Esta novela de Yukio Mishima me ha pillado completamente desprevenido. Acostumbrado a la prosa poética de este autor y a los conflictos interiores de adolescentes de 'Confesiones de una Máscara' o 'El Pabellón de Oro' resulta que La Escuela de la Carne es... es... (hosti, qué apuro me da decirlo)... ¡¡¡una novela romántica!!! Ahora bien, que nadie se confunda, Mishima es mucho Mishima y eso se nota hasta en una narración que gira en torno a las relaciones amorosas.
El conflicto se plantea cuando una atractiva mujer a punto de cumplir los 40, procedente de la nobleza japonesa, se enamora perdidamente de un joven turbio, tremendamente atractivo y de poco más de 20 años. Tan turbio como que es camarero en un bar gay y se prostituye tanto con hombres como con mujeres. Taeko, que así se llama la protagonista, está divorciada y muy occidentalizada. Siempre ha sido bastante frívola y libertina en el terreno sentimental, con lo que sus amantes de una noche se suceden uno tras otro. Aún así, su sensación es la de vivir la vida en toda su plenitud, a lo que ayuda tener una posición económica acomodada e independiente gracias a la boutique de alta costura que ella misma dirige. Y atención: la acción transcurre en el Tokyo de principios de los 1960s, algo que a mí personalmente me ha impactado porque todo este contexto choca frontalmente con la idea que siempre he tenido acerca del conservadurismo de la sociedad japonesa. Senkitchi, que así se llama el niñato que la chulea, inicia una relación con ella. A pesar de que Taeko-San piensa que ella lleva las riendas, su amante, como buen vividor consciente de su poder sobre las mujeres, tiene una agenda oculta que pondrá en práctica para afianzar su posición en este nuevo entorno de clase alta en que se mueve.
La verdad es que las reflexiones de la moderna protagonista sobre el papel que juega el amor en su vida están muy bien adaptadas a su perfil de mujer a punto de entrar en la mediana edad. Así pues, mantiene interiormente una lucha encarnizada entre la felicidad que experimenta y el convencimiento de que esa relación no puede durar. En ningún momento deja de poner a prueba a su enamorado para de esta forma, forzarle a ir a lugares en donde se siente incómodo y esa manera, provocar y justificar su propia desgracia. Suena retorcido, pero para mi tiene todo el sentido del mundo.
Por lo demás, la verdad es que la novela es bastante ligerita, con capítulos muy cortos y mucho diálogo. No me parece un texto imprescindible pero aún así deja bastante buena impresión. No he encontrado apenas reseñas en la blogosfera, quizás se debe a la novedad del lanzamiento, hasta ahora inédito en español. No me gusta enlazar a los grandes medios pero por no dejar este apartado vacío, os sugiero echar un vistazo al blog Papeles Perdidos de El País.
Ava en la noche - Manuel Vicent
Hace 37 minutos
0 comentarios:
Publicar un comentario