16 feb 2015

Destinos truncados - Arkadi y Boris Strugatski

La trama de Destinos truncados transcurre por dos relatos paralelos, ambos protagonizados por escritores. El primero da la impresión de ser un reflejo bastante fidedigno del estilo de vida de los autores soviéticos en el Moscú de los 1960s-1970s, mientras que el segundo es una historia de misterio y ficción especulativa con muchos mensajes ocultos entre líneas. La acción se abre con el hilo protagonizado por Félix Sorokin, un literato reconocido mundialmente por un volumen de relatos cortos de ciencia-ficción denominado 'Cuentos infantiles modernos'. Esta compilación es una suerte de 'Crónicas marcianas' de Bradbury pero en torno a extraterrestres que invaden la Tierra. A lo largo de los capítulos de esta línea argumental asistimos al día a día de Félix, quien, como el resto de sus colegas, ha de presentar uno cualquiera de sus escritos para su análisis en un desconocido instituto gubernamental de investigaciones lingüísticas. Según se rumorea en el mundillo, un ordenador ha sido convenientemente programado para informar de la calidad de la obra entregada. Esta simple tarea se vuelve una odisea debido a miles de factores externos que van alterando su planes. El otro hilo argumental, que se alterna en capítulos con el anterior, está protagonizado por Víktor Bónev, también autor, además de divorciado y alcohólico. Vive en un hotel en una misteriosa ciudad en la que siempre llueve, en un país sometido por una dictadura. Los fenómenos inexplicables se suceden por la urbe y todo hace pensar que se está urdiendo un extraño complot orquestado por leprosos desde un misterioso sanatorio de las afueras. Ocultos bajo esa enfermedad maldita, descubriremos a unos humanos con unas habilidades sobrenaturales.

Arkadi y Boris Strugatski están considerados entre los grandes de la ciencia-ficción europea. Sin embargo hasta el momento no me había leído más que una novela suya, Qué difícil es ser Dios, hace más de tres años, que por cierto me dejó bastante indiferente. Así que a la espera de que Gigamesh se anime a reeditar Picnic extraterrestre / Picnic junto al Camino, hace unos meses me compré de segunda mano dos de sus novelas publicadas por esta misma editorial. La que hoy me ocupa me ha parecido un libro excelente y consigue borrar de un plumazo la pobre impresión que esta pareja de novelistas me había causado. Para empezar ambos relatos transmiten inquietud y desasosiego con una maestría increíble. En el relato realista, los imprevistos, los pequeños accidentes, las sorpresas inesperadas que restrasan el paso de Sorokin por el enigmático instituto de la calle Bánnaia consiguen desesperar al más calmado. Su propia inapetencia y desinterés refleja un temor irracional a enfrentarse a un juicio supuestamente objetivo de sus habilidades. Por otro lado, en la trama scifi, la atmósfera que envuelve la existencia de Víktor es opresiva, asfixiante. Los enigmáticos sucesos desbordan a los habitantes de esa localidad eternamente sometida a chubascos torrenciales. El lector, al igual que los protagonistas de esta segunda historia, percibe que algo grande pero terrible se está gestando. Sea lo que sea, no lo puede controlar y apenas lo entiende, lo que pone de manifiesto su propia insignificancia, contagiándole por tanto el miedo.

Hay un poco de todo en esta novela si leemos entre líneas: críticas al poder, cuestionamiento del libre albedrío, la perniciosa influencia de la presión social, se ponen también en evidencia las estrategias de manipulación de los diferentes grupos de poder etc. Al margen de las posibles lecturas alegóricas que queramos hacer del texto, que no son de extrañar debido a la represión ideológica que existía en la URSS, la novela es muy, muy original. El relato se vuelve kafkiano a rachas, pero igualmente desborda un divertidísimo y agudo humor absurdo con toques surrealistas. Y como más de uno habrá sospechado, la historia protagonizada por Víktor es la supuesta obra maestra, aún inconclusa, de Félix Sorokin, cuya finalización le está causando enormes quebraderos de cabeza y serias crisis de confianza. Bueno, no me repito más, espero que con esta novela comience un maravilloso triángulo de amor bizarro entre este humilde blog y los Strugatski. Más reseñas en Bibliópolis, bastante acertada según mi opinión aunque no tan entusiasta como la mía, y en el Sitio de Ciencia-ficción, donde la dejan a la altura del betún con argumentos que al menos a mí no me convencen en absoluto.

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