No sé muy bien qué son estos
Escritos Subnormales. La gran variedad de etiquetas que he incluido para clasificarlo deberían ir entre interrogaciones (¿Ensayo? ¿Teatro? ¿Relatos Cortos?), porque lo cierto es que es una aproximación muy burda al verdadero contenido de este libro, que como ya he dicho, a mí no me ha quedado nada claro. Por ceñirme a la realidad diré que el volumen contienen cuatro composiciones literarias diferentes de
Manuel Vázquez Motalbán, que en mi opinión, sufren el lastre de haber sido escritas a principios de los 1970s y haber quedado ancladas sin remedio a aquellos años:
- 'Manifiesto Subnormal': Empieza como un ensayo muy sesudo sobre cultura y política para de pronto, pasar a ser un desvarío totalmente inclasificable que oscila entre lo incomprensible y el humor absurdo (tipo Hermanos Marx, recurso que se repite en todos ellos). Aunque también podría decirse que empieza como un desvarío sobre cultura y política para de pronto, pasar a ser un ensayo muy sesudo sobre lo incomprensible y el humor absurdo.
- 'Guillermotta en el País de las Guillerminas': pieza teatral que coquetea con la revista y la denuncia, todo ello bajo capas y capas de referencias sutiles para burlar a la censura. Bueno algunas no tan sutiles. Por supuesto, la obra estaba pensada expresamente para la grandísima Guillermina Motta.
- 'Happy End': un relato corto sin mucho sentido pero con ocurrencias puntuales que hacen bastante gracia. De nuevo se tira del humor absurdo y por supuesto, también incluye crítica social desde una perspectiva izquierdista/marxista, etc.
- 'Cuestiones Marxistas': Ídem a 'Happy End', quizás con más peso del humor y menos argumento de fondo (que no es que el anterior lo tenga muy marcado tampoco).
A no ser que queramos tener una idea del contexto político, social, cultural, etc. en España, o más bien en la Barcelona de los últimos coletazos de la
Gauche Divine, mi impresión es que el libro no tiene mucho interés. A lo largo y ancho del mismo se puede apreciar un planteamiento político/filosófico revolucionario que tenía todo el sentido del mundo durante los años finales de la dictadura de Franco. También hay muchos tics habituales en la literatura de aquel grupúsculo
progresista-burgués, como pueden ser el
name-dropping incansable o las constantes referencias culturales con ánimo de certificar la vanguardia a que pertenecían (
Antonioni,
Umberto Eco y el
Gruppo 63, la
Barbarella de
Roger Vadim, etc.). Ojo, no todo es malo, hay que reconocer el mérito de recoger temas de difícil publicación debido a la censura (sexo, lengua y cultura catalana, etc.), así como la velada crítica a la burguesía complaciente con el régimen. Pero vamos, recomendar lo que se dice recomendar, yo no lo recomendaría a nadie.
No he encontrado reseñas sobre este libro en la blogosfera, aunque en
Lecturalia tenemos a un usuario que da su opinión del mismo.
2 comentarios:
Me es familiar esa sensación: peajes que hay que pagar, como el destape... las transiciones de situaciones políticas tan abominables como el franquismo dejan estas herencias: proto-megaobras intragables cargadas de pesado sustento ideológico pero que sólo acaban haciendo gracia a un círculo de allegados que cazan los chistes y los significados ocultor. Círculo éste que, en el caso de Vázquez Montalbán, se reduce progresivamente, con lo cual este libro se ha quedado sin público. Menos mal que Montalbán creó a Carvalho.
@Francesc Bon: Estupenda tu aportación, muy bien señalado. La sensación de camarilla y de chistes privados que rezuman los cuatro textos es aplastante.
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