- La Tierra, superpoblada y completamente deforestada, se abastece de alimentos generados a partir de tratamientos químicos a los materiales obtenidos de la minería (p.ej. la pizarra).
- Las diferencias sociales son extremas: la mayoría de la población pertenece a la clase trabajadora y realiza tareas pesadas, rutinarias y alienantes. Una reducida minoría adinerada, que vive en ciudades exclusivas con atmósfera pura y protegidas por cúpulas, tiene acceso a modernas técnicas médicas que garantizan tantos años de excelente salud como puedan pagarse.
- La humanidad ha colonizado Venus y Marte, aunque las condiciones de vida en dichos planetas son muy duras (los colonos han de vivir en túneles bajo la superficie de los planetas). Fue precisamente en los túneles de Venus donde se encontraron con los primeros restos de una civilización extraterrestre, los Heechees.
Robinette Broadhead es un minero terrestre sin futuro, pero gracias a un golpe de suerte gana la lotería y la invierte en convertirse en un 'prospector' de Pórtico. Allí se enamora de una de sus profesoras y también prospectora, Klara, y ambos pasan los días esperando la misión perfecta, aunque todas comportan un riesgo que sus miedos les impiden asumir. Nuestro hombre tiene además un bagaje emocional bastante difícil, así que la situación (personal, económica y afectiva) en la estación se le va complicando hasta que no le queda más remedio que salir al espacio.
La novela es muy fácil de leer y entretenida, tanto por los aspectos de ciencia-ficción, que aportan emoción y misterio, como por el relato del conflicto personal de Broadhead. Aunque el libro es algo posterior a la New Wave (data de 1977), incorpora muchos elementos de debate social habituales en aquel movimiento: normalización del uso de drogas recreacionales, relaciones homosexuales aceptadas con naturalidad, las nefastas consecuencias de la superpoblación, la profunda brecha social existente, con veladas críticas al capitalismo, etc. A nivel narrativo, los capítulos se alternan por un lado entre la narración en pasado de las aventuras (espaciales y amorosas) del protagonista, y por otro sus sesiones de terapia en el presente con Sigfrid von Schrink, una inteligencia artificial doctor en psiquiatría. Los dos hilos van progresando en paralelo, mostrandonos por un lado los problemas y angustias que Rob experimentó durante sus días de prospector, y por otro sus traumáticas consecuencias en el presente, cuando se ha convertido en un gigoló multimillonario a raíz de alguna misión de éxito que se revelará con posterioridad. Al final, ambos desarrollos confluyen y mientras uno expone el final del viaje que le hizo rico, en la consulta se nos hace evidente el porqué del lamentable estado anímico que sufre el protagonista. Lo cierto es que después de tanto leer, a mí el cierre me ha resultado ligeramente sobreactuado, pero bueno, es un detalle mínimo que no enturbia la impresión general.
Tenéis un par der reseñas, breves pero acertadas, en Libros de Olethros y Libros.com
4 comentarios:
A mí me había gustado mucho. De hecho, lo he citado varias veces entre los mejores libros de ciencia ficción que he leído.
@el convincente gon: Estoy de acuerdo, yo creo que tiene lo necesario para considerarlo muy buen libro al margen del género.
Eres muy amable por compartir mi reseña con tus lectores. Me gusta tu blog. Saludos.
@Olethros Gladius: Gracias a tí por pasarte por aquí. Me alegro de que te haya gustado el blog.
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