28 feb 2015

Besos para los Malditos - Danny Miller

Mi pasión por lo sixties me llevó a comprar impulsivamente esta novela negra por el simple hecho de a) tener como portada una foto con unos mods originales de los 1960s y b) constatar al leer el resumen de la contraportada que la acción transcurre en 1964 y se sitúa en el Brighton que se transformaba en un campo de batalla entre mods y rockers durante los puentes, allí conocidos por bank holiday weekends. Con estas motivaciones tan poco sólidas no es de extrañar que el resultado haya sido bastante lamentable. Es verdad que Besos para los Malditos coincide con Delitos a largo Plazo de Jake Arnott en muchos puntos, y esta última me pareció buenísima. Pero la que hoy reseño no tiene nada que ver, se trata de una novela negra construida sobre los tópicos más chuscos y facilones del género. Veamos los más importantes:

  • El protagonista es un detective joven, universitario y honrado, cuyo compañero es un detective corrupto cerca de la jubilación que recauda sobornos mensuales en los clubs de alterne del Soho de Londres.
  • Movida chunga con porno y posiblemente snuff movies en el Soho que acaba con el detective joven en coma. ¡Violencia! Golpea, sacude, vapulea. Mata o muere, así son las cosas en el Soho.
  • Vacaciones obligadas en Brighton para el detective joven tras salir del coma unas semanas después, con el objeto de evitar roces con su compañero en las pocas semanas que le quedan de servicio.
  • Cadáver decapitado y sin manos que aparece flotando en la playa de Brighton. Yonkies muertos por sobredosis en esa ciudad costera. Todo apunta al ganster que corta el bacalao en la zona desde hace décadas, que aunque esté ya entrado en años sigue en plena actividad y enchochado hasta las trancas de una jovencita de veintipocos.
  • Detective joven interroga a la jovencita novia del mafioso y se produce flechazo. El bueno roba la chica al malo. Esto no puede acabar bien. Música pop, anfetas y porros, productores musicales pervertidos, fiestas y cachondeo para llenar espacio.
  • Mafia corsa, contrabando de drogas, Interpol, anticuarios y matones psicópatas. Peleas entre mods y rockers. El hermano macarra del protagonista es un pringadillo que se come marrones de los mafiosos. Páginas y páginas de broza.
  • Sexo consumado entre detective y jovencita tras manoseos y morreos varios. Se agradece que solo aparezca una escena.
  • Momento emocional del texto: confesiones, traumas, soledad, muerte y maltrato infantil de este personaje, aquél y el de más allá. Mentiras, engaños y decepciones. Decenas de párrafos de paja.
  • Palizas, peleas, muertes. Chusma degollada en maleteros. Matones moribundos que se redimen en confesión. El protagonista hecho un cristo arrastrandose por medio Brighton cuando por las heridas que tiene debería haberse desangrado en minutos. Relleno, relleno, relleno.
  • Es caso se resuelve pero el protagonista pierde a la chica sin que haya explicación, quedandonos la duda de si el malvado ganster se ha ido al otro mundo o se ha quedado en este. Preveo nuevas aventuras en un poco más de un año.
Resumiendo, me ha parecido una novela muy mediocre llena de topicazos. Ni siquiera es mala, no es un despropósito o un insulto al lector. No, es solo mediocre. El argumento está muy mal desarrollado, no hay una investigación en sí. Entretiene, sí, pero también entretiene Gran Hermano si no somos demasiado exigentes. Desde el primer momento el responsable de todo lo que pasa tiene un nombre y al final el propio acusado aparece y confiesa porque le apetece. Todo eso se acompaña de hojarasca sin relevancia para alargar la trama, algo que permite a Danny Miller completar un total de casi 400 páginas. Además el año y lugar elegido para situar la acción es un recurso al que apenas se saca jugo, un mero reclamo para bobos como yo que tienen una pulsión incontrolable por hacerse con cualquier producto cultural relacionado con los años sesenta. Por otro lado el narrador en tercera persona tiene un registro vulgar que hace que cueste distinguirlo del protagonista, que para ser universitario hay que ver lo zafio y malhablado que es.

Por si esto no fuese bastante, la traducción tiene algunos fallos bastante escandalosos. Por ejemplo llama 'pisacacas' a las 'botas safari', ese calzado tan habitual entre los mods. Cierto es que en España se las conoce popularmente con ese nombre o también como 'pisamierdas', pero me queda la duda de si es existen un término similar en inglés o el texto original simplemente mencionaba 'desert boots'. Luego está el omnipresente 'fin de semana guarro' como traducción de 'dirty weekend'. Vamos a ver, 'dirty weekend' viene a ser un viaje de fin de semana cuyo objetivo es encerrase en un hotel a follar con una pareja sexual. Ni hacer turismo, ni salir de fiesta, ni nada que no sea sexo. Supongo que se puede inferir dicho significado usando 'fin de semana guarro' sin necesidad de más ayuda. Ahora bien, como concepto y hasta donde yo sé, 'fin de semana guarro' no existe en el español de Europa. En toda mi vida no he oido a nadie decir que se va por ahí a pasar un fin de semana guarro, ¿guarro de revolcarte por la basura? Por tanto, ¿no habría sido más natural traducirlo como 'fin de semana de sexo', que al fin y al cabo es de lo que se trata? En otros casos y sin que sepamos en base a qué criterios, el traductor opta por dejar el término original en inglés, es el caso de 'crombie', ese icónico abrigo entallado tan típicamente británico. Y hay una situación especialmente complicada que yo desde luego no sé cómo resolver dignamente. Se trata de un viejo conocido del protagonista, un señor mayor de los bajos fondos, que le trataba cuando era solo un crío. Así pues siempre se dirige a él con un 'mi ñiño' como apelativo cariñoso. Yo es ver esto escrito y trasladarme ipso facto a las Islas Canarias, que es el único sitio que conozco en España donde se use esta expresión con adultos, tipo '¿Cómo estás, mi niño?'. Seguramente en inglés británico no resulta tan extraño usar 'my boy' en ese contexto (señor mayor que habla con un adulto al que conoce desde que era pequeño), pero desde luego a mi el 'mi niño' no me entra ni a empujones. Hay más traducciones que me rechinan al leerlas, 'llamar de vuelta' en lugar de 'devolver la llamada', por ejemplo, aunque el problema real es que, como ya he dicho en otras ocasiones, este tipo de errores se vuelven más evidentes y molestos cuanto menos interesante me resulta un libro. Más reseñas en Revista prótesis ('Una estupenda novela' dicen) y Yellow break ('novela negra con mayúsculas', ahí es nada).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando lees unas críticas increíbles y una vez leída la novela te quedas a medio camino, te queda una cara de lo más extraña... Menos mal que ya vamos cumpliendo años y volvemos a picar a la mínima con cualquier otra reseña elogiosa. Por eso me dejo caer por aquí, porque sé que hay convencimiento, poca trampa y menos cartón.

Cities: Moving dijo...

@Jose Luis Álvarez: Muchas gracias por tu comentario. En cualquier caso y al margen de la posible calidad de un libro, los gustos son muy personales. Hago esta aclaración (creo que más bien innecesaria) porque tb. he tenido malas experiencias con novelas de renombre. Por ejemplo me viene a la cabeza La Señora Dalloway, que me pilló en mal momento y a la que quizás debería dar una nueva lectura. Un saludo.

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