El urbanita Joey Robinson va a pasar un fin de semana a la granja de su anciana madre acompañado de su segunda esposa, Peggy, y el hijo del anterior matrimonio de ésta . A Joey, como a su difunto padre, la vida en el campo y la finca nunca le han gustado. La explotación agrícola es en realidad una pasión/obsesión de su madre, a la cual el resto de la familia tuvo que transigir y adaptarse. La excusa para la visita es ayudarle en algunas tareas que ella por su edad y delicado estado de salud ya no puede llevar a cabo, pero Joey quiere aprovecharla para que suegra y nuera puedan conocerse mejor e intimar, ya que sólo se han visto brevemente el día en que se casaron.
Con este planteamiento tan sencillo y tan convencional, John Updike construye una novela apasionante donde nos trae lo mejor y lo peor de las relaciones familiares. El protagonista se ve divido entre el complicado amor incondicional hacia su madre, personaje tremendamente combativo y por momentos difícil, y la pasión que le une a su nueva compañera. Evidentemente en esa ya descuidada granja van a saltar las chispas durante las escasas 48 horas en que trascurre la acción. Los diálogos son excelentes y recogen a la perfección la esencia de los diferentes tipos de relaciones afectivas. Por un lado, el agudo conocimiento que la madre tiene de su hijo le permite, según le convenga, bien apoyar sus proyectos y sus decisiones, bien atacar los puntos más débiles de su personalidad. Por otro, el vínculo que Joey ha establecido con Peggy se nos presenta como muy intenso y bienintencionado, pero sin embargo muy endeble en comparación con la unión que procede de la consanguinidad.
La reseña de hoy peca de breve, pero es que ante una obra tan redonda no tengo mucho más que añadir, excepto recomendar encarecidamente su lectura. A nivel técnico la narración es impecable. Los emociones y conductas de los personajes se describen con una exactitud milimétrica. Sus certeras frases recrean a la perfección la devasatación de una discusión familiar, de tal forma que relatado por este autor, el lodazal de una bronca doméstica se transmuta paradójicamente una experiencia gratificante para el lector. En definitiva y en mi opinión, una novela magnífica; esta primera toma de contacto es suficiente para demostrarme que Updike merece toda la fama que le precede, de la cual por cierto yo no tenía la más remota idea. Si me he tirado a la piscina con este autor americano es por una razón tan prosaica como que RBA ha puesto un montonazo de títulos de su colección Narrativas a precios de risa (menos de 5,00€), siendo uno de los afortunados este volumen. Tenéis otra reseña en Grandes Libros.
Los lunes de Anay. Asas...
Hace 6 horas
6 comentarios:
Breve pero convincente. A Updike parece dársele bien crear espacios cerrados en los que hacer saltar las chispas.
Gracias y un saludo!
No sabía lo de RBA. Hay uno de Yates en oferta (una pena que no sea 'Once maneras de sentirse solo').
@Ana Blasfuemia: Es lo primero que leo de Updike y desde luego me ha encantado. A ver qué tal lo que tengo ya en lista de espera
@el convincente gon: Pues haz como yo, píllate Jóvenes Corazones desolados. Si es que son 3,80€ en Amazon, un par de cañas ya te cuestan eso poco más o menos.
Me has convencido.
(¡Ay, qué débil soy!)
De Updike no he leído nada pero lo tengo en mi interminable lista de pendientes, la verdad es que pensaba empezar por la saga de Conejo, pero con esta reseña me has hecho dudar.
@Aida (meriendolibros): Yo voy de cabeza a por la saga 'La letra escarlata' que viene recomendada por el ínclito Martin Amis (y perdón por el retraso manifiesto en contestar).
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