El Pan a secas es el relato en primera persona de las miserias y las terribles experiencias que vive el autor en sus primeros 18 años, mes arriba, mes abajo. Unas y otras vienen motivadas por las durísimas condiciones de vida en el Marruecos de finales del protectorado francés y español, y además, por un padre cruel y alcohólico cuyo comportamiento entra de lleno en lo que hoy definimos como psicopatía. A pesar de las espeluznantes condiciones de su existencia (hambre, abandono, palizas, etc.) y las difíciles pruebas que le pone la vida siendo aún prácticamente un niño (traiciones, delincuencia, cárcel, etc.), resulta admirable que Mohamed Chukri siga siendo una buena persona.
Por lo demás, a nivel narrativo la verdad es que yo le he encontrado bastante poco interés. Es un libro con un lenguaje sencillo y muy accesible que se lee en un par de sentadas. Además, como recoge los primeros años de vida, nos vemos enfrentados a un relato exhaustivo de los típicos intereses de la adolescencia: sexo, alcohol y drogas, eso sí, con las dificultades añadidas que dichas actividades tienen al desarrollarse en un país islámico. Así que página tras página el autor se lo monta furtivamente con jovencitas marroquís decentes, o pasa la noche bebiendo y follando con prostitutas, o se hace una gayola pensando en las tetitas de una francesa en cuya casa sirve durante una temporada, o tiene un singular escarceo homo con un jovencito al que practicamente viola en un calentón, etc. etc. Y para de contar. Al margen de toda aventura extraliteraria sobre censura que rodea al libro, hay detalles históricos sobre Marruecos que a mí, en mi gran desconocimiento de la Historia del mundo en general, siempre me van bien, pero vamos, que si no lo hubiera leído tampoco me habría perdido gran cosa.
Tenéis una reseña muchísimo más entusiasta que la mía en Diarios/Détour, cuaderno de apuntes y otra más equilibrada en The Kankel.
Trilogia de la Terra Fragmentada - N.K. Jemisin
Hace 6 horas
0 comentarios:
Publicar un comentario