Tras la inmejorable impresión que me causó Los Genocidas y a raíz del comentario de el convincente gon sobre esta novela, tuve que ponerme manos a la obra para conseguir 334 en los websites de venta de productos de segunda mano. Hacía meses desde la última vez que rastreaba libros descatalogados y me agrada confirmar que no he recaído en el hábito, que bastante tengo ya con amazon España.
334 es en realidad una colección de relatos cortos (otro fix-up, típico de la ciencia-ficción). Ambientados en Nueva York alrededor del año 2024, nos dan a conocer la vida de un grupo de personas que viven en un edificio (el 334 Este Calle Undécima) gestionado por el programa federal MODICUM para personas en riesgo de exclusión. El mundo en que se desarrolla tiene características claramente distópicas: la superpoblación ha obligado al estado a efectuar un control de natalidad global diluyendo anticonceptivos en el agua coriente, existen un complejo sistema de catalogación de la población en base a sus características genéticas y aptitudes intelectuales que les concede o imposibilita el acceso a ciertos privilegios, etc. Por otro lado también se trata de un futuro bastante avanzado en cuestiones sociales, enlazando así con las preocupaciones políticas habituales en la New Wave: la homosexualidad está totalmente normalizada, el uso de psicofármacos tanto para uso recreacional como terapéutico es libre y legal, se fomentan y facilitan las relaciones sexuales de cualquier tipo, siendo la prostitución una actividad regulada carente de connotaciones negativas, etc. No obstante, el perfil socioeconómico de los personajes elegidos por Thomas M. Disch le permite mostrar lo peor de ese futuro distópico en que se desarrolla la acción. En cada historia nos encontramos ya sea con seres marginados por su baja puntuación en los tests de clasificación personal, o bien personas obligadas a delinquir para sobrevivir, o familias completamente disfuncionales cuyos miembros se hacen la vida imposible pero que están obligados a soportarse.
El mayor peso de la narración se lo lleva una familia de afroamericanos (negros en la traducción) residentes en el bloque 334, los Hanson. La madre viuda, sus dos hijas, Lottie, también viuda a raíz del suicidio de su marido de origen hispano, y Gamba, una lesbiana de gran espiritualidad; los nietos por parte de Lottie, Amparo y Mickey; y también es residente ocasional su hijo Boz, que se refugia en el apartamento de su madre cuando las cosas no le van bien con Milly, su mujer, también criada en el 334. Todos ellos compartiendo una vivienda de dos dormitorios en la planta 18 y con el ascensor estropeado desde hace años. Yo personalmente he tenido dificultades para hacerme una composición correcta de personajes hasta bien entrado el texto, dado que son muy numerosos. Además las historias están fechadas individualmente, oscilando entre el 2012-2026 (más o menos), así que a veces nos movemos en un contexto cuya justificación argumental no conoceremos hasta que leamos un relato posterior, pero fechado años atrás. Tengo que admitir que esto me ha resultado bastante incómodo, sin embargo, y siempre para mi gusto, se ve compensado por la sinceridad, honestidad y brutalidad de los hechos y situaciones descritas. La narración de la vida en ese futuro que resulta tan parecido a la realidad actual, las miserias cotidianas a las que nos vemos expuestos, la desesperación y el egoismo de los personajes... y de repente como contraste salvaje, increíbles momentos de lucidez o sublimes detalles de amor/afecto/cariño, tan auténticos y cercanos que resulta imposible no emocionarse.
Resumiendo, seguiré leyendo a Disch, sin duda uno de los descubrimientos más interesantes que he hecho en los últimos meses. En esta ocasión para conocer otras opiniones de este libro os recomiendo echar un vistazo a los comentarios de los usuarios de La Tercera Fundación. También en Asunto Literario hay unos apuntes sobre esta novela en un artículo más amplio dedicado al autor a raíz de su suicidio en 2008. Por cierto, un último apunte aprovechando la infame portada que me he visto obligado a pasear durante cinco días metro arriba, metro abajo. No entiendo la afición que hay en la scifi y la fantasía por incluir cubiertas figurativas mostrando una visión del futuro (o de mundos imaginarios) que a mi casi siempre me provocan vergüenza ajena. La respuesta a dicha infamia es muy sencilla y se llama abstracción. Una portada con alguna composición geométrica a base de líneas, circulos y/o cuadrados en varios colores te soluciona el problema y te garantiza la perdurabilidad de la portadas en el tiempo. Perdón por el exabrupto, pero si no lo digo, reviento.
Trilogia de la Terra Fragmentada - N.K. Jemisin
Hace 3 horas
3 comentarios:
Tengo que volver a leer a Disch, de esta obra guardo muy buen recuerdo.
A mí me has convencido. La reeleré, aunque no sé cuándo tendré tiempo.
Por cierto, ¿no te gustó especialmente el primer capítulo, en el que un tío tiene que escribir un ensayo? A mí me había encantado aunque no recuerdo por qué.
@Palimp: De momento no tengo quejas de importancia (más bien al contrario), así que el siguiente será 'Campo de Concentración'
@el convincente gon: Pues sí, el primer y el segundo relato son bastante bestias, para que nos vayamos poniendo en situación. Quedan quizás un poco al margen del resto del libro, que se centra más en los Hanson, pero vamos, impresionantes.
Publicar un comentario