Los Propios Dioses es para mi gusto una novela bastante sosa. Simplona, plana. Sin chispa ni gracia. Bueno creo que ya habréis pillado la idea. Esta apreciación se debe en parte al gran impacto que me han causado las tres novelas de Pinedo que he leído recientemente. Pasar de la brutalidad de los hechos que narraba el argentino, de los conflictos que planteaban sus relatos, de la torturada psicología de sus protagonistas, a una historia de trasvases de energías entre universos paralelos, con científicos buenos y malos, aliens de otro universo faltos de escrúpulos y una colonia lunar con afán independentista, pues ¿qué queréis que os diga? Me ha parecido terriblemente naif.
El argumento tiene una ligera base científica que no resulta muy complicado de seguir siempre que tengamos unos conocimientos básicos de química y física (elementos y partículas atómicas, isótopos, leyes de conservación del momento lineal, etc.). Dividida en tres partes, en la primera se describe el asombroso descubrimiento de una Bomba de Electrones que aparentemente es una fuente de energía inagotable. A dicho invento se llega gracias a la información que han facilitado unas desconocidas entidades que habitan un universo paralelo, sin que los físicos implicados en la Tierra lleguen a saber gran cosa de los mecanismos subyacentes en su funcionamiento. El conflicto surge cuando hay quien alarma sobre su posible peligrosidad. En la segunda parte pasamos al parauniverso, donde conocemos la falta de miramientos de sus moradores. Los seres que la habitan están dispuestos a convertir nuestro sol en una supernova en un plazo muy corto, con el objeto de obtener energía eternamente para su moribundo cosmos. Bien, hasta ahora de lo único que podemos acusar a la novela es de tener un desarrollo extremadamente convencional. Sin embargo, en la tercera sección las cosas no mejoran ni un ápice: volvemos a nuestro universo donde por un lado se resuelve la trama poniendo a los buenos en su sitio y a los malos donde merecen (cosas así, la verdad, pocas veces pasan), y por otro nos vemos obligados a padecer una ridícula historia de amor en la colonia lunar donde trascurre el final de la novela. Esta cuota absurda de sexo y pasión metida con calzador es esperpéntica para mi gusto.
Con todo, reconozco que ni está mal escrita ni se hace pesada, pero vamos, que una vez leída yo al menos la considero totalmente prescindible. Puestos a recomendar alguna obra de Isaac Asimov desde luego me parece mucho más original e interesante La Fundación. No he mirado muchas reseñas esta vez, sin embargo creo que me he quedado bastante solo en mi opinión, echad un vistazo si no a Mares de Tinta o el Sitio de Ciencia-Ficción.
La mia pandemia
Hace 46 minutos
2 comentarios:
Hombre, mal del todo no está, pero Asimov es lo que es. Este libro fue muy alabado porque por primera vez metía extraterrestres y eran bastante originales (es la parte que más me gusta), pero cierto, no es como para tirar cohetes.
@Palimp: A ver, que no está del todo mal lo de muestra el simple hecho de haberla terminado. Se trata de un clásico al que yo no le he encontrado la gracia, un poco como me pasó como Mundo Anillo de Larry Niven
Publicar un comentario