La obra de
César Aira se compone mayoritariamente de novelas cortas. El volumen que reseño hoy contiene no sólo el título que le da nombre,
Cómo me hice monja, sino además un par de textos más: 'La prueba' y 'El llanto'. Vayamos pues, una por una.
- 'Cómo me hice monja'. Con tan solo 6 años, el pequeño César Aira y su familia acaban de mudarse a Rosario. Un ilusionado padre le compra a su hijo el que va a ser su primer helado. Sin embargo cuando el crío empieza a comerselo el relato se transforma en una historia disparatada, demencial, divertidísima. Ocurrente, absurda y avasalladora también. Solo por esta novela la inversión está más que justificada.
- 'La prueba'. Una quinceañera rellenita pasea al salir de clase por las zonas de moda entre los adolescentes. Un par de chicas punks de su misma edad la abordan pidiendole sexo. La protagonista no tiene amigos así que a pesar de lo incómoda que le hacer sentir la situación, intenta permanecer en su compañia todo el tiempo posible y descubrir quiénes son en realidad esas dos punks
- 'El llanto'. Un poeta y escritor cuarentón, recién separado de su mujer, rememora los extraños eventos que les han llevado a romper el matrimonio.
Me ha parecido encontrar algunos puntos en común a los tres relatos. En primer lugar un alejamiento claro de la linealidad argumental y del pensamiento y la literatura convencional. El autor trabaja sobre la improvisación, de ahí que los giros en el argumento se sucedan de un capítulo a otro. Cuando nos estamos acostumbrando al tema que está tratando, pasamos al siguiente y, para nuestra sorpresa, nos enfrentamos a un asunto completamente diferente. Sin embargo aunque parecen inconexos, en ese cambio se puede percibir una lógica subyacente, aunque sutil y poco usual. El escritor argentino introduce también claros elementos autobiográficos: él mismo es el protagonista del primero con nombre y apellido; el escritor del tercero nos hace pensar en él. También le gusta jugar con elementos criminales: secuestros, asesinatos, robos con violencia, magnicidios, o actos terroristas aparecen sin previo aviso introduciendo propuestas inesperadas en la acción. Además se apoya en recursos oníricos para tener aún más libertad en lo que escribe (fantasías, ensoñaciones, transcripción de sueños), o se desvía a argumentaciones de caríz filosófico o existencial. En definitiva, un
estilo inusual, innovador, que hace pensar en literatura experimental o vanguardista, pero que resulta reconfortante leer. Tenéis más reseñas en
Anika entre libros, donde no creo que estén muy de acuerdo conmigo porque ponen a
Aira a caer de un burro, y en
Un whisky doble para el alma, donde ocurre todo lo contrario.
4 comentarios:
Parece interesante. Por lo que dices puede haber en el escritor una influencia clara del surrealismo: lo onírico y esa especie de apariencia de escritura automática elaborada basada en la improvisación llaman mucho la atención. Le echaré un ojo cuando pueda.
@Fco. Borja Buzón Bernal: Este tipo de experimentos narrativos pueden acabar muy mal, pero en mi opinión no es el caso de Aira. Espero que te guste.
Es el estilo marca de la casa de Aira. En este libro con muy buenos resultados, es uno de mis preferidos del autor. En otros sigue el modelo con diferente fortuna, hasta el punto de que después de haberme leído seis o siete del autor ya no me atrevo a abrir el sobre sorpresa.
@Palimp: Me compré a la vez éste y 'El congreso de literatura', que tb. tiene muy buenas críticas y pinta igual de disparatado que 'Cómo me hice monja'. ¿Alguna recomendación adicional por tu parte? Como siempre será más que bienvenida.
Publicar un comentario