Excelente y riguroso ensayo en el cual Fernando Vallejo expone con una erudición implacable los innumerables abusos que la iglesia católica ha ido cometiendo durante los dos últimos milenios y la gran mentira sobre la cual está construida. Lo hace partiendo de un pormenorizado análisis de los "textos sagrados" desde un punto de vista histórico y lingüístico, logrando demostrar con aparente facilidad su arbitrariedad, sus contradicciones y sus falacias, inventadas con el único objetivo de dar poder a los supuestos herederos de Cristo. Vallejo no tiene por tanto grandes dificultades en hacernos ver que ya desde antes incluso de su instauración como religión oficial del Imperio Romano, esta organización religiosa se ha caracterizado por sus contínuas maquinaciones, sus intrigas de poder que terminaban en asesinato, las masacres y torturas de todos aquellos que consideraba heréticos y que amenazaban el poder férreo y monolítico que representa la iglesia de Roma, su connivencia con el poder político existente en cada momento para lograr su propio enriquecimiento, etc.
Su sangrienta influencia se ha extendido hasta bien entrada la Edad Contemporánea, cuando el progreso científico y cultural de las sociedades occidentales no le dejó más opción que cambiar el puñal por la palabra y la pluma, limitándose desde ese entonces a intentar imponer sus ideario retrógrado desde los púlpitos y en su incontable producción de enclícicas, cartas o exhortaciones. Pero que nadie se llame a engaño, a pesar de haberse visto obligada a guardar la artillería pesada, la iglesia de Roma, la "auténtica" y "verdadera" según ellos mismos proclaman, no ha retrocedido ni un ápice en sus planteamientos reaccionarios y en su acercamiento al poder, así que ha condenado sin reparos a los movimientos ideológicos progresistas (socialismo, comunismo), ha expresado su rechazo frontal al pensamiento científico y al racionalismo, ha sido cómplice de dictaduras fascistas y del nazismo, se ha opuesto a la abolición de la esclavitud, ha querido imponer la sumisión del obrero al patrón, etc.
En fin, el catálogo de fechorías es interminable, tanto que ha dado para este libro y tengo por seguro que la relación de injusticias hechas en nombre de esa entelequia denominada "dios" es aún más larga. Admito que por momentos las innumerables listas que pueblan el libro se hacen algo pesadas, sin embargo las considero totalmente necesarias para dar valor a las afirmaciones de genocidio, de asesinato y de violación de los derechos humanos que los cristianos católicos, los protestantes y los musulmanes han ido cometiendo a lo largo de la historia. Bajo mi punto de vista es digna de destacar la visceral y a la vez ordenada defensa que el autor hace de los derechos de los animales, siempre ignorados por las grandes religiones monoteístas, y que al negarles la capacidad de sentir y sufrir, los pone cruelmente al servicio del hombre para su uso y disfrute (para empezar, como alimento), como si de objetos inanimados se tratara.
Mientras las hordas de las JMJ 2011 comenzaban a campar a sus anchas por Madrid, yo tenía la oportunidad de leer las últimas páginas de este libro. A veces la vida nos depara suculentos placeres en pequeños detalles. Tenéis más reseñas La Puta de Babilonia en Los Anaqueles o Un día en la vida de Rodo.
Pedro Juan Gutiérrez: Anclado en tierra de nadie
Hace 5 horas
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