Una lectura extraña, Doctor Pasavento. Es lo primero que leo de Enrique Vila-Matas, así que no sé si es será muy representativo de su producción. Estamos ante una peculiar obra que oscila entre el ensayo y la ficción, ésta última de marcados tintes autobiográficos. El narrador es un escritor de éxito que expone su obsesión por pasar desapercibido y desaparecer como única solución al horror no solo ya de la popularidad y las complicaciones que ésta lleva asociada, sino a la existencia misma del hombre. En ese planteamiento coincide con el autor suizo Robert Walser, por quien siente verdadera admiración y cuyo triste final (pasó veintitantos años en un sanatorio psiquiátrico totalmente alejado de la literatura como actividad pública) parece ser el modelo perfecto de ausencia que anda buscando.
La narración transcurre de ciudad en ciudad, reales o ficticias, en una huida que lleva al protagonista a saltar en tren, avión o con su imaginación de París a Nápoles, de Nápoles a Zurich, de Zurich a Sevilla, de Sevilla a Barcelona, de Barcelona a Lokunowo y vuelta a empezar. El relato se hace difícil de seguir por momentos pues en una orgía hipertextual puede ocurrir perfectamente que desde París nuestro protagonista redacte una historia que ocurre durante su última estancia Nápoles mientras escribía sobre su improvisada ausencia de una conferencia en Sevilla fantaseando que paseaba por Zurich. Estos anidamientos se prolongan durante capítulos con lo cual he tenido algunos momentos de confusión por no saber en donde me encontraba exactamente. Por lo demás, los argumentos que nos presenta en esa búsqueda y justificación de la necesidad desaparecer, se apoyan sobre un despliege de erudición (meta)literaria un poco ostentoso(1) pero que a mí, que siempre ando buscando nuevas referencias, me ha resultado muy provechoso. Aunque abundan detalles de la vida y obras del autor de Jacob von Gunten, también aparecen docenas de otros escritores, artistas y personajes varios cuya presencia se relaciona directamente con el tema tratado: André Gide, Emmanuel Bove, Ettore Majorana, W. G. Sebald, Laurence Sterne, Thomas Pynchon, Friedrich Hölderlin, Franz Kafka, etc.(2)
Supongo que me esperaba una novela convencional. A pesar de estar un poco perplejo por lo poco habitual de la propuesta, no puedo decir que me haya disgustado en absoluto porque para mí el anonimato es un lugar muy placentero. Es innegable que en la sociedad occidental actual la popularidad y la conquista de la fama a cualquier precio y con el mínimo esfuerzo, ha pasado a ocupar una posición muy importante en las prioridades de un porcentaje amplísimo de la población. Quizás el máximo exponente podrían ser los reality shows o los concursos de talentos, pero también en otra escala el millón de amigos en facebook. Encontrarse con un libro en el cual se plantee que lo que tiene sentido es justo lo opuesto (anonimato, discreción, ausencia volutanria y deseada) me ha resultado muy reconfortante.
Además de la curiosa entrada que a este libro dedica El Lector Ileso, os recomiendo echar un vistazo a Solo de Libros. En ambos el libro ha gustado, sin embargo en el Diario de Lecturas de Vicente Luis Mora no sale nada bien parado, y por si eso no fuera suficiente, la polémica entre defensores y detractores de Vila-Matas se desata en los comentarios.
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(1) Ver “Un capítulo más y luego ya me puedo masturbar”, se dice un cansado Enrique Vila-Matas en El Mundo Today [Humor]
(2) La lista completa de escritores mencionados, que no de personalidades, se puede consultar en El Lector Ileso.
Trilogia de la Terra Fragmentada - N.K. Jemisin
Hace 3 horas
3 comentarios:
Vila Matas es de todo menos sencillo. Yo a veces digo que es mejor escritor que novelista, lo cual lo hace perfecto para, por ejemplo, lecturas en pequeñas dosis, o ser de esos libros que anda sobre la mesa sin una fecha concreta para acabarlo. Ahora, escribir, y demostrar una deslumbrante cultura, no hay duda que lo hace de maravilla.
@Francesc Bon: Según referencias en blogs y medios, yo tenía a este autor más o menos en la esfera de genialidad en la que se supone está Javier Marías. Así que me enfrenté a este libro con un poco de recelo porque con Marías lo intenté, pero la cosa no cuajó. Vila-Matas ha superado sin problemas la cita a ciegas, así que sin duda volveré a su obra de nuevo.
En una entrevista que vi hace poco, Vila-Matas reconocía que había fusilado en uno de sus libros la descripción que hace Capote del apartamento de uno de los personajes de Breakfast at Tiffany's porque, según decía, le cuesta mucho describir espacios. Me hizo gracia.
No he leído nada de Vila-Matas pero me lo imagino un poco así, como un dj de la literatura que cita el origen de sus samplers.
Esperaré a futuras reseñas, Cities, a ver si me decido.
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