- 'Una cortina de follaje'. Me pilló por sorpresa y lo disfruté. Mucho drama. Mucho dolor. Mucha hambre. Los relatos trancurren en el super reaccionario estado sureño de Mississippi en los años 1930s. En ciudades que se repiten de uno a otro. Con la Gran Depresión condicionando la vida de los protagonistas. Mujeres principalmente. Lo pasan mal, son pobres y desgraciadas pero buenas personas. Todo un acierto para mi gusto.
- 'La red grande', el siguiente conjunto de relatos compilados, le permite cambiar el registro. Los cuentos se sitúan temporalmente desde principios del S. XIX a la década de los 1940s. Me empieza a costar encontrar referencias temporales. Las mujeres protagonistas (en casi todos) hablan a veces de negros y a veces de esclavos, a veces van en calesa y otras vuelven del trabajo en el coche de un vecino. La acción sigue transcurriendo en las mismas localidades ya conocidas. Los relatos se expanden hasta llegar al número de páginas de una novela de Amélie Nothomb. Empiezo a detectar descripciones interminables que no aportan absolutamente nada a la trama. Los cuentos no son concluyentes, solo una ventana a un intervalo temporal de la vida de los personajes. Me parece que estoy perdiendo el interés.
- 'Las manzanas doradas'. Conjunto de relatos los cuales giran todos en torno a los habitantes de pueblo ficticio de Morgana, en el también imaginario condado de MacLain en el, este sí, auténtico estado de Mississippi. La acción se desarrolla a lo largo de muchos años. Los protagonistas de un cuento aparecen como secundarios en otros, más viejos o más jóvenes dependiendo del caso. El efecto me gusta pero sigue habiendo mucho relleno con paisajes rurales y campestres. En mi opinión, los cuentos se hinchan artificialmente sin necesidad. Más mujeres protagonistas. Mujerinas. Mujeracas. Mujercitas. Mujerzuelas. Solteronas, emigrantes, esposas abandonadas por sus maridos con niños pequeños a su cargo, huérfanas, etc. Me cuesta saber quién es quién en Morgana. Amor, rencillas, delitos, muertes,... No sé, no recuerdo muy bien qué pasa en cada cuento ni en qué año transcurre. Se entremezclan calesas, ventiladores eléctricos, mujeres aviadoras, señoritas con sombrilla, tropas de la Unión practicando la rapiña. Los leo pero me parece estar repitiendo la misma trama con ligeras variaciones una y otra vez. Me entran unas ganas incontrolables de hacer un condonumbilical(1) y no terminar el libro. Me autoconvenzo para tomarmelo con paciencia. Pasan 2-3 días sin que se me ocurra ni acercarme a él.
- 'La novia del «Innisfallen»'. Un día leo un relato. Otro medio. Otro nada y lo dedico a hacer cosas más entretenidas como por ejemplo verme crecer las uñas de los pies. Hasta las narices de costumbrismo. Hasta las narices de las constantes descripciones de paisajes con colinas, calveros, oteros, sacedas, ríos caudalosos y puentes que los cruzan, casas otrora llenas de vida pero hoy abandonadas e invadidas por la vegetación. A pesar de que las tramas de algunos de los cuentos no transcurren en Mississippi, estoy hasta las narices de todo el mundo sin que me importe dónde hayan nacido.
- Finalmente se incluyen un par de relatos más que no habían aparecido en ninguna compilación. Suponen una agradable sorpresa pues ambos tratan de violencia racial en los estados sureños de EEUU a principios de los años 1960s. Simplemente por la novedad, favorecen una leve redención final.
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(1) Pequeña broma en referencia a la conocida tendencia del autor del blog Condonumbilical a abandondar los libros sin terminarlos.
4 comentarios:
¿Me estás diciendo que ya puedo esperar sentado por la reseña de los cuentos completos de Cortázar? ¿Es eso?
@el convincente gon: Gensanta, ni me acordaba! Efectivamente ahí sigue a la espera, y me da que a pesar de habérmelo propuesto, visto lo visto no creo que lo lea este año...
Aprenderé de tu experiencia... Lo leeré como si fueran libros independientes, siento que hayas servido de conejillo de indias ;) Tengo también los cuentos completos de Cortazar que mencionáis, y los leeré también así. Por muy fan que sea, los atracones siempre son indigestos ;)
Gracias y besos!
Ana Blasfuemia: A ver qué hago yo con los de Cortázar, ¡con las ganas que tenía de leerlos!
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