Hay que reconocerle el mérito a William Golding por haberse atrevido a tratar un tema tan delicado a principios de los 1950: exponer con pelos y señales las bajezas de que es capaz el ser humano y hacer actores de las mismas a los niños, que paradojicamente suelen simbolizar la inocencia y la bondad. Bien es cierto que hay un cierto número de jóvenes que intentan permanecer civilizados, manteniendo la humanidad y la racionalidad, pero como ocurre en el mundo real, el margen de maniobra de éstos es mucho más pequeño: el grupo asilvestrado y tribalizado responde a sus intervenciones siempre con actos violentos y asesinatos.
Resumiendo, una novela de lectura muy sencilla y rápida cuyo punto fuerte no está en la forma sino en el fondo, sin duda alguna el autor fue un extraordinario conocedor de los mecanismos que guían al ser humano. Citando a Roger Wolfe:
Es precisamente el factor humano lo que hace imposible salvar a la humanidad.Otras reseñas en El Bibliófilo Enmascarado y Alcázar de Papel.
2 comentarios:
Desgraciadamente le cogí asco a este libro porque me obligaron en la escuela de Idiomas a leerlo (en ingles, versión íntegra, por supuesto) y con tal dificultad se me atragantó. Pero los años han pasado y no me importa darle una nueva oportunidad, en español, eso sí!
@AnthivS: Pues en traducido es un libro super sencillo, como una novela de aventuras pero con un punto perverso.
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