En Las Tribulaciones del Estudiante Törless asistimos al proceso de maduración intelectual y personal de un joven procedente de la alta burguesía centroeuropea de principios del siglo XX. La trama se desarrolla integramente en un internado, un famoso instituto en una ciudad no identificada por el que deben pasar todos los jóvenes que pretenden llegar a algo en sociedad.
Se trata de una obra que ha quedado muy anclada en la época en que se desarrolla, de manera que me ha resultado casi imposible simpatizar con cualquiera de los jóvenes de clase alta que se supone están destinados a ocupar puestos de gran responsabilidad en el Imperio austrohúngaro. Sus objetivos, sus intereses, el leitmotiv de sus vidas me queda a más de un siglo de distancia. Por si esto fuera poco, el protagonista es un individuo afectado, inseguro, presuntuoso, indeciso, arrogante, voluble y sobre todo cansino. De ahí que la pátina intelectualoide que rezuman sus reflexiones sobre el alma, la vida y todo lo demás (siempre, por supuesto, pensamientos muy elevados y muy pedantes), además de carecer de interés para mi, hacen que la narración se vuelva ridícula en ocasiones. Como dirían los anglos, not my cup of tea.
Por cierto, si alguien adelantando acontecimientos ha hecho la asociación "internado masculino-abusos y homosexualidad adolescente", procedo a confirmar que efectivamente gran parte de la trama se estructura en torno a esos dos puntos, sobre todo en el primero, con repetidas vueltas sobre la dominación y el sadismo como instrumentos de crecimiento personal de estos deleznables jóvenes.
Más opiniones de la primera novela que publicó Robert Musil en Solo de Libros.
Pedro Juan Gutiérrez: Anclado en tierra de nadie
Hace 35 minutos
2 comentarios:
A mí me gustó. Anticuada, sí, pero sugerente. La reseñé hace un par de años.
@Palimp: Yo me he dado cuenta de que no puedo con las monsergas burguesas decimonónicas o de principios del XX. Aunque desde luego estoy abierto a sugerencias que me hagan cambiar de opinión.
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