La trama de Las Hermanas Grimes se desarrolla a lo largo de casi 50 años, principalmente en Nueva York y localidades limítrofes. Nos introducimos en la vida de Sarah y Emily Grimes cuando son solo unas niñas de nueve y cinco años respectivamente, y dejamos de saber de ellas cuando Emily, la menor, está cerca de cumplir cincuenta. La acción empieza en 1930, tras el divocio de sus padres y finaliza a mediados de los 1970s, cuando ambas has pasado por todo tipo de experiencias, algunas buenas pero la mayoría símplemente neutras o negativas.
Richard Yates nos da el punto de vista Emily, quien se describe como menos agraciada físicamente que su hermana mayor, pero sin embargo mucho más decidida y centrada en su propia vida. Esto, unido a su inteligencia y capacidad de esfuerzo le permite disfrutar de una beca y completar unos estudios universitarios. Sarah, sin embargo, ha nacido para casarse, ser esposa y madre. Esa es la vía por la que discurrirán sus días, pues con apenas 20 años contrae matrimonio con el que parece ser el marido perfecto: de buena familia y con el brillo que a ojos de los estadounidenses prestan unos orígenes británicos. A lo largo del periodo que abarca el libro nos da tiempo a asistir a las fortunas (pocas) y desgracias (muchas) que pueden ocurrirle a una familia. El nacimiento de los hijos de Sarah, las diferentes relaciones de Emily, la muerte de su padre, la vejez y enfermedad de Pookie, la madre, los graves problemas matrimoniales de Sarah, etc.
Desde un punto de visto formal, estamos ante una novela muy correcta y con una prosa inmediata, muy fácil de leer (se da cuenta de ella en un par de sentadas). No sé en 1976, cuando se escribió, pero desde luego en 2013 el argumento no sorprende lo más mínimo. En mi opinión, sin ser una novela mala, no hay nada por lo que destaque, aunque probablemente mi opinión aquí se ve lastrada por el dramón de la versión cinematográfica de Revolutionary Road hecha por Sam Mendes. Todo lo más, el tratamiento de las relaciones personales me ha parecido muy veraz. Sarah y Emily tienen una relación muy estrecha, pero que dista mucho de ser perfecta. En varias ocasiones la hipocresía aparece como resultado de la inseguridad y egoismo propios del ser humano. Ambas, no obstante, parecen aceptar dócilmente que un poco de falsedad es parte inevitable en el trato. De hecho resulta propio de la naturaleza del hombre. Por otro lado, la supuesta tragedia de las protagonistas, esto es, que ninguna de las dos encaje en el modelo de felicidad proyectado socialmente como de obligado cumplimiento, es hoy por hoy moneda de uso corriente. En definitiva una historia honesta, sí, pero el nivel de interés queda a la altura de los TV-films de día laborable en la sobremesa.
Por cierto, que una vez hayáis leído la reseñas del Lector-malherido Inc y Un Libro al día, advertiréis que en comparación he sido bastante benévolo.
Trilogia de la Terra Fragmentada - N.K. Jemisin
Hace 6 horas
6 comentarios:
Vaya, yo solo me he leído de Yates "Jóvenes corazones solitarios" y me gustó muchísimo.
Bueno @Mike, siempre hay un riesgo al confiar en las reseñas de novelas que vamos encontrando por ahí, ya sean de blogs, revistas, suplementos literarios de los diarios, etc. y aunque a mí no me haya convencido a tí te puede encantar. Y poco importa que yo no sea el único a quien la novela no le ha dicho gran cosa. En todo caso, a pesar del chasco de este libro (relativo, porque tampoco es que haya sufrido leyendolo), no descarto volver a intentarlo con Yates.
En mi opinión, es cierto que la novela se queda corta. De altura, quiero decir. He leído por la red varios comentarios negativos (cuenta algo muy visto ya en la época en que fue escrita y sin ofrecer nada nuevo, el estilo es anticuado/rancio, está llena de tópicos, es monótona, ramplona...) y la verdad es que estoy bastante de acuerdo con todos en mayor o menor grado.
De todas formas, la comparación con los telefilmes de sobremesa me parece un poco injusta. Ni la temática es similar (en esas pelis siempre pasan cosas extraordinarias, con mucho psicópata, muchos celos, traición, accidentes, enfermedades, convalecencias heroicas... y en la novela de Yates, en cambio, todo es grisura y más grisura), ni la pericia narrativa es la misma. En la escritura de Yates hay algo que hace que -al menos yo- siga leyendo sin aburrirme en ningún momento. Quizá sea el ritmo, no sé. En fin, que como escritor puede que Yates no sea una maravilla pero como narrador me parece más que competente.
@el convincente gon: Admito que la comparación iba con sorna, pero no podrás negarme que la novela incluye muchos lugares comunes de telefilmes de sobremesa, al menos de cuando yo tenía opción a verlos hace ya demasiados años (no voy a poner la cifra): divorcios, familias disfuncionales, alcoholismo, codependencia emocional, matrimonios desgraciados, maltrato, etc. Estoy contigo en que Yates es muy competente como narrador, y como adelanté en mi anterior comentario, estoy seguro de volver a intentarlo con él.
Hombre, Cities...
Los temas que citas aparecen en un sinfín de películas que a nadie se le ocurriría comparar con un telefilme. Por ejemplo: 'En un lugar solitario' de Nicholas Ray, 'Días de vino y rosas' de Blake Edwards, 'Un tranvía llamado deseo' de Elia Kazan...
Si en un telefilme la prota es alcohólica, en algún momento u otro acabará yendo a Alcohólicos Anónimos y rehará su vida. Si se divorcia, acabará encontrando un amor más pleno o la realización personal en soledad (aunque también puede toparse con un psicópata, claro). Si hay codependencia emocional, en algún momento estallará la violencia (porque uno de los dos implicados fijo fijo que es un poco piscópata). Si hay maltrato, la mujer conseguirá sobreponerse al maltratador (incluso puede que lo mate, si es un psicópata). Nada de eso ocurre en la novela de Yates.
Así que no. No te doy la razón.
Y a ver qué dices de 'Stoner', que estoy decidido a comprármelo.
@el convincente gon: LOL! Bueno recordemos que no existe una verdad única y que mi recuerdo de los telefilms de sobremesa sí es tal cual la novela de Yates. Por otro lado, y por echar un poco más de leña al fuego, y partiendo del supuesto que todos los telefilms incluyen divorcios, familias disfuncionales, alcoholismo, codependencia emocional, matrimonios desgraciados, maltrato, etc., puede ser que no todas las películas que tiene divorcios, familias disfuncionales, alcoholismo, codependencia emocional, matrimonios desgraciados, maltrato, etc.sean telefilms. En pseudo lenguaje matemático:
Para todo T (telefilm) incluído en P (películas) se cumple que:
T trata de D y FD y A y CE y ME y M
Al ser P un conjunto mayor que T, ocurre que no todo P que incluye D y FD y A y CE y ME y M es T
Es solo una teoría, ahí la dejo
;).
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