Ediciones Cátedra nos trae la primera traducción al español de
Paz en la Tierra de
Stanisław Lem. Escrita en 1987, la novela cae de lleno en el ese terreno que tanto le gustaba al autor polaco: el de la ciencia ficción de contenido crítico con dosis de filosofía. El protagonista de la misma es el
Ijon Tichy, aventurero espacial que aparece en varias de sus obras (entre otras
Diarios de las Estrellas, ya reseñado en este blog), que en esta ocasión es reclutado por la
Lunar Agency, un organismo dependiente de las Naciones Unidas, para una arriesgada exploración lunar. Y es que en el futuro en que transcurre la acción, la Tierra ha dejado de sufrir los estragos de la carrera armamentística y ha sido prácticamente desmilitarizada, pero como contrapartida, para llegar a esa situación de 'paz en la Tierra' ha sido necesario trasladar el arsenal militar de las grandes potencias a nuestro satélite. Allí, en sectores lunares reservados en exclusiva, cada nación ha puesto lo mejor de su tecnología para que sin necesidad de intervención humana, se desarrollen de manera autónoma las más eficaces y destructivas armas de ataque y los más inteligentes sistemas defensivos y contraofensivos. Décadas después de iniciarse esta militarización de la Luna, ninguno de los países involucrados, ni siquiera la
Lunar Agency, encargada de velar por el secreto de lo que ocurre allí arriba, tiene la más remota idea del nivel de desarrollo bélico que ha podido alcanzarse. La incertidumbre al respecto está empezando a tener sus consecuencias en la Tierra, y cada vez se oyen más voces pidiendo la remilitarización de nuestro planeta para hacer frente a un posible ataque de la tecnología militar lunar autosuficiente.
Durante la lectura me ha parecido distinguir tres grandes bloques:
- En una primera sección y a modo de introducción de sesgo principalmente divertido/chistoso, nos encontramos con que Tichy ha vuelto a la Tierra tras su aventura pero lamentablente, durante su estancia el la Luna ha sufrido una callosotomía, esto es se le ha seccionado el cuerpo calloso del cerebro dejando incomuncados ambos hemisferios. El resultado es una pérdida de memoria a corto plazo (no recuerda gran cosa de su aventura), además de una disociación de funciones que conduce a una lucha demencial entre la mitad racional y la intuitiva del cerebro. En este primer bloque y con ayuda de su amigo el profesor Tarantoga intenta superar las dificultades inherentes a la operación con ayuda de neurofisiólogos de todo el mundo. Tras multitud de viajes para hablar con especialistas, consultar revistas y libros especializados, etc. se termina refugiando en un sanatorio para millonarios con problemas mentales.
- En la segunda parte, la de más contenido e interés, se describe todo el proceso de captación de Tichy para la tarea de supervisar el estado de las diferentes unidades militares/armamentísticas en la Luna. Lem aprovecha esta parte del texto para verter gran parte de su ideario antimilitarista (claramente influenciado por la Guerra Fría) y para elucubrar sobre cómo se habrán desarrollado las carreras armamentísticas lunares. Se especifica el entrenamiento y toda la tecnología puesta a disposición del explorador, en especial los dispositos LEM, 'Lunar Efficient Missionary', una especie de androide no autónomo -aunque no todos son antropomorfos-, que proporciona al aventurero un cuerpo mejorado/aumentado sobre el que toma posesión remota desde la comodidad de un entorno seguro (muy como en la película Los Sustitutos / Surrogates). Aquí es donde el protagonista relata, hasta donde su patología cerebral le permite recordar, las diferentes exploraciones que hace en la superficie lunar con ayuda de estos LEMs (llega a efectuar 3 hasta sufrir la amputación neurológica).
- Finalmente, en la tercera sección nuestro protagonista establece comunicación con diferentes agentes de variadas organizaciones, las cuales van destapando misterios en torno a lo que ha ocurrido. La Lunar Agency es la única que se presenta abiertamente, aunque sus agentes juegan a varias bandas; las demas representan intereses de naciones o corporaciones cuyas identidades no trascienden. Entre unos y otros se desvelará, hasta donde cada uno conoce, la causa del fracaso de la misión lunar de Ijon Tichy.
La novela tiene un poco de todo lo que caracteriza a
Lem: humor, prospección científica/tecnológica y especulación social/filosófica. El humor va desde el más simple y ramplón, cuando el hemisferio derecho de
Tichy (emocional e impulsivo) compromete al izquierdo (racional y reflexivo) con su actitud alocada a base de golpes y cachiporrazos, al más refinado y absurdo cuando asistimos al relato de conflictos legales a que ha conducido el empleo por parte de la humanidad de androides y 'sustitutos' sexuales para el placer ('sustituto' en el sentido del dispositivo
LEM expuesto anteriormente). Ahora bien, donde el autor da lo mejor de sí es al construir escenarios sociales condicionados por los cambios científicos/tecnológicos. Todo la descripción de la realidad en la Tierra tras las hipótesis de desmantelamiento de armas es impecable. Las transformaciones que se han producido en nuestro planeta, las diferentes vías evolutivas que ha podido tomar el desarrollo armamentístico lunar, las tensiones que el desconocimiento de las mismas crean entre naciones o el resurgimiento del militarismo, etc. le permiten construir la narración sin dejar cabos sueltos. Me queda eso sí la impresión de que le ha faltado convencimiento y decisión a la hora de hacer avanzar la
trama, pues el hilo lógico se ve interrumpido con bastante frecuencia con paréntesis innecesarios en
plan aventura e intriga, que todo hay que decirlo, quedan un poco fuera de lugar.
Resumiendo, una novela correcta que sin ser lo mejor que he leído del autor polaco contiene, aunque algo racionadas, sus mejores características. Tenéis una extensísima y completísima reseña en
La mano del extranjero y otra más en
El Sitio de Ciencia-ficción. En ninguno de los dos acaba de convencer.
3 comentarios:
Ay, que he estado sin portátil y no he podido comentar (en el móvil me da pereza, odio los teclados táctiles).
Estás tocando casi todas mis asignaturas pendientes: Coetzee, DFW, Pynchon, Lem (menos "Solaris)... Y bueno, de momento me has dejado un poco como estaba, salvo quizás por Pynchon, que dices que es entretenido y yo me lo imaginaba tirando a coñazo.
La ciencia-ficción me agrada bastante, pero no se sí este libro me convencerá. Al autor no lo he probado, pero puede ser una buena oportunidad para hacerlo.
@el convincente gon: Me sorprende que tengas asignaturas pendientes, ¡tengo la impresión de que todo lo que comento ya te lo habías leído de adolescente! :D
@Bea Mendes: Si no has leído nada de Lem mi recomendación no puede ser otra que Solaris. Para mi gusto y con diferencia, lo mejor del autor polaco, aunque seguida de cerca por Golem XIV y Fiasco
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