Lo cierto es que en esta ocasión la compra compulsiva la sufrí en La Casa del Libro de Gran Vía, y sí, me hice con los tres libros de Rafael Pinedo a la vez dejándome aconsejar por algunas reseñas en Internet. He tenido suerte, no lo puedo negar, porque Frío es de nuevo una historia de supervivencia que transcurre en un contexto de cambio climático. Las bajas temperaturas extremas que padece la Tierra sugiere en esta ocasión que el fin de los días para la humanidad está próximo. Sin embargo, aún hay vida y la organización social que conocemos actualmente sigue existiendo, o por lo menos eso se puede deducir cuando somos testigos de una columna de militares que se deja ver al final de la narración.
Frío es una historia de aislamiento, soledad y locura. La protagonista es una joven profesora (¿novicia? ¿monja quizás?) de un internado católico situado en algún lugar alejado de la civilización. Durante la evacuación del mismo se escabulle para no regresar al mundo. La pobre mujer arrastra un pasado vergonzoso que le ha conducido a ser víctima de la represión religiosa más espantosa, que lógicamente y conociendo a los adoradores de Cristo, se traduce irremediablemente en una visión perturbada de la sexualidad humana. Así pues, su mente trastornada cree encontrar en ese retiro voluntario el mecanismo perfecto de expiación y mortificación de sus pecados. Las condiciones de vida son durísimas y a medida que transcurren las semanas, su mente va creando extrañas asociaciones con las ratas que también habitan en el edificio abandonado. Entre la educadora y los roedores se establece una insana relación guiada por una enfermiza interpretación de la liturgia católica.
Al contrario que Plop, estructurada con capítulos muy cortos y en forma de relatos prácticamente independientes, en Frío se advierte una mejora en las habilidades narrativas de Pinedo. Sigue siendo una novela corta, poco más de 150 páginas y con capítulos breves, pero la continuidad entre los mismos está muy cuidada y en lo que a mi respecta, me ha parecido fantástica la profundidad psicológica del personaje principal, quizás precisamente por sus rasgos desequilibrados.
En el apartado de otras reseñas, os sugiero pasaros tanto por Literatura en los Talones como por La Medicina de Tongoy. A pesar de que ambos tienen opiniones diferentes sobre el libro, en los dos resulta recomendado.
Pedro Juan Gutiérrez: Anclado en tierra de nadie
Hace 19 minutos
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