Cuando leí Intervenciones de Houellebecq tomé nota de un libro de ciencia-ficción que se encuentra entre los preferidos del autor francés, gran aficionado al género: Ciudad, de Clifford D. Simak. Se trata de una novela compuesta de ocho relatos (via Wikipedia) que se nos presentan como si hubiesen sido compilados y comentados por un editor perruno, pues efectivamente, la sociedad en que se ha publicado este volumen es una sociedad canina miles de años en el futuro. En dicha sociedad el ser humano, el hombre, es solo un vestigio improbable sobre quien ya no quedan más que leyendas de origen incierto que enfrentan a los eruditos en la materia. Prácticamente todas las historias están relacionadas con la familia Webster y su fiel robot-criado Jenkins. En cada una de ellas veremos cómo sus acciones e influencia a lo largo del tiempo guiarán los acontecimientos que finalmente, tras siglos y milenios, harán de los perros la especie dominante -y afortunadamente pacífica- de la Tierra.
Publicado originalmente en 1952, los primeros relatos datan de 1944, así que el texto tiene las características típicas de las obras de la edad de oro de la ciencia ficción. Mutantes como en Más que Humano (1953), viajes y exploraciones a planetas de nuestro sistema solar como en "Crónicas Marcianas" (1950), perros que con ayuda de la ciencia y la medicina humana aprenden a hablar al igual que en Sirio (1944). Una mezcla de temáticas muy clásicas pero con un par de elementos que a mi me han parecido muy originales. Por un lado tenemos la extinción/desaparición voluntaria de la raza humana por motivos que evidentemente no voy a desvelar. El desánimo y la desesperanza que guian los pasos finales de la humanidad otorgan a la narración un aire a fatalidad que al menos a mí, me ha parecido fascinante. Por otro se dota a los perros de ciertas facultades psi, como es la posibilidad de establecer contacto con entidades de otros mundos paralelos que existen en el continuo del tiempo. Apenas se profundiza en las teorías que sustentan estas realidades alternativas, no en vano el interés del autor es claramente sociológico, pero sin duda este recurso aporta mucho juego a la trama.
Resumiendo, una obra muy original y muy lograda que se merece estar entre los clásicos del género. Hacía tiempo que no me topaba con alguna y me ha sorprendido gratamente. Más reseñas de "Ciudad" en el Sitio de Ciencia-ficción, Literatura en los Talones y Prospectiva.
Pedro Juan Gutiérrez: Anclado en tierra de nadie
Hace 4 horas
2 comentarios:
Uno de los libros más maravillosos que he leído en mi vida. Me lo recomendó un amigo y verdaderamente me cambió. Nunca más fui el mismo después de su lectura. El robot Jenkins se convierte en una figura extraordinaria que linda entre lo artificial y lo humano. Cuando los perros le regalan su nueva "envoltura" renace de sus cenizas y la certeza de hallarse en un mundo que desaparece y se desmembra lo convierte en una trágica figura. Cuando el primer perro consigue hablar lo efectúa con una naturalidad maravillosa. No es necesario sorprendernos con incredulidad. la familia Webster se convierte en el centro de un mundo acabado y su estirpe en una leyenda que no muere con el paso de los milenios. Y nos conmovemos hasta lo más profundo cuando uno de los canes afirma: "Los perros debemos mantener vivos los sueños de los hombres". Una maravilla. Recomendación absoluta.
@Unknown: Me alegro de que te gustara, la verdad es que 7 años después no recuerdo los detalles, pero todavía resiste la impresión de que disfruté de la lectura.
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