío, he de decir) -bien sabes que soy un seguidor conformista y fácil de satisfacer, poco demandante, sumiso, silencioso y fiel desde tiempos inmemoriales (es decir, desde antes del Estado de Alarma)- pero espero que me permitas hacerte una petición:
Como parece que de Ballard ya solo te queda por leer aquella fulgurante nota que garabateó en un post it azul celeste el día 3 de abril de 1998 para dejar constancia de la cita que le acababa de dar su urólogo, ¿no serías tan amable de iluminarnos con tu sabiduría y hacernos un pequeño top personal de sus libros?
Tuyo, siempre.
Reflexionando largo y tendido sobre tu petición, creo que prefiero a Ballard en formato corto. En la medida que la memoria me es útil y revisando los posts que les he dedicado, mis recomendaciones son:
Las voces del tiempo
Vermilion Sands
Con las novelas la cosa es un poco más peliaguda, porque a pesar de crear atmósferas opresivas, oníricas y espeluznantes, casi nunca logro la suspensión de la incredulidad con ellas. Creo además que siempre comento lo mismo en mis posts: en las novelas Ballard se aferra tanto a elementos realistas que los elementos fantásticos no consiguen eliminar la resistencia racional que se opone a su incorporación. En fin, cosas mías, ahí van mis recomendaciones:
Hola America (trama scifi)
Crash (trama intriga psicológica)
Super-Cannes (trama Krimi)
También recomiendo las adaptaciones al cine de Crash y High-ride (Rascacielos en su edición en español).
Un placer poder ser de ayuda desde este humilde blog. Siempre a su servicio y el de todos mis lectores.
Agradecido y emocionado.
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