Ya tocaba terminar el volumen doble de la colección "Maestros del Crimen y Misterio" de RBA dedicado a Patricia Highsmith, cuya primera parte, 'Extraños en un Tren', reseñé en abril. El otro título incluído es Mar de Fondo, donde esta gran escritora de novela intriga despliega de nuevo su talento a la hora de tejer tramas criminales en entornos de lo más convencional y sobre todo, a la hora de perfilar unos personajes en el límite de la psicopatía.
En esta ocasión los protagonistas son un matrimonio muy fuera de lo habitual, Victor y Melinda Van Allen. Los Van Allen llevan sin convivencia marital varios años, aunque Melinda no pierde el tiempo y se dedica a encadenar amantes sin que su culto marido parezca objetar nada al respecto. Pero llega un momento en que Vic pasa a ser la comidilla de la comunidad a causa de su esposa, y es aquí cuando sus reacciones empiezan a ser las que podemos esperar de uno de los individuos salidos de la pluma de esta turbia autora. Primero difunde una macabra broma en la que se hace responsable del asesinato sin resolver de uno de los ex-ligues de Melinda. Con esto consigue ahuyentar al último affair de su mujer, pero siguen llegando nuevos casanovas y la humillación que la presencia de éstos le provoca en actos sociales termina disparando su lado más oscuro, de forma que el último aparece ahogado en una piscina durante una fiesta. A pesar de la confianza ciega de sus amigos más cercanos y en general de toda la ciudad, Melinda y un reducido número de conciudadanos sospechan de él. Y como Melinda no puede dejar de conquistar a extraños, un nuevo amante sucede al fallecido, provocando cada vez más la furia contenida de Vic.
No puedo decir absolutamente nada malo de Ms. Highsmith: simplemente me encanta. Es asombroso que una novela que data de 1957 hable con tantísima crudeza de relaciones matrimoniales tan completamente al margen de la pretendida normalidad del american way of life en los suburbios. Por si esa crítica implacable no fuese suficiente, los protagonistas no tienen escrúpulos ni se arrepienten de sus actos homicidas (lo que supongo encaja perfectamente en sus rasgos psicópatas). No obstante la autora hace una concesión final al orden establecido permitiendo que sea la Ley quien tenga la última palabra. Sin embargo lo hace con un cierre tan rabioso y colérico que ni siquiera eso le puedo reprochar.
Más opiniones de este novelón en Destripando Terrones y Elemental, querido blog.
Y terminó por encantarme también el Onceavo Doctor.
Hace 2 horas
0 comentarios:
Publicar un comentario