Me temo que me he llevado una gran decepción con este cómic de Alison Bechdel. Nunca me cansaré de recomendar su anterior libro, Fun Home, también de corte autobiográfico. En aquél nos relataba cómo el suicidio de su padre, homosexual reprimido, marcó su infancia y juventud. No solo los aspectos personales y familiares eran interesantes, sino que la autora, lesbiana y activista homosexual, hizo una excelente labor al integrar la trama en el conexto histórico del movimiento LGTB de finales de los 1960s y principios de los 1970s. ¿Eres mi Madre?, su último lanzamiento, se centra exclusivamente en describir la difícil relación que ha tenido siempre con su progenitora, y para mi desgracia no ha conseguido atraparme lo suficiente.
Con todo reconozco que me gusta su estilo y su gran habilidad a la hora de usar recursos gráficos. Sus dibujos son sencillos, pero los dota de muchísima expresividad empleando tan solo dos tintas (roja y negra). Por otro lado están repletos de detalles exquisitos que hacen imposible no rendirse ante su capacidad de observación: gatos que siempre están situados estratégicamente en las viñetas, pequeños elementos aparentemente intrascendentes (un calendario perpetuo, la bola de una máquina de escribir eléctrica, etc.) utilizados para dar cuerpo a la ilustración, notas a modo de post-its aclaratorios que destacan visualmente puntos de interés, etc. Sin embargo el desarrollo del conflicto a nivel narrativo se apoya casi exclusivamente en a) una suerte de paralelismo entre la vida de Virginia Woolf y la suya propia b) relatarnos las sesiones con dos de sus terapeutas y c) su aproximación a la obra de Donald Winnicott, un psiquiatra inglés que se especializó en psiquiatría infantil y en el estudio del papel de la madre en el desarrollo del niño. Así durante trescientas páginas. La adopción de esta perspectiva tan enfocada en el psicoanálisis me ha parecido tremendamente árida e impersonal.
De nuevo había pensado que soy un bicho raro por desmarcarme de las críticas en los medios generalistas y la blogosfera, que se deshacen en elogios (ver por ejemplo La Novena Página o Nuestros Cómics). Por suerte, el excelente artículo que le dedican en Papel en Blanco se atreve también a cuestionar el resultado apuntando cada una de las flaquezas que han detectado.
Y terminó por encantarme también el Onceavo Doctor.
Hace 2 horas
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