Pesadillas es otro de los cómics que tenía pendiente leer desde hace casi año y medio, que fue cuando lo compré tras leer la reseña en Kozmicbooks. Si curioseáis los comentarios de esa entrada, podéis leer que me convenció el simple hecho de que el escenario en que transcurre es una enorme urbanización de viviendas sociales de clara inspiración brutalista, uno de mis estilos arquitectónicos preferidos. Así que me decidí a hacerme con él por ese detalle tan nimio, pero tan válido como otro cualquiera. Estamos ante una de las primeras obras de Katsuhiro Otomo, conocido sobre todo por ser autor de la reputadísima Akira, aunque a mi todo esto me queda un poco grande porque no soy en absoluto aficionado al manga. El único anime que recuerdo haber visto es Ghost in the Shell y un poco de compromiso porque todo el mundo me insistía, pero que esté reseñando este cómic demuestra puedo ser muy visceral cuando se trata de arquitectura en general y sobre todo, de grandes bloques de viviendas inspiradas en el seminal estilo del cual Le Corbusier fue pionero.
Lo cierto es que el argumento es un poco simple: la policía investiga una serie de misteriosos suicidios y muertes sin explicación que viene ocurriendo desde hace años a lo largo y ancho de las diferentes edificaciones de la barriada. En los últimos meses son cada vez más frecuentes, sin que parezca haber un patrón común en las víctimas. La realidad, como se descubrirá bien pronto al lector, es que los crímenes los comente un perverso anciano dotado de unos fantásticos poderes psíquicos. El abuelete psicópata (parece más bien una especie de demonio) toma posesión de las víctimas y las usa a su antojo, ya sea como arma contra otras personas o como simple entretenimiento, obligandolos a suicidarse. En esto aparece una pequeñaja también vecina del barrio que disfrutando de aún más increíbles habilidades psi, se enfrentará al vejete para intentar pararle los pies.
Aunque la historia sea bastante intrascendente la técnica de Otomo es increíble. El trazo firme y el uso exclusivo de la tinta negra consigue que la ambientación arquitectónica sea excelente, con una precisión y nivel de detalle en los edicios inmejorable. Las vistas están perfectamente proyectadas aún desde los ángulos más inverosímiles, algo que podemos disfrutar cuando los protagonistas se enfrentan volando entre los edificios cual Son Goku y Vegeta (me temo que mi cultura manga/anime no pasa de referencias así de básicas). A pesar de la violencia extrema de muchas viñetas, que me han llegado a parecer un poco de mal gusto, no me puedo quejar porque la acción transcurre casi integramente en la urbanización, así que tenemos oportunidad de contemplar al dedillo todo el trazado del complejo y sus detalles de planificación, incluyendo vías de acceso, zonas de recreo, etc. etc.
Además de Kozmicbooks, podéis echar un vistazo a las críticas que hacen en Fantasymundo y Otaku Center.
Pedro Juan Gutiérrez: Anclado en tierra de nadie
Hace 5 horas
3 comentarios:
Sin Duda Katsuhiro Otomo será recordado por AKIRA, pero hay que reconocerle el mérito de obras tan estupendas como PESADILLAS. Me resultó tremendamente perturbadora, y me lo leí de un tirón, si bien es cierto que ayuda que al final del libro, apenas hay letra, sólo edificios derrumbándose.
Aun así, me encantó. Ah, y me alegra saber que además de literatura te gustan los comics.
@AntihvS: Sí que me gustan los cómics, lo que pasa que como estoy bastante pez en el género casi todo lo que me leo suelen ser éxitos mainstream adapatados al cine. Por cierto, que se me están acabando las excusas para no ver Akira. Me alegro de verte de nuevo por aquí.
Que no has visto AKIRA?
Te estas perdiendo la obra maestra del ANIME, y si luego te lees los comics, te quedara la misma sensacion que ocurre con BLADE RUNNER, donde la novela y la peli son muy distintas.
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