La casa Belasco, localizada en una zona aislada y pantanosa de Maine, fue un centro de depravación y perversión casi desde el momento de su construcción en 1919. Durante los años 1920s se sucedieron a diario las fiestas desenfrenadas en sus multiples habitaciones. Empezaron siendo orgías de sexo, alcohol y drogas pero con el tiempo degeneraron en bacanales descontroladas donde todo exceso no era solo permitido sino además alentado: violaciones, asesinatos, necrofilia, mutilaciones, canibalismo, etc. A resultas de los horrores que se vivieron dentro de este enorme caserón, el lugar ha quedado maldito. Dos expediciones compuestas por científicos especializados en lo paranormal acompañados de espiritistas y mediums han intentado averiguar lo que realmente ocurre allí dentro. La primera fue en 1930 y la segunda en 1940. Todos los integrantes de la primera murieron a los pocos días de entrar en la casa, de la segunda tan solo sobrevivió Benjamin Franklin Fischer, un joven medium de 15 años que fue encontrado desnudo y agonizante en la puerta de la mansión tan solo unos días después del inicio del experimento. En 1970, Rolf Rudolph Deutsch, un anciano millonario, contrata al Doctor Barret, uno de los mayores y más renombrados especialistas en fenómenos paranormales, para que encuentre respuesta a la pregunta que por su edad y una grave enfermendad le inquieta: si hay vida tras la muerte. Y en su opinión el mejor lugar para averiguarlo es la casa Belasco, que ha adquirido recientemente. Así pues, una nueva expedición formada por Barret y su esposa Edith, la medium psíquica Florence Tanner y el mismo Fischer de 30 años atrás contarán con una semana de tiempo para resolver el gran enigma entre los múltiples espíritus que aparentemente pueblan la casona, con el maligno Emeric Belasco, constructor, artífice y gurú de la misma a la cabeza.
La casa infernal es una novela de casas encantadas que tira de todos los tópicos de este subgénero de terror. Para empezar y como no podía ser de otra forma, Richard Matheson enfrenta ciencia y superstición para buscar el conflicto entre los personajes. Física, química y biologia frente a religiosidad y espiritualidad. Por otro lado los participantes en el experimento tendrán detrás un bagaje personal lo suficientemente turbio como para que sus propios problemas sirvan como elementos perturbadores en las relaciones que se establecerán entre ellos y que por otro lado, serán aprovechados por los fantasmas que permanecen encerrados en la mansión para atormentarles: fracaso, homosexualidad reprimida, alcoholismo, abusos infantiles, etc. Lo cierto es que la narración es poco más que un relato continuado de los fenómenos paranormales que sufren los participantes de la expedición, que les van dejando cada vez más maltrechos: mediums en trance, poltergeists, posesiones, manifestaciones ectoplásmicas, etc. Miedo, lo que se dice miedo, no da, porque ya sabemos que para inspirar terror de verdad nada mejor que el ser humano, pero bueno, hay que admitir que es muy entretenida y ligerita, algo que va bien para soportar los rigores del verano. Por otro lado tiene un ritmo muy visual y cinematográfico, no en vano y según nos cuenta la Wikipedia, Matheson fue también un reputado guionista de cine y TV (una búsqueda rápida en la imdb nos indica que fue adaptada a la gran pantalla como The Legend of the Hell House en 1973). En fin, un entretenimiento simpático que sin ser malo, no le llega ni a la suela de los zapatos a Soy leyenda. Más reseñas en Bibliópolis, Entre montones de libros o Libros y literatura.
Pedro Juan Gutiérrez: Anclado en tierra de nadie
Hace 8 horas
1 comentarios:
No he leído el libro pero he visto la peli (meh) y el parecido con 'La maldición de Hill House', de Shirley Jackson, es francamente sospechoso. La novela de Jackson es anterior (1959) y, en mi opinión, no está nada mal.
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